Y forestación

Este link de la FAO nos plantea que «la plantas nos proporcionan alimentos, medicinas, madera, combustible y fibras. Además, brindan cobijo a multitud de otros seres vivos, producen el oxígeno que respiramos, mantienen el suelo, regulan la humedad y contribuyen a la estabilidad del clima. Las plantas verdes pueblan toda la Tierra. Son los únicos seres vivos capaces de captar la energía del sol para fabricar materia orgánica y liberar oxígeno. Por esta razón, son indispensables para la vida de otros organismos.

Existe una inmensa variedad de plantas, algunas muy simples, otras muy evolucionadas. Forman parte de todos los ecosistemas y se han adaptado a diversos climas y condiciones del suelo. Algunas pueden vivir en sitios muy secos, otras necesitan agua abundante. La mitad de los alimentos que consume la humanidad procede de sólo tres especies de plantas: el trigo, el arroz y el maíz. Más del 40% de las medicinas derivan de las plantas. Algunas se utilizan directamente, como las hierbas tradicionales. Otras se originan en el mundo vegetal, pero sufren complicados procesos de transformación».

De lo anterior surge lo vital que son las plantas para el ecosistema (y «su inteligencia«) en el que nos desenvolvemos y de allí el peligro de la deforestación. Según el link que venimos de colocar «talar árboles sin una eficiente reforestación resulta en un serio daño al hábitat, en pérdida de biodiversidad y en aridez. Tiene un impacto adverso en la fijación de dióxido de carbono (CO2). Las regiones deforestadas tienden a una erosión del suelo y frecuentemente se degradan a tierras no productivas»,

En esta nota del World Economic Forum sobre «cómo reforestar el mundo expresa que «si seguimos perdiendo cubierta forestal, será imposible cumplir el objetivo del acuerdo climático de París de limitar el calentamiento global a menos de dos grados Celsius (por encima de los niveles preindustriales) antes de 2050. Y lo cierto es que para cumplir el objetivo, necesitamos recuperar una cantidad importante de la cubierta ya perdida. Hay dos formas de reforestar. La primera es abandonar a la naturaleza tierras que hoy se usan para la agricultura y esperar que aquella las reconvierta en bosque. Esto no costaría mucho, pero llevaría décadas. La segunda opción es más proactiva: plantar árboles nuevos en abundancia.

Como parte de la Declaración de Nueva York sobre los Bosques, firmada en 2014, numerosos gobiernos se comprometieron a restaurar cientos de millones de hectáreas de bosque. Pero la mayoría enfrenta restricciones presupuestarias que dificultan financiar las medidas correspondientes, de modo que también se necesitará la participación del sector privado. Cuando los bosques tienen valor económico, es más probable que sean cultivados antes que destruidos. De hecho, hace milenios que la humanidad cultiva árboles por lucro; hoy, los bosques productivos cubren un área de más de mil millones de hectáreas, es decir alrededor de la cuarta parte de la superficie boscosa del mundo. Esos bosques producen leña (destino de cerca de la mitad de los árboles cortados) y materiales usados en la confección de ropas, aceites para jabones y lubricantes, frutas y otros alimentos, como el cacao. La demanda de estos productos está en aumento, aunque no tanto como para compensar la menor demanda de papel de diario resultante de la informatización.

¿Cómo aumentar la demanda de productos forestales? Una posibilidad prometedora es la construcción. La madera siempre ha sido un importante material edilicio, y sigue siéndolo (para la construcción residencial) en lugares como Estados Unidos, Escandinavia y partes del sudeste asiático. Pero en la actualidad, los materiales constructivos más usados son la combinación de ladrillos y mortero, el concreto y, para las estructuras más grandes, el acero; materiales todos ellos en cuya fabricación se emiten grandes cantidades de dióxido de carbono. Aunque es difícil que la madera pueda reemplazar por completo cualquiera de estos materiales, hay nuevos tipos de madera procesada que resultan más competitivos. Uno de ellos es la madera contralaminada (MCL), que se hace encolando entre sí capas de madera para formar paneles que son tan fuertes como el acero o el concreto y pueden reemplazarlos como material constructivo».

