No caer en las explicaciones unicausales y abordar la complejidad de los fenómenos

En este blog se ha destacado la importancia de un enfoque que tenga en cuenta la complejidad de los fenómenos y por lo tanto la importancia de un abordaje sistémico.  En función de lo anterior se considera que inducen a un error de análisis los enfoques monistas o unicausales (1).

Uno de los grandes expositores del enfoque de la complejidad ha sido Edgar Morin. En 2008 expresó que «la complejidad es la incertidumbre en el seno de los sistemas ricamente organizados».  En esta misma línea tenemos el relevante aporte de Ilya Prigoyine y los científicos que fundaron la teoría general de los sistemas. Entre ellos está Kenneth Boulding de quien se muestra, en la imagen de la entrada, su propuesta epistemológica de abordaje de la interrelación entre los distintos sistemas o subsistemas. En función de ello transcribiremos a continuación esta nota de divulgación amplia sobre esta temática. Se titula «¿Qué dice la ciencia sobre la mezcla de peras con manzanas? y su desarrollo es el siguiente:

«Existe una afirmación o modismo muy utilizado, como es el caso de que no es posible “mezclar peras con manzanas”.  Ello se debería a que, dado sus aparentes diferencias, se consideran incomparables o inconmensurables, como es el caso de estos dos frutos. O sea, se ha utilizado o caído en una falsa analogía.

Efectivamente es así, si hacemos un análisis muy focalizado en cada uno de estos bienes naturales. Pero, quienes se dedican a la buena cocina pueden hacer una excelente ensalada de frutas, combinándolas entre ellas y con otras frutas. De dos elementos muy singulares se construyó o logró un tercer elemento (la ensalada), que es más complejo y más enriquecedor que cada uno de ellos tomados individualmente.

Claro, no es fácil pasar de lo simple a lo complejo y se puede llegar a aberraciones o a enfoques pseudocientíficos en los que no se debe incurrir. Entre quienes han intentado hacerlo científicamente, se destacan los que desarrollaron la teoría general de los sistemas. Uno de ellos fue el conocido economista Kenneth Boulding (1910-1993).

En un texto de 1956 escribió un relevante artículo que tituló “la teoría general de sistemas y la estructura científica”. Allí planteó como la realidad se puede desagregar, desde una perspectiva sistémica, en distintos niveles o subsistemas, dentro de lo que él denomina un “supersistema” o sistema global.

Los clasifica en diez niveles, partiendo de un nivel 1 con una “Estructura Estática” hasta los últimos tres niveles donde coloca el nivel humano, las organizaciones sociales y los sistemas trascendentales. En el nivel 3 coloca el cibernético que hoy, con la inteligencia artificial generativa, adquiere otra relevancia a la que él le dio en su tiempo.

¿Qué enseñanzas podemos sacar de este enfoque en lo que se refiere al análisis de la realidad y a las políticas que podemos implementar?. En pleno siglo XXI, con el nivel de globalización que hemos alcanzado, y con la evidencia empírica de la huella ambiental que generamos los más de ocho mil millones de habitantes de nuestro planeta (en especial con el modo predominante de producción y consumo que adoptamos), no podemos ignorar que los fenómenos, por más singulares y con autonomía relativa que tengan, tienen impactos o externalidades que van más allá de cada uno de ellos.

Sabemos que el diálogo interdisciplinario, y en especial el transdisciplinario, desde el punto de vista científico es difícil de concretar, por diversos motivos. Ellos van desde un temor a que se trate de disminuir el valor que tiene cada disciplina científica en sí misma, pasando por posturas polares de los participantes, hasta el no poder contar con un enfoque sistémico adecuado que pueda convertir dicho diálogo en fructífero.

De todos modos, se considera que es fundamental hacer el intento para conectar los distintos micro fenómenos con los macro fenómenos que interactúan de diversas maneras: a veces caóticamente, a veces con distintos niveles de desequilibrios o equilibrios parciales, otras con equilibrios generales dinámicos, acotados o transitorios.

Llevado al campo económico, es muy relevante que las políticas que se implementen puedan tratar de articular virtuosamente los distintos componentes del mismo. Por ejemplo, en el caso argentino el necesario equilibrio fiscal, con la búsqueda y el logro progresivo de una equidad social, así como un desarrollo sustentable en el tiempo. No es fácil, pero es imprescindible si nuestra racionalidad se articula bien con los valores, con la satisfacción de intereses comunes (que integren pero que trasciendan los individuales) y una empatía que vaya más allá de una simple cordialidad. Nos puede ir conduciendo a un mundo mejor.«

Esperamos sea de utilidad para el debate en general, y en particular para el caso argentino.

(1) Cuando hay buenos datos esto se pone de manifiesto en los resultados de los análisis econométricos, en base a modelos de regresión que ponderan la importancia de las distintas variables.

 

Acerca de la esperanza

Se ha reflexionado mucho sobre el tema de la esperanza. En ese marco nos permitimos reproducir esta nota, de Francesc Miralles del diario El País (de España),  donde sintetiza el último libro de Byung-Chui Han (célebre pensador surcoreano), denominado «El espíritu de la esperanza».  Aquí va:

«Ha sido una sorpresa, hasta cierto punto, que el célebre pensador surcoreano Byung-Chul Han eligiera la esperanza como tema del libro que se publica en España en septiembre. Afincado en Berlín, este filósofo que escribe sus breves obras en alemán se había caracterizado por la crítica al capitalismo y al neoliberalismo, con libros como La sociedad del cansancio o No-cosasElegir la esperanza, un sentimiento o visión que parece ir a contracorriente, pero que necesitamos para sentirnos vivos, es mirar a la luz al final del túnel. Sin embargo, El espíritu de la esperanza —libro de menos de 150 páginas publicado por Herder— no refleja la visión del ingenuo que cree que, al final, todo se arreglará sin más. Se refiere a una esperanza que nace de la proactividad, ya que ilumina caminos nuevos que nadie recorrerá por nosotros. Tal como lo plantea el pensador, la esperanza nace justamente de la desesperación, de la negatividad, pero es una brújula que nos lleva a situaciones y territorios nuevos, a aquello que aún no existe.

Winston Churchill, un hombre que era muy proclive a las depresiones, dijo: “Si estás pasando por un infierno, sigue adelante”. Esa recomendación encierra que todo, lo bueno y lo malo, es provisional, como la vida misma.

