¿Está próxima una oportunidad de llegar a un acuerdo en Argentina?

En este blog hemos planteado, en reiteradas oportunidades, la importancia de llegar a acuerdos políticos, económicos y sociales que nos posibiliten entrar en un sendero de desarrollo sustentable y sostenido en el tiempo. Hay quienes, como José «Pepe» Mujica, que -en reflexiones como esta– nos alientan con su mensaje esperanzador para que lo concretemos.

Otra posibilidad, es la que se expresa en un poema de Borges a Buenos Aires (como se muestra en la imagen de la entrada), respecto de que «no nos une el amor sino el espanto, y por eso la quiero tanto» que -tal vez- podría extenderse a la Argentina.

De ser cierto lo anterior, una oportunidad concreta de cambio para salir del espanto -expresado en el incremento sostenido de la pobreza, de la decadencia económica, educativa y poder llegar a un acuerdo (como el mencionado al principio)-, tal vez se pueda presentar luego de las elecciones del 14 de noviembre (1) y hasta el 31 marzo del año que viene (por fijar un período de tiempo «estimativo»), donde habría que lograr un acuerdo de mediano plazo con el FMI para refinanciar su deuda. Es un requerimiento de ese organismo que sea acordado con la mayor parte de la oposición.

Este es un «incentivo» para acordar, en especial para el gobierno, dado que de no hacerlo podría -en un plazo no muy lejano- caer en un escenario similar o peor al del 2001. Allí hay una dirigencia que ha dado muestras de no querer «suicidarse políticamente», por más radicales que sean algunas de sus posturas.

Seguramente la oposición le requerirá al oficialismo que retire la reforma judicial y respete la concepción republicana de la división de poderes (2), y coincidirá con enfoques como el de Guzmán (o Redrado…) acerca de un ordenamiento macroeconómico sustentable, el de Massa y movimientos sociales de generar trabajo «genuino», con el de Beliz y lo que se viene trabajando en el Consejo Económico y Social, y en definitiva en elementos concretos de reformas normativas e instrumentos necesarios acordes para lograr un desarrollo económico y educativo.

Para que ello se sostenga en el tiempo habría que desplegar un dispositivo institucional que tenga como pilares algunos como los siguientes:

A. Un acuerdo político donde se incluyan bases programáticas mínimas traducidas legislativamente en un presupuesto plurianual.

B. Que se logre formalmente un presupuesto plurianual

C. Un sistema de indicadores -tipo semáforos- elaborados por la Oficina de Presupuesto del Congreso, auditado en su cumplimiento por la SIGEN y la AGN, que funcione como un sistema de “alarmas” cuando pase de amarillo a rojo (tanto en las iniciativas parlamentarias futuras como en el desvío del cumplimiento de lo acordado). Que sea obligatoria su publicación (símil ley propaganda electoral) en los principales medios de comunicación para posibilitar un debate público, que incida en la participación y movilización ciudadana. Lo importante es que al pasar a “indicadores rojos”, la situación en la práctica podría transformarse en un “escándalo” con el inevitable “costo electoral y de imagen” que esto supone.

Para que este acuerdo se sostenga se requerirá también del apoyo de una ciudadanía activa y movilizada realmente convencida de que ello permitirá superar -en gran medida- la grieta y entrar en un sendero de desarrollo equivalente a un escenario «ganador-ganador». Se considera que esta característica cultural será la «principal garante» de un acuerdo de este tipo. Según la expresión de un reciente texto de Gerchunoff y Hora, ojalá que la moneda que está en el aire «caiga con un buen canto», que resulte en un desempate virtuoso. Puede ser una buena oportunidad para que no la desperdiciemos y nos posibilite transitar una tercera vía en la que los principios igualitarios del populismo, y la valoración de la institucionalidad y de la competitividad de sus opositores, se traduzcan en términos de un reformismo social (3) seguramente con modulaciones distintas en el peronismo y en el no peronismo, pero posibles de conciliar virtuosamente.

(1) También dependerá de la evaluación del resultado de las elecciones del 12/9 (de las PASO) que haga el oficialismo, para que esto comenzara a darse a partir de esa fecha.

