Las Alternativas a lo Hegemónico

ENFOQUE GENERAL

En una página anterior hemos planteado que en cada época han habido distintas formas predominantes o hegemónicas, pero también coexisten otras formas que responden a otros móviles, procesos y resultados.

Esto se ha dado de distintas formas como por ejemplo:

  • En el ámbito personal y familiar se ha tratado de disociar el mundo “externo” del “interno” propio o familiar. A veces esto no ha sido posible. Vamos a citar sólo dos casos: 1) se supone que en este ámbito debe prevalecer el amor, pero sin embargo desde una cultura patriarcal y machista el referente varón predominante «dispone» -como si fueran objetos o mercancías- tanto de la mujer como de los hijos. Esta sería una de las explicaciones del femicidio, dado que las mujeres no son consideradas como personas autónomas del “poder del macho”;  2) las familias que consideran a los hijos como “una inversión a mediano plazo” que deben proveer un “retorno” de atención a los mayores (no se enfoca desde una reciprocidad en el amor sino como un contrato u obligación económica).
  • En los pequeños grupos desde un enfoque del compartir y de lo comunitario. La pequeña escala humana es una condición “necesaria”, aunque no suficiente, para que se puedan ensayar alternativas al mundo externo. Desde las comunidades religiosas o laicas hasta las ecovillas, buscan esos caminos. Si esto tiene éxito o no, dependerá de los liderazgos que se establezcan, de la composición de los grupos, del contexto en el que les toque interactuar.
  • Bajo modalidades socioeconómicas más extendidas como los burgos que coexistieron un tiempo con modalidades feudales hasta las corrientes de la economía social, de la economía pública (y/o mixta) que fueron coexistiendo -de distintas maneras- dentro de las distintas variedades de capitalismo. Por supuesto estas otras formas vinculadas a una economía mixta o pluraldependerán si son muy marginales, sólo “formas” que encubren un capitalismo “encubierto” o si son realmente diferentes y se mantienen fieles a su origen, objetivos y prácticas específicas. Ello dependerá de un discernimiento micro y caso por caso.

HIJOS DE LA MODERNIDAD

El capitalismo emergió, luego del mercantilismo, en el contexto de la época denominada «modernidad». Las reacciones en esta época fueron principalmente: el arte (por ejemplo la literatura de autores como Charles Dickens), el sindicalismo, la economía social y solidaria, y el socialismo en sus distintas corrientes y variantes.

Aquí sólo analizaremos brevemente el socialismo y sus variantes (1).

EL SOCIALISMO – COMO PALABRA Y COMO DOCTRINA

La palabra socialista se remonta al siglo XVIII. Sin embargo aparece impresa por primera vez en una obra de Giacomo Giulani en 1803. En Francia A. Vinet la emplea para designar el universalismo católico en su periódico Le Semeur en 1831. También el periódico Le Globe la utiliza en 1832 en la crítica de una obra de Victor Hugo para expresar el contenido humanitario de esos poemas.

Como doctrina económica en Inglaterra aparece en 1827 en el Co-operative Magazine. En 1835, bajo los auspicios de Owen, se forjó la “Asociación de todas las Clases de todas las Naciones” que usó la palabra socialismo y socialista en las discusiones que llevaron a su constitución.

En Francia, Leroux lo define en 1833 (contraponiéndolo al liberalismo individualista) como un sistema donde “se pone todo en común”. Lo deriva del término latino “socius”: asociado. En 1847 afirma: “[…] entendemos por socialismo la doctrina que no sacrificará ningún término de la fórmula: Libertad, Fraternidad, Igualdad y Unidad”.

PAISES QUE, EN ALGÚN MOMENTO, SE DENOMINARON O DENOMINAN SOCIALISTAS

Albania, Angola, Argelia, Bangladesh, Benin (ex Dahomey), Bulgaria, Burkina Faso (ex Alto Volta), Cabo Verde, Camboya,  Congo, Corea del Norte, Cuba, Checoslovaquia, Chile, China, Guinea-Bissau, Hungría, India, Laos, Libia, Madagascar, Mongolia, Myammar (ex Birmania), Polonia, República Democrática Alemana,  Rumania, Senegal, Seychelles, Siria, Tanzania, Yugoslavia, Venezuela, Vietnam del Norte.

Y de la ex URSS: Rusia, Ucrania, Rusia Blanca (Bielorusia), Armenia, Azerbaidjän, Georgia, Turkmenistán, Uzbekistán, Tadjikistán, Kazakistán, Kirguistán, Estonia, Lituania, Letonia, Moldavia.

Quien esté interesado en conocer más sobre la historia del socialismo puede consultar, entre otras obras, el libro de Donald Sasson, “Cien años de socialismo”, Ed. Edhasa, Barcelona, 2001.

