La Economía del Papa Francisco

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Desearíamos poner en contexto histórico la temática de «La economía del Papa Francisco«, cuyo logo se muestra en la imagen de la entrada (1). La Iglesia Católica, como institución milenaria, ha pasado por distintos momentos en lo referido a la aplicación del mensaje cristiano en el campo económico y social.

Los textos evangélicos revelan una exigencia que excede la de una buena y correcta administración (Mateo 25, 14-30), y también apelan a que nos centremos en un “ser” maduro y solidario y no apegarnos al “tener” (2). El relato sobre el encuentro con el joven rico (Mateo 19, 16-22) y las bienaventuranzas (Mateo 5, 3-12) son algunos de los pasajes donde se expresa una exigencia muy radical en lo que se refiere a los bienes materiales (en especial en cuanto al desapego y al compartir). Las primeras comunidades cristianas intentaron vivir este mensaje, tal como se expresa en el texto de los Hechos de los Apóstoles (véase por ejemplo 2, 44-45, 4, 32, 34-35) donde “compartían todo cuanto tenían” y retiraban “según su necesidad”.

Sin embargo, con la progresiva incorporación de comunidades cristianas donde había familias con mayores ingresos que otras, el apóstol Pablo, si bien insta a vivir el espíritu evangélico y combatir la desigualdad, “flexibiliza” el mensaje apelando a la “generosidad” y el aporte de cada uno “según su posibilidad” (v. g.: 2 Corintios, 9, 6-8). Esto fue “abriendo la puerta” a distintas situaciones y a que la Iglesia, como “institución”, cayera en la “tentación” del dinero y del poder. Fue cuestionado tanto dentro de la institución por personas como San Francisco de Asís, como por quienes luego rompieron con ella, como el caso de Lutero. Quienes pudieron mantener, más fielmente este espíritu y esta práctica, han sido las Órdenes y congregaciones religiosas, así como comunidades y fraternidades laicales de distinto tipo.

Hoy el papa Francisco, eligiendo ese nombre y con gestos concretos, busca que la Iglesia –y en particular quienes la conducen y no sólo las personas que están en órdenes religiosas-, camine en su interior -al menos- hacia una mayor sencillez y austeridad, y hacia el mundo busque la construcción de una civilización del amor, con una economía más humana y de cuidado de la casa común.

Hay una serie de gestos, exhortaciones, documentos y encíclicas que son hitos importantes en el papado de Francisco, que dan cuenta de su enfoque. Comenzaremos por el discurso en Lampedusa (el 8/7/2013, lugar de llegada de muchos migrantes a Italia) y luego algo global «doctrinario» como el discurso en el Encuentro con el Comité de Coordinación del Celam (el 28/7/2013). A fines de 2013, cuando publicó “La alegría del Evangelio», su primera exhortación apostólica, postuló que “algunos todavía defienden las teorías del ‘derrame’, que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando”. El 26/3/2015 valoró el aporte del cooperativismo y pidió que haya «más cooperativas». El 24/5/2015 lanzó su Carta Encíclica «Laudato Si» (sobre «el cuidado de la casa común») muy relevante en lo que se refiere a nuestra relación con el ambiente (con el sistema económico, la pobreza…).

El 5 de noviembre de 2016 dio un discurso, en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), a los participantes del Encuentro Mundial de Movimientos Populares, donde plantea -entre otras cosas- que “tierra, techo y trabajo para nuestros hermanos y hermanas son derechos sagrados”. Este tipo de pronunciamientos, junto a algunos gestos en el caso argentino hacia actores de la sociedad y la política, ha, generado una reacción de rechazo y crítica, en especial en intelectuales como Loris Zanatta (que lo señala como «populista«) o políticos argentinos -como Miguel Angel Pichetto– respecto de que «fomenta el pobrismo». En ambos casos podemos decir que son opiniones «sesgadas» que mal interpretan o no reflejan la integralidad del enfoque del Papa Francisco y de la Iglesia católica en el tiempo actual. Esto no ha impedido que el Papa siga planteando propuestas para los excluidos, como la lanzada el 13/04/2020 para que exista un salario universal.

El Papa Francisco ha enfatizado la importancia del enfoque del desarrollo humano integral en un discurso del 4/4/2017, en el 50 aniversario de la Encíclica Populorum Progressio, así como ha planteado un «plan para resucitar«, a partir de la pandemia del Covid-19. Son algunos hitos que pueden ayudarnos a entender su enfoque global.

