Prevención de Catástrofes Humanitarias

Muchas crisis humanitarias cuando no se previenen, atienden o resuelven, desembocan en catástrofes humanitarias. Según la Wikipedia las causales pueden ser múltiples como «crisis políticas (guerra internacional o civil, persecución de una minoría), crisis ambientales, que a su vez pueden ser previsibles (malas cosechas por sequía, plagas o en todo caso mala planificación, que pueden producir hambrunas), poco previsibles (huracanes, monzones) o totalmente imprevisibles (terremotos, tsunamis). Cabe destacar que, las mayores causas de crisis humanitarias en el mundo son productos de crisis políticas donde no sólo destacan acciones que no generar el repunte de la economía sino cuyos gobiernos se encuentran plagados de burocracia y corrupción».

En la imagen de la entrada se ha intentado mostrar geográficamente algunas de ellas y su visualización cuantitativa de la población en sus lugares de origen y en los lugares de destino. Según ACNUR la cantidad desplazados en el mundo en 2016 alcanzó la cifra récord de 65,6 millones de personas (una vez y media la población de la Argentina). El desarraigo de ella y la sensación de invasión en los lugares de destino provoca -en estos últimos- múltiples reacciones desde las positivas (solidaridad) pero fundamentalmente negativas de xenofobia, racismo y crisis políticas con giros hacia políticas de derecha o extrema derecha.

¿Es posible prevenir este tipo de crisis y catástrofes? Hasta el momento parece que no, y puede parecer como utópico un enfoque de este tipo. Sin embargo dado el horror que significa que tantos millones de personas padezcan esto, y que ello no es una fatalidad, podemos plantearnos -al menos conceptualmente- que si quisiéramos prevenir las causas de estas crisis deberíamos tener en cuenta algunos de los siguientes aspectos:

  • las crisis políticas están relacionadas fundamentalmente a la cuestión del poder que muchas veces deriva en autocracia y en definitiva a que no sabemos canalizar nuestra energía y vínculos con sabiduría,
  • lo anterior también conlleva una mala gestión de la economía y a desencadenar hambrunas como en la Rusia de Stalin, en la China de Mao o en la Venezuela de Maduro, por citar algunas de ellas, derivadas -entre otros elementos y además de lo que se viene de mencionar- de un mal abordaje del tema del mercado,
  • también las crisis políticas derivan en guerras civiles o en guerras entre países, planteando el desafío impostergable para la humanidad de la construcción de la paz ante un mundo preocupante,
  • las causales de las crisis ambientales (y sus múltiples derivaciones, una de las cuales son las hambrunas), y la importancia de la lucha contra el cambio climático en su cuanto a su generación, así como las catástrofes naturales, que deben ser tenidas en cuenta,

entre las principales.

No es fácil -como expresáramos anteriormente- modificar este tipo de situaciones, pero es un desafío para la humanidad actuar con urgencia y persistencia dada la gravedad de estas situaciones y sus múltiples implicancias, transformando la civilización si queremos perdurar y desarrollarnos en este planeta. Cambios de culturas, consensos amplios y transversales e instituciones adecuadas y eficaces son un buen comienzo para converger hacia un mundo mejor.

 

Proudhon: Moral y Economía y su relación con la Política

En otra entrada hemos analizado si puede haber una economía con otros valores que no sea la maximización del excedente económico denominado «lucro». Aquí nos plantearemos si la caracterización «moral» de que «la propiedad es un robo», realizada por Pierre-Joseph Proudhon (ver imagen de la entrada) ha tenido algún tipo de influencia en la concepción política (o, al menos en su discurso) de sectores del progresismo, y en particular aquellos que se denominan «populismo de izquierda».