SOCIALISMO CIENTÍFICO VERSUS SOCIALISMO UTÓPICO

Marx y Engels, en su debate con la economía clásica, buscaron fundar una “ciencia” con su enfoque del socialismo y el comunismo. Lo hacen, no sólo tratando de ser rigurosos y objetivos en su análisis desde el materialismo histórico, sino que también buscan un respaldo en el enfoque evolucionista de Darwin.  M. Rubel en la página 78 del tomo 1 de su obra “Páginas escogidas de Marx para una ética socialista” (Amorrortu editores, Buenos Aires, 1974) menciona la carta que Marx le dirige a Engels el 19 de diciembre de 1860, donde le dice: “He leído de todo, entre otras cosas el libro de Darwin sobre la selección natural. A pesar de su inglesa pesadez, este libro encierra el fundamento biológico de nuestra teoría”. Esto lo vuelve a reafirmar en una carta a Lasalle el 16 de enero de 1861.

El concepto de “socialismo científico” fue acuñado por Engels para diferenciar el socialismo marxista de aquellos que no se basaban en el materialismo histórico. A estos últimos lo denominaron “socialismo utópico”. Sin embargo autores como D. Elson menciona algunos enfoques críticos sobre el poco realismo de Marx (en particular en la esfera del intercambio) y lo incluyen en “lo utópico”.

SOCIALISMO “A” REVOLUCIONARIO O 

SOCIALISMO “B” CAPITALISMO CON UNA INYECCIÓN DE SOCIALISMO

Existen muchas corrientes socialistas, además de las que se vienen de mencionar. Sólo tomaremos dos: el socialismo revolucionario (derivado del marxismo leninismo) y el que Thomas Marshall llama “socialismo B” que es el enfoque gradualista y social-demócrata donde al capitalismo “se le realiza una inyección de socialismo” (el mejor ejemplo serían los países escandinavos a partir de la segunda guerra mundial).

En el caso de Marshall, véase el libro de José Nun “Democracia, Gobierno del Pueblo o Gobierno de los Políticos” (-en particular los capítulos X y XI- de la Ed. FCE, Buenos Aires, 2000) y respecto de esta última corriente la Wikipedia la sintetiza de la siguiente manera:

“El término socialdemocracia apareció en Francia durante la revolución de 1848 en el entorno de los seguidores del socialista Louis BlancKarl Marx lo utilizó en su célebre obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte, cuya primera edición se publicó en Nueva York en 1852, para designar la propuesta política del que llama partido socialdemócrata formado tras las «jornadas de junio» por la unión de la pequeña burguesía democrática con la clase obrera socialista. «A las reivindicaciones sociales del proletariado se les limó la punta revolucionaria y se les dio un giro democrático; a las exigencias democráticas de la pequeña burguesía se las despojó de la forma meramente política y se afiló su punta socialista. Así nació la socialdemocracia». Según Marx, en esta alianza predominaba la ideología de la pequeña burguesía: «su carácter peculiar» estribaba «en el hecho de exigir instituciones democrático-republicanas, como medio no para abolir los dos extremos, capital y trabajo asalariado, sino para atenuar su antagonismo, convirtiéndolo en armonía», o lo que es lo mismo, «la transformación de la sociedad por vía democrática, pero una transformación dentro del marco de la pequeña burguesía».

Sin embargo, según el marxista revisionista alemán Eduard Bernstein, el término había sido acuñado tras la revolución de 1848 por el poeta alemán Gottfried Kinkel. Y lo cierto es que el primer grupo que se autodenominó socialdemócrata fue un partido alemán fundado en 1863 por Ferdinand Lassalle con el nombre de Asociación General de Trabajadores de Alemania (Allgemeiner Deutsche Arbeiterverein) y cuyo periódico se llamó La Socialdemocracia.

Este grupo se fusionó en 1875 con el Partido Socialdemócrata Obrero de Alemania (Socialdemokratische Arbeiterpartei), de inspiración marxista, creado por Wilhelm Liebknecht y August Bebel en 1869, dando nacimiento al Partido Obrero Socialista de Alemania (Sozialistische Arbeiterpartei Deutschands), que años después adoptó el nombre definitivo que mantiene en la actualidad de Partido Socialdemócrata de Alemania (Sozialdemokratische Partei Deutschlands, SPD). El nuevo partido intentó aunar las dos herencias de las que había surgido, la lasselleana y la marxista, mediante el Programa de Gotha aprobado el año de su fundación (1875) pero éste fue objeto de una dura crítica por el propio Karl Marx —en un famoso opúsculo titulado Crítica al Programa de Gotha—. Este decía que a la sociedad sin clases no se podría llegar con «lindas menundencias» democráticas meramente «burguesas», sino tras un período de «dictadura del proletariado» que pusiera fin a la «lucha de clases». En efecto, en el programa de Gotha se recogían objetivos de «raigambre lassalleana» como la «organización democrática del Estado nacional que aceptara reformas concretas como el sufragio universal, la milicia popular, la educación obligatoria o la restricción del trabajo de mujeres y niños», y en un plano más general, la finalidad última del reparto igualitario del poder político, social y económico. Una posición reformista «volcada sobre todo en la acción del Estado».

UNA BREVE SÍNTESIS SOBRE LA EXPERIENCIA SOCIALDEMOCRATA

En el punto anterior hemos mencionado a los “teóricos” del pensamiento socialdemócrata que emergieron a fines del siglo XIX. En cuanto a su puesta en práctica podemos afirmar que varios países del norte de Europa (por ejemplo el caso de Suecia) comenzaron con esta experiencia luego de la revolución rusa de 1917 (tal vez por aquello de que “no nos une el amor sino el espanto” que impactó sobre la burguesía, junto con el crecimiento del proletariado).