Este video nos muestra formas inspiradoras de países que están forestando, y también se pueden ver videos de forestación en el desierto, así como de forestación con agua residual reciclada urbana y que sea sustentable, y de iniciativas de países de Africa vinculados con el desierto del Sahara. También se plantea la forestación vinculada con la seguridad alimentaria en este video o la importancia de la forestación urbana. Es muy interesante e innovadora la iniciativa del gobierno de Tailandia (1) sobre «bombardear con semillas» zonas de su territorio que se puede visualizar en este video, así como el planteo de Nueva Zelandia de plantar 100 millones de árboles por año, lo realizado en Etiopía o iniciado en Chile. En cuanto a explotación innovativa y sostenible de bosques es interesante esta experiencia de Suecia. Algo más evolucionado en Alemania es esto.

La forestación también sirve para evitar deslaves con bioingenieria, y cuando se realice -en general- debe prever la existencia de cortafuegos. Los distintos países tienen normas para impulsar la forestación y/o penalizar la deforestación: en el caso de Argentina podemos mencionar, la ley de inversiones para bosques cultivadosla ley de protección de los bosques nativos, entre las principales, y hay jurisdicciones como la Provincia de Córdoba que tienen normas como esta.

Las normas e instrumentos de políticas públicas en esta dirección, sin duda, nos conducen a un mundo mejor.

(1) según esta fuente el método de bombardear con semillas se originó en Japón en los años 70 y se aplica a muchos otros países como Brasil o Kenya.

Y la educación de nivel medio

La educación en la Argentina se ha venido deteriorando, tal como lo demuestran distintas evaluaciones (desde las que hace el Estado hasta las pruebas PISA), y en la escuela pública de nivel medio sólo egresa el 30%.

Frente a esto hay experiencias concretas que van revirtiendo esta situación. En una nota del diario Clarín se comenta la experiencia de la Escuela ISPI 9073 José M. Estrada, de Santa Teresa, una localidad de 3.000 habitantes ubicada a 55 kilómetros de Rosario, en la provincia de Santa Fe. Allí se expresa como «en esa secundaria no hay más clases magistrales: el aprendizaje está centrado en los alumnos. Es que desde 2016, se implementó un nuevo sistema de educación donde los adolescentes trabajan en proyectos colaborativos, asisten a talleres y son evaluados de manera integral, sin exámenes convencionales, tomando en consideración competencias que van desde cuestiones teóricas de contenidos hasta, por ejemplo, habilidades interpersonales. Los resultados están a la vista: la escuela mejoró todos sus indicadores y las evaluaciones nacionales Aprender del año 2017 la ubican por encima de la media nacional».

El motor de esta iniciativa fue su rector, Ariel Alberto Rotondo (51), quien «comenzó a investigar en profundad la situación y pensar alternativas. “Fueron cinco años de documentar estadísticas, concientizar sobre la necesidad de un cambio a toda la comunidad educativa, avanzar a prueba y error. Hasta que hace más de dos años, con el apoyo de los docentes, decidimos dar el gran paso”, señala el directivo. Modelos educativos de Finlandia (ver imagen de la entrada) o el de Horitzo 2020, un proyecto de la Fundación Jesuitas de Educación (FJE) de Cataluña, fueron referencia obligada, pero “sólo como inspiración, porque no creo que se pueda trasladar o replicar modelos”, aclara el rector.

El sistema implementado en la Estrada se basa en tres pilares: aprendizaje centrado en el estudiante, transparencia administrativa y pedagógica, y liderazgo distribuido. En una primera instancia, la idea para aplicarlo fue elaborar un proyecto por curso. Estaban vinculados con la salud, la violencia o la comunicación, entre otros tópicos. En 2017, segundo año bajo el nuevo sistema, llegaron a tener 50 proyectos. Mientras que este año concentraron todo en seis troncales: Nuestro Cuerpo, Nuestra identidad, Nuestro lugar, Nos comunicamos, Matemática al 100%, Administramos nuestro hogar, nuestro negocio y nuestra empresa

“Antes del cambio de sistema, más del 80% de los alumnos no sabía qué hacer al egresar del secundario. Según los resultados de las evaluaciones Aprender 2017, ahora el 88% sabe lo que quiere seguir, y más del 80% considera interesantes los contenidos que recibe”, informa Rotondo.»

