¿En qué se parecen las políticas de los gobiernos de Francia y Argentina?

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Comparar es difícil. En el caso de esta nota estamos comparando, «en trazos gruesos», las políticas económicas de gobiernos de países con una historia, contexto y una economía muy diferentes. Sin embargo ambos gobiernos se han planteado transformarlos para que puedan hacer frente a la actual globalización y a los cambios científico-tecnológicos, así como tener un crecimiento sostenido (y en el caso de Francia sustentable medioambientalmente).

Respecto de Francia, según esta nota de Jorge Castro, lo viene logrando en los sectores más dinámicos de esa economía pero no así en cuanto a resolver la fragmentación social. En una reflexión que hicimos en este blog lo planteamos. En el caso de Argentina, la visión con la que encaró el gobierno fue, al menos ilusoria, por no decir además errónea, en cuanto a su diagnóstico y muchas de las medidas adoptadas, según reflexionamos en este link (y que también desarrollamos de manera positiva en otras notas).

Para resolver lo anterior entendemos hay que combinar (en un horizonte cercano) (1) economía de mercado con políticas que impulsen un estado de bienestar. Ello no es sencillo ni en Francia (3), ni en Argentina, ni en los países que están lejos de esta situación. No se trata ni de un capitalismo sin reglas ni que las reglas sean una subordinación de la economía a la política realizadas de cualquier manera o a mero voluntarismo (2) sin tener en cuenta que la extracción del excedente tiene límites, así como que vivimos en un mundo globalizado y con vertiginosos cambios. En el caso de Argentina hay que agregar alta inflación, déficits gemelos (fiscal y de balance de pagos) e hiper endeudado (por lo tanto con una gran fragilidad de su economía). Resolver el grave tema de la pobreza está correlacionado no sólo a altas devaluaciones (dado que producimos bienes salarios) sino también a que crezca el empleo como dice esta entrevista.

Sin duda, muchos de quienes buscan una mayor igualdad y justicia social están inspirados en ideales nobles (muchos de los cuales compartimos en este blog). Pero los que se plantean populismos de izquierda como «solución» deberían tener en claro que su profundización lleva a situaciones, por ejemplo, en las que terminó un país inmensamente rico como Venezuela. Por lo tanto a un mundo peor y no mejor.

(1) a mediano plazo entendemos sería deseable desarrollar un postcapitalismo que perfeccione y evolucione lo anterior. Destacando también que el marco de una economía plural, ya hoy existen formas o modalidades democráticas y participativas como la economía social y solidaria, así como experiencias que exceden la maximización del lucro, como es el caso de la economía de comunión, la economía del bien común, la experiencia de las ecovillas y de economía ecológica, etc., que consideramos deben ser el horizonte deseable y aspiracional de una economía más humana y sustentable. Así mismo consideramos que no es bueno promover experiencias maximalistas que se originan en sistemas democráticos, pero terminan en gobiernos autocráticos.

(2) es interesante el enfoque actual de países como China y el rol de su estado (podríamos agregarle el calificativo de «inteligente»), donde la voluntad política se orienta a abrir mercados, cambiar su matriz energética, resolver el tema de la pobreza, liderar el cambio científico tecnológico y buscar inversión privada que también participe de sus empresas públicas, dándoles mayor dinamismo a estas últimas. Sin embargo no alentamos restringir o eliminar la democracia para impulsar el desarrollo. Cabe destacar que en lo que se refiere a «estado inteligente» Francia es un ejemplo en cuanto a formación de sus cuadros tal como se resalta en esta nota.

(3) Luego de publicada esta nota, el día 4/3/19 el Presidente Macron presentó su carta abierta denominada «Por un renacimiento europeo» https://www.elysee.fr/emmanuel-macron/2019/03/04/por-un-renacimiento-europeo.es. De los puntos sugiero ver, en particular, el de «recuperar el espíritu de progreso» que conlleva un «piso» de un «nuevo estado de bienestar» para Europa. Habrá que ver si los demás países de la UE comparten esta visión y la misma se implementa.

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