Este importante pensador fue «uno de los padres del pensamiento anarquista y de su primera tendencia económica, el mutualismo«. Como hemos especificado en otra nota de este blog hubo un debate entre él y Marx, a partir de un libro de Proudhon  (“¿Qué es la Propiedad? Investigaciones sobre el principio del derecho y del gobierno”, (donde menciona la famosa frase señalada más arriba), y Carlos Marx, en su texto “Miseria de la Filosofía”, entre otras cosas, dice“… Por lo tanto, el señor Proudhon reconoce su incapacidad de comprender el origen económico de la renta y de la propiedad. Confiesa que esta incapacidad le obliga a recurrir a consideraciones psicológicas y morales, que, estando en efecto remotamente relacionadas con la producción de la riqueza, guardan, en cambio, una conexión muy estrecha con la exigüidad de sus horizontes históricos. El señor Proudhon afirma que el origen de la propiedad tiene algo de místico y de misterioso. Ahora bien, ver misterio en el origen de la propiedad, es decir transformar en misteriosa la relación entre la producción misma y la distribución de los instrumentos de producción, ¿No equivale acaso, hablando con el lenguaje del señor Proudhon, a renunciar a toda pretensión en ciencia económica?…”  La temática de la propiedad la hemos abordado en esta nota.

Este debate del siglo XIX ha tenido distintas derivaciones y, según nuestra opinión, una de ellas es que la idea del robo, conlleva a que los propietarios (en particular de los medios de producción) sean considerados -según esta perspectiva- «todos ladrones«, y por lo tanto actores de un sistema (el capitalismo) profundamente corrupto. De alguna manera esta imagen está asociada a una figura particular: un tipo de «ladrón» (el usurero, como prestamista) tan bien descripto en la obra de Shakespeare denominada «El Mercader de Venecia«.

¿Es así? Mirado a la distancia y desde el paradigma de la complejidad, entendemos que quienes emprenden de manera autónoma una actividad económica, desde que la propiedad privada existe (y «lo común» no es fácil…), tienen diversos motivos: ellos van desde la propia supervivencia (para lo cual deben satisfacer necesidades externas a ellos: clientes/usuarios), pasando por crear e innovar, hasta sólo enriquecerse individualmente (la crematística). En otra parte hemos mencionado una encuesta donde la motivación de «hacerse rico» (y -además- si fuera realizada sin ética, sin compartir y burlando las leyes) es minoritaria en el conjunto de motivaciones que tienen en la actualidad la mayoría de los emprendedores. Por lo tanto podríamos concluir que el «móvil predominante» no es el robo (o «quitarle a otro algo»), más allá de que en el proceso de generación de valor el propietario se «apropie» de un plusvalor que -según la teoría del valor trabajo y en particular del marxismo- le pertenece a los trabajadores.

Otra forma de ver es la relacionado con la articulación entre «fines y medios». Si el fin del capitalista es enriquecerse, y no importaran los medios que utilice, entonces una posibilidad -dependiendo de las circunstancias y los actores en juego (y su moral)- es que lo haga de manera corrupta. Sería el enfoque que se desprende del pensamiento de Maquiavelo. Si en cambio los medios utilizados «importan», no sólo por la moral de los actores sino por que la ley explicita lo que es lícito de lo que no lo es, entonces el capitalista puede puede enriquecerse «legalmente» sin ser corrupto, y si lo fuera es penado por un sistema judicial eficaz.

Una derivación del enfoque anterior, podría inferir que es «la política» (1) la que tiene que ponerle un bozal a los «eventuales» lobos (2) y limitar el robo (poniendo reglas y redistribuyendo vía lo fiscal). Si las variantes fueran de un «populismo de izquierda», ellas pueden ser muy diversas: desde que los políticos tendrían que «juntar poder» (incluido el económico) para poder domesticar a estos actores hasta generar una propia burguesía (hay algunos casos en América Latina) que le sea fiel y le tribute (vía la corrupción) para el ejercicio de este poder. También habría que incluir la alternativa de eliminar la mayor parte de las empresas privadas y converger hacia una estatización de la mayor parte de la economía (con el consiguiente problema de la centralización de las decisiones y la burocratización de los procesos).