En otra nota del mismo periódico se informa que la Argentina ha adoptado un enfoque y práctica de política pública educativa desde 2019 y hacia 2025, como el que se acaba de mencionar. Al respecto se indica que «el próximo 1° de noviembre de 2018, cada una de las provincias deberá presentar ante el Consejo Federal de Educación su plan de implementación de la nueva secundaria, que deberá arrancar en 2019, con la gradualidad que cada una elija. Pero todas están obligadas a completar el total de sus escuelas hacia el año 2025. Algunos distritos ya empezaron. Por ejemplo, Río Negro lo hizo en forma completa desde 2017. O la Ciudad de Buenos Aires, que arrancó este año con los primeros años de 19 escuelas y proyecta incorporar 25 colegios más el año que viene». Esto irá acompañado de una nueva forma de enseñar matemáticas basada en el modelo de Singapur.

Las experiencias como las de los Jesuitas de Educación (en Catalunya, España) o las políticas públicas implementadas en países como Finlandia (ver acuerdo de Argentina con este país) han sido inspiradoras de esta política pública sobre la escuela secundaria en Argentina. Seguramente, si se implementa bien, nos ir acercando al arquetipo de estado de bienestar de los países nórdicos y a un mundo mejor en el campo educativo que luego se podrá extender a otras dimensiones socioeconómicas.

PD: En el marco de lo señalado, y desde una perspectiva más general, es interesante esta nota de María Eugenia Estenssoro, así como este link.

Para las mipymes

Las políticas públicas para las pymes se encuentran dentro de un contexto mayor como ser la política macroeconómica, la relativa a cadenas de valor y sectores, entre las principales. En esta nota, en general, sólo nos referiremos a las específicas sobre esta escala de empresas y alguna referencia al surgimiento de emprendedores.

En Argentina hay entidades públicas (como la Secretaría de Emprendedores y Pymes), entidades empresarias como CAME y el Departamento Pymi, desarrollo regional y transporte de la UIA, la Fundación Observatorio Pyme y publicaciones como la revista Pymes que tratan sobre esta temática. A continuación colocaremos algunos links (en general del Senado de Argentina) con información que pueden ser de utilidad:

entre otros.

Sobre las cooperativas

En este blog nos hemos referido a las cooperativas como una expresión relevante de la economía social y solidaria. Tiene como antecedente premoderno a la economía comunitaria cuyas expresiones fueron desde las actividades comunes de subsistencia de los recolectores y cazadores, pasando por los pueblos indígenas, originarios o ancestrales, hasta expresiones comunitarias contemporáneas provenientes -en especial- de distintos cultos, doctrinas y culturas.

Son organizaciones que surgieron «de abajo hacia arriba« donde se combinó la necesidad mutua con una visión, doctrina, ideología o corriente de pensamiento con otros valores diferentes al individualismo y al lucroCon la emergencia del socialismo revolucionario o real (a partir de la «dictadura del proletariado») o de corrientes autocráticas, se buscó imponer «de arriba hacia abajo» este tipo de experiencias. Sin embargo las mismas no se sostuvieron en el tiempo (el caso más claro es el de Rusia en su pasaje de la ex URSS al capitalismo) o las personas que participan de las mismas dicen que «son empleadas del Municipio» u otro ente del estado que las contrata o subsidia.

Siendo consistentes con lo que se acaba de mencionar, las políticas públicas en una sociedad democrática hacia este sector sólo pueden ser, en principio, de cuatro tipos:

  1. De propiciar la cultura de la cooperación (asociativismo, trabajo en equipo, cooperación mutua, del compartir…) y de una educación desde el nivel inicial hasta el universitario donde estén incorporados los valores y prácticas de la cooperación,
  2. De regulación de su institucionalización, evitando fraudes y desviaciones, en un marco de libertad de asociación, reconociendo y respetando su identidad cooperativa, teniendo en cuenta la Resolución ONU 56/114 y la Recomendación de la OIT 193 sobre la promoción de las cooperativas (1),
  3. De la posibilidad de acompañar, en sus fases de incubación y primeros pasos, la dinámica asociativa y la dinámica empresarial (en lo sectorial y en las cadenas de valor), así como en las empresas recuperadas y cooperativas de trabajo (en particular esta última dinámica). Son muy diferentes pero deben estar bien articuladas para que no se desnaturalice su finalidad cooperativa y a la vez no sucumba como empresa a la competencia capitalista (algo de esto se mencionó en esta nota),
  4. En el caso de cooperativas sociales -en particular en el caso de la Argentina- vinculadas a la economía popular, a empresas recuperadas que estén descapitalizadas o con grandes deudas, de servicios públicos o similares, la posibilidad de algún subsidio para su sostenimiento, crecimiento o reconversión, a fin de que cumplan adecuadamente con su finalidad de bien común, ante el problema del empleo, la ausencia del mercado o de la gestión estatal.

