Economía Feminista

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Esta nota intenta ser una síntesis del libro de Mercedes d´Alessandro denominado con el título y la imagen de la entrada. Al respecto para una comprensión más cabal se sugiere la lectura del mismo y ver -entre otros- aportes como los mencionados al pié de página (*).

En la contratapa del libro mencionado se hacen las siguientes preguntas: «¿Hay una inclinación natural en las mujeres por enseñar y en los varones por construir? ¿Nacen las bebas con una escoba bajo el brazo y los bebés con taladros? ¿Por qué el trabajo doméstico no remunerado es “cosa de mujeres”? ¿Por qué sólo el 4% de las empresas más grandes del mundo tiene una CEO? ¿Cómo es que en 2016 la mayoría de los países nunca ha tenido una presidenta? Para responder estas preguntas Mercedes D’Alessandro, economista, propone un viaje al lado menos visible de la desigualdad, un recorrido que atraviesa las ideas centrales de la economía y muestra los nuevos desafíos que enfrentan las mujeres hoy: la brecha salarial, su rol como amas de casa desesperadas, la pobreza sexista. Basado en evidencia estadística, Economía feminista cuestiona estereotipos y postula una reflexión profunda sobre nuestras relaciones sociales; al mismo tiempo, aporta ideas inspiradoras para la construcción de un futuro más igualitario y por lo tanto más justo. Porque la igualdad es un negocio para todos, y porque las mujeres ganan menos que los varones en todo el planeta, ¡y tu mamá también!».

En la síntesis que hace Paula García Aguilar, entre otros conceptos se menciona: «¿Por qué es necesaria una mirada feminista de la economía? Básicamente, porque la sociedad se transformó y la vida cotidiana contempla procesos y dimensiones que la economía clásica no considera como parte de la producción y distribución de la riqueza. Es preciso, entonces, no solo incorporar nuevas temáticas al análisis económico, sino también transformar los conceptos que se utilizan para abordar los procesos económicos. Es posible pensar a la economía feminista como un corpus teórico y político en construcción que abreva a múltiples fuentes para enriquecer su mirada analítica y explicativa.

El texto se organiza en capítulos que van desmenuzando problemáticas nodales dentro del campo de debates de la economía feminista. Su primer capítulo aborda la llamada “brecha salarial” entre varones y mujeres. Particularmente, los factores que hacen que las mujeres ganemos menos que los varones por el mismo trabajo, diferencia que se verifica a nivel mundial. Allí se subraya que las diferencias de salario en trabajadores y trabajadoras con igual educación, experiencia y horas trabajadas siempre perjudican a las mujeres. Dentro del grupo de trabajadoras, esta situación se agrava entre las mujeres indígenas, campesinas o negras, quienes ganan menos que las trabajadoras blancas. Más aún, así como los salarios de las mujeres son más bajos, también se produce una baja de salarios relativos en los varones, por lo que la provisión del hogar basada en un solo proveedor ya no es suficiente. Esto genera, entre otros procesos, la necesidad de las mujeres de obtener empleo fuera de casa con mayor frecuencia. Asimismo, en los trabajos informales, las brechas salariales entre varones y mujeres son aún mayores.»

Frente a la cuestión sobre «la diferencia que se entiende como “pared de cristal”, es decir, aquella frontera simbólica trazada entre las ocupaciones que no permiten su cumplimiento indistinto por varones o mujeres. La autora se pregunta: ¿por qué todavía existen?, ¿por qué es tan complicado transformar esta situación? En este sentido, las causas que señala son múltiples: desde los prejuicios de empleadores y consumidores sobre las habilidades y capacidades de las mujeres para ejercer ciertas tareas hasta la naturalización de aquellas consideradas como una suerte de extensión de la función maternal como los casos típicos de la enfermería y la docencia, profesiones altamente feminizadas. Además, tal como se plantea en el libro, la formación de una familia sin la estructura necesaria para distribuir las tareas de cuidado se presenta ante las trabajadoras como un obstáculo para el desarrollo de la vida profesional, política, académica laboral, artística o deportiva en las mismas condiciones que los varones. Esto es así porque el mundo laboral está organizado y preparado en términos masculinos. Existen factores que van excluyendo a las mujeres con hijos de ciertos ámbitos de desempeño laboral en tiempo de crianza, como las reuniones nocturnas o los viajes que no contemplan los horarios escolares. La autora también recupera investigaciones que plantean ciertas dificultades a la hora de negociar las condiciones laborales por parte de las mujeres, y encuentra dificultades de autovaloración y confianza a la hora de plantear sus demandas.

De este análisis de las brechas salariales, se desprende la necesidad de lograr políticas públicas orientadas específicamente a cerrarlas. Para ello, la autora propone “estimular el pago igualitario, combatir los estereotipos y roles tradicionales, incentivar a las mujeres en sus aspiraciones, contribuir con sistemas de cuidado que permitan una mejor asignación del trabajo doméstico”. Asimismo, destaca la necesidad de que el tema sea contemplado en las negociaciones colectivas de salarios y condiciones de empleo a través de sindicatos y asociaciones de trabajadores.»

El libro tiene nueve capítulos, un epílogo y 207 páginas, por lo que no se puede sintetizar en esta breve nota. Hay que aclarar que en el capítulo IX  se plantea «la inclusión de las variables LGBT en los modelos económicos», con lo cual va más allá de lo femenino. Como se ha expresado al principio, se invita a su lectura. Incorporar la economía feminista y la relevancia del tema nos lleva a un mundo más igualitario y mejor.

(*) Entre ellos el sitio economiafemini(s)ta, esta fuente y aportes como los de Natalia Gherardi (en esta nota), Silvia Federici y de la economista Lucia Cirmi Obón que se puede ver en este video del minuto 15,47 en adelante. De todos modos la temática del feminismo, como otras, también está sujeta a debates tal como plantea esta nota.

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