Prevención en Salud

El término enfermedad, según la Wikipedia,  proviene del latín infirmitas, que significa literalmente «falto de firmeza». La definición de enfermedad según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la de “alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible. La salud y la enfermedad son parte integral de la vida, del proceso biológico y de las interacciones medio ambientales y sociales. Generalmente, se entiende a la enfermedad como la pérdida de la salud, cuyo efecto negativo es consecuencia de una alteración estructural o funcional de un órgano a cualquier nivel». Para un debate más amplio se pueden ver artículos como este.

En una nota del diario El País se comenta que el biólogo Sean B. Carroll narra en su libro ‘Las leyes del Serengeti’ la historia de los pioneros que descubrieron los códigos que regulan la salud humana y la de los ecosistemas naturales. Entre otras cuestiones se menciona que «además de un relato fascinante de la búsqueda de las leyes que regulan la vida a través de sus protagonistas, el libro de Carroll es un alegato de confianza en la ciencia y una llamada a la acción. El ser humano se ha convertido en una especie con un impacto sin precedentes dentro del ecosistema global. Su acción ha provocado desequilibrios que ya empiezan a volverse en su contra, pero conocer y aplicar las leyes del Serengueti, que el autor expone en el libro, pueden evitar el desastre. El conocimiento ha permitido logros improbables en el control de la vida por los humanos, como la eliminación de la viruela o la recuperación de entornos naturales dañados».

De lo anterior se puede inferir que subyacen la importancia de la armonía y el equilibrio tanto en la vida humana como en la del medio ambiente, así como un «alegato de confianza» en la acción humana. Para que esto último suceda deben tenerse en cuenta enfoques como los del Dalai Lama (ver la imagen de la entrada).

Un visión integral del concepto de salud lo dió la Conferencia Internacional de Atención Primaria de la Salud de Almá-Atá, en 1978, patrocinada por la OMS/OPS y UNICEF, donde la definieron como «aquel estado de total bienestar físico, social y mental, y no simplemente la falta de enfermedades o malestares, siendo un derecho humano fundamental y convirtiendo a la búsqueda del máximo nivel posible de salud en la meta social más importante a nivel mundial, cuya realización requiere de la participación de otros sectores sociales y económicos en adición al sector salud». Esto va en línea lo expresado por médicas como Lilian Corra, especialista en medio ambiente.

A comienzos de 2020 un aspecto muy importante es la cuestión de la prevención en pandemias, como es el caso del coronavirus evitando situaciones como estas.

La perspectiva del cuidado (tan afín a lo femenino), como la búsqueda de la armonía y el equilibrio de una manera sistémica, nos pueden conducir a un mundo saludable y mejor.

PD: Para ampliar sobre esta temática se pueden ver links generales como este, sitios de Argentina (con recomendaciones como esta), de España, de Europa, lo vinculado a QALY, y en este sitio de la OMS hay 1370 resultados, entre otros.

 

Un Mundo Preocupante

La vida tiene riesgos, como sabemos y la frase de la imagen de la entrada nos lo recuerda. De todo tipo, dada nuestra fragilidad humana, del contexto socioeconómico, político y ambiental y, de que lo que llamamos «vida», tiene un ciclo, más allá de los enfoques trascendentales sobre la vida eterna.

¿Cual es el sentido de esta vida? Una pregunta que no tiene una sola respuesta: ¿vegetar? ¿deambular, tratando de adaptarnos lo mejor posible a un contexto cambiante? ¿buscar un mero placer sensorial,… la gloria individual y el poder… el bienestar…la felicidad? Esta última ¿es posible sin estar en armonía con nosotros mismos y con los demás? ¿cómo juega la libertad, asociada con otros valores como la justicia, la solidaridad, la fraternidad, la amistad social, y el amor en todas sus dimensiones? Sin duda, no hay una sola repuesta y la misma es personal en un proceso de aprendizaje que puede ser nulo, algo o pleno, y que en cada generación se vuelve a hacer. Esto último -a veces- aprendiendo de la historia, de los aciertos y errores, y a veces no. Por lo tanto la historia puede terminar mal (¿apocalípticamente?), regular, bien o muy bien. Depende de nuestros móviles, acciones y resultados en conjunción con los demás (podríamos decir «sistémicamente»), en un contexto donde el ser humano tiene cada vez más poder y hay una asimetría entre poder crear (lleva un proceso) y poder destruir (puede ser instantáneo). En función de esto, y dada la velocidad del cambio, es fundamental encarar esta cuestión con premura.