Tal vez, sería interesante que un movimiento ciudadano amplio, donde se sume también el estado como «facilitador», promuevan una articulación entre el movimiento cooperativo, de mutuales y otras modalidades de economía social, con expresiones socioeconómicas similares pero que no tienen características democráticas. Ellas pueden ser las empresas sociales (nucleadas, por ejemplo, en Ashoka), la economía de comunión, la economía del bien común, la economía ecológica (desde empresas sustentables ambientalmente hasta ecovillas) y otras de espíritu no lucrativo afines a las primeras.

A continuación de presentan algunos links que, tal vez, pueden ser de utilidad:

(1) las normativas mencionadas se han tomado de una conferencia del Dr. Dante Cracogna en la V Cumbre Cooperativa de las Américas del 23 al 26 octubre de 2018. Cabe destacar también la declaración de la UNESCO incorporando a las cooperativas dentro del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

PD: Sobre el pasaje de una empresa recuperada a una cooperativa en Argentina es interesante, entre muchos otros, el caso de Grissinopoli (en la actualidad «Cooperativa La Nueva Esperanza») cuya película se puede ver en este link.

Sobre las ongs

El asociativismo ha tomado y toma distintas modalidades. Entre ellas están las que se enfocan en modalidades «sin fines de lucro«. Unas de ellas son bajo la forma del mutualismo y de emprendimientos cooperativos, y otras son como asociaciones civiles y fundaciones que, en general, se las denomina organizaciones no gubernamentales, y se las incluye como parte del «tercer sector«.

Respecto de las políticas públicas hacia ellas podemos decir que la fundamental es una regulación que posibilite su creación y desarrollo para el cumplimiento de sus fines, y que los mismos no se distorsionen. Para ello la regulación y la organización del estado debe velar por un control adecuado. Las organizaciones no gubernamentales an Argentina están reguladas por el Código Civil y Comercial, y la ley de asociaciones civiles. En cuanto a las personas que hacen tareas de voluntariado social la ley que las rige es la 25855. Cabe destacar que en el mundo hay normativas muy avanzadas en este campo como las de España o Italia, y que son dignas de emular.

Hay distintos tipos de ongs en cuanto a su finalidad, organización, metodologías y alcance territorial. Más allá de su libre funcionamiento y autonomía en una sociedad democrática, se considera que sería deseable un cierto nivel de coordinación entre las que tienen finalidades y territorios similares a fin de no sólo evitar la rivalidad (en especial por recursos escasos) sino más bien para optimizar su accionar.

En lo que se refiere a la relación con el Estado, hay dos dimensiones a considerar:

  1. en el marco de las responsabilidades indelegables del estado y de la autonomía de las ongs, sería útil que se promoviera un enfoque de esfuerzos compartidos entre ambos en el ámbito nacional (en el caso de Argentina por ejemplo en el CENOC, que vayan más allá de su registración) y en particular en provincias y municipios, en acciones de desarrollo, de promoción social, en la salud, en la educación (por ejemplo en ayuda escolar), en recreación (por ejemplo en música y deporte), en medio ambiente….por citar sólo algunas de las dimensiones.
  2. el estado debe garantizar los recursos para las políticas sociales y de derechos a ser garantizados. Pero, en determinadas ocasiones, por razones de eficacia y eficiencia, la gestión estatal no es posible o conveniente de realizar y se puede requerir el auxilio de organizaciones sociales (evitando el clientelismo) para su prestación, con los debidos controles.

Por último cabe destacar que el desarrollo de plataformas como el de la ong quiero ayudar en Argentina, es un ejemplo para posibilitar articulaciones de ongs, una pluralidad de opciones de voluntariado así como de distintos aportes solidarios y de acciones orientadas al bien común en un lugar y sector concreto. Promover la participación ciudadana de diferentes maneras, no sólo espontáneas o informales, sino a través de organizaciones no gubernamentales, nos ayuda a converger hacia un mundo mejor.

PD: En países de lengua inglesa también se las denomina «charity organizations» (organizaciones de caridad), bajo la forma de asociaciones civiles o fundaciones.