(2) En este artículo se señala que la negativa a un acuerdo también puede provenir de Mauricio Macri y su núcleo duro, con lo cual no habría acuerdo hasta después de las elecciones de 2023. Ello introduce nuevos interrogantes: ¿el FMI se flexibilizará en este requisito? ¿Si no se flexibilizara entraríamos en un escenario socioeconómico muy grave?

(3) En línea con lo señalado en esta nota.

 

 

Nuevo debate sobre la deuda, si aumentó o no y en qué moneda

En medio de la campaña electoral por las PASO, se ha incluido en la misma el debate acerca de cuánto se incrementó la deuda pública y si es diferente o no en qué moneda se genera la misma.

En esta nota de Ismael Bermudez se sintetiza bien que durante el gobierno de Macri fundamentalmente se incrementó en dólares y en el actual período de Alberto Fernández en pesos ajustados por inflación (1).

El tema de la deuda tiene una larga historia en la Argentina que hemos tratado de describir en esta reflexión, y -lamentablemente- la mayor parte ha sido destinada a financiar el déficit del estado, a la que se le ha sumado la emisión monetaria.

Si bien se puede suponer que es «más fácil de manejar» la deuda interna y en pesos, no se debe subestimar que su indexación, la evolución de su monto, sus características específicas (por ejemplo la parte que se expresa en Leliqs y que se obliga a los bancos a colocar en su encaje), no son temas «menores». Lo último expresado incrementa el riesgo del sistema bancario, y sabemos que esto es nefasto a futuro si ello se sostiene en el tiempo.

Si no se encara un ordenamiento macroeconómico con un adecuado sistema institucional que promueva el desarrollo, en el marco de un acuerdo entre las principales fuerzas políticas, no sólo no se podrá pagar la deuda (ya sea en dólares o en pesos) sino que se incrementará aún más la pobreza y la declinación económica, yendo hacia una Argentina peor. Ojalá se revierta.

(1) En esta nota se aclara que hay un 2% es ajustada por «dólar linked». Respecto al debate también es interesante este artículo

Política energética, cambio climático y equidad

En esta interesante nota de Jorge Lapeña, se describe la política energética argentina actual (a agosto de 2019) y su necesaria reformulación si se desea que sea compatible con las medidas necesarias para revertir el cambio climático y equitativa en cuanto a las tarifas.

Allí se describe el contexto internacional y luego expresa que «dentro de ese contexto de compromisos internacionales resultan altamente preocupantes las inconsistencias del gobierno en las políticas energéticas que son impulsadas a veces desde la Administración central, y a veces desde el Parlamento.

Contribuyen al desorden las presiones corporativas -en un contexto de extrema debilidad estatal-impulsadas por integrantes de las industrias energéticas que van a ser objeto de las transformaciones y reemplazos en los próximos años.

Es explícito que la corporación petrolera impulsa una explotación acelerada de los recursos de Vaca Muerta en los próximos 20 años sin tener en cuenta que aún este yacimiento no ha probado su factibilidad integral ni en petróleo ni mucho menos en gas natural con las condiciones de mercado actuales. Y que difícilmente sean viables en un futuro de reducción de precios mundiales de los hidrocarburos que se pronostican frente a la caída de la demanda mundial.

El Gobierno ha anunciado el envío al Congreso de un régimen legal de promoción de la producción de hidrocarburos basado en extender aún más los enormes subsidios a la oferta que ya existen para la producción de gas natural y el precio sostén para el crudo –barril criollo- sin los cuales la industria no compite. Subsidios que por otra parte son de imposible financiamiento.

Es insólito que el Gobierno argentino en vez de asumir su obligación de proponer una estrategia energética plasmada en un Plan Energético de largo plazo con suficiente consenso político y aprobado por ley de la Nación, haya perdido el tiempo de la mitad de su mandato.

Más negativo aún es haber elegido el camino equivocado de dejar el diseño de la estrategia en manos de una unión provincial sindical y privada que impulsa un desarrollo de hidrocarburos futuro que está puesto en duda en la política energética mundial; y además lo haga con un uso creciente de recursos públicos.

Forman parte de la inconsistencia gubernamental iniciativas contradictorias y negativas tales como la reciente sanción con fines exclusivamente electorales de la “ley de zonas frías para el gas” que subsidia y alienta el consumo dispendioso de los que despilfarran el gas en zonas cálidas…» entre otras cuestiones.

