¿Es posible una geopolítica de la esperanza?

Sabemos que en los seres humanos no abunda la sabiduría, que nos cuesta discernir y que para eso se necesita estar abiertos a escuchar, a visualizar la complejidad de los fenómenos, a no ser fanáticos y buscar la verdad… También nos cuesta, en general, ser empáticos (no hablemos de amarnos los unos a los otros, que parece una propuesta muy radical y fuera de nuestro alcance usual más allá de los círculos íntimos, aunque no siempre).

En función de lo anterior, y con una humanidad que tiene cada vez más poder, el panorama general aparece bastante sombrío con guerras como la del Medio Oriente, de Rusia con Ucrania, entre las más graves.

Bueno… los pueblos europeos que se masacraron durante siglos entre ellos por guerras de dominio territorial y religiosas, así como en territorios fuera de ellos (en conquistas coloniales, que -en gran parte- luego perdieron en procesos de independencia), han generado en una parte de sus elites una propuesta de una unión de naciones (la Unión Europea) que -con sus dificultades y altibajos- están tratando de impulsar una globalización más equilibrada y civilizada.

No sólo lo anterior sino que también se preocupan de generar espacios de reflexión, como es el caso del “World in Progress Barcelona” (ver imagen de la entrada) que reúne a políticos, intelectuales y empresarios para reflexionar sobre la gobernanza del mundo multipolar y en guerra. En esta nota del diario El País de España, se convocaron bajo el lema de “en busca de una geopolítica de la esperanza”. A continuación se transcribe el artículo

En busca de una geopolítica de la esperanza.

La esperanza frente al miedo. La imaginación política frente la parálisis intelectual. La mirada global y europeísta frente al nacionalismo y al ombliguismo de los intereses particulares. Las ideas y la reflexión frente al ruido y los bulos de las redes sociales. No es habitual que en Barcelona se reúnan intelectuales, políticos y empresarios como los convocados este lunes y martes a los debates del World in Progress Barcelona (WPB), el ambicioso proyecto del Grupo Prisa de institucionalizar en la capital catalana un encuentro internacional al estilo de los grandes foros económicos y políticos anuales.

El panorama es dramático y propenso a un fatalismo que conduce a la inacción y la impotencia. Es máxima la incertidumbre, con dos guerras sin final a la vista, en Ucrania y en Oriente Próximo, y unas elecciones en Estados Unidos en las que se decide el papel que va a jugar la antaño superpotencia única en el nuevo desorden multipolar. Todas estas circunstancias “pueden tener serias consecuencias sobre nuestras economías nacionales y familiares”, según señaló el presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, en su discurso de bienvenida al WPB. Los grandes desafíos abarcan desde la globalidad hasta la vida cotidiana de los ciudadanos y de ahí que requieran, según Oughourlian, “miradas panorámicas y experimentadas”.

El ex primer ministro italiano Matteo Renzi abrió el fuego a primer ahora de la mañana con una amplia visión en la que abarcó desde la declinante demografía europea hasta el retraso europeo en inteligencia artificial. No sirven las fórmulas extremas, como las que ha suscitado la llegada de inmigrantes. No sirve ni el invento de la extrema derecha de la sustitución de población autóctona con una demografía en caída libre por los extranjeros que llegan a Europa, ni la del cierre de fronteras y la reclusión de los europeos en una fortaleza hostil al exterior. En su intervención resonaron las ideas de otros dos italianos insignes, citados abundantemente en el foro. Se trata de dos ex primeros ministros como él, Enrico Letta y Mario Draghi, este último también exgobernador del Banco Central Europeo y héroe del euro, autores de dos documentos cruciales para el futuro de Europa encargados por la Comisión Europea: el primero, sobre el Nuevo Mercado Único que necesita Europa y el segundo, sobre el futuro de la ahora débil competitividad europea.

No es casualidad que Renzi, como alcalde de Florencia, propusiera dedicar un euro a la cultura por cada euro dedicado a la seguridad, idea acorde con la cuarta libertad de circulación dentro del Mercado Único, la de investigar, innovar y educar que Letta propone añadir a las libertades de circulación de mercancías, capitales, servicios y personas. En esta quinta libertad radica quizás el secreto de la recuperación de la competitividad que sugiere Draghi, así como la reindustrialización verde y digital y la construcción de una auténtica industria de Defensa. Sin talento en libre circulación europea, Europa pierde.

A Renzi no le preocupa la inteligencia artificial, sino “la estupidez natural del populismo”. Sobre el futuro político de la estupidez versan también las elecciones presidenciales en Estados Unidos, tema del debate entre la exministra de Exteriores española Arancha González Laya, y la exembajadora de Estados Unidos en Madrid Julissa Reynoso. “Nuestro problema no es Donald Trump y nuestra solución no es Kamala Harris”, según González Laya. “Nuestro problema somos nosotros los europeos y nuestra capacidad para dar respuesta a los desafíos que nos enfrentamos”. Para Reynoso, el 5 de noviembre “se decidirá en qué dirección va a evolucionar el país, entre una candidatura de la esperanza y de la unión cada vez más perfecta, que es el mundo de Harris, y del otro lado, otra basada en la división, marcar las diferencias de identidades, ideologías y clases, que es el mundo de Trump”.

Junto a las creativas ideas italianas de Renzi, Draghi y Letta, hubo también manifestaciones de esperanza, tanto española como catalana, en las intervenciones del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; del presidente de la Generalitat, Salvador Illa; de su consejero de Unión Europea y Acción Exterior; Jaume Duch, y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Para Collboni, “el título de este foro es en sí mismo una llamada al optimismo, a un mundo en progreso, un planteamiento que defendemos con entusiasmo”. Según Illa, “hay una necesidad imperiosa de recuperar una política de la esperanza que venza a la política del miedo en un contexto marcado por el auge de la ultraderecha, de los populismos de distinta condición, de la desinformación y de la crispación.”