Sobre lo regional, y la cuestión del federalismo

Los recursos, vinculados al conocimiento sobre la temática regional y las políticas públicas vinculadas, están condicionados al acceso a la información de quien escribe esta nota, y a que estas búsquedas han sido realizadas desde Argentina (documentos del Senado y otros) en los últimos años. Se agradecerán aportes que se puedan realizar para enriquecer este documento. Aquí van links sobre:

entre otros.

Esperamos que sean de utilidad para quienes estudian la temática regional y se proponen políticas públicas al respecto.

La importancia de políticas públicas basadas en la evidencia

En este blog hemos analizado la cuestión de los números, impactos y prioridades de políticas públicas, más allá de las visiones, enfoques, aspiraciones, deseos, relatos…sobre las acciones políticas que se plantean encarar.

Un avance importante en esta dirección ha sido la presentación la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, referente a una Guía de Políticas Informadas en EvidenciaEn este video se la presenta, y esta nota figura la guía completa.

Sería deseable que se implementara en el Congreso Nacional (tal vez asociada a la Oficina de Presupuesto), con el fin de poder objetivar el debate sobre el posible impacto real de las distintas políticas públicas. Podría llevarnos a una Argentina mejor.

Números, impactos y prioridades de las políticas públicas

Las políticas públicas que generan erogaciones, inversiones o incentivos materiales en determinadas direcciones (sectores o regiones) tienen un costo o contra parte en dinero y ello se refleja en el presupuesto de un estado (a nivel nacional, provincial o municipal). Como ideal es bueno que estas políticas públicas sean eficaces (en cuanto a alcanzar el objetivo que se proponen) y eficientes (en cuanto a su mínimo costo para un determinado nivel de calidad de las mismas). Esto último descarta la posibilidad de que haya sobreprecios por corrupción, y por lo tanto la transparencia, libre acceso y competencia en su provisión, en el caso de que intervenga el sector privado en alguna parte de estas políticas.

Dado que el presupuesto se debate en el Congreso, o legislaturas a otros niveles, se supone que las políticas públicas se priorizan en un contexto de recursos limitados o escasos (en función de los recursos fiscales disponibles o financiables)  y con fines múltiples posibles de ser asignados. Para ello las políticas públicas deben ser cuantificadas en lo que se refiere a su costo, y no solamente en cuanto a la población, sector o región destinataria.

En el caso del Congreso de Argentina la ley 27343, del 21/12/2016, crea la Oficina de Presupuesto del Congreso (abreviada OPC a los efectos de la ley que la crea) como un organismo desconcentrado del Congreso de la Nación. En su artículo 2do, establece que son funciones, responsabilidades y facultades de la Oficina de Presupuesto del Congreso:

1. Analizar las estimaciones de ingresos, gastos, metas físicas y deuda pública contenidas en el proyecto de ley anual de presupuesto.
2. Apoyar a las comisiones de Presupuesto y Hacienda y a la Comisión Mixta Revisora de Cuentas de la Administración en el cumplimiento de sus objetivos.
3. Realizar estimaciones del impacto presupuestario de los proyectos de ley ingresados a las comisiones de Presupuesto y Hacienda, a solicitud de dichas comisiones.
4. Realizar estudios, análisis y evaluaciones del impacto logrado por políticas y programas del gobierno en relación a su asignación presupuestaria, a solicitud de las comisiones de Presupuesto y Hacienda.
5. Llevar a cabo análisis sobre los tributos vigentes así como del impacto y la eficacia de los proyectos de ley que propongan modificaciones y/o creación de tributos e impuestos, a solicitud de las comisiones de Presupuesto y Hacienda.
6. Llevar a cabo estudios sobre las temáticas referidas a federalismo fiscal.
7. Efectuar estudios sobre la sostenibilidad intertemporal de la deuda pública, incluyendo análisis de la deuda registrada, de la deuda no registrada y de pasivos contingentes.
8. Promover la incorporación de la perspectiva de género en la asignación de los recursos presupuestarios. Para ello se utilizarán las herramientas del Presupuesto Sensible al Género (PSG) al análisis de proyectos, a fin de determinar el presupuesto destinado a la eliminación de las desigualdades de género. Asimismo, se promoverá la evaluación presupuestaria, en función de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
9. Efectuar un seguimiento del cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 37 de la ley 24.156«.