Es importante reflexionar sobre estas cuestiones y darle un rumbo futuro compatible con la reversión del cambio climático, una mayor equidad, además de que se garantice el abastecimiento a precios adecuados que promuevan la competitividad de la economía y el cuidado del «bolsillo» de los consumidores.

 

El reclamo de pasar de planes sociales a trabajo genuino

Ha venido creciendo el reclamo o pedido de pasar de los planes sociales a la necesidad de generar trabajo genuino. Ello ha abarcado desde partidos de izquierda (como el Polo Obrero), el debate en organizaciones sociales afines al gobierno, pasando por referentes como Sergio Massa o Alberto Fernández, hasta lideres de la oposición. Podríamos concluir que hay «unanimidad» en cuanto a deseos, intenciones, visiones, algunas propuestas….pero que no se han traducido -hasta el momento- en un plan sustentable de mediano y largo plazo.

En esta nota de Jorge Ossona se hace referencia a la «inevitabilidad» de los planes sociales cuando no hay ni estabilidad ni desarrollo económico, como es el caso de la Argentina desde el «rodrigazo» (para poner una fecha posible de inicio) hasta la actualidad.

Ello no es posible sin acuerdos políticos, sociales y económicos que «desaten el nudo argentino«, se priorice la educación y el desarrollo como señala esta nota (1), o se implementen medidas como plantea esta reflexión. En lo que se refiere, específicamente, al tema de generar empleo hay muchos factores a tener en cuenta como la confianza -por parte de los empresarios- a invertir, si el contexto lo posibilita o no, si hubiera incertidumbre y el empresario tuviera que pagar doble indemnización en caso de que el negocio no marchare o la persona seleccionada no fuera la adecuada, entre otros factores importantes a tener en cuenta.

Entre tanto está bueno que se vea cómo hacer para ir transformando los planes  o transferencias sociales a los pobres y desempleados en trabajo genuino. Una breve síntesis de los últimos tiempos puede ser la siguiente y sólo como ejemplos de algunos hitos:

Articulación alternativa entre plan y trabajo temporario en cosechas, como señala esta nota de 2019 de La Nación (tomando el ejemplo de Concordia, provincia de Entre Ríos). Allí se señala que «a partir de 2016 se generó un nuevo problema en los sectores de la mano de obra para la recolección de arándanos y los cítricos, luego de que el Ministerio de Desarrollo Social decidiera que si un cosechero cobraba un plan social debía darlo de baja durante la cosecha, que abarca entre 50 y 60 días. Lo que ocurrió después es que tardaron meses en volver a incluirlos en la asignación a los cosecheros. De esa manera mucha gente decidió abandonar la cosecha y quedarse con la asignación«.

– Articulación con el trabajo formal permanente: el gobierno de Macri buscó enfrentar esta temática con el «plan empalme«, pero con poco impacto. La Senadora Sacnun presentó un proyecto de ley denominado «Programa integral más y mejor trabajo argentino» (S-2091/21) que busca resolver esta situación.

Nueva experiencia de articulación entre planes y trabajo en cosechas, como es esta iniciativa. También se anunció este programa vinculado a la construcción, y está en curso este programa.

Según nuestra perspectiva, «lo ideal» sería que estos planes se transformen en un buen seguro de desempleo que no se pierda con trabajos temporarios, y que conlleve un compromiso educativo de terminar el nivel secundario o medio así como de capacitación en oficios o distintos niveles de la economía del conocimiento (desde testeadores de videojuegos hasta programadores). También el compromiso debería incluir la aceptación de trabajos que el servicio de desempleo le ofrezca (como es, por ej., en el caso europeo). El instrumento del «seguro de desempleo» es importante, en el sentido de que se pierde si no hay una contraparte de compromisos como los señalados. Esto también involucra terminar con la política de «entrega de cupos» a las organizaciones sociales para reclutar y dar de baja desempleados, en el caso de que no vayan a las marchas que organizan.

Un tema «no menor» es la «sintonía fina» del Estado para responder rápidamente a los cambios de situación del desempleado (para evitar lo mencionado en la nota de La Nación del año 2019). Debería implementarse una app o algo similar, donde esto sea procesado muy rápidamente para evitar -de manera efectiva- el temor de la persona a la eventualidad de perder el trabajo formal y caer (aunque sea por un tiempo) a no tener ingresos por estar desempleados.