También la intervención del nuevo consejero de Exteriores de la Generalitat reflejó las expectativas esperanzadas de una Cataluña con una política europea propia, basada en la exacta correlación entre las nuevas políticas que va a lanzar la UE a partir de los documentos de Draghi y de Letta, y las necesidades de la sociedad catalana, del todo alejada de la proyección internacional de un conflicto, tal como ha sucedido en los últimos 14 años. Cataluña quiere alianzas en Europa, pero ante todo con el Gobierno de España, guiadas todas por la lealtad mutua en un mundo, según Duch, de “interrelaciones internacionales” que no se limitan ya a los gobiernos de los Estados miembros de la UE, sino que abarcan todos los niveles de gobernanza, instituciones y sociedad civil.

En la misma línea respecto a sus relaciones con Bruselas se expresó Xavier Bertrand, exministro de Trabajo de Francia y presidente de la región Hauts-de-France, que reiteró su voluntad de presentarse a las elecciones presidenciales de 2027 por su partido Les Republicans. Su región, comprometida en la reindustrialización verde y digital, se enfrenta al reto del proteccionismo y de la competencia estadounidense que ha significado la IRA (Inflation reduction Act) de Joe Biden y de ahí que Bertrand lamente la débil reacción de Bruselas. La UE, dice, “debe convertirse en una potencia y no únicamente en un espacio económico y comercial”. El exministro también abogó por la construcción de una auténtica industria europea de la defensa, única circunstancia que permitiría una disminución drástica de las desproporcionadas compras de material militar a Estados Unidos.

Esperanza, pero sin hacer abstracción del conflicto, tal como se trasladó a la mesa sobre la guerra en Gaza y Líbano, en la que Shlomo Ben Ami, el ministro de Exteriores Israelí, expresó su escepticismo sobre la fórmula de los dos Estados, por la que tanto luchó y negoció desde su Gobierno, y recuperó la vieja idea de la confederación jordano-palestina. Otro exministro de Exteriores, este de España, José Manuel García-Margallo, disintió de Ben Ami de que solo fuera un conflicto político entre dos proyectos nacionales, y abonó la tesis del conflicto civilizatorio eterno y prácticamente sin solución. La catedrática de Estudios Árabes e Islámicos, Luz Gómez, en cambio, rechazó la discusión sobre cualquier fórmula, “sea un Estado, dos o tres” que no resuelva la desposesión palestina, puesto que sin “la reparación no lograremos nunca una justicia para las dos comunidades y los dos pueblos”.

“Esperanza no es lo mismo que optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte”. Estas frases de Václav Havel bien valen para las políticas europeas que hay que emprender ante este mundo globalizado que parece ir para atrás, en vez de progresar como quiere y dice el título del foro barcelonés. Y valen también para los conflictos más amargos e irresolubles, como son las dos guerras en curso. Hay temor compartido respecto al desenlace de la guerra de Ucrania y a la obtención de la paz entre israelíes y palestinos, pero también parece amplio el consenso sobre lo que hay que hacer, con independencia de su dificultad. Para Ucrania, la entrada en la UE y luego en la OTAN, con plena recuperación de su soberanía e integridad territorial. Para Oriente Próximo, la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás, la tregua en Gaza y en Líbano, y la seguridad y la plenitud de derechos individuales y colectivos para todos, israelíes y palestinos por igual. Es decir, los dos Estados, Israel, Palestina, la paz.”

Esperamos que no sólo sea de utilidad para el debate, sino también para sumar nuestro grano de arena a construir activamente esta esperanza.

 

¿Se puede hacer algo frente a un drama o una tragedia en curso?

Muchas veces nos encontramos en la vida frente a un drama o una tragedia en curso, sea de carácter personal, grupal, de una nación o entre naciones como el caso de las guerras en la actualidad.

Frente a la muerte de un ser querido o un daño irreparable sin duda lo único que podemos hacer es de tratar de acompañar a los seres afectados directa o indirectamente, y en la medida de lo posible tratar de generar un espacio de afecto y contención.

Es distinto el caso cuando el drama o la tragedia se está desarrollando, y en ese caso lo ideal debería ser tener la «distancia óptima» para analizar -lo más objetivamente posible- las diferentes causales así como los posibles cursos de acción que traten de impedir que la misma se concrete. Sabemos que somos seres emocionales y muchas veces predominan las pasiones negativas así como enfoques y prácticas vinculadas al fanatismo. Esto último potencia la no escucha, el odio mutuo, la escalada del conflicto y por lo tanto la tragedia. Algo así parece estar sucediendo con el conflicto del Medio Oriente en curso a octubre de 2024.

Quienes tienen mucha información de detalle sobre este conflicto, como es el caso de la CIA, alertan sobre un posible «error de cálculo» que escale mucho más gravemente esta guerra. En periódicos internacionales, como este, se lee que “el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, amenazó con una respuesta dura a la ofensiva iraní de hace una semana, que impactó en varias bases militares, pero solo causó un muerto, un palestino en Cisjordania. “A diferencia del ataque iraní, el nuestro será letal y sorprendente”, dijo Gallant, según unas declaraciones difundidas por la televisión pública.”