¿Una burguesía prebendaria o de un «capitalismo de amigos» sería «la solución»? ¿no induce a una «generalización de la corrupción»? ¿el juntar poder no terminará siendo una «excusa» o relato «funcional» para permanecer indefinidamente en ese lugar de poder? Este tipo de alternativas -en su mayor parte asociada «al fin justifica los medios»- no parecen llevarnos a un mundo mejor.

(1) Con la emergencia del capitalismo surgieron distintos enfoques vinculados a ¿qué hacer desde la sociedad y el Estado? Las posiciones fueron diferentes, desde sólo un «marco general institucional» sin interferir en el mercado (incluida una variante de «anarquismo liberal») hasta un rechazo del mismo bajo distintas modalidades que incluyen el «anarquismo socialista» de Proudhon, pasando por distintas formas de intervención del Estado (desde mínimas hasta la plena estatización). Lo que aquí se plantea es una corriente más reciente asociada al denominado “populismo de izquierda” que tiene ante si actores empresarios muy diversos pero -en general- termina unificándolos en una misma categoría.  En la entrada «Otras Economías» y en una reflexión sobre el mercado hemos intentado hacer una reflexión sobre cuestiones asociadas a esta temática.

(2) La temática de los lobos incluye muchos mitos, pero no se tienen en cuenta aspectos como este.

Principios, Derechos y Contextos

Los seres humanos, por más pragmáticos que seamos, tenemos principios, criterios, sistemas de ideas… La historia humana, con muchas dificultades, avances y retrocesos, ha evolucionado construyendo culturalmente y socialmente derechos como -a nivel global- la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Lo anterior no quita que, en cada generación y contexto, haya violaciones, excepciones, involuciones o desviaciones, de esta aspiración universal que ha sido plasmada en normas nacionales y acuerdos internacionales. Es un «piso trascendental» en la historia de la civilización que debería ser acompañado de «ir más allá» del mismo.

Ahora bien, las normas se reglamentan (a través de los poderes del Estado) y se aplican a través de procedimientos en cada contexto específico, que es «diverso o particular». Al respecto quisiéramos dar dos ejemplos concretos: uno en lo referido a normas procesales en lo penal y otro en lo que se refiere a procedimientos de intervención en el mercado.

En lo referido al primero nos basaremos en las declaraciones de un Fiscal argentino, (el Fiscal Delgado) en el Programa «Mesa Chica» de La Nación +, donde en el minuto 36 en adelante, hace una reflexión a partir de un fallo de la justicia (la muerte de una niña en el Conurbano bonaerense por parte de una persona reincidente en la Justicia que tenía un informe de peritos judiciales recomendando que «no estaba en condiciones de que se le diera la libertad condicional«, a lo que el Juez interviniente «no hizo lugar» y lo liberó). Hace una crítica (ver en el video) respecto de ser fanáticos de las normas procesales: aplicar las leyes sin tener en cuenta los contextos y las consecuencias que van a tener las decisiones en los mismos (creer que estamos «en Noruega» y no en algunas situaciones concretas como la mencionada).

El segundo caso se refiere a un procedimiento económico, y es el que mencionáramos en la entrada que abordamos la cuestión del mercado, donde en la segunda alternativa repecto de ¿qué hacer» mencionábamos la de intervenirlo fuertemente (ir en dirección al “todo“). Allí intentamos fundamentar que, si bien la intención podía considerarse como «buena», los resultados finalmente terminan siendo malos.

Los ejemplos que acabamos de comentar hacen referencia a la relevancia que tiene la capacidad de discernimiento. A esta temática se han referido personas muy diversas que van -entre otros- desde Ignacio de Loyola a Blaise Pascal. De este último hemos puesto en la imagen de la entrada una frase específicamente relacionada con esta temática. Buscar el bien o lo mejor (en expresión del Fiscal Delgado: «llegar a ser Noruega») de una norma o una medida no es suficiente, sino que tenemos que hacer un esfuerzo para poder captar todas las cuestiones complejas que están en juego en una situación determinada. Si no sabemos discernir podemos terminar en un mundo peor y no en un mundo mejor.