Lo que se acaba de mencionar es muy importante dado que estas dos condiciones (en particular por la implosión de la ex Unión Soviética y por la disminución de la clase obrera industrial) no existen más, y sin duda son parte del fenómeno explicativo de su declinación. En el caso del “proletariado” se ha convertido en “precariado” (ver también esta nota) o directamente en excluidos (con el consiguiente resentimiento y búsqueda de un “salvador”). Por el lado del “enemigo potencial” (la extensión de la revolución socialista) no ha sido sustituida por la conciencia de que el “nuevo enemigo (podría cambiarse la palabra “enemigo” por “desafío”) potencial” que se deriva –en especial- sobre el tipo de intervenciones militares como las realizadas originalmente en medio oriente (que dieron origen a ISIS), las hambrunas de África (estos dos últimos hechos con su correlato en migraciones), las grandes desigualdades y marginaciones y el cambio climático por la acción humana derivada de un “crecimiento a cualquier costo”.

También cabe destacar que el estado de bienestar amplió la clase media (al garantizar universalmente las pensiones, la sanidad y la educación), pero –en varios países y con el tiempo- fenómenos de burocratización y de crecimiento –a veces- desmesurado del estado, generó una brecha y desencanto en sectores medios (no así en los que quedaron fuera del sistema) que le fueron quitando legitimidad a este proyecto. Esto fue “capitalizado políticamente” por los sectores de altos ingresos que lograron formar gobierno desmantelando (con distintos grados y según los casos) estos beneficios, dando más incentivos fiscales a los sectores de mayores ingresos para su inversión (impactados por la competencia industrial de China) y canalizando una parte importante del gasto del Estado hacia la carrera armamentística (desde la llamada “guerra de las galaxias” de Reagan hasta el actual presidente de Estados Unidos).

Según autores como Ariel Jerez Novara y Juan Carlos Monedero de la Universidad Complutense de Madrid, agregan otras explicaciones como las siguientes:

“El análisis de la crisis se centraba de manera casi exclusiva en la pérdida de posibilidades electorales de los partidos socialdemócratas, encontrándose ese necesario declive en la conjunción de cuatro problemas (Merkel, 1994):

(1) el bloqueo de la coordinación keynesiana, con la pérdida, merced a la internacionalización de la economía, de la capacidad de los gobiernos nacionales para encarar las crisis económicas y, especialmente, el aumento del paro (Sharpf, 1989);

(2) los cambios en la estructura social de «clases medias», con la caída del empleo en la industria y el crecimiento en el sector servicios, acompañados por la fragmentación de los trabajadores como clase (Alonso, 1994; Ortí, 1992);

(3) la transformación de las preferencias sociales, con la emergencia de los llamados «valores post materiales» (Inglehart, 1977; 1991) o «post consumistas» -ser antes que tener- (Riechmann, 1991) y el surgimiento de nuevos problemas de alianzas; aparición de un nuevo «dilema electoral» entre los habituales votantes de la socialdemocracia (vinculados a la clase obrera tradicional) y los nuevos votantes (orientados hacia los valores post materialistas o post consumistas), así como de novedosos conflictos surgidos a la hora de acompasar diferentes sensibilidades o de lograr un renovado acuerdo corporatista;

(4) la pérdida de la ofensiva en el discurso, motivado principalmente por la caída en desgracia del keynesianismo, eje de la propuesta intelectual socialdemócrata; al tiempo, la renuncia a cualesquiera referencias analíticas marxistas hacía patente la ausencia de explicaciones de carácter global o de paradigmas explicativos alternativos”.

Respecto del tema de si es posible redefinir y actualizar los estados de bienestar -derivados de esta corriente, así como del socialcristianismo (como el de Alemania)- se analiza en esta nota.

SOCIALISMO Y REVOLUCIÓN

En el libro “Revolución, léxico de política” de Maurizio Ricciardi (Ed. Nueva Visión, Buenos Aires, 2003, págs. 145 a 155) dice que Marx pasó por tres fases conceptuales asociadas al concepto de revolución, donde –al final- “esta dictadura revolucionaria, que debería coincidir con el proceso de disolución de las leyes de la producción capitalista, muestra el concepto marxista de revolución en su máxima apertura…” Si la “disolución de las leyes” se toma desde un enfoque “institucionalista” se podría decir que Marx sería un “institucionalista de izquierda” donde, tomando el control absoluto del Estado (que se logrará vía el aporte que hace Lenin) y derogando la ley de la propiedad privada de los medios de producción, se ingresaría en una “praxis social” que generaría otra conciencia (el socialismo y luego el comunismo).

La emancipación radical del ser humano, en particular de los explotados (en el caso del capitalismo de la clase proletaria y el “ejército industrial de reserva), pasaría por neutralizar al viejo amo (la burguesía) sacándole el poder socio-económico y político y pasándoselo a “la sociedad”. Aquí viene la cuestión de quien “representa a la sociedad” (un partido, una vanguardia, un líder…) que a través de una autocracia controla la pureza del proceso revolucionario.