Más adelante la nota dice: “Un alto mando de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán ha asegurado que el régimen está listo para desplegar operaciones de mucha mayor envergadura que las de la semana pasada si es necesario responder a Israel, informa la cadena catarí Al Jazeera. “Si alcanzamos los 200 allí [la semana pasada], ahora estamos preparados para hacer impactar cientos o miles de misiles en sus territorios ocupados y alcanzar sus centros de seguridad, militares y económicos”, ha amenazado Ebrahim Jabbari, asesor del jefe de la Guardia Revolucionaria.”  Por lo tanto, al momento actual, todo parece indicar que el drama y la tragedia aumentan sin que se puede hacer nada al respecto, salvo encarar este tipo de enfoques.

Al final: ¿se adoptará un enfoque inteligente como el que propone Friedman o seguirá predominando la «ley del Talión«? (en línea con la imagen de la entrada). O ¿predominará que los une el espanto y no el amor? No lo sabemos. Los que alentamos al amor -a menudo- se nos califica como «almas bellas», «ingenuos», «desconocedores de la geopolítica» …. y expresiones similares. Sí sabemos que si predominan las relaciones de poder en la Humanidad (entendidas como «relaciones de dominio»), pereceremos como especie aquí en la Tierra. A los creyentes nos queda rezar y actuar con las demás personas de «buena voluntad» para alentar construcción de la esperanza y de la paz, expresándonos de manera viva y persistente para evitar -al menos- ir hacia a un mundo mucho peor.

 

 

¿Es posible hacer algo frente a la problemática de «vicios privados, virtudes públicas»?

Sabemos que somos seres imperfectos. Nos cuesta mucho reconocerlo. En particular nos preocupa que nuestra imagen externa o fachada muestre nuestras sombras, debilidades y, a veces, aspectos sórdidos de nuestra interioridad.

El título de esta nota está tomado de la película“ Vicios privados, virtudes públicas”. Se  trata de una “recreación libre de los últimos días de la vida de Rodolfo de Habsburgo, heredero del trono austro-húngaro, centrada en su vida sexual. En contra de la voluntad de su padre, el emperador Francisco José, sus días transcurren en el libertinaje, en una permanente fiesta donde abundan los escándalos y las orgías; además, mantiene un largo amorío con una mujer de la nobleza rural húngara, muy inferior en clase a la suya, María Vetsera, junto con quien muriera 1889. Existen dos teorías sobre este suceso, conocido como el «incidente de Mayerling«: por un lado, que se trata de un pacto suicida entre amantes, por otro, que se trató de un asesinato de corte político.”

Esto también ha tenido otras manifestaciones más recientes como la frase que se le atribuye a Roosevelt respecto del dictador Somoza (y que parece nunca dijo) hasta casos latinoamericanos.

A esta realidad no escapan instituciones religiosas, como la Iglesia católica, poniendo de manifiesto lo expresado por San Ambrosio: que es «santa y prostituta». Muy doloroso este último aspecto, a menudo negado por sectores «ortodoxos», pero que -a lo largo de la historia- ha tenido múltiples expresiones concretas. En los últimos años han aparecido muchos testimonios de casos de religiosos que, a pesar del voto de castidad, incurrieron en prácticas de heterosexualidad y homosexualidad (a veces no consentida), casos de pederastas y otras aberraciones similares a esta última.

La prensa francesa es una de quienes han destacado casos como los sucedidos hace tiempo en la comunidad de Taizé  o los muy dolorosos de célebres personalidades como el Abate Pierre, Este último héroe de la resistencia francesa, condecorado con la Legión de Honor, fundador de los traperos de Emaús, pero… la jerarquía eclesiástica primero tapó los graves hechos (1), luego intervino para que se tratara en un hospital neurosiquiátrico y finalmente -a su salida de esta institución- no pudo hacer nada para impedir la continuación de estas cuestiones tan aberrantes.

Para tratar de evitar lo anterior se deben priorizar la prevención contra el abuso, la alerta temprana de estas situaciones, la rápida separación de las personas presuntamente imputadas (hasta que se aclare la situación), el presuroso accionar de las autoridades y la Justicia, entre los principales elementos. Todo ello nos podría conducir a mundo mejor, donde se minimicen o eliminen de cuajo estas situaciones.

(1)  Seguramente una parte importante de esa jerarquía tuvo un mal enfoque (o muy limitado) del «principio de prudencia» tratando de evitar que el escándalo privado pasara a ser público, con la vana ilusión de que este último -finalmente- no iba suceder. Ello se terminó pagando muy caro en cuanto a deserción de fieles practicantes en muchos países. No tuvo el valor que tuvo Jesucristo a llamar «Satanás» a Pedro, un discipulo tan importante para El.  Con el Papa Francisco esto ha venido cambiando y expresando que en la Iglesia no hay lugar para el abuso.

PD: Agradezco a Enrique Bianchi las referencias de la prensa francesa.

 

 

El agravamiento del conflicto del Medio Oriente y si es ilusorio insistir en la paz

En este blog hemos planteado en distintas notas la importancia de luchar por la construcción de la paz. Hoy es más que nunca urgente seguir bregando por ello no sólo por guerras como la de Rusia con Ucrania, sino por el agravamiento del conflicto del medio oriente como señala esta nota.

En Argentina se dio este interesante debate que -entre sus elementos- plantea si no sería conveniente aunque sea tener una «paz de mierda». Esta expresión en realidad proviene del gran intelectual judío Amos Oz, que se refería al sueño original de algunos en el seno de la izquierda judía respecto de Israel y Palestina, de dos pueblos en dos naciones, una al lado de la otra, conviviendo, colaborando, ayudándose, enseñando uno al otro cada uno al otro lo suyo, con una frontera porosa, prácticamente inexistente. Esa paz, vino a darse cuenta Amos Oz, era una vaga, imposible ilusión. Y por lo menos pedía entonces «una paz de mierda», con muros y alambrados separatorios, con torres y centinelas vigilantes, con desconfianza permanente… pero por lo menos PAZ» (1).