Lo que mata la esperanza, según Byung-Chul Han, no es la desesperanza; bien al contrario, esta última es su punto de partida, el inicio del viaje. Tal como lo expone en el preludio del ensayo, lo contrario a la esperanza es el miedo. En sus propias palabras: “Pasamos de una crisis a la siguiente, de una catástrofe a la siguiente, de un problema al siguiente. De tantos problemas por resolver y de tantas crisis por gestionar, la vida se ha reducido a una supervivencia”. Para el coreano, vivir en esa mera supervivencia nos ancla a la depresión y al miedo. Este último nos cierra puertas y nos roba la libertad, ya que imposibilita que nos pongamos en marcha. Alguien con miedo al futuro será incapaz de organizar y crear su propio futuro. Entra en una especie de profecía de autocumplimiento.

Como señala Byung-Chul Han, en alemán la palabra miedo —Angst— procede, al igual que en latín, del término angostura. Es decir, cuanto mayor es nuestro temor, más angosta será nuestra área de acción. Por eso quien se angustia se siente, de un modo u otro, acorralado.

El antídoto es la esperanza ya que, en sus propias palabras, “va dejando indicadores y señalizadores de caminos. La esperanza es la única que nos hace poner en marcha. Nos brinda sentido y orientación (…) Y las acciones necesitan un horizonte de sentido”. Así como el miedo imposibilita, la esperanza, como la definía el filósofo danés Søren Kierkegaard, es la pasión por lo posible.

Resumiendo, en clave práctica, estas reflexiones, podemos concluir tres cosas:

1. Tener esperanza es ver nuevas posibilidades. Es decir, adelantarnos a otros escenarios que nos esperan, aunque estén lejos de nuestra situación actual. Byung-Chul Han cita, en este sentido, una Epístola a los Romanos del Nuevo Testamento: “Si lo que se espera ya está a la vista, entonces no es esperanza, porque ¿para qué esperar lo que ya se está viendo?”. Por lo tanto, hay algo de visionario en ello.

2. Hay esperanza pasiva y esperanza proactiva. La primera nos pone a merced de los acontecimientos. La segunda supone trabajar para que se materialice la nueva posibilidad. De hecho, el dramaturgo francés Gabriel Marcel decía que la esperanza está trenzada: “En el tejido de una experiencia en curso (…) está metida en una aventura que aún no ha terminado”. Es decir, supone estar en el proceso de dirigirnos hacia algo mejor.

3. La esperanza es asumir que todo es temporal. Por consiguiente, es solo cuestión de tiempo que salgamos de este trance. El problema de los desesperados es que creen haber ingresado en una condición permanente. La persona deprimida se convence de que no saldrá del pozo, mientras que quien siente que el mundo se ha vuelto en su contra cree estar condenado de por vida. Para escapar de esa angostura hay que evitar tomar la parte por el todo. Todo mal momento es solo un capítulo de la historia. El próximo puede ser distinto. Con las acciones adecuadas, los acontecimientos y las circunstancias cambiarán.

La poeta Emily Dickinson definía el asunto de este artículo con esta bella imagen: “La esperanza es esa cosa con plumas que se posa en el alma, y entona melodías sin palabras, y no se detiene para nada, y suena más dulce en el vendaval”.

Esperanza versus optimismo

En su último ensayo, Byung-Chul Han establece una diferenciación clara entre esperanza y optimismo, que este filósofo ve como algo pasivo y limitado. Tal como lo explica en El espíritu de la esperanza: «El optimismo carece de toda negatividad. Desconoce la duda y la desesperación (…) El optimista está convencido de que las cosas acabarán saliendo bien», aunque al mismo tiempo, señala el coreano, «desconoce el futuro como campo abierto a las posibilidades».

En su crítica al optimismo a ultranza entraría la ley de la atracción mal entendida: el hecho de considerar que basta con pensar en un resultado positivo para provocarlo, sin «picar piedra» para conseguirlo. Y ese esfuerzo empieza por alimentar la misma esperanza, que según Byung-Chul Han «muchas veces hay que suscitarla y concitarla expresamente».

 

La relevancia de la política en las relaciones internacionales

En este blog se ha intentado abordar la cuestión de la globalización en distintas notas como esta o esta, entre otras. Deseamos actualizarlas a agosto de 2014, reproduciendo este interesante artículo de Carlos Pérez Llana, que expresa lo siguiente:

Mal que le pese a Elon Musk, la guerra y la paz siguen dependiendo de la política

El retorno de la geopolítica se observa en la renovada competición entre Estados.

El retorno de la geopolítica se observa en la renovada competición entre los Estados como determinantes de la política internacional. Esos vínculos se estructuran en función de las relaciones de fuerza que existen entre distintas unidades territoriales que despliegan su estrategia en el tablero global.

En este contexto ha quedado devaluado el concepto de “gobernanza”, son los gobiernos los que avanzan inspirados por intereses, valores y pasiones de quienes los gestionan. El predominio de las empresas ha perdido sustancia, las decisiones que ellas toman siguen teniendo impacto global sobre millones de individuos, pero es la política la que legisla y la que decide sobre la guerra y la paz. Decididamente, la competición entre Estados por el manejo de territorios y mercados sigue constituyendo el eje de las relaciones internacionales.

Hasta hace poco tiempo era posible apostar a que las grandes empresas tecnológicas, y sus propietarios, cogobernarían. Sin embargo en las dos “guerras” que hoy existen en el mundo son los Estados los que intervienen.

Eso sucede en el ámbito de la competencia entre las grandes plataformas tecnológicas y en la guerra de Ucrania, que ha adquirido una significación global insoslayable. En otras palabras, esto es así porque las leyes las sancionan los Estados y las guerras las deciden los gobiernos.

Esta nueva realidad se acaba de visibilizar en la pulseada entre Elon Musk y la Unión Europea en torno a la entrevista que el propietario de la red social X realizara al candidato Donald Trump. Por carta, el Comisario Digital Europeo T. Breton, le recordó al magnate sus obligaciones en virtud de la nueva legislación europea referida a los servicios digitales (DSA).

Dado que ese evento era accesible a los europeos, el recordatorio aludía al imperativo de moderación. Así una organización formada por los Estados Europeos le marcó la cancha a un individuo desacostumbrado al cumplimiento de reglas. La amenaza fue clara: “no dudaremos en utilizar todos los instrumentos a nuestra disposición, si fuera necesario, para proteger a los ciudadanos europeos”.

Estaba en juego el mercado de la red social X que el magnate compró en el año 2022. En la misma línea, la Justicia americana acaba de determinar que Google violó la ley al mantener ilegalmente un monopolio en las búsquedas en Internet. También Apple, Amazon y Meta están involucradas en casos semejantes,

La guerra y la paz dependen de la política, que juega en el tablero geopolítico y que trata de hacerlo autónomamente en base a sus intereses, a las circunstancias del frente militar y a las relaciones que mantiene con sus aliados.