EL PODER COMO LUGAR DE DOMINIO NO SE PUEDE SOCIALIZAR

La mayor parte de las revoluciones han buscado terminar con las injusticias. Esto es acorde con un mundo mejor. Sin embargo, cuando el proceso histórico posterior está asociado con la emergencia de una nueva clase, o de liderazgos autocráticos con la consiguiente concentración del poder, la libertad se vuelve a restringir seriamente y la rueda de la historia vuelve a plantear una nueva emancipación.

Si el poder como «sustantivo» relacionado con un lugar de dominio no pasa a ser «verbo» como actitud y acción de servicio, no hay emancipación posible de los quedan enmarcados en el “nuevo esquema de poder”. Por lo tanto la promesa revolucionaria que pasa por la concentración del poder como lugar de dominio y control no resuelve la cuestión de «fondo» de la construcción de un mundo mejor y un postcapitalismo que sea realmente diferente y viable.

INCENTIVOS MORALES MUY ELEVADOS E INCENTIVOS MATERIALES DEMASIADO BAJOS

Al comienzo de la revolución cubana se discutió la cuestión de los incentivos morales y materiales. Viendo retrospectivamente la vida, obra y discursos del Che Guevara se puede concluir que dio testimonio personal de una moral solidaria y revolucionaria muy alta que lo llevó a morir por ella.

Ahora bien, se le puede pedir a la mayoría de los seres humanos que, más allá de épocas excepcionales (un conflicto grave, una calamidad, un contexto muy adverso…), puedan “todo el tiempo” vivir en el sacrificio, el esfuerzo llevado muchas veces al límite, y –por otro lado- con una situación económica muy ajustada y con una “recompensa” material muy baja? Para quienes están en esta situación (y no en el poder del nuevo escenario) la respuesta parece ser negativa.

Modificar esto significa necesariamente regresar al capitalismo y a la vida burguesa? Si no se toman vías alternativas parece ser el destino final de procesos socialistas fallidos (colapsados o del que sólo tienen el nombre).

FINALMENTE

El socialismo, tanto revolucionario como el socialdemócrata, tiene muchas vertientes conceptuales, expositores y experiencias que no es posible analizar aquí.

De toda esta corriente, con sus distintas expresiones, también habrá que analizar qué aportes concretos han realizado para alcanzar un mundo mejor, y cuales se alejan decididamente de este horizonte.

(1) Hay similitudes con enfoques y experiencias como el socialcristianismo (por ejemplo en Alemania), y otros enfoques que no se analizan aquí derivados de los movimientos ecologistas (vinculados a la economía ecológica), el feminismo y su expresión en la economía feminista, etc. 

Convergiendo de las Esferas de la Economía Plural

Hemos expresado en otra parte de la página web que hemos adoptado, desde una perspectiva muy amplia, el concepto de economía “plural”. Ello significa que además de tener en cuenta las diferentes variedades de capitalismo que existen en el mundo, hay otras expresiones diversas (también una expresión que se utiliza es el de «economía mixta«). A continuación intentaremos indicar los que serían los mejores lineamientos de convergencia hacia un mundo mejor desde estas distintas esferas:

CONVERGIENDO DESDE VARIEDADES DE CAPITALISMO

  • Al comienzo del capitalismo en Inglaterra se lo denominó capitalismo manchesteriano (por la ciudad de referencia) que era equivalente a una variedad de capitalismo “salvaje” (sin regulaciones, trabajo infantil, muy bajos salarios, polución, etc.). Hoy esta variedad de capitalismo, lamentablemente, sigue existiendo en muchas partes del mundo. Se coincidirá que nos aleja de un mundo mejor, y por lo tanto será necesario introducir las regulaciones adecuadas para –al menos- mitigar los aspectos más dañinos.
  • En el otro extremo tenemos la variedad de capitalismo vinculada a expresiones social-demócratas, como la de los países escandinavos asociados a la denominada economía del bienestar. Sin duda el bienestar forma parte de un mundo mejor, aunque no necesariamente esté vinculado de manera directa a la felicidad (concepto más complejo). Si bien han cambiado las circunstancias en las que estas experiencias nacieron (véase en esta nota “Una breve síntesis sobre la experiencia socialdemócrata”). Como hemos escrito en esta nota habrá que buscar nuevos modos que eviten el crecimiento desmesurado (o sin sentido) del Estado, la burocratización, la construcción de consensos para que las personas y los sectores que más tienen aporten al financiamiento de un nuevo estado de bienestar a escala global (la cuestión de la redistribución progresiva del ingreso para alcanzar los Objetivos Desarrollo Sostenible acordados en Naciones Unidas). Ir hacia un mundo mejor implicará entonces abordar estas críticas en lo interno, y promover nuevas reglas (y posiblemente nuevas instituciones) a escala internacional que valoricen los aportes que estas experiencias tienen.
  • Se pueden mencionar ejemplos donde, dentro de variedades de capitalismo, se da una economía colaborativa aunque algunas vertientes buscan diferenciarse de lo que es la lógica de acumulación capitalista. Algo similar se puede mencionar de los denominados «negocios inclusivos«. Es importante las experiencias de empresas con otros valores (entre las que se encuentran las «empresas con propósito«).
  • Por último ir hacia un mundo mejor conlleva a valorar lo humano (humanismo) en un contexto medioambiental del que formamos parte, y no privilegiar y maximizar un recurso (como el capital) como fin último. Los cambios culturales y tecnológicos pueden ir en esta dirección, aunque no se deben descartar regresiones (por crisis o guerras) o peligros científicos-tecnológicos (como la autonomización de la tecnología sin reglas como las planteadas por I. Asimov).