El Sistema como una «Jaula de Hierro»

En otra parte de esta página web hemos expresado que el sistema actual es fruto de una evolución que tiene orígenes recientes en el mercantilismo, y orígenes más remotos –en el Neolítico- cuando aparece la sedentarización con la demarcación del “territorio” (por lo tanto una zona de dominio o “propiedad”), la división del trabajo y el excedente. También hemos dicho que detrás de todo este proceso está más bien la cuestión del poder (en el sentido que le da Alvin Toffler, en su libro “El Cambio del Poder”, Ed. Plaza & Janes, 1996)

Como “cristaliza” esto? Hay una expresión de Max Weber que Eduardo Fidanza (ver link: http://www.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/9-Eduardo-Fidanza.pdf) la sintetiza así: Lo que llamamos “metáfora de la jaula de hierro” es una imagen retórica utilizada por Weber en una de las últimas páginas de La Etica Protestante para expresar la pérdida del sentido religioso original que inspiró, según su interpretación, al primer capitalismo. Como dijimos al comienzo, no consta que Weber haya usado en alemán la expresión que Parsons tradujo como “jaula de hierro” (iron cage). El término textual de Weber es “[ein] stahlhartes Gehäuse”, que literalmente podría vertirse como “estuche”, “envoltura”, o incluso “jaula”, “dura como el acero”, y que suele traducirse por “férrea envoltura”, o bien por términos similares que evocan un caparazón duro y opresivo”.

Esta metáfora del “estuche con férrea envoltura” está asociada también al pensamiento clásico, muy influido –en el caso de Adam Smith- por la física newtoniana, donde el campo de fuerzas del mercado (encuadrado institucionalmente por el Estado liberal) hace que sus partícipes tengan que actuar o jugar dentro de sus reglas independientemente de sus deseos o voluntad.

Marx, coincide con este enfoque. En el posfacio a la 2da edición de “El Capital” (1873) donde plantea “colocar sobre sus pies” a la dialéctica hegeliana a la que reprocha estar cabeza abajo, cita a un crítico ruso, cuya interpretación del método dialéctico aprueba, diciendo: “El (Marx) considera el movimiento social como un encadenamiento natural de fenómenos históricos, encadenamiento a leyes que no sólo son independientes de la voluntad, la conciencia y los designios del hombre, sino que por el contrario: determinan su voluntad, conciencia y designios”.

Esto es coincidente con escritos de Engels (como por ejemplo la carta que le dirige el 22 de agosto de 1889 a Eduard Bernstein), donde describe una situación de la clase obrera portuaria de una ciudad de Inglaterra y utiliza la frase del Dante para la entrada al Infierno (equivalente aquí al “sistema”): “Lasciate ogni speranza voi che entrate!”.

También se le puede aplicar a las organizaciones de distinto tipo, como señala esta nota, que hace referencia al tenebroso cuento de Franz Kafka: “In der Straftcolonie” (1919), o en lo juegos como el «dilema del prisionero». También es interesante esta frase de Fiador Dostoyevski: «Los hombres quieren volar, pero temen al vacío. No pueden vivir sin certezas. Por eso cambian el vuelo por jaulas. Las jaulas son el lugar donde viven las certezas.”

Hay posibilidades de que el sistema, la jaula o estuche, o como se lo quiera denominar, cambie? Hay una primera respuesta de tipo “determinista” que sería: “no”, dado que hay un engranaje del que somos parte y lo único que quedaría sería adaptarse lo mejor posible. Hay otra respuesta que es “si” dado que el sistema es la cristalización de una historia de relaciones sociales y de estas con el medio ambiente a través de la mediación científico tecnológica. Por lo tanto si estas relaciones sociales (en su doble dimensión) y el cambio científico-tecnológico cambian “el sistema puede cambiar”. La cuestión no será si cambia o no cambia, sino en qué sentido.