El 13 de mayo de 2019 recibió al economista Joseph Stiglitz para dar otra mirada de la economía mundial, y también -en ese mes- apareció esta nota donde reseña la convocatoria del Papa Francisco a un encuentro mundial de economistas y emprendedores, para los días del 26 al 28 de marzo del año 2020 en la emblemática ciudad de Asís, con el lema «una economía que da vida y no mata, incluye y no excluye, humaniza y no deshumaniza, cuida la creación y no la despoja». Lamentablemente hubo que suspenderla por el coronavirus y la nueva fecha es del 19 al 20 de noviembre. La nota periodística (3) señala que «el Pontífice espera que esa reunión le permita «conocer a quienes hoy se están formando y están empezando a estudiar y practicar una economía diferente, una que da vida y no mata, incluye y no excluye, humaniza y no deshumaniza, cuida la creación y no la despoja». Del encuentro también participarán académicos y expertos en ciencias económicas,  comprometidos con una economía compatible con el marco así definido. Un marco que, piensa el Papa, no sólo contiene a los que profesan la fe, sino a «todos los hombres de buena voluntad», por encima de sus creencias y nacionalidades. El evento, dice la carta de Francisco, también ayudará a «conocerse mejor» y a formular un «pacto común» para cambiar la economía actual y dar un alma a la economía del mañana: «A través de un ‘pacto’ común -escribe el Papa-, promoveremos un proceso de cambio global que vea en comunión de intenciones no sólo a los que tienen el don de la fe, sino a todos los hombres de buena voluntad, más allá de las diferencias de creencia y nacionalidad, unidos por un ideal de fraternidad atentos sobre todo a los pobres y excluidos». En la carta de invitación -entre otras cuestiones- señala «les pido que sean constructores del mundo, que se metan en el trabajo por un mundo mejor». 

Las novedades de esta iniciativa se pueden seguir en este link, y la lista de expositores en este sitio (4). También es relevante lo que aparece en la página web en lo referido a «Thematic Villages» donde son espacios que los participantes van a debatir sobre las 18 temáticas allí descriptas. En línea con la presente nota va esta exposición de la Dra. Cristina Calvo en la Acción Católica Argentina.

En el cierre del encuentro de fines de noviembre de 2020 el Papa Francisco expresó esto y entre las conclusiones se destaca esta. Las demás exposiciones y reuniones se pueden visualizar en la página oficial ya mencionada.

(1) Se basaron en notas como esta o esta. Cabe destacar que hay muchos enfoques y experiencias económicas que van en la dirección del enfoque del Papa Francisco. Entre las experiencias que van de abajo hacia arriba podemos mencionar el movimiento de economía de comunión, del bien común, de la economía social y solidaria, las empresas «b», enfoques y experiencias como las de la «economía del amor«, las de los cuatro retornos, la economía del procomún, la economía ecológica -en sus distintas variantes como las de «la cuna a la cuna«, las ecovillas, la “economía circular” (para mayor detalle ver esta fuente, esta Fundación y este sitio), las finanzas solidarias, la economía del «donut», algunas variantes de la economía colaborativa, la economía del tercer sector,  y en cuanto al sector privado hay que mencionar que, para la Iglesia católica,  son relevantes arquetipos de empresarios como es el caso de Enrique Shaw. Sobre los enfoques que van de arriba hacia abajo (en cuanto a instituciones y políticas) seguramente se van a referir los expositores del encuentro, pero nos animamos a decir que estarán relacionadas con enfoques socialcristianos y socialdemócratas (como los de los países del norte de Europa), a los de economías con empujones para el bien, criterios como el esbozado en este documento (a transformar en instrumentos concretos) o enfoques más globales como el citado del salario universal (y otros para promover el trabajo en la economía popular).

(2) Desde otra perspectiva se puede ver el texto de Eric Fromm «Tener o Ser«.

(3) Una actualización se puede visualizar en este sitio.

(4) Al mes de agosto de 2020 estaban confirmados los siguientes expositores: Amartya Sen, Muhammad Yunus, Vandana Shiva, Jeffrey Sachs (en este video se puede ver una reciente entrevista), Bruno Frey, Kate Raworth (también se puede ver esta nota), Carlo Petrini, Stefano Zamagni (también se puede ver esta conferencia), Juan Camilo Cárdenas, Jennifer Nedelsky, Mauro Magatti, Consuelo Corradi, Leonardo Becchetti, Cécile Renouard (en francés) , Sir Michael Marmot (un artículo), Antje von Dewitz y Hamid Ali.

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