El ingreso de tropas ucranianas al territorio ruso demuestra que las sorpresas existen y que ellas son posibles porque el gobierno mantiene el apoyo de una sociedad para la cual, en la guerra existencial, está en juego la sobrevivencia de la Nación. Para Ucrania el mayor peligro deriva del statu quo. Invadiendo, el relato ruso se desmorona y en paralelo puede surgir uno propio: “no todo está perdido”.

Se trata de una ofensiva política donde militarmente Kiev muestra fortaleza combinando inteligentemente sus fuerzas gracias a la innovación doctrinaria, al uso de drones que reemplazan a la artillería y a una logística que ha impactado.

Ahora existe territorio ruso ocupado, la vanguardia ucraniana tiene la posibilidad de acceder a la red informática del transporte ferroviario enemigo, está próxima a una central nuclear y desarticula al invasor ruso que debe mudar tropas. Y pensando en una eventual negociación, Moscú también ha perdido territorios.

Ahora bien, ¿cómo se explica esta audaz decisión del presidente Zelenski? En primer lugar en Kiev se sabe que un triunfo de Trump implicaría el fin de la ayuda americana que arrastraría a la OTAN. Además, en los países de la Unión Europea el discurso de las fuerzas políticas del arco de la derecha rápidamente adquiriría la iniciativa desplazando a la política pro-ucraniana que han desarrollado la mayoría de los miembros.

Este es el escenario más temido que acaba de aflorar en Alemania, uno de los principales apoyos de Ucrania. Una de las consecuencias de las elecciones parlamentarias europeas fue la derrota de la actual coalición de gobierno integrada por social demócratas, ambientalistas y liberales.

Estos últimos amenazaron con retirarse del gobierno sino se bajaba el gasto, ante el temor el Canciller germano aceptó el reclamo. De esta forma desaparecerá una ayuda invalorable que incluye fondos, armas y cooperación militar. Es probable que Zelenski, que cuenta con un eficaz sistema de inteligencia, haya decidido adelantarse estratégicamente tomando la iniciativa.

Este escenario obviamente es dinámico, el triunfo de Trump ahora no está asegurado, debido a la nueva realidad política americana donde los Demócratas han recuperado la iniciativa. En Berlín, el riesgo de una soledad estratégica es real ya que cambiaría por completo la gestión de la Unión Europea, en momentos que en Francia el presidente Macron todavía no ha logrado formar un gobierno.

Decididamente, son los Estados y la política quienes construyen y gestionan la agenda internacional. El mercado no está en condiciones de hacerlo autónomamente, entre otras razones porque el mundo es complejo, imposible de abarcarlo en fórmulas, y porque no existe el determinismo económico.”

Podríamos agregar que es muy agregar la importancia de una buena política que aunque no nos lleve al cielo evite el infierno (como expresa la imagen de la entrada) y deseablemente  nos ayude a converger hacia un mundo mejor.

La importancia de las palabras para cambiar el mundo

En el Nuevo Testamento aparece «logos» como «palabra», «verbo»… en línea con lo que se muestra en la imagen de esa entrada.  Está relacionado con lo expresado al comienzo del Antiguo Testamento en esta frase: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y amaneció: día primero.” (Génesis 1,1-5). Por lo tanto desde esta perspectiva está enraizada con la fe en Dios. Un puente de esto con la evidencia científica es que los seres vivos somos lenguaje como lo demuestra el ADN.

Pero también para la psicología y el psicoanálisis es muy relevante la palabra para analizar el subconsciente, y para otras disciplinas como la literatura o la comunicación. De esta última nos parece interesante esta nota de Antoni Gutiérrez-Rubí donde la analiza en relación a la campaña presidencial norteamericana hacia comienzos de agosto de 2024.  En ella expresa que » Gianni Rodari (1920-1980), escritor, pedagogo y periodista italiano, decía que las palabras son elementos poderosos que provocan reacciones en cadena. Porque todo empieza con las palabras. Con ellas damos sentido, contexto, intención y generamos sentimientos. Las palabras tienen el poder de evocar el plano consciente e inconsciente, de asociarse a imágenes, recuerdos y experiencias. Con el lenguaje, construimos nuestro modo de entender el mundo. La semana pasada, Tim Walz, gobernador demócrata en Minnesota y candidato a vicepresidente de Kamala Harris, dijo que tanto Donald Trump como su vicepresidente, JD Vance, son “sencillamente raros” (”These guys are just weird”). Extraños, estrafalarios, una rareza —en su traducción al inglés— algo siniestra y peyorativa. Y con “weird” empezó una reacción en cadena.

Porque lo que hizo Walz (y repitieron inmediatamente altos cargos demócratas y la propia Kamala Harris) fue poner nombre a un concepto que no existía: cómo actúa Trump y su ejército MAGA. El adjetivo “weird” encapsula una serie de comportamientos y discursos que muchos consideran fuera de lo común o desconcertantes. Pero que, en medio de una enorme polarización, se observaban como discusiones políticas o ideológicas. Para Walz, para los votantes demócratas y para mucha ciudadanía estadounidense, no lo son, sino que son ocurrencias extrañas y sin sentido. Pero alguien debía decirlo y empezar la reacción.

De hecho, el mensaje implícito en muchos de los mensajes MAGA es que lo que ellos decían lo compartía la gente normal de Estados Unidos, una mayoría silenciosa. Denominarlos raros implica que no son como la mayoría de la población, que no son ninguna mayoría silenciosa, sino tan solo una minoría estridente y extraña, irracional.

Las palabras de Walz sirvieron a su vez de catalizador para que la opinión pública entienda, de manera sencilla, que Trump no es un candidato al uso y normal, sino raro, controvertido, peligroso. La etiqueta “raro” proporciona a los votantes un marco simple y claro para interpretar las acciones y declaraciones de Trump y su equipo: no son normales, no son como todos, no son lógicos, lo que dicen no tiene sentido. Y es mucho más difícil votar o apoyar a algo sin sentido que a algo normal. Esa es la importancia de la palabra, porque hace concreto algo que era abstracto.

El lenguaje juega un rol crucial en la comunicación política. Las palabras no solo transmiten información, sino que también construyen narrativas y moldean opiniones. Hoy, “weird” se está transformando en mucho más que una simple palabra. Es un símbolo de todo lo que muchos consideran problemático en la era de Trump y captura la esencia de una manera de entender la política, marcada por la controversia constante, las mentiras y la imprevisibilidad. Es una sola palabra, pero que puede cambiarlo todo.