De todos modos hay algunos que siguen insistiendo en hacer algo superador y evolucionado, tal como figura en esta nota del diario El País, de España, que se transcribe a continuación:

“Un faro de esperanza palestino-israelí

 El ex primer ministro israelí Ehud Olmert y el exministro palestino Nasser aI Kidwa reclaman en una tribuna conjunta el fin de la guerra en Gaza, la liberación de los rehenes y la convivencia de los dos Estados con las fronteras de 1967 y sin soberanía sobre la ciudad vieja de Jerusalén

 El pasado 7 de octubre de 2023 aconteció un nuevo capítulo trascendental en la historia de los encuentros violentos entre israelíes y palestinos al lanzarse la guerra más devastadora en la historia de estos dos pueblos.

Ahora, casi un año después de aquel horrible día, demasiados miles de personas han perdido sus vidas en ambos lados. La franja de Gaza ha sido destruida, la mayoría de sus habitantes se han convertido nuevamente en refugiados, ahora hay alrededor de dos millones de habitantes de Gaza sin hogar. Decenas de miles de israelíes también se han quedado sin hogar, obligados a dejar sus hogares destruidos y quemados.

No nos conocíamos en el pasado, en tiempos que ambos desempeñábamos cargos oficiales al servicio de nuestros pueblos. Nuestros caminos profesionales no se cruzaron y no nos llevaron a trabajar juntos, hasta ahora.

En nuestra común búsqueda para ubicar un socio en el otro lado del conflicto hemos decidido trabajar juntos, con respeto mutuo, y con el propósito de encontrar un avance hacia el fin de la guerra en Gaza y así comenzar negociaciones renovadas entre Israel y la Autoridad Palestina con la aspiración de alcanzar un acuerdo que ponga fin definitivamente al violento conflicto entre nuestros dos pueblos.

Sabemos que esto conducirá a la creación de un frente, compuesto por Estados moderados de la región, incluyendo a Arabia Saudí y otros países musulmanes, junto con el Estado de Israel y el Estado de Palestina, haciendo que toda nuestra región sea más estable, más segura y más próspera para todos sus pueblos.

En nuestras sociedades, la israelí y la palestina, existe una gran propensión a destruir a cualquier político que se salga del cómodo consenso, a través de las más extremas formas de criticar y ridiculizar. En tiempos de guerra, el consenso se une en torno a la bandera y cualquier desviación del apoyo absoluto al esfuerzo bélico se compara con no menos que traición.

La sugerencia de un cambio radical de rumbo se considera una capitulación o una concesión de la victoria al lado opuesto. Pero la verdadera prueba para líderes no es seguir a la opinión pública, guiando sus palabras por encuestas sobre esta opinión, sino más bien determinando el mejor camino estratégico para el futuro de su nación y presentarlo con valentía y sin temor.

Nosotros, dos exlíderes que hemos servido fielmente a nuestro pueblo durante décadas, nos hemos unido a través de una visión compartida y con una propuesta que desafía nuestra trágica realidad. Estas tienen el potencial de cambiar nuestras naciones, nuestra región y, de hecho, el mundo entero.

Comencemos con lo más básico. La guerra en Gaza debe finalizar. Los rehenes israelíes mantenidos en cautiverio por Hamás deben ser liberados y devueltos a sus familias. Israel, por su parte, tendrá que liberar una cantidad acordada de prisioneros palestinos y deberá retirarse de Gaza.

Los palestinos deben crear allí una nueva entidad, legítima y responsable, que no estará compuesta por políticos de ninguna de las facciones palestinas existentes y que estará vinculada orgánicamente a la Autoridad Palestina, pero será lo suficientemente independiente como para ganarse la aceptación de los palestinos mismos, de los Estados árabes vecinos y de la comunidad internacional.

La siguiente fase de nuestro plan describe los componentes de lo que permitiría ser una paz israelí-palestina, sostenible a largo plazo. Debe basarse en la existencia de los Estados de Israel y de Palestina, viviendo uno al lado del otro, dentro de las fronteras del 4 de junio de 1967.

Estamos de acuerdo en que el 4,4% de Cisjordania, donde actualmente existen los principales bloques de asentamientos israelíes, incluida la zona de Jerusalén, será anexado a Israel a cambio de un territorio israelí de igual tamaño y que se anexará al Estado de Palestina para adaptarse así a las realidades del terreno que son demasiado difíciles de restituir.

El corazón de nuestro conflicto es Jerusalén, para lo cual proponemos un plan que exima a la ciudad vieja de Jerusalén, el centro de los sitios religiosos, del control soberano exclusivo de Israel y Palestina. A pesar de que hemos abordado todos los temas centrales, este no es un plan completo con todos sus detalles. Hemos coincidido en los contornos dentro de los cuales debe basarse la paz genuina entre israelíes y palestinos. En un futuro no muy lejano, una nueva generación de líderes de ambos pueblos tendrá la tarea de negociar y transformar esta visión en una realidad.

Como parte de nuestro compromiso, estamos ahora invirtiendo nuestro esfuerzo y nuestro tiempo en generar apoyo para nuestra propuesta por parte de los pueblos israelí y palestino, por medio de quienes influyen en la opinión pública y a través de los líderes políticos en la región y más allá de ella.

Estamos presentando la verdad inevitable, que este conflicto debe resolverse por medios diplomáticos para que podamos crear un rumbo para un mañana diferente. Trabajamos incansablemente para explicar nuestros planes y conseguir el mayor apoyo público posible. En nuestra opinión, este no es solo un documento, sino una visión viva de un futuro diferente para Israel, Palestina y el mundo.