En este contexto va la referencia de H. Fazio en su libro “Economía, Ética y Ambiente” (Eudeba, Buenos Aires, 2012, página 132) que, para modificar el sistema, “la clave es la superación del individualismo y la sectorización” y citando a Charles Taylor, en su obra “Ética de la autenticidad” (Barcelona, Paidós, 1994, pág. 127) señala que “como suele suceder a menudo, los mecanismos de inevitabilidad operan sólo cuando la gente se encuentra dividida y fragmentada. No queremos exagerar nuestro grado de libertad. Pero no es nulo”.

La “coyuntura”, al momento de escribir esta nota (1) es favorable o desfavorable? En principio podemos afirmar que es “desfavorable”. Los efectos de la crisis financiera (a partir de Lehman Brohters), la división del trabajo que fue corriendo la industria al este (primero a Alemania, luego a Japón y Corea del Sur, y finalmente a China y otros países de Asia), los conflictos de oriente medio (como Irak, Afganistan y Siria, por citar los tres más importantes) y sus secuelas en términos de migraciones (en especial en Europa) y de terrorismo, el conflicto vinculado con lo nuclear (en particular con Corea del Norte, y en menor medida con Irán) así como la lucha por la supremacía a nivel mundial (en especial Estados Unidos, China y Rusia), las hambrunas de Africa, la marcha atrás por parte de Estados Unidos en lo que se refiere al cambio climático… son algunas de las que han generado escenarios de mayor tensión y “facistización” de partes importantes de sociedades y lideres que las representan. También podría decirse, por aquello de que “no nos une el amor sino el espanto”, más gestos como los del Papa Francisco, pueden abrir un panorama más esperanzador y construir un post capitalismo que nos lleve a un mundo mejor?.

Por último, y no menor, la profundidad y la aceleración del cambio científico-tecnológico. Sólo mencionaremos dos eventos, de los múltiples que se están dando: las implicancias de la evolución de la inteligencia artificial y las impresoras 3D que podrán tener la posibilidad de transformarnos en “prosumidores” (término que utilizó Alvin Toffler para decir que seremos –al mismo tiempo- productores y consumidores de prácticamente la totalidad de bienes y servicios). La pregunta es: los seres humanos seremos capaces de darle un sentido a este cambio? O lo dejaremos al arbitrio de decisiones de corto plazo del mercado, del dominio y su utilización para la guerra, o de algún delirio «prometeico»? La respuesta dependerá de nosotros.

(1) Luego de la misma pasó la epidemia del Covid, el agravamiento del cambio climático, la guerra en Ucrania y sus diversos efectos….

Revisando Críticamente Resultados

Puede ser que los móviles sean buenos (acordes con un mundo mejor) y que los procesos –desde una perspectiva previa a su implementación- hayan sido considerado correctos, pero, sin embargo, los resultados no sean satisfactorios para una mayoría de la población.

Hace tiempo leí una encuesta que se hizo a la población de algunas repúblicas de la ex Yugoslavia preguntándoles por la experiencia socialista, y la mayoría respondió que era “una buena idea pero mal implementada”. Esto se puede traducir que los resultados alcanzados –respecto de “la idea original”- no tuvieron adecuados procesos de implementación. Por lo tanto revisar los medios o procesos que se utilizan será de fundamental importancia.

Si tomáramos la reciente experiencia electoral estadounidense, podríamos decir que a pesar de los logros de la Administración Obama, un importante sector de la población norteamericana consideró insatisfactorios los resultados en particular a lo que se refiere a las expectativas futuras de lo que ellos consideraban acordes en cuanto a inserción laboral, ascenso social, a un mayor bienestar económico y al lugar de su país en el mundo (en particular en relación a China). Aquí revisar los “procesos” es muy complejo dado que conlleva revisar “la globalización vigente” (en este caso desde una perspectiva defensiva y proteccionista).

LOS RESULTADOS BUSCADOS POR DOS GRANDES CORRIENTES DE LA MODERNIDAD

 El capitalismo y el socialismo son hijos de la modernidad. En el caso del primero comenzó con su versión liberal, y luego –con el tiempo- se fueron dando una serie de variedades.