En esta página, entre otros, se pueden visualizar publicaciones y documentos de la OPC. Es importante que tanto los/as legisladores/as como las instituciones de investigación, ongs de políticas públicas, ámbitos académicos y ciudadanía, podamos visualizar cuando se propone o legisla sobre una política pública cuales son sus costos, posibles impactos y alternativas. Ello nos puede ayudar a objetivar el debate y alcanzar mejores decisiones en orden al bien común (1), en el marco de prioridades y consensos nacionales de políticas de estado.

También hay Oficina similares en otros países de América Latina así como en Estados Unidos de América.

PD: Se agradece a Luciano Gerardi por la edición de la imagen de entrada a esta nota.

(1) Es relevante la iniciativa de Nueva Zelanda de vincular el presupuesto al bienestar de la población.

Desertificación y cambio climático: ¿se puede hacer algo?

Sabemos que el manejo de suelos y la deforestación son causas relevantes en el proceso de desertificación. A ello hay que agregar las consecuencias del cambio climático con el proceso de incremento de la temperatura promedio a nivel global y la paulatina desaparición de los glaciares y cumbres nevadas. Ello tiene gravísimas consecuencias «aguas abajo» en el proceso de desertificación de los suelos. Un caso que ya aparece como extremo en Australia o también en Chile.

En una interesante nota de Silvia Naishtat sobre el caso específico de la meseta patagónica señala «la falta de agua, los pastos no crecen, las ovejas son cazadas por pumas y zorros colorados y hay millones de de hectáreas de campos abandonados….Sólo en Santa Cruz se calculan 9 millones de hectáreas abandonadas sobre 22 millones de hectáreas destinadas a la ganadería. Otro tanto ocurre en Chubut». Entre las distintas consecuencias económicas señala que «de acuerdo con Carlos Epper, CEO de a Asociación de Criadores de Merino, la Patagonia llegó a contabilizar 80 millones de ovejas.En 2019 no llegan a 12 millones. Eran 14,5 millones en 2003. Así las cosas, el país no tiene stock suficiente y puede perderse una oportunidad única. La lana representa el 3% de la fibra textil que se utiliza en el globo, por lo que tendría mucho margen para crecer en participación ante consumidores cada día más amigos de las fibras naturales».

Según esta nota y frente a la desertificación de 650.000 has por año, se destaca «que desde el Estado se ha desarrollado un Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación (que depende del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación), cuya finalidad es cuantificar la naturaleza y la severidad de los impactos de estos fenómenos para construir capacidades de intervención que permitan atenuar estas consecuencias». Para ello este Observatorio fija «siete aspectos centrales en el Manejo Sostenible de Tierras: la conservación del suelo; la regulación hidrológica y la conservación de la calidad del agua; la conservación de la biodiversidad; la fijación de emisiones de gases con efecto invernadero; contribuir a la diversificación y belleza del paisaje; conservar la identidad cultural; y evitar la contaminación». Entre sus actividades viene desarrollando una serie de talleres.

Entre las preguntas que podemos hacernos es si el cambio climático sigue avanzando -como todo parece que será así-  y el panorama será cada vez peor (1) ¿se puede hacer algo más «radical» o significativo al estilo de los proyectos de obras públicas que se planteó Sarmiento, o la regulación de las cuencas propuestas por Ameghino, en el siglo XIX? ¿o países como Holanda con el manejo del agua? (2) Entre las ideas a explorar (3) sería la de realización de estudios para evaluar la factibilidad ambiental y económico-social de construir acueductos de la cuenca del Paraná (4) hacia las zonas en proceso avanzado de desertificación de Argentina. Algo también ha evaluar, en especial en cuanto a monto de la inversión, tecnología accesible y capacidad de repago de la misma, son iniciativas como esta de China que combinan energía solar y riego en zonas áridas, o esta.

Si lo anterior fuera factible, nos permitiría poner en valor vastos territorios actuales así como generar repositorios de agua en economías regionales que pueden estar amenazadas en el futuro (por ejemplo las que producen vino, frutas, legumbres, etc.) por la falta de agua que fluye del deshielo de lo alto de la cordillera de los Andes. Sería una medida sensata a encarar -además de políticas a distintas escalas- y nos puede ayudar a no ir hacia un mundo cada vez peor (5).