En un periodo de oscuridad tan aterradora, hemos elegido hacer brillar una luz de esperanza y señalar el camino que nuestros dos pueblos deben tomar.

Ehud Olmert fue primer ministro de Israel entre 2006 y 2009. Nasser aI Kidwa fue ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Palestina entre 2005 y 2006.”

Tal vez pueda catalogarse, en las actuales circunstancias, como ilusoria y utópica, pero no por ello menos urgente e imprescindible.

(1) Se agradece el aporte de I. Lotersztain sobre el particular. Es muy interesante también esta nota para entender la complejidad del conflicto.

 

 

No caer en las explicaciones unicausales y abordar la complejidad de los fenómenos

En este blog se ha destacado la importancia de un enfoque que tenga en cuenta la complejidad de los fenómenos y por lo tanto la importancia de un abordaje sistémico.  En función de lo anterior se considera que inducen a un error de análisis los enfoques monistas o unicausales (1).

Uno de los grandes expositores del enfoque de la complejidad ha sido Edgar Morin. En 2008 expresó que «la complejidad es la incertidumbre en el seno de los sistemas ricamente organizados».  En esta misma línea tenemos el relevante aporte de Ilya Prigoyine y los científicos que fundaron la teoría general de los sistemas. Entre ellos está Kenneth Boulding de quien se muestra, en la imagen de la entrada, su propuesta epistemológica de abordaje de la interrelación entre los distintos sistemas o subsistemas. En función de ello transcribiremos a continuación esta nota de divulgación amplia sobre esta temática. Se titula «¿Qué dice la ciencia sobre la mezcla de peras con manzanas? y su desarrollo es el siguiente:

«Existe una afirmación o modismo muy utilizado, como es el caso de que no es posible “mezclar peras con manzanas”.  Ello se debería a que, dado sus aparentes diferencias, se consideran incomparables o inconmensurables, como es el caso de estos dos frutos. O sea, se ha utilizado o caído en una falsa analogía.

Efectivamente es así, si hacemos un análisis muy focalizado en cada uno de estos bienes naturales. Pero, quienes se dedican a la buena cocina pueden hacer una excelente ensalada de frutas, combinándolas entre ellas y con otras frutas. De dos elementos muy singulares se construyó o logró un tercer elemento (la ensalada), que es más complejo y más enriquecedor que cada uno de ellos tomados individualmente.

Claro, no es fácil pasar de lo simple a lo complejo y se puede llegar a aberraciones o a enfoques pseudocientíficos en los que no se debe incurrir. Entre quienes han intentado hacerlo científicamente, se destacan los que desarrollaron la teoría general de los sistemas. Uno de ellos fue el conocido economista Kenneth Boulding (1910-1993).

En un texto de 1956 escribió un relevante artículo que tituló “la teoría general de sistemas y la estructura científica”. Allí planteó como la realidad se puede desagregar, desde una perspectiva sistémica, en distintos niveles o subsistemas, dentro de lo que él denomina un “supersistema” o sistema global.

Los clasifica en diez niveles, partiendo de un nivel 1 con una “Estructura Estática” hasta los últimos tres niveles donde coloca el nivel humano, las organizaciones sociales y los sistemas trascendentales. En el nivel 3 coloca el cibernético que hoy, con la inteligencia artificial generativa, adquiere otra relevancia a la que él le dio en su tiempo.

¿Qué enseñanzas podemos sacar de este enfoque en lo que se refiere al análisis de la realidad y a las políticas que podemos implementar?. En pleno siglo XXI, con el nivel de globalización que hemos alcanzado, y con la evidencia empírica de la huella ambiental que generamos los más de ocho mil millones de habitantes de nuestro planeta (en especial con el modo predominante de producción y consumo que adoptamos), no podemos ignorar que los fenómenos, por más singulares y con autonomía relativa que tengan, tienen impactos o externalidades que van más allá de cada uno de ellos.

Sabemos que el diálogo interdisciplinario, y en especial el transdisciplinario, desde el punto de vista científico es difícil de concretar, por diversos motivos. Ellos van desde un temor a que se trate de disminuir el valor que tiene cada disciplina científica en sí misma, pasando por posturas polares de los participantes, hasta el no poder contar con un enfoque sistémico adecuado que pueda convertir dicho diálogo en fructífero.

De todos modos, se considera que es fundamental hacer el intento para conectar los distintos micro fenómenos con los macro fenómenos que interactúan de diversas maneras: a veces caóticamente, a veces con distintos niveles de desequilibrios o equilibrios parciales, otras con equilibrios generales dinámicos, acotados o transitorios.

Llevado al campo económico, es muy relevante que las políticas que se implementen puedan tratar de articular virtuosamente los distintos componentes del mismo. Por ejemplo, en el caso argentino el necesario equilibrio fiscal, con la búsqueda y el logro progresivo de una equidad social, así como un desarrollo sustentable en el tiempo. No es fácil, pero es imprescindible si nuestra racionalidad se articula bien con los valores, con la satisfacción de intereses comunes (que integren pero que trasciendan los individuales) y una empatía que vaya más allá de una simple cordialidad. Nos puede ir conduciendo a un mundo mejor.«

Esperamos sea de utilidad para el debate en general, y en particular para el caso argentino.

(1) Cuando hay buenos datos esto se pone de manifiesto en los resultados de los análisis econométricos, en base a modelos de regresión que ponderan la importancia de las distintas variables.