Son reflexiones que tienen la intención de ir hacia una Argentina mejor.

PD: Luego de la redacción de esta reflexión, en gran parte de un programa de Odisea Argentina se la dedicó a esta temática. Puede ser útil como ampliación y para el debate (además de los valiosos comentarios recibidos más abajo)

(1) Una posible respuesta a la «pregunta abierta» que hace Rappoport en su nota, podría ser la siguiente: un dispositivo institucional que tendría como pilares:

A. Un acuerdo político donde se incluyan bases programáticas mínimas traducidas legislativamente en un presupuesto plurianual.

B. Un presupuesto plurianual

C. Un sistema de indicadores -tipo semáforos- elaborados por la Oficina de Presupuesto del Congreso, auditado en su cumplimiento por la SIGEN y la AGN, que funcione como un sistema de «alarmas» cuando pase de amarillo a rojo (tanto en las iniciativas parlamentarias futuras como en el desvío del cumplimiento de lo acordado), y que en ese caso sea obligatoria su publicación (simil ley propaganda electoral) en los principales medios de comunicación, y el debate público, que incida en la participación y movilización ciudadana. Lo importante sería que los «indicadores rojos» se transformen -en la práctica- en un «escándalo» en el caso de que se reviertan. Esto último debería convertirse en un «costo electoral y de imagen» para quienes lo transgredan

 

Sin ejemplaridad no tenemos destino como Nación

En este blog, y en esta sección, hemos destacado la importancia de la ejemplaridad en quienes fueron fundadores de nuestra Nación, como ha sido el caso de San Martín y Belgrano. Si bien estos ejemplos no han abundado en la historia argentina, en la actualidad -lamentablemente- hemos caído «muy bajo» vinculado –particularmente- con la violación flagrante de las normas vinculadas a la salud y al cuidado de la vida.

El último ejemplo de ello ha sido el cumpleaños de la Primera Dama en la quinta presidencial, donde no se cumplieron las severas restricciones legales -por la pandemia- que debió cumplir el resto de la ciudadanía. Esto generó el repudio tanto de sectores del oficialismo (ver también esta nota) como de la oposición, mientras que otros le echaron la culpa a la cumpleañera. En esta última línea se expresó el Presidente, en un acto el viernes 13 de agosto a la tarde, donde también coincidió con su Jefe de Gabinete, quien señaló que «es evidente que hubo un descuido, se cometió un error, no debería haber ocurrido. Fue un evento social que no debería haber ocurrido».

Este tipo de hechos, más allá de las disculpas, el doble discurso, la mentira y la hipocresía, entre otros atributos negativos, generan desaliento en la ciudadanía dañando gravemente la confianza en la investidura presidencial y en nuestro futuro común. Veremos si habrá un juicio político o no (muy difícil de realizar dado que se necesitan los dos tercios de ambas Cámaras legislativas para lograrlo) y, especialmente, que no se vuelvan a repetir.

Desde la sociedad civil habrá que tratar de generar nuevos liderazgos políticos que retomen la ejemplaridad de los fundadores de nuestra Nación. Ello nos puede conducir a una Argentina mejor.

PD: Entre las interpretaciones de ¿por qué sucedió esto? se encuentra esta nota. Respecto de enfoques vinculados a la filosofía y el psicoanálisis esta reflexión.

 

La tragedia educativa argentina

La Argentina, desde Sarmiento hasta entrado el siglo XX (posiblemente, y con oscilaciones, hasta los años sesenta) tuvo una educación de calidad. Sin embargo, luego empezó a deteriorarse por distintos motivos. Guillermo Jaim Etchverry, en su libro publicado hacia fines de los noventa, denominado «La Tragedia Educativa«, caracterizó a la decadencia como una «tragedia». Desde ese momento hasta la actualidad, podemos afirmar que el panorama -en general- ha empeorado.

La falta de un sistema de selección y capacitación docente adecuado para dar una enseñanza de calidad, los conflictos gremiales y la cuarentena que paralizaron la presencialidad en la educación pública (más gravemente en provincias como Santa Cruz, pero también en otras jurisdicciones), la ineficiente aplicación de la inversión en educación, y la falta de reclamo por parte de las familias (1) hasta el año 2020, son algunos de los componentes que explican el deterioro.