CONVERGIENDO DESDE LA ECONOMÍA CRIMINAL

Lamentablemente esta economía es una realidad muy significativa en el mundo tanto a nivel de narcotráfico, como la derivada de la corrupción, el tráfico ilegal de armas y personas, la falsificación de marcas, productos y piratería, etc. Ha sido analizada por economistas como Julio Sevares, Luis David Ramirez de Garay y otros. Frente a este fenómeno es fundamental generar alternativas para salir de ella. Además de combatirla ¿es posible generar una re-ingeniería de intereses hacia una economía formal lícita? Algunos ejemplos de que esto es posible:

CONVERGIENDO DESDE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA

A nuestro entender la economía social y solidaria, y las empresas sociales (ver punto siguiente) es, “teóricamente” y desde el punto de vista de la organización socioeconómica de la sociedad, lo que más se acerca a “un mundo mejor” en lo que se refiere a “emprendimientos económicos”.

Si de esta esfera tomamos a las cooperativas podemos afirmar que en el año 2012 formaban parte de ellas en el mundo 1.000 millones de personas, y en países como Canadá –en promedio- 4 de cada 10 personas formaban parte de ellas (en la provincia de Quebec en el año 2010 el 70% formaban parte de una cooperativa).

Si bien los principios del cooperativismo son universales, las razones por las cuales un grupo de personas decide formar parte de una cooperativa son muy diversas. En un documento del Senado de Argentina en las páginas 4 a 6 se hipotetiza que pueden haber diez razones diferentes, entre las principales.

En este ensayo hemos adoptado el enfoque de la complejidad y una mirada más fina y detallada de cada fenómeno. A esto no escapa al fenómeno de la economía social y solidaria donde, sin duda, la mayoría de sus emprendimientos responde a los criterios de los fundadores de esta corriente pero se puede afirmar que hay casos donde esto es “sólo en las formas” (por ej. con poco involucramiento y delegación en los cuerpos gerenciales), en otros casos están muy insertas en modalidades del sistema hegemónico (aquí está la variante de no tener la “agilidad” o “dinamismo” de muchas de ellas), en otros en prácticas fraudulentas (en particular en el sector financiero) y finalmente otras son formas encubiertas de terciarización o de empleo público encubierto.

Por lo tanto ir hacia un mundo mejor desde esta esfera conllevará rescatar el “espíritu y práctica sustantiva” de este amplio movimiento, del que hoy forman parte también las experiencias comunitaristas de pueblos originarios, e ir superando limitaciones y desviaciones como las mencionadas.

EL CASO PARTICULAR DE LAS EMPRESAS SOCIALES Y EXPERIENCIAS SIMILARES (Economía de Comunión, Sekem, etc)

En la parte del “cómo” de este blog hemos mencionado a este tipo de empresas y ongs como Ashoka  (y en Argentina) que las nuclean y promueven. Se puede ver también este documento de la Unión Europea.

Si bien no tienen las características “democráticas” de las empresas cooperativas, son una experiencia sumamente valiosa de organizaciones económicas para un mundo mejor. También cabe destacar casos como la experiencia de las empresas de economía de comunión (ver textos como este), en Egipto la experiencia de Sekem, Commonland y su enfoque de los cuatro retornos, la economía del bien común (y en Argentina), la economía ecológica, las ecovillas,  comercio justo y responsable y otras formas de intercambio, etc.

CONVERGIENDO DESDE LA ECONOMÍA PÚBLICA

En general se asocia al estado, tanto en los países capitalistas como en los socialistas, con “la burocracia”, y por lo tanto a complicar lo que puede ser sencillo, a ralentizar los procesos, a excesivos controles ex ante y no pocos y efectivos controles ex post, a no garantizar la provisión de bienes y servicios eficaces (cobertura de la población objetivo a veces por no contar con recursos y personal suficientemente calificado) y de manera eficiente (mínimo costo evitando el desvío de fondos y exceso de personal en algunas áreas) con  un buen estándar de calidad.

Sin embargo puede no ser así y de hecho hay ejemplos en países capitalistas como socialistas que son el contra-ejemplo de lo que se viene de mencionar. Citaremos sólo tres casos:

Aprender de experiencias como estas, con personal profesionalizado, fuertemente motivado, con remuneraciones y estímulos adecuados, que generan bienes y servicios de alta calidad será fundamental para ir un mundo mejor desde esta esfera.