James Baldwin, poeta y activista por los derechos civiles estadounidense e icono de la lucha progresista en el mundo escribió: «Escribimos para cambiar el mundo […] El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo». Las palabras pueden cambiar el mundo. Lo han hecho siempre así en la historia. No sabemos si «raro”» puede conseguirlo. Sería una rareza que lo hiciera. Pero, de momento, ha conseguido alterar el guion imperial de Trump. Aunque sea un milímetro. Si hay palabras, hay esperanza. Otra vez, y más que nunca «Hope».

Esperamos sea de utilidad para el debate, sabiendo que la palabra debe estar acompañada de acciones coherentes acordes con ella.

 

Acerca de la celebración del día de la niñez

El día mundial del niño se celebra en Argentina el tercer domingo de agosto, pero en otros países la fecha difiere.

Nos ha parecido bueno y bello ilustrarlo con la frase de la imagen de la entrada atribuida a Miguel de Unamuno.  Esperamos que sea de vuestro agrado. Entendemos que la misma está en la perspectiva de tratar de converger hacia un mundo mejor.

 

El drama venezolano

En este blog hace un tiempo nos hemos referido a Venezuela, y desde ese momento su historia sociopolítica ha empeorado (como menciona esta nota), aunque en lo económico ha habido una mejora en los últimos dos años producto -principalmente- de una política económica ortodoxa y dolarización.

El régimen de Nicolás Maduro tuvo la habilidad de dividir la oposición, hasta que emergiera la figura de María Corina Machado como líder. El régimen la proscribió en su postulación de las últimas elecciones presidenciales, pero se logró que fuera sustituida por Edmundo González Urrutia. Previendo que el oficialismo organizaría un fraude, promovieron en todo el país los «comanditos» que posibilitaron la recolección, fiscalización y difusión de las actas de votación verdaderas, que le dieron el triunfo a la oposición.

Maduro no pudo hasta hoy mostrar las actas oficiales, y profundizó una feroz represión. A partir de allí se abren distintos escenarios. Próximamente veremos cuál de ellos predomina, partiendo de la base que el régimen tiene un sólido respaldo de las Fuerzas Armadas, lo que complica cualquier salida democrática.

PD: Algunas notas adicionales pueden ser esta o esta, entre otras.

¿Estamos frente a una nueva Edad Media?

Sabemos que establecer analogías y paralelismos entre distintas épocas es difícil, pero hay muchos intelectuales que se lo preguntan y plantean esta posibilidad (como es el caso de la imagen del libro que figura en esta entrada) (1).

Lo ha reseñado muy bien, Fabián Bosoer en esta nota, que nos animamos a transcribir, por si fuera de interés para la reflexión. Aquí va

«La nueva edad media es el título de un libro colectivo publicado en 1974, a partir de un ensayo de Umberto Eco. La idea, compartida también por los otros autores, consistía en el hecho que la sociedad de finales del siglo XX, a causa de sus profundas contradicciones económicas y sociales, entre ellas el deterioro medioambiental, ofrecía los trazos y rasgos de una nueva versión de la época medieval.

En otro libro inquietante, Roberto Vacca anunciaba entonces “una nueva Edad Media en un futuro próximo” y Eco apuntaba “no se asusten, pero eso es lo que ya está ocurriendo”. Las palabras clave eran “crisis” y “caos”.

Las hipótesis prospectivas de una deriva de la civilización hacia una nueva edad media desarrolladas, en aquel libro, buscaban sus causas en la disolución de los vínculos sociales, la privatización del poder y los conflictos entre grupos competidores. Eco destacaba los paralelismos entre la Europa medieval y la sociedad contemporánea de su tiempo: sensación de inseguridad, sectas marginadas, carácter visual de la cultura, el principio de autoridad en cuestión.

Una gran “paz internacional” que había unificado el mundo en cuanto a lengua, costumbres, ideologías, religiones, arte y tecnología, en determinado momento, por su propia complejidad, se torna ingobernable y se derrumba. Y en las “fronteras” -geográficas y culturales- están presionando los “bárbaros”, que traen nuevas costumbres y nuevas visiones del mundo. La asociación entre la “pax romana” de la antigüedad y la “pax americana” del siglo XX era directa.

Furio Colombo describía las concentraciones tecnológicas que comenzaban a disputar al Estado los atributos del poder y adelantaba las características que revestiría la vida en los territorios neo-feudales. Francesco Alberoni examinaba las sombrías perspectivas que aguardaban a los países industrializados en vías de decadencia. Giuseppe Sacco reflexionaba sobre las posibilidades de modificar mediante una adecuada política de organización del territorio las tendencias hacia la ruptura del consenso, la fragmentación social y la multiplicación de identidades culturales y códigos de conducta.

“¿Escenario apocalíptico o exageración de algo que ya existe” se preguntaba Eco. Y así como acaparan audiencias series y producciones cinematográficas como Games of Thrones y sucesos editoriales de literatura fantástica, también llaman la atención los eventos y festivales alusivos a los tiempos medioevales en distintas ciudades del mundo.

También en Buenos Aires, en el barrio de Chacarita, se realizó el pasado domingo 21 de julio una nueva edición de MedievalCon, la Convención de la Edad Media más grande en nuestro país, una feria que reúne a grupos de recreación histórica y artística, la participación de luchadores de “combate medieval”, artesanos, gastronomía, concursos de cosplayers y hasta la recreación de un juicio medieval. «La recreación histórica da el contexto a este mágico tiempo de nuestra historia, a través de estructuras y personajes ataviados de la cultura viva», decía la convocatoria.

Es la ficción que nos distrae de la realidad, que la refleja con imaginación y creatividad, pero que también parece anticiparla en algunos casos: allí parece encontrar su fuente de inspiración la política de nuestro tiempo, con sus personajes, ropajes y argumentos más insólitos. Y eso que aquellos sí eran tiempos de castas, yugos y vasallajes.»

(1) Respecto del término «Edad Media» muchos historiadores cuestionan el mismo, desde la perspectiva de que es un período que se desvaloriza. Así mismo es difícil la comparación con la época actual dadas las grandes diferencias en lo científico-tecnológico, crecimiento económico y mucha mayor esperanza de vida, entre otras. De todos modos vale el análisis que se hace más arriba.

 

Evolución y Cooperación

En este blog le hemos dedicado muchas notas al tema de la solidaridad y la cooperación. En esta hemos reproducido el enfoque que se interroga acerca de ¿por qué cooperamos?. También lo hemos reflexionado vinculado a la cuestión de la equidad.