Hablando de historia es interesante la visión de algunos historiadores. En una entrevista que le hace Carlos Pagni, el 5/3/18, al historiador Natalio Botana (ver este video del programa Odisea) donde se centra en la Argentina, pero en un marco mundial. Sobre esto último como señala este historiador (al principio y al final -del minuto 16 en adelante-), la dimensión internacional ha tenido situaciones terribles (como la primera y segunda guerra mundial) y en cuanto a la política han habido distintas etapas. Sobre esto define la actualidad como una tercera etapa de la representación política donde hay una crisis de la democracia de partidos y lo que hoy tenemos es la democracia de candidatos improvisados. Esto es el que da miedo y es grave. También plantea la cuestión de la corrupción y como esto puede llevar a la corrupción o degeneración de la democracia. Lo relaciona con esta tercera etapa de la representación política que se ha combinado con la revolución digital y robótica, así como con un ensanchamiento de la participación individual que no tiene rumbo. Esto es lo preocupante y para salir de esta situación destaca la importancia de rescatar la virtud en la dirigencia. Botana actualiza su visión de este mundo preocupante en esta nota donde hace especial referencia a los resultados de la elección de Brasil. En esta línea también está la visión de Angela Merkel sobre el mundo actual, y una actualización del contexto global se puede visualizar en esta. A comienzos de 2020 aún no sabemos los cambios que producirá el coronavirus

Siguiendo con «lo preocupante en el mundo», podemos ampliar diciendo que tiene múltiples dimensiones que relaciona crisis económicas (o muy poco crecimiento en algunos países), creciente desigualdad, situaciones donde priva la sola maximización de la rentabilidad financiera y la codicia, situaciones derivadas de grandes migraciones y sufrimientos productos de guerras (como las de medio oriente o tribales en Africa), hambrunas, indigencia y pobreza, así como luchas de poder. Frente a esto hay distintas reacciones muy dispares: ellas van desde refugiarse en la interioridad y en pequeños grupos de amistad y afecto, pasando por negar la situación y seguir por inercia, hasta la búsqueda de novedades sociopolíticas desde las bases (rechazando la corrupción y valorizando la democracia) o por otro lado -y en sentido inverso- fortalecimiento de muy diversas autocracias (China, Rusia, Corea del Norte, Venezuela….) con muy distintos resultados. A comienzos de 2021, en esta nota se sintetizan los principales conflictos.

Junto a la pandemia del Covid-19 (y sus variantes), el avance del cambio climático y los cambios científico-tecnológicos impactan como nunca antes en la humanidad Por lo tanto, podemos reafirmar que es un momento preocupante. Pero el miedo al futuro está muy presenta como señala esta nota de Pablo Stefanoni.

¿Puede terminar muy mal? Si, es una posibilidad que -con otras características- ya se ha dado en el pasado. ¿Puede terminar bien? Si, también es una posibilidad -como se menciona en esta nota– dependiendo de cuales sean nuestras actitudes y como juguemos en la práctica nuestra energía y la libertad positiva que de ella emana, en procedimientos o acciones en lo individual o micro que nos rodea, en lo mezzo y en lo macro, que no se pueden reducir a un mero relato (a veces acompañado de una falsa mística), enunciación de derechos o maquillaje de cambio. El rol de la cultura -y más específicamente de todos quienes intervienen en el proceso educativo-, poder transformar la inteligencia en sabiduría, y el papel de la política y de la reconstitución de los partidos políticos (con plataformas debatidas técnica y democráticamente), de nuevos enfoques y prácticas en la economía y en la sociedad, así como de la formación y virtud de sus líderes (como dice Botana) serán cruciales. La perspectiva y aplicación del cuidado y la prevención frente a los distintos riesgos también.

No estamos condenados ni al fracaso ni al éxito. Depende de una conjunción de factores donde nosotros somos parte de cualquiera de los posibles escenarios. Avanzar de buena fe en una agenda detallada de las acciones que se derivan de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, llevarlo a la plataforma de los distintos partidos políticos, junto a la formación de cuadros dirigenciales y profesionales que los implementen en las distintas esferas de acción, puede ser un «piso» de buen comienzo.