En situaciones de monopolio natural, en sectores considerados estratégicos para una sociedad, o donde hay fallas de mercado y la empresa privada no ha funcionado correctamente, o donde las organizaciones de la economía social no han podido tomar el lugar de determinados bienes y servicios (en especial públicos) será fundamental que las organizaciones de este tipo de economía tengan procesos transparentes que eviten la corrupción (con severas penas cuando se pruebe), la selección adecuada del personal, su capacitación y formación profesional, así como mecanismos de evaluación que posibiliten una gestión eficaz y eficiente.

Cada sociedad en función de su historia, de su contexto y del mapa de actores que tenga verá cuales son los “bordes” de su Estado. Sin embargo, sí sabemos que cuando se tiende a estatizar todo -porque se pretende “tener todo bajo control”- esto ha generado burocracia, ineficiencia, corrupción y en muchos casos desabastecimiento, teniendo que recurrir a prácticas dictatoriales para sostenerse en el tiempo. Por lo tanto se termina yendo a un “mundo peor”.

CONVERGIENDO DESDE UN ACELERADO CAMBIO CIENTÍFICO-TECNOLÓGICO

Del que cabe preguntarnos si tenemos que converger de una “economía de plataformas” (¿el sistema capitalista en el siglo XXI?), con la posibilidad de terminar en alguna de las formas que menciona Harari en su libro “Homo Deus“?

Esta convergencia conlleva resolver, entre otros, la cuestión de la tributación de estas plataformas (muchas veces radicadas en paraísos fiscales o países de baja fiscalidad) y los vínculos entre las personas (bajo el formato de «libres» pero «precarias» en cuanto a las relaciones contractuales implícitas y laborales encubiertas). Del mismo modo sería deseable que se diera la posibilidad de que se promuevan “ecoinventos” y que ellos se apliquen fundamentalmente a la economía ecológica a fin de que el sistema sea “sustentable” y no terminemos con la especie humana. Por lo tanto «sin ningún sistema en el que haya humanos«.

¿Estas convergencias desde la economía plural podrán conducirnos a evolucionar e ir hacia variedades de postcapitalismo vinculado con un mundo mejor?

Revisando Críticamente Resultados

Puede ser que los móviles sean buenos (acordes con un mundo mejor) y que los procesos –desde una perspectiva previa a su implementación- hayan sido considerado correctos, pero, sin embargo, los resultados no sean satisfactorios para una mayoría de la población.

Hace tiempo leí una encuesta que se hizo a la población de algunas repúblicas de la ex Yugoslavia preguntándoles por la experiencia socialista, y la mayoría respondió que era “una buena idea pero mal implementada”. Esto se puede traducir que los resultados alcanzados –respecto de “la idea original”- no tuvieron adecuados procesos de implementación. Por lo tanto revisar los medios o procesos que se utilizan será de fundamental importancia.

Si tomáramos la reciente experiencia electoral estadounidense, podríamos decir que a pesar de los logros de la Administración Obama, un importante sector de la población norteamericana consideró insatisfactorios los resultados en particular a lo que se refiere a las expectativas futuras de lo que ellos consideraban acordes en cuanto a inserción laboral, ascenso social, a un mayor bienestar económico y al lugar de su país en el mundo (en particular en relación a China). Aquí revisar los “procesos” es muy complejo dado que conlleva revisar “la globalización vigente” (en este caso desde una perspectiva defensiva y proteccionista).

LOS RESULTADOS BUSCADOS POR DOS GRANDES CORRIENTES DE LA MODERNIDAD

 El capitalismo y el socialismo son hijos de la modernidad. En el caso del primero comenzó con su versión liberal, y luego –con el tiempo- se fueron dando una serie de variedades.

La promesa del capitalismo ha sido la riqueza de las naciones, y por lo tanto la riqueza de los individuos que forman parte de esas naciones. Desde los críticos más acérrimos (como Marx) hasta sus más fervientes defensores han coincidido que ha traído un gran progreso material. Los cuestionamientos han surgido por sus “costos” asociados a la relación entre capital y trabajo, a la desigualdad y a la destrucción del medio ambiente, entre las principales y en particular cuando el Estado no ha sabido o podido establecer reglas que trataran de mitigar o reducir estos efectos.

En la entrada vinculada con el “Por qué?” en esta página web, parafraseamos a Spiegel, H.W (“El Desarrollo del Pensamiento Económico, Omega, 1991) hablando de las dos grandes obras de Smith y allí decíamos que: “La Teoría de los Sentimientos Morales fue uno de los diversos intentos de desarrollar una ética basada en un principio unificador –en este caso la benevolencia y la compasión- que pudieran iluminar el armónico y beneficioso orden del mundo moral…

…Para la posteridad, sin embargo, su gran estatura intelectual se debe a La riqueza de las naciones, en la que intenta, en forma totalmente nueva, conciliar la nueva ciencia de la economía política en un universo newtoniano totalmente mecánico y, al mismo tiempo, armónico y beneficioso, en el que la sociedad se beneficia de las inintencionadas consecuencias de la búsqueda de interés particular de cada persona.

Hay, por lo tanto, una gran afinidad entre la estructura de La teoría de los sentimientos morales y la de La riqueza de las naciones. Ambos trabajos están integrados en un gran principio unificador. Lo que realiza la compasión en el terreno moral, lo hace el propio interés en lo económico. Cada uno de estos principios, en sus reinos respectivos, producen una armonía la que caracteriza al orden natural newtoniano….”