La promesa del capitalismo ha sido la riqueza de las naciones, y por lo tanto la riqueza de los individuos que forman parte de esas naciones. Desde los críticos más acérrimos (como Marx) hasta sus más fervientes defensores han coincidido que ha traído un gran progreso material. Los cuestionamientos han surgido por sus “costos” asociados a la relación entre capital y trabajo, a la desigualdad y a la destrucción del medio ambiente, entre las principales y en particular cuando el Estado no ha sabido o podido establecer reglas que trataran de mitigar o reducir estos efectos.

En la entrada vinculada con el “Por qué?” en esta página web, parafraseamos a Spiegel, H.W (“El Desarrollo del Pensamiento Económico, Omega, 1991) hablando de las dos grandes obras de Smith y allí decíamos que: “La Teoría de los Sentimientos Morales fue uno de los diversos intentos de desarrollar una ética basada en un principio unificador –en este caso la benevolencia y la compasión- que pudieran iluminar el armónico y beneficioso orden del mundo moral…

…Para la posteridad, sin embargo, su gran estatura intelectual se debe a La riqueza de las naciones, en la que intenta, en forma totalmente nueva, conciliar la nueva ciencia de la economía política en un universo newtoniano totalmente mecánico y, al mismo tiempo, armónico y beneficioso, en el que la sociedad se beneficia de las inintencionadas consecuencias de la búsqueda de interés particular de cada persona.

Hay, por lo tanto, una gran afinidad entre la estructura de La teoría de los sentimientos morales y la de La riqueza de las naciones. Ambos trabajos están integrados en un gran principio unificador. Lo que realiza la compasión en el terreno moral, lo hace el propio interés en lo económico. Cada uno de estos principios, en sus reinos respectivos, producen una armonía la que caracteriza al orden natural newtoniano….”

Un discernimiento detallado de lo anterior puede concluir en que hay “dos reinos” (el del individuo en su vida privada y el del mercado) donde en uno juega “la compasión” y en el otro “el interés”, entiendo a este relacionado con un utilitarismo individualista. Por lo tanto no hay ningún principio unificador entre estos dos reinos, sino que hay una disociación clara entre ambos (esto se podría extender al campo de “la política” en tanto “juego de ajedrez” entre bandos o grupos enfrentados, y cuyos conflictos no han pasado el límite de la violencia física, es decir al campo de “la guerra”).

Si lo anterior es cierto, podemos afirmar que este enfoque –donde prevalece el segundo reino y no el primero- no nos lleva a un mundo mejor, aunque haya progreso material. Para un mundo mejor el “primer reino debe avanzar –desde lo micro a lo macro- en forma sostenida sobre el segundo”.

Por otro lado está el socialismo. En el caso de su versión “revolucionaria”, si bien tiene como móvil la justicia y la libertad e igualdad plena, conlleva a la coacción sostenida a través de regímenes autocráticos que –en la experiencia del siglo XX y comienzos del XXI-, en general, terminan en “variedades de capitalismo”.

Por su parte el socialismo, en su versión socialdemócrata (también podríamos extenderlo a versiones del socialcristianismo), no caen en la coacción, han producido indudables avances en lo que se refiere a bienestar e igualdad, en el marco de una libertad amplia, aunque han sido afectados por la globalización capitalista, la burocracia y la pérdida de dinamismo en algunos casos.

Cuando hemos planteado en esta página web “la convergencia desde una economía plural” hemos tratado de plantear los mejores elementos de cada uno para ir hacia un mundo mejor.

LOS RESULTADOS DESDE UNA PERSPECTIVA ACTUAL, CONCRETA Y EN EL MARCO DE “LO QUE HAY” (LAS NACIONES UNIDAS)

 Si quisiéramos ir hacia resultados que se plantean hoy en el marco institucional global que tenemos en línea con un mundo mejor, mencionaremos en el punto siguiente, y sólo a título de ejemplo, partiendo de un “piso de acuerdo” a nivel internacional con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):

EL CUIDADO DE LAS PERSONAS Y DEL MEDIO AMBIENTE COMENZANDO POR LOS MÁS DÉBILES Y EN SITUACIÓN DE RIESGO

Tal vez podamos coincidir que hay que comenzar por quienes “están peor”. Esto significa en el caso de las personas aquellas que están en situación de conflictos armados, de pobreza –y peor aún de indigencia- y en especial sin esperanza de cambio. En cuanto al medio ambiente los sitios con mayor contaminación o con mayor riesgo de ella.