Ahora nos permitimos glosar información reciente publicada por el diario El País de España como esta y esta, que van en dirección del título que le hemos colocado en esta entrada. En el resumen general que hace la sección Materia, de ese periódico sobre las mismas, expresa lo siguiente: «Hoy hablamos de lo que nos hace humanos: la compasión, el altruismo, la solidaridad

El apoyo mutuo frente al topicazo egoísta

 Hace veinte años, se puso en marcha un experimento tan revelador como divertido. Dos monos capuchinos, en dos jaulas vecinas, tenían que completar una actividad simple para recibir una recompensa: un trozo de pepino. Al recibirlo, lo comían agradecidos. Pero en una de las rondas, los primatólogos Sarah Brosnan y Frans de Waal le dieron un premio distinto a uno de ellos: una uva, mucho más valorada. Al verlo, el que recibe el pepino se lo tira airado a la investigadora. Vean el vídeo, porque es comedia de la buena. Su reacción nos hace reír porque es muy humana, y en el fondo nos atrae el sentido de la injusticia perfectamente desarrollado de estos pequeños monos.

Lo fascinante es que no solo el mono del pepino se negaba a seguir con el juego: también los beneficiados por la injusticia dejaban de colaborar. Y se pregunta el gran neurocientífico Robert Sapolsky en Compórtate (Capitán Swing):

“¿Qué es esto? ¿Solidaridad? ¿‘No soy ningún esquirol’? ¿Interés propio, pero con una visión a largo plazo muy poco común que tiene en cuenta las posibles consecuencias del resentimiento de la víctima que ha recibido el pepino? De Waal considera que hay implicaciones todavía más profundas —las raíces de la moralidad humana son más antiguas que nuestras instituciones culturales, que nuestras leyes y sermones.

La moralidad humana trasciende nuestros límites como especie

Para Brosnan, el experimento indica que el sentido de la justicia tiene raíces profundas evolutivas y que es el punto de partida para la cooperación. Juntas, son dos adaptaciones que han permitido la cohesión social a lo largo del tiempo. Escribe Brosnan:

‌“Los humanos no son los únicos que responden negativamente al trato diferencial en comparación con un compañero. Esta respuesta es compartida con otras especies y parece ser fundamental para una cooperación exitosa”.

Desde el estudio en macacos (publicado en Nature), se ha demostrado la existencia de este tipo de respuestas en varias especies de monos, cuervos, grajos e incluso perros.

¿Por qué va a ser una mejora evolutiva la solidaridad? ¿No se suponía que la evolución premiaba características individuales como cuernos más grandes, plumas más bellas, garras más fuertes, las que permiten a unos imponerse a los otros? Frente a los topicazos del darwinismo mal entendido, volvamos a los monetes, que tienen la clave.

En concreto, a los macacos de Cayo Santiago (Puerto Rico), una pequeña isla que sirve de laboratorio natural para estudiar a estos primos lejanos de la humanidad. Tras el paso del huracán María en 2017, sus frondosos árboles quedaron arrasados y los monos se quedaron apenas sin sombra de la que protegerse del sol. Las fotos son espectacularmente explícitas. ¿Qué hicieron los cientos de macacos tras la catástrofe? ¿Enseñar los colmillos y pelear por los escasos recursos, como en las películas de Hollywood en las que los supervivientes se matan a garrotazos entre ellos? Cuando apenas tenían sombra para todos, en lugar de luchar por ella, se volvieron más tolerantes con los extraños y la compartieron con los desconocidos. Un estudio publicado el pasado jueves en Science nos ayuda a entender lo que pasa: tras analizar el progreso de los macacos desde aquel huracán, los científicos han descubierto que los que se volvieron más tolerantes redujeron a la mitad su probabilidad de morir. Colaborar, ayudarse, es una ventaja evolutiva. Los que tenían los colmillos más grandes y afilados no salieron beneficiados.

Volando lejos de allí, en el espacio y el tiempo, llegamos al yacimiento neandertal de Cova Negra, cerca de Xàtiva. Un pequeño hueso de hace cientos de miles de años despliega una historia fascinante: la de la pequeña Tina, como la han llamado los investigadores. Una niña (o niño, no se sabe con certeza) de seis años que probablemente tenía síndrome de Down, porque el hueso presentaba marcas asociadas a la trisomía. Llegó hasta esos seis años, es decir, la cuidaron y mimaron para que alcanzara esa edad en las durísimas condiciones en las que vivían entonces, como explica la arqueóloga y matrona Patxuka de Miguel:

“En todas las sociedades en las que la supervivencia se basa en esta colaboración, nadie estaba de más. En el caso de la población neandertal, cada vez más se asume que disponían de conocimientos sobre uso de recursos para algunas patologías, un mundo simbólico propio y cuidado de personas con secuelas de patologías graves que sobrevivieron durante largo tiempo tras su padecimiento”

La paleontología se encuentra habitualmente casos como este: individuos enfermos, con gravísimas heridas, con problemas congénitos, a los que el grupo cuidó durante años, aunque desde el egoísmo y las carencias extremas pudieran parecer un lastre para los demás. Incluso entre chimpancés se ha observado el cuidado de crías con discapacidades severas. A la familia de los simios algo nos dice que debemos cuidar de los más débiles, y ese instinto tan costoso no es gratuito: la naturaleza no despilfarra recursos. Hace un par de años, lo enmarcaba con determinación una estrella habitual de este boletín, la directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, María Martinón-Torres, en una entrevista:

‌“Nuestra fortaleza no es individual, es siempre como grupo. Eso nos permite acoger y compensar y proteger debilidades o fragilidades individuales. El más débil no es el físicamente frágil o el que está enfermo, sino el que está solo. Yo creo que ese retrato del ser humano como despiadado, oportunista, egoísta, no es la realidad de nuestra naturaleza. La selección natural favorece para nuestro éxito los comportamientos altruistas y prosociales. Y son los que nos están sacando las castañas del fuego. Hay que quitarse un poco ese cliché de que el ser humano es malo, egoísta. El individualismo tiene un recorrido muy corto en esta especie”.

Esperamos que estas informaciones y evidencias nos refuercen la actitud, el enfoque y la práctica de la cooperación, solidaridad y la compasión, a pesar de los graves conflictos que existen en la humanidad. No dejemos de aspirar y bregar por ello, porque puede conducirnos a un mundo mejor.

 

Acerca del uso de la metáfora del juego en las organizaciones

En este blog hemos introducido la temática del juego, en general y en particular. Aquí nos permitimos reseñar enfoques teóricos sobre su utilización como metáfora organizacional. Para ello transcribiremos la Introducción, el punto “I. Antecedentes teóricos clásicos en el management”, la última parte del punto IV y las Conclusiones, del artículo de la Revista del Centro de Estudios de Sociología del Trabajo (Número 15 / 2023), de la FCE-UBA, denominado “El juego como metáfora organizacional según mandos medios de empresas” de María Marta Preziosa.  Aquí va:

Introducción.