 

Acerca de la esperanza

Se ha reflexionado mucho sobre el tema de la esperanza. En ese marco nos permitimos reproducir esta nota, de Francesc Miralles del diario El País (de España),  donde sintetiza el último libro de Byung-Chui Han (célebre pensador surcoreano), denominado «El espíritu de la esperanza».  Aquí va:

«Ha sido una sorpresa, hasta cierto punto, que el célebre pensador surcoreano Byung-Chul Han eligiera la esperanza como tema del libro que se publica en España en septiembre. Afincado en Berlín, este filósofo que escribe sus breves obras en alemán se había caracterizado por la crítica al capitalismo y al neoliberalismo, con libros como La sociedad del cansancio o No-cosasElegir la esperanza, un sentimiento o visión que parece ir a contracorriente, pero que necesitamos para sentirnos vivos, es mirar a la luz al final del túnel. Sin embargo, El espíritu de la esperanza —libro de menos de 150 páginas publicado por Herder— no refleja la visión del ingenuo que cree que, al final, todo se arreglará sin más. Se refiere a una esperanza que nace de la proactividad, ya que ilumina caminos nuevos que nadie recorrerá por nosotros. Tal como lo plantea el pensador, la esperanza nace justamente de la desesperación, de la negatividad, pero es una brújula que nos lleva a situaciones y territorios nuevos, a aquello que aún no existe.

Winston Churchill, un hombre que era muy proclive a las depresiones, dijo: “Si estás pasando por un infierno, sigue adelante”. Esa recomendación encierra que todo, lo bueno y lo malo, es provisional, como la vida misma.

Lo que mata la esperanza, según Byung-Chul Han, no es la desesperanza; bien al contrario, esta última es su punto de partida, el inicio del viaje. Tal como lo expone en el preludio del ensayo, lo contrario a la esperanza es el miedo. En sus propias palabras: “Pasamos de una crisis a la siguiente, de una catástrofe a la siguiente, de un problema al siguiente. De tantos problemas por resolver y de tantas crisis por gestionar, la vida se ha reducido a una supervivencia”. Para el coreano, vivir en esa mera supervivencia nos ancla a la depresión y al miedo. Este último nos cierra puertas y nos roba la libertad, ya que imposibilita que nos pongamos en marcha. Alguien con miedo al futuro será incapaz de organizar y crear su propio futuro. Entra en una especie de profecía de autocumplimiento.

Como señala Byung-Chul Han, en alemán la palabra miedo —Angst— procede, al igual que en latín, del término angostura. Es decir, cuanto mayor es nuestro temor, más angosta será nuestra área de acción. Por eso quien se angustia se siente, de un modo u otro, acorralado.

El antídoto es la esperanza ya que, en sus propias palabras, “va dejando indicadores y señalizadores de caminos. La esperanza es la única que nos hace poner en marcha. Nos brinda sentido y orientación (…) Y las acciones necesitan un horizonte de sentido”. Así como el miedo imposibilita, la esperanza, como la definía el filósofo danés Søren Kierkegaard, es la pasión por lo posible.

Resumiendo, en clave práctica, estas reflexiones, podemos concluir tres cosas:

1. Tener esperanza es ver nuevas posibilidades. Es decir, adelantarnos a otros escenarios que nos esperan, aunque estén lejos de nuestra situación actual. Byung-Chul Han cita, en este sentido, una Epístola a los Romanos del Nuevo Testamento: “Si lo que se espera ya está a la vista, entonces no es esperanza, porque ¿para qué esperar lo que ya se está viendo?”. Por lo tanto, hay algo de visionario en ello.

2. Hay esperanza pasiva y esperanza proactiva. La primera nos pone a merced de los acontecimientos. La segunda supone trabajar para que se materialice la nueva posibilidad. De hecho, el dramaturgo francés Gabriel Marcel decía que la esperanza está trenzada: “En el tejido de una experiencia en curso (…) está metida en una aventura que aún no ha terminado”. Es decir, supone estar en el proceso de dirigirnos hacia algo mejor.

3. La esperanza es asumir que todo es temporal. Por consiguiente, es solo cuestión de tiempo que salgamos de este trance. El problema de los desesperados es que creen haber ingresado en una condición permanente. La persona deprimida se convence de que no saldrá del pozo, mientras que quien siente que el mundo se ha vuelto en su contra cree estar condenado de por vida. Para escapar de esa angostura hay que evitar tomar la parte por el todo. Todo mal momento es solo un capítulo de la historia. El próximo puede ser distinto. Con las acciones adecuadas, los acontecimientos y las circunstancias cambiarán.

La poeta Emily Dickinson definía el asunto de este artículo con esta bella imagen: “La esperanza es esa cosa con plumas que se posa en el alma, y entona melodías sin palabras, y no se detiene para nada, y suena más dulce en el vendaval”.

Esperanza versus optimismo

En su último ensayo, Byung-Chul Han establece una diferenciación clara entre esperanza y optimismo, que este filósofo ve como algo pasivo y limitado. Tal como lo explica en El espíritu de la esperanza: «El optimismo carece de toda negatividad. Desconoce la duda y la desesperación (…) El optimista está convencido de que las cosas acabarán saliendo bien», aunque al mismo tiempo, señala el coreano, «desconoce el futuro como campo abierto a las posibilidades».

En su crítica al optimismo a ultranza entraría la ley de la atracción mal entendida: el hecho de considerar que basta con pensar en un resultado positivo para provocarlo, sin «picar piedra» para conseguirlo. Y ese esfuerzo empieza por alimentar la misma esperanza, que según Byung-Chul Han «muchas veces hay que suscitarla y concitarla expresamente».

 

La relevancia de la política en las relaciones internacionales

En este blog se ha intentado abordar la cuestión de la globalización en distintas notas como esta o esta, entre otras. Deseamos actualizarlas a agosto de 2014, reproduciendo este interesante artículo de Carlos Pérez Llana, que expresa lo siguiente:

Mal que le pese a Elon Musk, la guerra y la paz siguen dependiendo de la política

El retorno de la geopolítica se observa en la renovada competición entre Estados.