Las implicancias del deterioro son múltiples: se profundiza la desigualdad entre quienes pueden acceder a una educación de mejor calidad (en determinados establecimientos de educación pública y, en especial de gestión privada), la no terminalidad de alrededor del 50% de la matrícula de nivel medio, la no comprensión de textos, el no poder hacer determinados razonamientos lógicos y operaciones matemáticas elementales, entre otros factores, tienen un impacto muy grave en el desarrollo personal y en particular a un acceso laboral formal.

Sobre esto último recientemente el Presidente de Toyota de Argentina afirmó que «en sintonía con «algunos proyectos que tenemos a futuro», en la automotriz están buscando tomar 200 nuevos empleados. Y que les está costando reunir esa cantidad de candidatos con los requisitos mínimos de ingreso que hoy se exige en este tipo de industria.

«Durante la pandemia tomamos 500 personas más (para reemplazar a los ausentes por cuestiones de salud o edad) y queremos tomar otras 200, por algunos proyectos que tenemos a futuro», dijo Herrero. «Pero se nos hace difícil en nuestra área geográfica encontrar esas 200 personas con secundario completo, porque en Buenos Aires se perdió el valor de un secundario. Y se les hace difícil hasta leer un diario. Tenemos que trabajar, con nuestra responsabilidad social, en la educación de la Argentina hacia el futuro». En los primeros quince minutos de este video un directivo de esta empresa dio mayores detalles (2). Esto se replica en otras empresas nacionales y extranjeras.

Lo anteriormente descrito abre graves interrogantes para encarar, a nivel macro, un desarrollo nacional con mayores y mejores empleos de calidad. Además muchos jóvenes, que no estudian ni trabajan, tienen mayor tendencia a la adicción a las drogas y a cometer delitos (3).

Es muy urgente y prioritario revertir esta situación volviendo a la presencialidad, extendiendo las jornadas educativas, acompañando a los docentes en su mejoramiento (4) y otras iniciativas. Respecto de estas últimas son muy interesantes las propuestas como las de Susana Decibe e Inés Agerrodondo (ver este documento y este video), esta reflexión, entre otras.

Si no encaramos cambios significativos en este ámbito, sin duda iremos a una Argentina mucho peor. Ojalá no sea así. Ello dependerá si nos involucramos -cada quien cómo pueda- en cambiar esta dolorosa realidad.

(1) Hasta que surgieron iniciativas como esta, que esperemos no se agoten en la presencialidad sino que también se involucren en la calidad educativa.

(2) En esta nota se afirma que “para aquellos que se preguntaban por qué los jóvenes pobres sub 25 de Zárate-Campana con secundario completo no se postulan de a cientos para trabajar en Toyota, con un salario promedio de $150.000, la lacónica respuesta es que casi no hay varones pobres con secundario completo en Zárate-Campana”, señala Narodowski, académico asociado del Observatorio Argentinos por la Educación. En base a estos datos, el especialista concluye: “La escuela secundaria excluye a los adolescentes varones pobres, para quienes el trabajo industrial implicaría una clara mejora de la calidad de vida y, probablemente, movilidad social ascendente, mientras que los graduados secundarios de los sectores medios y altos de la población no parecen interesados en incorporarse a la actividad industrial en el sector privado”. Por su parte J. M. Kirchschenbaum aporta la información de que otros jóvenes son rechazados porque no tienen la densidad ósea requerida (producto de la mala alimentación) o porque han consumido o consumen drogas. Queda en evidencia que la problemática es claramente sistémica, y si se quiere acceder a este tipo de empleo deben encararse todas estas dimensiones en el tiempo.

(3) En algunas zonas «el dealer reemplazó a la maestra«. Además la mayor parte de los jóvenes que están en el sistema carcelario no terminaron la secundaria.

(4) Por ejemplo utilizando recursos virtuales gratuitos como este, invitando a docentes universitarios en distintas especialidades a que den algunas clases y/o asesoren a docentes al frente del curso, a narradores/as de cuentos para incentivar la lectura, etc. 

 

Lord Palmerston, Rosas y las Malvinas

El tema del histórico reclamo de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, vuelve a emerger periódicamente y en la actualidad con motivo de las elecciones de las PASO.