Ganar el Campeonato Mundial de Futbol a fines de 2022 inspiró en diversos medios de comunicación de la Argentina la publicación de una gran cantidad de notas y entrevistas en las que se proponía a la Selección Nacional de Futbol y a sus líderes como modelos a seguir en la conducción de personas y en el trabajo en equipo en las empresas. Tal afinidad establecida entre el deporte y el mundo de las organizaciones no ha de ser considerada banal o superficial, pero necesita de la consideración de muchos matices. Por un lado, desde tiempos arcaicos, los juegos han tenido un profundo significado antropológico. Según The Penguin Dictionary of Symbols (Chevalier & Gheerbrant, 1996) todo juego es una gran analogía de la guerra que se libra entre los poderes de la vida y de la muerte, un universo simbólico completo acerca de la lucha contra los poderes hostiles y la supervivencia. Este significado mítico y sagrado explicaría por qué muchas actividades importantes se paralizan durante el Mundial de Futbol.

Por otro lado, hay una tradición en las disciplinas de la administración de empresas o el management de recurrir a metáforas deportivas para referirse al liderazgo de equipos. Ahora bien, dejando de lado la admiración y el entusiasmo social por el éxito alcanzado por la Argentina en este deporte, cabe preguntarse si el futbol 3 es una metáfora adecuada para referirse a las organizaciones. Específicamente, dada la popularidad de este juego en el Rio de la Plata, se plantea la pregunta siguiente: ¿los mandos medios de empresas en la Argentina y en el Uruguay se refieren a las organizaciones en las que trabajan con esta metáfora?.

A su vez, en el ámbito de las ciencias de la administración están en auge los estudios denominados comportamentales (del inglés behavioral) que reciben aportes de la psicología experimental o las neurociencias, por ejemplo. Este enfoque multidisciplinar aborda aspectos no-racionales en la toma de decisiones empresariales que complementan la tradicional perspectiva centrada en la racionalidad económica u otras. En esta línea, es posible considerar que tanto la antropología cultural, como la lingüística cognitiva y la filosofía pueden hacer aportes a la comprensión de la trama intersubjetiva en las organizaciones, esto es, del tejido que se confecciona entre sus integrantes más allá de las descripciones de tareas, los incentivos o los sistemas de control. Entonces, la pregunta esbozada acerca de si el futbol es una metáfora pertinente para referirse a las organizaciones se enriquece: ¿es apropiada para comprender como los mandos medios se ven a sí mismos en la trama intersubjetiva organizacional? ¿es apropiada para simbolizar su mentalidad? Edgar Schein ya afirmaba que en una organización lo más difícil de conocer son las creencias compartidas.

Estas son las “presunciones básicas subyacentes” de su cultura que versan sobre las cuestiones humanas más profundas. Por otra parte, al aplicar al mundo de la empresa algunas ideas del filósofo G.W.F. Hegel  es posible afirmar que ni el sistema de control interno, ni sus aspectos jurídicos o económicos alcanzan a regular la trama intersubjetiva de una organización —esta es una “zona inaprensible” para su tejido formal— (Cfr. Preziosa, 2023). A fin de abordar esta inquietud, se decidió recopilar, ordenar y analizar los registros etnográficos obtenidos entre mandos medios de empresas desde 2007 hasta 2022. Si bien no pertenecen a una misma empresa, conforman un tipo de población que comparte características como motivaciones, etapa de la vida profesional, formación universitaria, entornos de trabajo. Específicamente, esta investigación se refiere a mandos medios que transitan su formación de posgrado en maestrías en administración de empresas usualmente denominadas por sus siglas en inglés MBA (Master in Business Administration). A partir de ahora, los denominaremos “mandos medios MBA”. Por ello, este trabajo de investigación ofrece (I) una breve reseña de antecedentes teóricos clásicos en la disciplina de la administración de empresas acerca del juego y el deporte como metáfora organizacional y (II) un apartado metodológico que incluye: precisiones teóricas, pasos de la técnica, cambios metodológicos realizados y detalle de los registros etnográficos. Se presentan (III) los resultados clasificados, interpretados e ilustrados con imágenes y se discuten (V) a la luz de la literatura citada en (I) para inferir conclusiones.

I. Antecedentes teóricos clásicos en el management Henry Mintzberg (1985) utiliza la metáfora del juego para referirse a la política (politics) en las organizaciones. Esta compone uno de los cuatro sistemas de influencia en la organización, a saber, (i) el de autoridad o el del poder formal explícito, avalado y legítimo; (ii) el ideológico o el conjunto de normas y creencias que usualmente no es totalmente explícito, pero está aceptado; (iii) el de expertos -referido al know how, a las áreas técnicas o staff- que está avalado por la autoridad formal y (iv) el político que constituye un poder no legitimado formalmente, pero ampliamente aceptado. Mintzberg (1985 p.134) revisa literatura de negocios donde la política organizacional se describe en los términos de un juego e identifica tres características: (a) se describen como intrincados, sutiles, simultáneos y superpuestos, (b) se definen por el conjunto de sus reglas —explícitas o implícitas, claras o confusas, estables o cambiantes— y (c) el juego no es tan solo una imagen, sino el mismísimo “mecanismo de estructuración de las relaciones de poder en la acción organizada”. Mintzberg (1985) clasifica trece tipos de juegos políticos en la organización según los cuatro motivos o razones que los impulsan: (a) para resistir a la autoridad o algún otro poder legítimo, (b) para contrarrestar dicha resistencia, (c) para construir poder y debilitar o derrotar al rival y (d) para cambiar la organización. Respecto de (c) la construcción de poder para derrotar al rival —por ejemplo, aquellos que tienen otra idea sobre la misión de la organización o la estrategia a seguir— Mintzberg especifica que se logra mediante alianzas —con algún superior, con los pares o con los subordinados— o, también, controlando las reglas de la burocracia o los recursos como, por ejemplo, el presupuesto. Según Mintzberg (1985, p.136) los juegos políticos suelen aparecer cuando se debilitan la autoridad formal, la ideología o el know how experto, pero coexisten con ellos. Así, las organizaciones suelen ser “capturadas” por el conflicto constituyéndose de ese modo en verdaderas “arenas políticas”.