El retorno de la geopolítica se observa en la renovada competición entre los Estados como determinantes de la política internacional. Esos vínculos se estructuran en función de las relaciones de fuerza que existen entre distintas unidades territoriales que despliegan su estrategia en el tablero global.

En este contexto ha quedado devaluado el concepto de “gobernanza”, son los gobiernos los que avanzan inspirados por intereses, valores y pasiones de quienes los gestionan. El predominio de las empresas ha perdido sustancia, las decisiones que ellas toman siguen teniendo impacto global sobre millones de individuos, pero es la política la que legisla y la que decide sobre la guerra y la paz. Decididamente, la competición entre Estados por el manejo de territorios y mercados sigue constituyendo el eje de las relaciones internacionales.

Hasta hace poco tiempo era posible apostar a que las grandes empresas tecnológicas, y sus propietarios, cogobernarían. Sin embargo en las dos “guerras” que hoy existen en el mundo son los Estados los que intervienen.

Eso sucede en el ámbito de la competencia entre las grandes plataformas tecnológicas y en la guerra de Ucrania, que ha adquirido una significación global insoslayable. En otras palabras, esto es así porque las leyes las sancionan los Estados y las guerras las deciden los gobiernos.

Esta nueva realidad se acaba de visibilizar en la pulseada entre Elon Musk y la Unión Europea en torno a la entrevista que el propietario de la red social X realizara al candidato Donald Trump. Por carta, el Comisario Digital Europeo T. Breton, le recordó al magnate sus obligaciones en virtud de la nueva legislación europea referida a los servicios digitales (DSA).

Dado que ese evento era accesible a los europeos, el recordatorio aludía al imperativo de moderación. Así una organización formada por los Estados Europeos le marcó la cancha a un individuo desacostumbrado al cumplimiento de reglas. La amenaza fue clara: “no dudaremos en utilizar todos los instrumentos a nuestra disposición, si fuera necesario, para proteger a los ciudadanos europeos”.

Estaba en juego el mercado de la red social X que el magnate compró en el año 2022. En la misma línea, la Justicia americana acaba de determinar que Google violó la ley al mantener ilegalmente un monopolio en las búsquedas en Internet. También Apple, Amazon y Meta están involucradas en casos semejantes,

La guerra y la paz dependen de la política, que juega en el tablero geopolítico y que trata de hacerlo autónomamente en base a sus intereses, a las circunstancias del frente militar y a las relaciones que mantiene con sus aliados.

El ingreso de tropas ucranianas al territorio ruso demuestra que las sorpresas existen y que ellas son posibles porque el gobierno mantiene el apoyo de una sociedad para la cual, en la guerra existencial, está en juego la sobrevivencia de la Nación. Para Ucrania el mayor peligro deriva del statu quo. Invadiendo, el relato ruso se desmorona y en paralelo puede surgir uno propio: “no todo está perdido”.

Se trata de una ofensiva política donde militarmente Kiev muestra fortaleza combinando inteligentemente sus fuerzas gracias a la innovación doctrinaria, al uso de drones que reemplazan a la artillería y a una logística que ha impactado.

Ahora existe territorio ruso ocupado, la vanguardia ucraniana tiene la posibilidad de acceder a la red informática del transporte ferroviario enemigo, está próxima a una central nuclear y desarticula al invasor ruso que debe mudar tropas. Y pensando en una eventual negociación, Moscú también ha perdido territorios.

Ahora bien, ¿cómo se explica esta audaz decisión del presidente Zelenski? En primer lugar en Kiev se sabe que un triunfo de Trump implicaría el fin de la ayuda americana que arrastraría a la OTAN. Además, en los países de la Unión Europea el discurso de las fuerzas políticas del arco de la derecha rápidamente adquiriría la iniciativa desplazando a la política pro-ucraniana que han desarrollado la mayoría de los miembros.

Este es el escenario más temido que acaba de aflorar en Alemania, uno de los principales apoyos de Ucrania. Una de las consecuencias de las elecciones parlamentarias europeas fue la derrota de la actual coalición de gobierno integrada por social demócratas, ambientalistas y liberales.

Estos últimos amenazaron con retirarse del gobierno sino se bajaba el gasto, ante el temor el Canciller germano aceptó el reclamo. De esta forma desaparecerá una ayuda invalorable que incluye fondos, armas y cooperación militar. Es probable que Zelenski, que cuenta con un eficaz sistema de inteligencia, haya decidido adelantarse estratégicamente tomando la iniciativa.

Este escenario obviamente es dinámico, el triunfo de Trump ahora no está asegurado, debido a la nueva realidad política americana donde los Demócratas han recuperado la iniciativa. En Berlín, el riesgo de una soledad estratégica es real ya que cambiaría por completo la gestión de la Unión Europea, en momentos que en Francia el presidente Macron todavía no ha logrado formar un gobierno.

Decididamente, son los Estados y la política quienes construyen y gestionan la agenda internacional. El mercado no está en condiciones de hacerlo autónomamente, entre otras razones porque el mundo es complejo, imposible de abarcarlo en fórmulas, y porque no existe el determinismo económico.”

Podríamos agregar que es muy agregar la importancia de una buena política que aunque no nos lleve al cielo evite el infierno (como expresa la imagen de la entrada) y deseablemente  nos ayude a converger hacia un mundo mejor.