Conflictos armados: es urgente alcanzar acuerdos de paz realistas en el actual contexto internacional (nada fácil, por cierto, dado el juego geopolítico de las grandes potencias). La presión social, de distintas expresiones de la cultura (como las religiosas) y de los medios deberían jugar un rol significativo.

Respecto a pobreza, de las 6 metas de los ODS para la pobreza, sólo remarcaremos tres para seguir en detalle y ver los procedimientos concretos que permitan alcanzarlos:

  • Poner en práctica a nivel nacional sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos, incluidos niveles mínimos, y, para 2030, lograr una amplia cobertura de los pobres y los vulnerables
  • Garantizar una movilización importante de recursos procedentes de diversas fuentes, incluso mediante la mejora de la cooperación para el desarrollo, a fin de proporcionar medios suficientes y previsibles a los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, para poner en práctica programas y políticas encaminados a poner fin a la pobreza en todas sus dimensiones
  • Crear marcos normativos sólidos en los planos nacional, regional e internacional, sobre la base de estrategias de desarrollo en favor de los pobres que tengan en cuenta las cuestiones de género, a fin de apoyar la inversión acelerada en medidas para erradicar la pobreza

De todos ellos se remarca “la movilización importante de recursos”, y lo vinculamos respecto de lo mencionado al eje de “redistribución” a escala nacional y mundial que mencionáramos en la anterior entrada.

En cuanto al Cambio Climático, los ODS indican como metas:

  • Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países
  • Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales
  • Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional en relación con la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana
  • Poner en práctica el compromiso contraído por los países desarrollados que son parte en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático con el objetivo de movilizar conjuntamente 100 000 millones de dólares anuales para el año 2020, procedentes de todas las fuentes, a fin de atender a las necesidades de los países en desarrollo, en el contexto de una labor significativa de mitigación y de una aplicación transparente, y poner en pleno funcionamiento el Fondo Verde para el Clima capitalizándolo lo antes posible
  • Promover mecanismos para aumentar la capacidad de planificación y gestión eficaces en relación con el cambio climático en los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, centrándose en particular en las mujeres, los jóvenes y las comunidades locales y marginadas

Habrá que estar muy atentos a los pasos que dé el nuevo gobierno norteamericano al respecto, dada su influencia a nivel mundial.

PODEMOS AGREGAR: LOS EXCLUIDOS PORQUE NO HAY TRABAJO Y POR EL CAMBIO TECNOLÓGICO

Las  razones por las cuales sectores de la población de un país están excluidos de inserción económica (y por lo tanto a recibir el correspondiente ingreso) son múltiples. Por citar algunas de ellas: educativas básicas, formación profesional, falta de emprendedorismo, tipo de inserción de esa economía en el mundo (por lo tanto cuestiones vinculadas a la productividad, a la retribución de asalariados y empresarios, etc.), condiciones macroeconómicas (v.g. tipo de cambio) y otras que hacen a la falta de competitividad de esa economía (infraestructura y logística, tipo de bienes y servicios que se generan, nivel de retribución que tienen los distintos factores de producción respecto de otros países, etc.)…

Por lo tanto, en el contexto actual, resolver la cuestión de la exclusión del actual sistema, requiere de un abordaje múltiple no fácil de implementar.