En cambio, Peter Drucker (1992) utiliza la metáfora del juego para referirse al trabajo en equipo que define como tan solo una herramienta. Drucker identifica tres clases de equipos con sendos deportes: el béisbol, el futbol americano y el doble de tenis. En el primer equipo sus integrantes tienen posiciones fijas, trabajan en paralelo y juegan “en” el equipo, pero no “como” equipo. Cada uno puede ser evaluado individualmente con objetivos específicos medibles y este equipo funciona muy bien cuando cada uno sabe qué hacer o ha jugado con sus colegas durante mucho tiempo. En el segundo equipo cada integrante también tiene una posición fija, pero juegan como equipo y el resultado es del equipo. Son muy importantes las directivas del entrenador que es quien los evalúa o promueve. En el tercer equipo cada uno tiene una posición principal que no es fija y va cubriendo a sus colegas según la demanda del juego porque el objetivo es claro y lo que importa es la flexibilidad. En cambio, para Gareth Morgan (1993, mencionado aquí) las metáforas deportivas suelen ser un fracaso. No sin ironía expresa que “es fácil olvidar la gran diferencia entre la final por televisión o en el estadio y la vida monótona en la fábrica o la oficina donde se quiere aplicar la metáfora del equipo” (1993, p. 279) El autor afirma que las metáforas del remo o del futbol americano son ideales para los lideres autoritarios que quieren conservar el control de todo. Este modelo de equipo es solo eficaz si las metas son claras y estables y los colaboradores son sumisos. En cambio, las imágenes del vóley o del básquet ofrecen algo más de margen para la espontaneidad, creatividad e intuición de cada jugador en el campo de juego (1993, p. 274-275). En verdad, dice Morgan, todo depende de qué tipo de equipo se necesita y en este sentido coincide –—sin decirlo— con Drucker. Incluso más, Morgan afirma que con mucha frecuencia la gente ni siquiera participa del juego: “no hay clima de gran final, la competencia no es evidente, los objetivos son difusos, hay conflictos políticos y los intereses son divergentes” (1993, p. 278). En conclusión, para Morgan, la metáfora deportiva puede ser útil algunas veces, pero otras “se vuelve retórica, genera cinismo, aceptación superficial y con el tiempo conduce al impasse” (1993, p. 279). Por tanto, la verdadera cuestión está en “abordar las realidades subyacentes” (1993, p.291)….

Por último, parece interesante traer a esta discusión, conceptos de dos diccionarios de símbolos. Los mismos suelen tener como objetivo encontrar significados comunes a través de diferentes expresiones culturales. En la entrada Play del Diccionario Taschen de Símbolos (Ronnberg, 2010, p. 436- 437) se subraya que jugar promueve la fuerza, la resistencia, la adaptación y los vínculos sociales. Tambien, que los juegos evocan a los opuestos, tales como separación y unión, exclusión e inclusión. En este sentido, este diccionario confirma la cercanía de la metáfora juego con la de fuerza y de encastre. Por su parte, la entrada Games del The Penguin Dictionary of Symbols (Chevalier & Gheerbrant 1996, p. 414-418) afirma que los juegos constituyen no solo esa gran analogía de lucha entre la vida y la muerte que se mencionó al comienzo, sino también un símbolo de la batalla contra los propios miedos, debilidades y dudas. El mando medio MBA libra una batalla por sobrevivir y ascender en la organización y realiza una formación de posgrado para fortalecerse frente a competidores, compitiendo consigo mismo. Ambos diccionarios se refieren a las reglas que rigen los juegos, en el sentido que, si bien siempre tienen un marco formal o definido, a la vez queda espacio para la libertad o la estrategia individual. En los mandos medios MBA se observa que ven mucho más las restricciones y los límites que sus propios márgenes de libertad, ya sea por no saber quién decide las reglas o cuáles son o creer que deben esperar a que alguien se las explique. Ambos diccionarios también coinciden en que el individuo – le guste o no debe jugar el juego, adoptar un rol, asumir riesgos, enfrentar lo inesperado, el conflicto, aprender y adaptarse. Esto suma otro argumento a que la metáfora juego se superpone bastante con los elementos de la metáfora de encastre y la de fuerza. Por último, el diccionario Taschen afirma que, así como nuestros ancestros experimentaban que eran juguetes de los dioses, en los juegos de hoy sigue habiendo componentes míticos o arcaicos. En este sentido, claramente estos mandos medios MBA se ven a sí mismos en el juego organizacional como, valga la redundancia, juguetes jugados por otros que tienen más poder.

V. Conclusiones, En este artículo se concluye que utilizar la metáfora del futbol para inspirar positivamente un buen liderazgo o trabajo en equipo en los mandos medios de empresas ubicadas en el Rio de la Pla ta no parece lo más apropiado, al menos, si se lo presenta sin matices; quizás más que motivar podría, como expresa Morgan, conducir a un impasse o a una reacción cínica. El motivo es que los mandos medios MBA están jugando otro tipo de juego, individual, mental, menos vital y espontáneo: un juego en el que miden su propio poder con el de la organización para lograr ascender, encajar en la empresa y cumplir con sus motivaciones de logro mediante un trade-off satisfactorio. Para alcanzar esta conclusión se partió de algunos conceptos de autores clásicos del management sobre la metáfora del juego en la empresa. Luego se explicó la metodología de tipo etnográfica y lingüística utilizada para conocer la mentalidad de un conjunto de 300 mandos medios MBA a través de doce años y provenientes de tres universidades diferentes. Se confeccionó un mapa de cinco metáforas conceptuales principales que representan la mentalidad compartida de los mandos medios MBA, a saber, la fuerza, el camino y el juego y las acciones de encastrar e intercambiar. Si bien, el texto se ha focalizado en el juego, estas cinco imágenes, las más repetidas y significativas, se refuerzan explicativamente entre sí para representar cómo los mandos medios se ven a sí mismos en la trama intersubjetiva organizacional. Como curiosidad o interrogante para futuras investigaciones, queda una pregunta que podría hacernos Gareth Morgan, al menos a los argentinos. ¿Por qué se ilusionan con que los lideres de empresa y sus políticos actúen como Lionel Scaloni o Lionel Messi en el futbol? ¿Saben que la metáfora del futbol solo funciona con líderes autoritarios, reglas claras y colaboradores sumisos?”

Esperamos sea de utilidad para quienes trabajan con organizaciones.

Educación colaborativa gratuita: el caso de Campus 42

Hace poco salió esta nota en el diario El País, de España, mencionando una experiencia muy valiosa de educación colaborativa gratuita para formar expertos tecnológicos. A continuación se reseña la nota.

Ni profesores ni clases ni horarios: la exitosa metodología de Campus 42 para formar expertos tecnológicos.

