Una buena noticia: producción de vacunas contra el Covid-19 en Argentina

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Como sabemos Argentina es un país de grandes contrastes: tenemos más de 40% de pobres (en el conurbano bonaerense el 51,2%) y a la vez nos destacamos, a través de empresas como INVAP, para fabricar minireactores atómicos y satélites.

Una de las preguntas que nos podíamos hacer era, si países como la India (aunque de mucho mayor escala poblacional y cultura muy diferente) también con grandes contrastes, fabrica vacunas (como la de Astrazeneca): ¿por qué la Argentina no lo puede hacer? Hoy apareció esta noticia donde se indica que un laboratorio argentino ya empezó a fabricar localmente (bajo licencia) la vacuna Sputnik (también, entre otras fuentes, se puede ver esta y esta).

En la nota se expresa que se podrían fabricar 1 millón de dosis escalables a 5 millones de dosis mensuales, con las instalaciones actuales. Si se amplían podrían llegar a 500 millones de dosis al año. Sería bueno que el laboratorio aclarara bajo qué condiciones o supuestos ello se podría alcanzar, y -así mismo- que se cumplan los standards de calidad, almacenamiento y distribución. Es una noticia esperanzadora, y ojalá vaya todo bien (1). Cabe destacar que, a octubre de 2022, se ha optado por fabricar las vacunas CanCino, de origen chino.

(1) En una nota del periodista Carlos Pagni del 27/7/21 se comenta «la carta de Cecilia Nicolini al encargado del Fondo de Inversión Rusia que administra la venta de la vacuna Sputnik tuvo un párrafo que pasó casi inadvertido, que no habla mal del Gobierno ni habla mal de Nicolini, sino de la opacidad con la que se mueve Rusia en este campo. Opacidad que ya produjo un escándalo en Medio Oriente por la aparición de intermediarios en la compra y venta de la vacuna. En ese párrafo, Nicolini dice: “Me gustaría agregar que alguien de su equipo de producción le está pidiendo al laboratorio Richmond (de Marcelo Figueiras)que le solicite al Ministerio de Salud argentino que le haga la factura y que reciba el pago completo por las dosis producidas acá”. Es decir, que Figueiras y Richmond funcionen como intermediarios. No que Figueiras produzca la vacuna, se la entregue al Fondo de Inversión Ruso y que este, como está pactado en el contrato, se la siga proveyendo al Gobierno argentino. No, ahora quieren que el que cobre sea Figueiras. Gran signo de interrogación sobre para qué quieren ahora un intermediario». Veremos cómo evoluciona esta cuestión y los problemas burocráticos como señala esta nota.

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