Una precandidata tuvo marchas y contramarchas sobre este tema, Beatriz Sarlo por su parte da su opinión (aparentemente sin relación a la campaña política), Vicente Palermo comenta sobre esta última, Andrés Cisneros, esta nota…., entre los principales ejemplos.

Como en muchos otros temas está bueno remontarse a los orígenes históricos, como señala esta nota. En línea con la misma, en un foro I. Lotersztain expresa lo siguiente sobre el intercambio entre Lord Palmerston y Juan Manuel de Rosas: «En 1837 Lord Palmerston estaba a cargo de las  de las Relaciones Exteriores británicas (luego llegaría un par de veces a Premier) cuando recibió una propuesta, en mi opinión excelente, de don Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires y a cargo de las relaciones exteriores de lo que en un futuro sería la Argentina.

Rosas era muy respetuoso de las deudas financieras de la provincia, y por ello afrontaba con enormes dificultades algunos pequeños pagos que se las ingeniaba para  solventar, como consecuencia de un quizá desmesurado préstamo que la Banca Baring le había otorgado en 1825 a Bernardino Rivadavia para construir el puerto de la ciudad de Buenos Aires (y que por razones que no vienen al caso desde ya se había gastado en otras cosas y seguíamos sin ese vital puerto). Y dado que Rosas comprendía que dadas las escasas disponibilidades financieras que los impuestos aduaneros (único ingreso fiscal digno de alguna consideración) le permitían el préstamo era absolutamente impagable le propuso a Palmerston saldar las obligaciones argentinas mediante la entrega de las Malvinas a los ingleses. La propuesta puede leerse hasta hoy en los archivos del Foreign Office británico.

Según mis cálculos en aquel momento la deuda con la casa Baring era de unas 800.000 libras esterlinas (1), suma que nuevamente estimo, no llegaba siquiera al uno por ciento del presupuesto anual del gobierno británico. Además no me cabe duda que Palmerston, como mucho mas confiable acreedor, hubiera podido negociar una rebaja con la Banca Baring, reducción de los intereses, pago a plazos muy extendidos, etc.

Pero se negó terminantemente a considerar la propuesta, con el argumento de «para que pagar por algo que ya tenemos«. Claro que hubo que esperar un siglo y medio para demostrar que ciertas economías pueden llegar a ser muy costosas… «

El tema de Malvinas es muy relevante y está bueno conocer la opinión de quienes se postulan para ser elegidos en el Parlamento, y cómo encararían esta cuestión. De todos modos, seguramente coincidiremos en que, entre los temas más prioritarios, estaría mejor ver qué proponen para el futuro de Argentina (2), en especial en lo económico-social y si hay posibilidades de acuerdos o no. Ello nos podría conducir a un futuro mejor.

(1) Según la nota de Infobae, con interesas llegaba a 1.900.ooo Libras.

(2) En línea con opiniones como la de Alejandro Katz en este programa televisivo.

 

 

Creer o reventar: virajes históricos basados en evidencias sobre mejores resultados

En este artículo, de Mariano Caucino, se comenta sobre cómo fue el viraje de Mao hacia occidente y una nueva política económico-social al interior de su país. Al respecto señala, en un par de párrafos, que «al otro lado del mundo, a similares conclusiones había arribado el líder de la República Popular. Según relató su médico Li Zhisui en su obra “The Private Life of Chairman Mao” (1994), el “Gran Timonel” le confió que buscaría acercarse a los Estados Unidos. Convencido de que el enemigo principal de China no eran los Estados Unidos sino la Unión Soviética y que la mayor amenaza a la seguridad de Beijing no provenía de Washington sino de Moscú, Mao le hizo una inquietante confesión. Explicó que a diferencia de los soviéticos, los norteamericanos nunca habían apetecido partes del territorio chino. Incluso aventuró que dado que Nixon era “un derechista de larga data” y “el líder de los anticomunistas”, negociar con él podía ser muy provechoso. Mao graficó: “Me gustan los derechistas. Dicen lo que piensan. No como los izquierdistas, que dicen una cosa y piensan otra”.

Kissinger lo explicó así: “Después de someter a su inmenso país a la borrachera ideológica y a la terrible sangría de la Revolución Cultural, Mao se encontraba entonces en situación de dar cierto sentido práctico a la política exterior china”. Luego el artículo da detalles de cómo se implementó el acercamiento con EEUU.