(1) Ver por ejemplo los incendios en Australia, la costa oeste de EEUU o en la provincia de Córdoba hacia finales de septiembre de 2020. También se debe incorporar que, en el caso de la región y de Argentina, el corrimiento -hacia el oeste- de la isohieta de 600 mm. hace que -cuando no hay sequía- se puedan producir productos como soja o similares, que antes no era posible. 

(2) Por no citar antecedentes históricos más antiguos como la maravilla en ingeniería de los acueductos romanos, a través de los cuáles se proveía del agua necesaria a las ciudades e industrias del Imperio; el Acueducto de Kávala o el Túnel de Eupalino en Grecia y más cercano a nosotros, en el Cusco, Perú, los acueductos construidos por los Incas,  para recuperar e irrigar de forma subterránea y también superficial a través del Valle de Nazca.

(3) Que podrían realizarse por parte del Consejo Federal de Inversiones, o en el marco del acuerdo con Holanda, así como con fondos internacionales o privados. Estos últimos podrían articular el costo de los estudios y la ejecución de las obras con el cobro de regalías por puesta en valor de las tierras irrigadas (se podría pagar en productos como kilos de lana u otros, al igual que se hace con el plan canje cereales en otras regiones, o asociándose con la cadena de valor de los productores favorecidos). También habría que estar atentos a cambios tecnológicos como este.

(4) Cuenca, en general, superavitaria de agua y que genera inundaciones cíclicamente en las Provincias del litoral. De todos modos no es el caso en el año 2021 y posiblemente en 2022. También habría que hacer una revisión de la calidad de esa agua para eliminar la posible existencia de pesticidas o elementos perjudiciales para la vida. La alternativa de usar agua desalinizada del mar se considera -a priori y hasta el momento- más costosa que la alternativa señalada de bombear agua dulce. De todos modos ha surgido un invento que ha generado expectativas y que habrá que ver su costo cuando se produzca a gran escala.

(5) Una actualización de esta temática, y en especial sobre paliativos a emprender, se puede visualizar en esta nota.

Visión, Plan Estratégico y Mundo Mejor

Venimos de una historia y tenemos un presente que generan tendencias hacia el futuro, que hoy -más que nunca- son inciertas. Tenemos una «visión» de donde queremos ir? Una primera respuesta es que, a nivel de la humanidad y en el marco de Naciones Unidas, hay Objetivos de Desarrollo Sostenible y un Acuerdo Climático de París, (en el contexto del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), con ausencias importantes como la de Estados Unidos de Norteamérica. Los planes, programas, proyectos, acciones y presupuestos asignados por los distintos países serán claves para que estos objetivos y este acuerdo no queden en letra muerta.

En función de lo anterior hay muchas iniciativas de planes estratégicos a nivel de ciudades. En el caso de Argentina están los casos del Plan Estratégico de la Ciudad de Buenos Aires, el Plan Estratégico de Rosario, entre otros.  A nivel internacional también hay variadas experiencias como el Plan Estratégico de Barcelona, de San Sebastián, de Burgosde Medellín y muchos otros. Tal vez, de todos los ejemplos mencionados, el que partió de la situación más compleja y difícil, y tuvo logros muy significativos, fue Medellín.

No es fácil realizarlo a nivel nacional y del desarrollo socioeconómico, pero se considera que resulta imprescindible realizar este esfuerzo. ¿Qué podemos hacer bien? ¿qué recursos naturales tenemos desaprovechados en tierras semidesérticas, inundadas, montañosas, bajo tierra, de uso del viento, de la energía solar….? ¿qué nuevos cultivos (como la quinoa, en las tierras aptas para su cultivo) o con las nuevas tecnologías de agricultura urbana y vertical (por ej. a través de la hidroponía) se pueden realizar? ¿qué talentos tenemos vinculados al sistema educativo y científico-tecnológico actual y futuro para desarrollar (en especial en inteligencia artificial)? ¿qué población está excluida y es necesario de incorporar al desarrollo socio-económico y como mínimo «contener y asistir»?. Las que acabamos de mencionar son algunas preguntas que pudiéramos tratar de responder en un ejercicio de planeamiento estratégico y de gobernanza (es decir, con multiplicidad de actores involucrados) que nos lleven posteriormente a acciones concretas.

Si no hacemos como Miguelito, en la imagen de la entrada, podremos ir convergiendo entre todos hacia un mundo mejor.