En este punto vamos a suponer que habrá un sector de la población actual que no encontrará un fácil acceso a su inserción económica y que otro sector de la población futura tampoco lo tendrá por el cambio tecnológico. Si bien se ha discutido mucho en el pasado si los cambios tecnológicos hacen perder o no ocupación en la economía, hoy sabemos que el balance es crecientemente negativo dada la robotización, la “uberización” de distintos sectores, etc. Si a esto le agregamos el impacto posible que pueden tener a no muy largo plazo las impresoras 3D en la fabricación de alimentos, prendas, objetos….los desplazados o no incluidos serán millones !!!

Por lo tanto qué hacer para ir a un mundo mejor para estos sectores? Algunos lineamientos que se vienen proponiendo o a proponer:

  • Generar o potenciar “viejas actividades” vinculadas a la formación profesional respecto del cuidado de las personas (enfermería, cuidado y acompañamiento de personas con dificultades por su edad o por tener capacidades diferentes) y cosas (construcción y mantenimiento a nivel local, y de hogares, forestación y embellecimiento de paisajes). Incremento de “viejas actividades” vinculadas con el fomento y la práctica de las distintas manifestaciones del arte y del deporte. Preparar a la población para emergencias (terremotos, inundaciones, etc.)
  • Generar o potenciar “nuevas actividades” vinculadas con el cuidado del medio ambiente (remediación de pasivos ambientales, generación de nuevas energías y de producción limpia) e implementación de nuevas tecnologías de la comunicación y la información (desde software hasta empalmadores de fibra óptica), nuevas manifestaciones del arte (vinculadas con la creatividad y nuevas tecnologías). Conocimiento y práctica del funcionamiento de las impresoras 3D. Preparar a la población para nuevas emergencias derivadas del cambio climático, tecnológico y migraciones masivas.
  • Rediseñar los sistemas de ingreso y de seguridad social en la línea de un ingreso de ciudadanía o básico universal como se está comenzando a ensayar en algunos países de Europa, a fin de fijar un piso “digno” de subsistencia.
  • Fomentar el cambio de una “cultura de sociedad salarial” a uno de una “cultura de ocio creativo y solidario” (tantas personas y situaciones en las qué ayudar !!!) donde podamos sentirnos que tiene un “significado” positivo estar en este mundo.

LA UTOPIA DE UN MUNDO MEJOR

Decíamos en la Introducción de esta página web, respecto de qué un mundo mejor nos debería conducir a ser felices promoviendo la empatía, la amistad, el amor, la solidaridad…

Sabemos que ello no es posible entre millones de personas (a pesar de la canción de Roberto Carlos, “yo quiero tener un millón de amigos”), dado que ello se da entre pocas personas. Lo macro debería facilitarnos esta situación micro, y determinados cambios tecnológicos (como el caso de las impresoras 3D) parecen ir en la dirección de potenciar las pequeñas escalas.

Entre tanto en la “gran escala” seguirán predominando la ley, incentivos y desincentivos en las esferas de la provisión de bienes y servicios, del intercambio y la redistribución, así como la existencia de grandes organizaciones (con lo que conlleva de concentración del poder y peligro de burocratización) vinculadas a las escalas de los Estados y de la globalización. Esta última necesita re-diseñarse partiendo de una nueva división del trabajo diferente a la existente, con nuevos valores y nuevas organizaciones que trasciendan a los estados nacionales. Por ahora parece que vamos en dirección contraria a una globalización que promueva la inclusión de todas las personas (en especial en sus territorios de origen), disminuyan la desigualdad y promuevan la solidaridad.

Para finalizar podemos hacer nuestras las palabras del filósofo Derek Parfit, tomadas del artículo de Peter Singer «La vida de un filósofo que importó» donde expresa: «la vida puede ser maravillosa así como puede ser terrible, y nuestro poder de hacerla buena será cada vez mayor. Es posible que la historia de la humanidad apenas esté comenzando, de modo que podemos esperar que los humanos, o supra humanos, del futuro puedan alcanzar algunos grandes bienes que ahora no podemos ni siquiera imaginar. Como dijo Nietzsche, nunca hubo amanecer tan nuevo y horizonte despejado, ni un mar tan abierto».

Aunque es difícil vale la pena intentarlo en lo micro y en lo macro, no?