Este fue el comienzo de un viraje que tuvo como paso intermedio muy relevante a Deng Xiaoping, donde «el antagonismo entre ideología y economía solo pudo resolverse tras la muerte de Mao en 1976. Deng Xiaoping, el Pequeño Timonel, tuvo entonces el atrevimiento y la originalidad de proponer la construcción del socialismo dando un rodeo por el capitalismo» con una fuerte impronta de direccionamiento estratégico por parte del Estado, hasta llegar hoy en día a Xi Jinping (al respecto es interesante esta nota). Llevó bastante tiempo  «el viraje» que requirió del pragmatismo geopolítico de Mao, su fallecimiento, así como el relevante rol de sus sucesores en el logro de resultados distintos y sustancialmente mejores en lo socioeconómico (1), que fueran útiles para los intereses de China y su población.

Respecto del panorama argentino, en esta nota el economista Rafael Di Tella menciona -entre otras cosas- que «Fernández afirma no creer en los planes económicos. El desorden económico en el que vivimos nos recuerda que es urgente que cambie de creencias. Es creer o reventar«. ¿Qué sería «reventar»?. Si bien puede tener distintas acepciones, podría interpretarse como un sostenido proceso de movilidad social «descendente» (en especial desde mediados de los años setenta) de una parte importante de la población (la pobreza y la indigencia es su expresión más extrema), una degradación del sistema educativo y con ciclos en la evolución del producto, pero con una caída comparativa respecto de otros países y con un retroceso al nivel de hace 14 años. Por lo tanto «reventar» sería una «implosión» lenta y sostenida como la que se viene verificando.

¿Qué hará falta para revertir esta tendencia en el caso argentino?. Sin duda -en primer lugar- reconocer el problema, y luego requiere de liderazgos con visión, estrategias y políticas adecuadas, basadas en acuerdos políticos y socioeconómicos mayoritarios que desaten «el nudo gordiano argentino«. Por ahora difícil, pero no imposible (2). Ojalá todos pongamos un grano de arena y de participación ciudadana para que esto se logre.

(1) Lamentablemente sin un sistema democrático (un régimen de partido único) que permita mayores mayores libertades civiles y de pluralismo político. Un cambio -en este orden- no parece cercano en el tiempo, donde -sin duda- influyen los buenos resultados económicos.

(2) Habrá que ver qué pasará con los resultados de las elecciones legislativas de noviembre 2021, y qué impacto puede tener la negociación con el FMI, en especial teniendo en cuenta que a principios de 2022 está previsto el pago -entre capital e intereses- de US$ 19.200 millones a ese organismo internacional. Como no se podrá pagar, debería implementarse un acuerdo con un programa sustentable a mediano plazo, que permita refinanciar los compromisos de deuda con esa entidad.

 

 

 

Un caso donde no ha predominado el bien común: la provisión de vacunas por parte de Argentina

Una de las definiciones de política -un tanto ingenua y distante de la mera conservación del poder- es la de resolver conflictos pacíficamente encontrando puntos de encuentro vinculados -de una u otra manera- con el bien común. Lamentablemente uno de los casos en que no ha sido así es la provisión de vacunas contra el Covid-19 por parte del gobierno argentino desde el origen de la pandemia hasta hace muy poco, donde ha cambiado su enfoque.

¿En qué basamos la afirmación anterior? En la carta que Cecilia Nicolini (Asesora Presidencial) envió al CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa publicada por el periodista Carlos Pagni, donde -entre otras cosas- se lamenta y exige el cumplimiento de los envíos de la vacuna Sputnik (en particular por la gran demora del componente 2).

En la nota de Pagni, en una parte, se afirma que «el párrafo siguiente tiene un matiz enternecedor: Nicolini intenta sensibilizar, tal vez presionar, al hombre de Vladimir Putin al informarle: “Recientemente emitimos un decreto presidencial que nos permite firmar contratos con empresas americanas y recibir donaciones de los Estados Unidos. Las propuestas y entregas son para este año y también incluyen vacunas pediátricas, lo que es otra ventaja. Le pedimos a su equipo que comparta un protocolo para uso pediátrico que nos permita ejecutar un estudio aquí, pero todavía no recibimos nada”. El pasaje sugiere algo así como “si nos siguen ignorando nos vamos con los Estados Unidos”. Una insinuación significativa, que confirma lo que se sabe: la estrategia de vacunación está guiada por criterios geopolíticos, acaso más que sanitarios. Un aspecto que ilumina de nuevo la resistencia a comprar vacunas norteamericanas, sobre todo la del laboratorio Pfizer, única autorizada para uso pediátrico». Podríamos decir que además de criterios «geopolíticos» también han predominado criterios «ideológicos» (1) contradiciendo lo que se afirma en la imagen de la entrada de esta nota, o de ceder o no ceder a presiones de los laboratorios.