La importancia de las palabras para cambiar el mundo

En el Nuevo Testamento aparece «logos» como «palabra», «verbo»… en línea con lo que se muestra en la imagen de esa entrada.  Está relacionado con lo expresado al comienzo del Antiguo Testamento en esta frase: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y amaneció: día primero.” (Génesis 1,1-5). Por lo tanto desde esta perspectiva está enraizada con la fe en Dios. Un puente de esto con la evidencia científica es que los seres vivos somos lenguaje como lo demuestra el ADN.

Pero también para la psicología y el psicoanálisis es muy relevante la palabra para analizar el subconsciente, y para otras disciplinas como la literatura o la comunicación. De esta última nos parece interesante esta nota de Antoni Gutiérrez-Rubí donde la analiza en relación a la campaña presidencial norteamericana hacia comienzos de agosto de 2024.  En ella expresa que » Gianni Rodari (1920-1980), escritor, pedagogo y periodista italiano, decía que las palabras son elementos poderosos que provocan reacciones en cadena. Porque todo empieza con las palabras. Con ellas damos sentido, contexto, intención y generamos sentimientos. Las palabras tienen el poder de evocar el plano consciente e inconsciente, de asociarse a imágenes, recuerdos y experiencias. Con el lenguaje, construimos nuestro modo de entender el mundo. La semana pasada, Tim Walz, gobernador demócrata en Minnesota y candidato a vicepresidente de Kamala Harris, dijo que tanto Donald Trump como su vicepresidente, JD Vance, son “sencillamente raros” (”These guys are just weird”). Extraños, estrafalarios, una rareza —en su traducción al inglés— algo siniestra y peyorativa. Y con “weird” empezó una reacción en cadena.

Porque lo que hizo Walz (y repitieron inmediatamente altos cargos demócratas y la propia Kamala Harris) fue poner nombre a un concepto que no existía: cómo actúa Trump y su ejército MAGA. El adjetivo “weird” encapsula una serie de comportamientos y discursos que muchos consideran fuera de lo común o desconcertantes. Pero que, en medio de una enorme polarización, se observaban como discusiones políticas o ideológicas. Para Walz, para los votantes demócratas y para mucha ciudadanía estadounidense, no lo son, sino que son ocurrencias extrañas y sin sentido. Pero alguien debía decirlo y empezar la reacción.

De hecho, el mensaje implícito en muchos de los mensajes MAGA es que lo que ellos decían lo compartía la gente normal de Estados Unidos, una mayoría silenciosa. Denominarlos raros implica que no son como la mayoría de la población, que no son ninguna mayoría silenciosa, sino tan solo una minoría estridente y extraña, irracional.

Las palabras de Walz sirvieron a su vez de catalizador para que la opinión pública entienda, de manera sencilla, que Trump no es un candidato al uso y normal, sino raro, controvertido, peligroso. La etiqueta “raro” proporciona a los votantes un marco simple y claro para interpretar las acciones y declaraciones de Trump y su equipo: no son normales, no son como todos, no son lógicos, lo que dicen no tiene sentido. Y es mucho más difícil votar o apoyar a algo sin sentido que a algo normal. Esa es la importancia de la palabra, porque hace concreto algo que era abstracto.

El lenguaje juega un rol crucial en la comunicación política. Las palabras no solo transmiten información, sino que también construyen narrativas y moldean opiniones. Hoy, “weird” se está transformando en mucho más que una simple palabra. Es un símbolo de todo lo que muchos consideran problemático en la era de Trump y captura la esencia de una manera de entender la política, marcada por la controversia constante, las mentiras y la imprevisibilidad. Es una sola palabra, pero que puede cambiarlo todo.

James Baldwin, poeta y activista por los derechos civiles estadounidense e icono de la lucha progresista en el mundo escribió: «Escribimos para cambiar el mundo […] El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo». Las palabras pueden cambiar el mundo. Lo han hecho siempre así en la historia. No sabemos si «raro”» puede conseguirlo. Sería una rareza que lo hiciera. Pero, de momento, ha conseguido alterar el guion imperial de Trump. Aunque sea un milímetro. Si hay palabras, hay esperanza. Otra vez, y más que nunca «Hope».

Esperamos sea de utilidad para el debate, sabiendo que la palabra debe estar acompañada de acciones coherentes acordes con ella.

 

Acerca de la celebración del día de la niñez

El día mundial del niño se celebra en Argentina el tercer domingo de agosto, pero en otros países la fecha difiere.

Nos ha parecido bueno y bello ilustrarlo con la frase de la imagen de la entrada atribuida a Miguel de Unamuno.  Esperamos que sea de vuestro agrado. Entendemos que la misma está en la perspectiva de tratar de converger hacia un mundo mejor.

 

El drama venezolano

En este blog hace un tiempo nos hemos referido a Venezuela, y desde ese momento su historia sociopolítica ha empeorado (como menciona esta nota), aunque en lo económico ha habido una mejora en los últimos dos años producto -principalmente- de una política económica ortodoxa y dolarización.

El régimen de Nicolás Maduro tuvo la habilidad de dividir la oposición, hasta que emergiera la figura de María Corina Machado como líder. El régimen la proscribió en su postulación de las últimas elecciones presidenciales, pero se logró que fuera sustituida por Edmundo González Urrutia. Previendo que el oficialismo organizaría un fraude, promovieron en todo el país los «comanditos» que posibilitaron la recolección, fiscalización y difusión de las actas de votación verdaderas, que le dieron el triunfo a la oposición.

Maduro no pudo hasta hoy mostrar las actas oficiales, y profundizó una feroz represión. A partir de allí se abren distintos escenarios. Próximamente veremos cuál de ellos predomina, partiendo de la base que el régimen tiene un sólido respaldo de las Fuerzas Armadas, lo que complica cualquier salida democrática.

PD: Algunas notas adicionales pueden ser esta o esta, entre otras.