¿Hacia economías de prosumidores sustentables?

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El actual sistema económico, en su «principal variedad» hegemónica a nivel mundial, presenta problemas significativos en cuestiones como crisis recurrentes derivadas de rivalidades por la hegemonía, políticas económicas no sostenibles, financiarización de la economía y de una falta de coordinación macroeconómica a nivel mundial, así como desigualdad creciente y no sustentabilidad ambiental.

En lo que respecta a cambios de política económica, a nivel nacional y global, nos hemos referido en esta reflexión, y en cuanto a cómo enfrentar la desigualdad lo hemos planteado en esta nota, y también está el informe de OXFAM de 2019 que propone:

  • Universalizar la provisión gratuita de servicios públicos como la salud y la educación, garantizando el acceso para mujeres y niñas, y dejar de promover la privatización de los servicios públicos. Ofrecer prestaciones por hijos a cargo y diseñar los servicios públicos siempre atendiendo a la igualdad de género.
  • Liberar el tiempo de las mujeres reduciendo los millones de horas de trabajo no remunerado dedicado al cuidado mediante la prestación de servicios básicos y reconocimiento de los trabajos de cuidado por parte del Estado.
  • Poner fin a la guerra de las rebajas fiscales que beneficia a los ricos y deteriora las arcas públicas. Esto supone el incremento de la brecha entre ricos y pobres y reduce la capacidad del Estado de proveer servicios públicos de calidad, universales y gratuitos. Se debe acabar con la evasión y elusión fiscal de las grandes empresas y fortunas, y rediseñar el sistema tributario para que sea más justo y equitativo.

En cuanto a la sustentabilidad ambiental es muy interesante un video del NESI Forum que glosáramos en esta nota.

A mediano y largo plazo sería deseable un postcapitalismo que tenga en cuenta los elementos que venimos de mencionar, pero aquí quisiéramos reflexionar si una de las soluciones posibles de construir no sería la de converger hacia una economía de prosumidores sustentables (ver imagen de la entrada con Alvin Toffler, quien fuera el primero que utilizó la palabra «prosumidores» en su libro «El Shock del Futuro«) (1).

Cuando reflexionamos sobre el concepto de «mercado«, al comienzo decíamos «que en los orígenes de la humanidad, con los cazadores y recolectores, y luego con la agricultura de subsistencia (sin todavía generar excedente) no había mercado», por lo tanto éramos prosumidores (aunque no se usara esa denominación para la incipiente producción agrícola y el cuidado de los animales vinculados a la alimentación humana). Podríamos agregar que este tipo de economía de subsistencia («prosumidores de la economía marginal») todavía es muy frecuente en países del tercer mundo o en zonas periféricas o aisladas, o como formas de combatir el hambre (ver experiencias como las del Padre Pedro Opeka en Madagascar), y que no se deben descartar como formas de abordar la pobreza en otros contextos. Del mismo modo hay experiencias vinculadas con movimientos ecológicos y con ecovillas que, también tienden a autoabastecerse («prosumidores ecologistas») (2). Una versión actualizada de este tema vinculada a la agricultura urbana se puede visualizar en este link. Volviendo a la nota mencionada sobre el mercado, en el segundo párrafo al inicio decíamos que ser prosumidores en el futuro «sería posible con impresoras 3D (3) hogareñas muy sofisticadas que nos proporcionarían prácticamente todos los bienes materiales que necesitamos (además de prótesis y otros elementos vinculados con la salud)».

En esta nota del diario El País se señala que «la fabricación digital busca cambiar el paradigma de producción actual competitivo y extractivo por uno colaborativo y local. En el caso de los Fab Labs, esto es posible gracias a la creación de repositorios online de datos para la fabricación que se convierten en un inventario común de diseños y que pueden ser utilizados por los diferentes Fab Labs del mundo». Por su parte en un programa de LN+ se plantea el rol de estas impresoras para elaborar comida artificial, como es el caso de la carne (junto a otras opciones como las algas e insectos), y por lo tanto a tener muy en cuenta para países productores de alimentos como Argentina.

Si las «Fabs Labs» se trasladan a los hogares y comunidades, se combinan con la autogeneración de energía (como la derivada de paneles solares) y para lo poco que quede por suplirse externamente se realice con recursos derivados de una renta básica o ingreso universal, estaríamos frente a un cambio copernicano del sistema socioeconómico. Claro, esto conllevaría una serie de grandes desafíos y problemas a resolver:

  • ¿cómo se hace la transición de trabajo asalariado, de «la división del trabajo existente» y de «que dependo de que otro necesite de mi trabajo y servicios» a «me autobastezco con lo que genero»? ¿qué hacer con el ocio resultante y con el trabajo como esfuerzo? ¿qué rol tendría que ir abordando la educación y las actividades vinculadas con lo cultural, lo deportivo, el entretenimiento, el turismo y similares?
  • ¿cómo va acompañada de que los insumos y productos emergentes de esta nueva realidad sean sustentables ambientalmente?
  • ¿cómo abordar los intereses económicos que producen combustibles fósiles, productos y servicios para el consumo, lo financiero especulativo? entre otros…. ¿dejarán que esto avance o lo combatirán planteando escenarios apocalípticos? ¿qué implicancias institucionales y políticas tendría este nuevo escenario?
  • esta transición, derivado del cambio científico-tecnológico, que podría llevar unos cuantos años, ¿llegará antes de un colapso ambiental?

entre otras cuestiones a considerar.

Finalmente podemos afirmar que todas las formas de prosumidores que hemos descripto ayudan a incluir o a mitigar la exclusión económica de personas en el actual sistema. Por lo tanto es un desafío de pensar cómo las podemos utilizar desde ahora para ir a un mundo mejor y no peor.

(1) Y es retomado en libros como «La Tercera Ola«. De todos modos, según la Wikipedia, en 1972, Marshall McLuhan y Barrington Nevitt sugirieron, en su libro Take Today (p. 4), que con la tecnología electrónica el consumidor podría llegar a ser un productor al mismo tiempo.

(2) Es muy interesante la experiencia de la Provincia de Mendoza (Argentina) denominada «El Arca«. También son muy interesantes experiencias de huertas urbanas como estas.

(3) Hay que decir que el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) viene avanzando en impresoras 4D que plantean nuevas posibilidades así como desafíos en lo que concierne a la autonomización de la inteligencia artificial.

 

 

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