Así mismo se podría afirmar que no se han privilegiado los intereses nacionales -en línea con esta reflexión– y terminó -en la actualidad- predominando un viraje con criterio pragmático de conservación del poder con vistas a las próximas elecciones en sintonía con lo expresado al final de esta nota.

Este tipo de enfoques y de prácticas, han tenido un alto costo en vidas humanas que se podrían haber evitado y no nos llevan a un mundo mejor.

(1) Hay una definición amplia de ideología como «sistema de ideas» (que todo ser humano tiene) y otra de connotación negativa (como la que se deriva de esta reflexión) que consiste en «cuando asume una versión muy simplificada y distorsionada, por falsa creencia, de la filosofía original. En este sentido se produce, de forma general, un carácter insincero, cuando un pensamiento original se convierte en «—ismo» (Platón → platonismo; Marx → marxismo; capital → capitalismo; anarquía → anarquismo; etc.). Su origen se sitúa en el personal, de acuerdo con las necesidades que sustentan socialmente un determinado pensamiento. Se separa y disocia de la realidad, porque la manipula en forma de propio interés»

 

 

 

Ceder o no ceder ¿es esa la cuestión relevante?

Recientemente Máximo Kirchner expresó en la Cámara de Diputados “yo no quiero un país que tenga que ceder a los caprichos de los laboratorios extranjeros” y luego agregó “¿si así nos fue con los laboratorios cómo nos va a ir con el FMI?”.

La cuestión de ceder o doblegarse frente a otro es, sin duda, un tema de la mayor importancia y que hace a la dignidad de una persona o de un país. Por lo tanto deberíamos reflexionar profundamente sobre esta cuestión.

En primer lugar hay que preguntarse si las condiciones que pone el otro son un capricho o no. En el caso específico de vacunas que han tenido que desarrollarse muy aceleradamente, sin las condiciones temporales aplicadas en otras situaciones, la empresa fabricante buscará cubrirse de los riesgos que emergen. Uno puede aceptar o no esas condiciones. Si decide no aceptarlas debe tener alternativas de abastecimiento nacional o extranjero de calidad verificada internacionalmente y de entrega en tiempo y forma.

En el caso del abastecimiento nacional debería tener instituciones estatales y/o privadas de excelencia que hayan desarrollado todo el ciclo necesario para su producción y distribución (1). Para ello se necesita haber planificado y ejecutado una estrategia adecuada. Si ello no se realizó, no sirve para nada apelar a una queja inconducente, al voluntarismo y a dictar normas incumplibles.

De igual modo con la relación con el FMI y los acreedores privados. Si un país viene endeudándose crecientemente, sin poder hacer frente -de manera reiterada- a sus compromisos, su dirigencia debería preguntarse cuales son las causales de dicha situación, en qué se aplica la deuda y qué medidas institucionales público-privadas adoptar para hacer frente de manera solvente y sustentable al endeudamiento. Para ello debería contarse con un programa que ordene la macroeconomía y promueva el desarrollo. Ello debe ser consensuado como política de estado entre las principales fuerzas políticas, dado que sino no perdurará en el tiempo.

La emancipación y la soberanía se alcanzan sólo si hay un discernimiento adecuado de quienes somos (historia y presente) y hacia donde podemos ir de manera realista en el contexto global en el que nos toca actuar. Lo demás es un lamento y una apelación inútil que no sólo enreda al gobierno que tiene que resolver problemas, sino que nos confunde como sociedad llevándonos a la impotencia y al resentimiento. Nada bueno puede salir de esto último.

PD: Luego de esta reflexión se conoció esta nota con los graves problemas de suministro de la vacuna Spunitk.

(1) Algo se ha hecho recientemente en esta dirección. Esperemos se consoliden estas iniciativas con seriedad y profesionalidad.