Un discernimiento detallado de lo anterior puede concluir en que hay “dos reinos” (el del individuo en su vida privada y el del mercado) donde en uno juega “la compasión” y en el otro “el interés”, entiendo a este relacionado con un utilitarismo individualista. Por lo tanto no hay ningún principio unificador entre estos dos reinos, sino que hay una disociación clara entre ambos (esto se podría extender al campo de “la política” en tanto “juego de ajedrez” entre bandos o grupos enfrentados, y cuyos conflictos no han pasado el límite de la violencia física, es decir al campo de “la guerra”).

Si lo anterior es cierto, podemos afirmar que este enfoque –donde prevalece el segundo reino y no el primero- no nos lleva a un mundo mejor, aunque haya progreso material. Para un mundo mejor el “primer reino debe avanzar –desde lo micro a lo macro- en forma sostenida sobre el segundo”.

Por otro lado está el socialismo. En el caso de su versión “revolucionaria”, si bien tiene como móvil la justicia y la libertad e igualdad plena, conlleva a la coacción sostenida a través de regímenes autocráticos que –en la experiencia del siglo XX y comienzos del XXI-, en general, terminan en “variedades de capitalismo”.

Por su parte el socialismo, en su versión socialdemócrata (también podríamos extenderlo a versiones del socialcristianismo), no caen en la coacción, han producido indudables avances en lo que se refiere a bienestar e igualdad, en el marco de una libertad amplia, aunque han sido afectados por la globalización capitalista, la burocracia y la pérdida de dinamismo en algunos casos.

Cuando hemos planteado en esta página web “la convergencia desde una economía plural” hemos tratado de plantear los mejores elementos de cada uno para ir hacia un mundo mejor.

LOS RESULTADOS DESDE UNA PERSPECTIVA ACTUAL, CONCRETA Y EN EL MARCO DE “LO QUE HAY” (LAS NACIONES UNIDAS)

 Si quisiéramos ir hacia resultados que se plantean hoy en el marco institucional global que tenemos en línea con un mundo mejor, mencionaremos en el punto siguiente, y sólo a título de ejemplo, partiendo de un “piso de acuerdo” a nivel internacional con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):

EL CUIDADO DE LAS PERSONAS Y DEL MEDIO AMBIENTE COMENZANDO POR LOS MÁS DÉBILES Y EN SITUACIÓN DE RIESGO

Tal vez podamos coincidir que hay que comenzar por quienes “están peor”. Esto significa en el caso de las personas aquellas que están en situación de conflictos armados, de pobreza –y peor aún de indigencia- y en especial sin esperanza de cambio. En cuanto al medio ambiente los sitios con mayor contaminación o con mayor riesgo de ella.

Conflictos armados: es urgente alcanzar acuerdos de paz realistas en el actual contexto internacional (nada fácil, por cierto, dado el juego geopolítico de las grandes potencias). La presión social, de distintas expresiones de la cultura (como las religiosas) y de los medios deberían jugar un rol significativo.

Respecto a pobreza, de las 6 metas de los ODS para la pobreza, sólo remarcaremos tres para seguir en detalle y ver los procedimientos concretos que permitan alcanzarlos:

  • Poner en práctica a nivel nacional sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos, incluidos niveles mínimos, y, para 2030, lograr una amplia cobertura de los pobres y los vulnerables
  • Garantizar una movilización importante de recursos procedentes de diversas fuentes, incluso mediante la mejora de la cooperación para el desarrollo, a fin de proporcionar medios suficientes y previsibles a los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, para poner en práctica programas y políticas encaminados a poner fin a la pobreza en todas sus dimensiones
  • Crear marcos normativos sólidos en los planos nacional, regional e internacional, sobre la base de estrategias de desarrollo en favor de los pobres que tengan en cuenta las cuestiones de género, a fin de apoyar la inversión acelerada en medidas para erradicar la pobreza

De todos ellos se remarca “la movilización importante de recursos”, y lo vinculamos respecto de lo mencionado al eje de “redistribución” a escala nacional y mundial que mencionáramos en la anterior entrada.

En cuanto al Cambio Climático, los ODS indican como metas:

  • Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países
  • Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales
  • Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional en relación con la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana
  • Poner en práctica el compromiso contraído por los países desarrollados que son parte en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático con el objetivo de movilizar conjuntamente 100 000 millones de dólares anuales para el año 2020, procedentes de todas las fuentes, a fin de atender a las necesidades de los países en desarrollo, en el contexto de una labor significativa de mitigación y de una aplicación transparente, y poner en pleno funcionamiento el Fondo Verde para el Clima capitalizándolo lo antes posible
  • Promover mecanismos para aumentar la capacidad de planificación y gestión eficaces en relación con el cambio climático en los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, centrándose en particular en las mujeres, los jóvenes y las comunidades locales y marginadas

Habrá que estar muy atentos a los pasos que dé el nuevo gobierno norteamericano al respecto, dada su influencia a nivel mundial.