Existen cuatro sedes en España que ofrecen una educación gratuita para mayores de 18 años ante la necesidad de más programadores, desarrolladores de sistemas o especialistas en ciberseguridad”

“Un enorme cartel con la frase Up to you, que se traduce en Tú decides, es lo primero que se encuentran las 280 personas que se adentran en el mundo de 42 Madrid. Han sido citadas a las 9.42 del primero de julio para comenzar la piscina, en la que tendrán que demostrar durante 26 días que sus aptitudes y actitudes son las adecuadas para pasar a la siguiente fase, la de convertirse en estudiante. No hay profesores; no hay horarios; no hay clases. Únicamente se tienen los unos a los otros para mejorar su aprendizaje.

42 es un campus de Fundación Telefónica cuyo objetivo es formar a personas para que puedan trabajar en el mundo de la programación, de la informática o de la tecnología. Es gratuito, financiado íntegramente por la compañía, y el único requisito para poder acceder es ser mayor de 18 años. El campus se divide en dos etapas: una primera, conocida como la piscina, en la que ponen a prueba sus conocimientos en programación y en informática y su capacidad para relacionarse y ayudar al resto de compañeros, y una segunda, a la que acceden aquellos que consiguen superar los 26 días con una calificación apta y en la que siguen desarrollando su camino en estas ramas educativas. La metodología es radicalmente distinta a cualquier escuela o universidad y está basada en el trabajo colaborativo y el apoyo mutuo entre estudiantes, ya que no hay docentes. No compiten entre ellos, sino consigo mismos.

El proyecto de 42 empezó en París en el año 2013 y, en la actualidad, hay 55 campus repartidos entre 31 países con más de 24.000 estudiantes. En España hay cuatro sedes: en Madrid, en Barcelona, en Málaga y en Urdúliz (Bilbao). Aunque todavía no se reconoce como título oficial, los organizadores están tratando de homologarlo.

Programadores, diseñadores gráficos o expertos en ciberseguridad son algunos de los perfiles que salen del campus una vez terminada la formación. También analistas o desarrolladores multimedia. El objetivo es paliar la necesidad de talento digital. En España se estima que faltan más de 125.000 profesionales en formación digital y la demanda de las empresas de este tipo de perfiles ha aumentado un 50% en los últimos 10 años, según el Índice de Economía y Sociedad Digital. También la Unión Europea es consciente de la escasez en estas especialidades, así que pidió a España en mayo que formara a 1,5 millones de empleados con perfil tecnológico en los próximos seis años, tanto de universidad como de formación profesional.

A pocos minutos del inicio del campus de julio, ya se observa cómo la filosofía de 42 empieza a calar en los candidatos. Un ejemplo: dos estudiantes que acaban de llegar a la zona de ordenadores donde se trabaja se dirigen a una persona de la plantilla para preguntarle dónde está el baño. Silencio y sonrisa por respuesta. Se tienen que buscar la vida, hasta para poder mear. Otro: una chica intenta acceder a su cuenta de ordenador, pero no lo consigue. Pregunta alterada a otra persona de la plantilla. Silencio y sonrisa por respuesta.

Entre las 280 personas que se han inscrito a la piscina de julio —la cuarta de este año—, hay de todas las edades. Desde un joven que acaba de terminar el Bachillerato, hasta padres de familia que rondan los 40 años. Es el caso de Sergio Giménez e Iván Miranda, de 40 años y de 37, respectivamente, que decidieron apuntarse para dar un vuelco a su vida laboral. “Mi ilusión es cambiar de rama y dedicarme a la ciberseguridad, porque es el futuro”, comenta Giménez, que tiene dos hijos de 10 y de seis años a los que no está teniendo mucho tiempo de ver estos días por la exigencia que se autoimpone. Miranda, que dedica cuatro horas al día para ir y volver desde su casa de Ciudad Real hasta el campus, prefiere enfocarse a los videojuegos. Ambos se encuentran junto a Marcos Fernández, de 22 años, aclarándose mutuamente las dudas sobre un ejercicio. Ya saben que solo se tienen los unos a los otros.

El secretismo en torno a cuáles son los requisitos para poder superar la piscina y pasar a la fase de estudiante es absoluto. “Es la fórmula de la Coca-Cola”, resume el director de 42 Madrid, Pablo Mateos. Todo se mide, tanto las habilidades competenciales, con proyectos y exámenes, como las personales, donde “la creatividad, el liderazgo o la comunicación efectiva” son cualidades que se valoran positivamente. “Las personas que dan lo mejor de sí mismas superan la piscina. No hay un número limitado de plazas”, comenta Mateos, que justifica la privacidad de los parámetros para que los estudiantes no vayan con un plan establecido y “se esfuercen al máximo”. Aunque la gran mayoría de alumnos consigue adaptarse a la metodología, también hay casos en los que desisten por no poder amoldarse a una educación sin apenas instrucciones.

Habilidades competenciales y personales

Mientras se ayudan con el primer ejercicio del día, Maite del Valle y Dani Martínez, ambos de 19 años, comentan que lo que más les ha sorprendido es la buena relación entre los compañeros. “Tenemos un grupo de WhatsApp en el que la gente se ofrece para dar clase de algún conocimiento que controla en la pizarra común y quien quiere se apunta”, comenta Del Valle, que este año ha empezado el grado de Bioquímica.

Aquellos que superan la piscina pasan a ser estudiantes de 42. En este punto hay un programa formativo de 21 niveles, de los que los primeros siete son comunes y el resto son especializaciones en ramas como la inteligencia artificial, el diseño gráfico o las aplicaciones de móviles, entre otras. Para superar cada nivel hay que realizar distintos proyectos y trabajos de programación. Aunque depende de las capacidades de cada persona, Mateos estima que para superar la fase común sin conocimientos previos se necesita alrededor de un año y medio dedicándole unas ocho o 10 horas diarias y comenta que “la empleabilidad es del 100% para aquellos que superan el nivel siete”. La metodología y las bases en la segunda fase son las mismas: no hay profesores, no hay horarios, no hay clases.

Únicamente hay dos personas en España que hayan superado los 21 niveles. Raquel Orozco, de 23 años, es una de ellas. “Estaba cursando Ingeniería Biomédica cuando me apunté a la piscina, en enero de 2021. No me gustaba la educación tradicional porque era mucho de memorizar y escupir en el examen lo aprendido, así que, cuando el exnovio de mi hermana me habló de 42 Madrid, me animé a probarlo”, cuenta Orozco, cuya rama de especialización favorita es la de gráficos. El sistema de colaboración entre compañeros la obligó a romper con su timidez. Durante la piscina recuerda que se pasaba “12 o 13 horas al día programando”, aunque después ya bajó la intensidad. Ahora, más de tres años después de su piscina, se encarga de la parte de sistemas y de desarrollo en 42 Madrid.”

Ojalá se pueda replicar en Argentina.