PODEMOS AGREGAR: LOS EXCLUIDOS PORQUE NO HAY TRABAJO Y POR EL CAMBIO TECNOLÓGICO

Las  razones por las cuales sectores de la población de un país están excluidos de inserción económica (y por lo tanto a recibir el correspondiente ingreso) son múltiples. Por citar algunas de ellas: educativas básicas, formación profesional, falta de emprendedorismo, tipo de inserción de esa economía en el mundo (por lo tanto cuestiones vinculadas a la productividad, a la retribución de asalariados y empresarios, etc.), condiciones macroeconómicas (v.g. tipo de cambio) y otras que hacen a la falta de competitividad de esa economía (infraestructura y logística, tipo de bienes y servicios que se generan, nivel de retribución que tienen los distintos factores de producción respecto de otros países, etc.)…

Por lo tanto, en el contexto actual, resolver la cuestión de la exclusión del actual sistema, requiere de un abordaje múltiple no fácil de implementar.

En este punto vamos a suponer que habrá un sector de la población actual que no encontrará un fácil acceso a su inserción económica y que otro sector de la población futura tampoco lo tendrá por el cambio tecnológico. Si bien se ha discutido mucho en el pasado si los cambios tecnológicos hacen perder o no ocupación en la economía, hoy sabemos que el balance es crecientemente negativo dada la robotización, la “uberización” de distintos sectores, etc. Si a esto le agregamos el impacto posible que pueden tener a no muy largo plazo las impresoras 3D en la fabricación de alimentos, prendas, objetos….los desplazados o no incluidos serán millones !!!

Por lo tanto qué hacer para ir a un mundo mejor para estos sectores? Algunos lineamientos que se vienen proponiendo o a proponer:

  • Generar o potenciar “viejas actividades” vinculadas a la formación profesional respecto del cuidado de las personas (enfermería, cuidado y acompañamiento de personas con dificultades por su edad o por tener capacidades diferentes) y cosas (construcción y mantenimiento a nivel local, y de hogares, forestación y embellecimiento de paisajes). Incremento de “viejas actividades” vinculadas con el fomento y la práctica de las distintas manifestaciones del arte y del deporte. Preparar a la población para emergencias (terremotos, inundaciones, etc.)
  • Generar o potenciar “nuevas actividades” vinculadas con el cuidado del medio ambiente (remediación de pasivos ambientales, generación de nuevas energías y de producción limpia) e implementación de nuevas tecnologías de la comunicación y la información (desde software hasta empalmadores de fibra óptica), nuevas manifestaciones del arte (vinculadas con la creatividad y nuevas tecnologías). Conocimiento y práctica del funcionamiento de las impresoras 3D. Preparar a la población para nuevas emergencias derivadas del cambio climático, tecnológico y migraciones masivas.
  • Rediseñar los sistemas de ingreso y de seguridad social en la línea de un ingreso de ciudadanía o básico universal como se está comenzando a ensayar en algunos países de Europa, a fin de fijar un piso “digno” de subsistencia.
  • Fomentar el cambio de una “cultura de sociedad salarial” a uno de una “cultura de ocio creativo y solidario” (tantas personas y situaciones en las qué ayudar !!!) donde podamos sentirnos que tiene un “significado” positivo estar en este mundo.

LA UTOPIA DE UN MUNDO MEJOR

Decíamos en la Introducción de esta página web, respecto de qué un mundo mejor nos debería conducir a ser felices promoviendo la empatía, la amistad, el amor, la solidaridad…

Sabemos que ello no es posible entre millones de personas (a pesar de la canción de Roberto Carlos, “yo quiero tener un millón de amigos”), dado que ello se da entre pocas personas. Lo macro debería facilitarnos esta situación micro, y determinados cambios tecnológicos (como el caso de las impresoras 3D) parecen ir en la dirección de potenciar las pequeñas escalas.

Entre tanto en la “gran escala” seguirán predominando la ley, incentivos y desincentivos en las esferas de la provisión de bienes y servicios, del intercambio y la redistribución, así como la existencia de grandes organizaciones (con lo que conlleva de concentración del poder y peligro de burocratización) vinculadas a las escalas de los Estados y de la globalización. Esta última necesita re-diseñarse partiendo de una nueva división del trabajo diferente a la existente, con nuevos valores y nuevas organizaciones que trasciendan a los estados nacionales. Por ahora parece que vamos en dirección contraria a una globalización que promueva la inclusión de todas las personas (en especial en sus territorios de origen), disminuyan la desigualdad y promuevan la solidaridad.

Para finalizar podemos hacer nuestras las palabras del filósofo Derek Parfit, tomadas del artículo de Peter Singer «La vida de un filósofo que importó» donde expresa: «la vida puede ser maravillosa así como puede ser terrible, y nuestro poder de hacerla buena será cada vez mayor. Es posible que la historia de la humanidad apenas esté comenzando, de modo que podemos esperar que los humanos, o supra humanos, del futuro puedan alcanzar algunos grandes bienes que ahora no podemos ni siquiera imaginar. Como dijo Nietzsche, nunca hubo amanecer tan nuevo y horizonte despejado, ni un mar tan abierto».

Aunque es difícil vale la pena intentarlo en lo micro y en lo macro, no?