Para reducir la desigualdad

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En este artículo se hace referencia a los modos virtuosos de lograr la igualdad, tomando como ejemplos la educación y las regulaciones sobre el sector de los servicios, entre otras consideraciones.

Referido a la cuestión de la desigualdad, en esta nota no solamente describimos las que serían sus principales causas sino también enfoques sobre políticas y medidas posibles de tomar para su reducción. De todos modos aquí quisiéramos puntualizar más los distintos instrumentos. Comenzaremos por el lado de los impuestos y su relación con la desigualdad. Comenzaremos glosando una nota del diario La Nación de Rubén Guillemí del 26/08/2018. Entre sus consideraciones iniciales señala que la desigualdad “lejos de ser considerado un logro, los especialistas ven el fenómeno de la acumulación exorbitante y el incremento de la desigualdad como una de las más riesgosas debilidades del capitalismo”.

Sobre el caso de Japón la nota dice: “la distribución del ingreso era muy desigual en Japón antes de la Segunda Guerra y la economía estaba dominada por los zaibatsu [camarilla financiera]”, explicó a LA NACION el economista japonés Tatsuo Hatta, presidente del Asian Growth Research Institute. Sin embargo, las fuerzas de ocupación norteamericana vieron en los zaibatsu una amenaza al resurgimiento militar imperial y ordenaron al gobierno japonés una amplia reforma agraria y un sistema de impuestos a los altos ingresos y a la riqueza.Para una fortuna superior a los 500 millones de dólares el impuesto a la herencia llegó en los años 80 al 70%”, recordó Hatta. En los años 90, se redujeron las tasas y tanto el impuesto a los altos ingresos como el de la herencia son hoy del 55%. Para el economista argentino Luis Argüero, de la Universidad Torcuato Di Tella, que vivió y se graduó en la Universidad de Hiroshima, además hay un “factor cultural”. Los japoneses aman el equilibrio. La búsqueda del equilibrio es una tendencia muy fuerte tanto en la vida privada como en la sociedad y la economía. Además, para la mayoría de los japoneses el lujo no pasa por tener una pileta en el jardín de la casa, sino por la posibilidad de hacer sentir cómodo y bien recibido al otro”, señaló Argüero. Para el especialista, la raíz de esta filosofía del equilibrio está en las características de haber sido siempre “un país con recursos naturales muy limitados, lo que transformó en prioritario el uso eficiente y balanceado de sus escasos bienes”.

Más abajo continúa diciendo que “Japón y las naciones escandinavas, por ejemplo, aplican un severo sistema de impuestos a los altos ingresos y a la herencia. En otros países, factores culturales hacen que la ostentación esté mal vista, mientras que gobiernos como el de Islandia y el de Eslovenia tienen una lucha frontal contra la corrupción y la acumulación excesiva. En Estados Unidos, incluso, 400 multimillonarios escribieron, en noviembre, una carta a Trump para que frenara la reforma que les concedería una rebaja en sus impuestos.. Además de los 400 multimillonarios que pidieron a Trump que no les rebajaran los impuestos e invirtiera “en el pueblo norteamericano”, el propio Bill Gates se quejó de que paga pocos impuestos. En febrero pasado, el magnate dijo que el sistema impositivo de Estados Unidos -donde viven siete de los diez hombres más ricos del mundo- es demasiado benévolo con él. Yo pagué 10.000 millones de dólares en impuestos, más que ninguna otra persona en Estados Unidos. Pero el gobierno debería exigir que la gente como yo pague impuestos significativamente más altos”, dijo Gates.” Relacionado con el tema de la filantropía y los impuestos, recién mencionado, es interesante este video (1) y, más en general, este video relacionado con la postpandemia y Argentina.

En cuanto a la medición de las diferencias de ingresos y la experiencia de Dinamarca se menciona que “hay un sistema de medición salarial, llamado en inglés CEO-to-worker, que compara cuánto gana el CEO de una empresa en relación con el trabajador promedio de la misma compañía. En Estados Unidos, por ejemplo, un director ejecutivo gana en general 354 veces más que su empleado promedio, mientras que en Japón la tasa es de 67 a 1, y en un país escandinavo como Dinamarca es de 48 a 1. Coincidentemente, Dinamarca es una de las naciones que suelen encabezar el listado de las más felices del mundo. Cuando uno visita una empresa danesa, no se puede distinguir al CEO del empleado de oficina. Para ellos, vivir como una persona más rica entre gente pobre sería muy estresante”, comentó a LA NACION Michael Booth, autor del libro The Almost Nearly Perfect People: The Truth about the Nordic Miracle (El pueblo casi perfecto: la verdad detrás del milagro nórdico). Lo particular de Dinamarca es que hasta las primeras décadas del siglo XX tenía una sólida clase aristocrática”, agregó Booth. El 1% de la población concentraba el 25% de la riqueza en 1919. Pero la implementación de un “sistema de bienestar” mediante una drástica transferencia de recursos desde los sectores más altos hacia los de menores ingresos hizo que hoy ese 1% concentre apenas un 4% de la riqueza. Dinamarca tiene además un impuesto del 55% a los altos ingresos y del 36% a la herencia.” En el caso de EEUU, Inglaterra y otros países desarrollados es interesante esta nota.

A lo anterior debemos agregar que:

  • la desigualdad tiene un profundo impacto en el deterioro de las sociedades, y en especial en erosionar al sistema democrático, como vemos en muchos países del mundo.
  • el impuesto a las grandes fortunas debe estar bien diseñado a fin de no gravar el capital productivo. Lamentablemente, con el «Aporte Solidario y Extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia» legislado en Argentina, no ha sido el caso porque no distingue entre activos y patrimonio neto como menciona esta nota. El impuesto a los Bienes Personales (que ya existe y se podría haber aumentado) está mejor diseñado, porque desgrava inversiones y ahorros; no se paga sobre bienes que son para producir (campos, maquinaria) ni sobre los plazos fijos y los bonos, que financian el crédito privado y al Estado. Quienes han analizado el caso de Canadá (ver este artículo) sostienen que, en lugar de este impuesto, es mejor mantener el impuesto a la herencia (que muchos países tienden a abandonar) junto con un impuesto sobre la renta del capital.
  • sobre el caso argentino tal vez sería mucho mejor seguir este sendero.
  • a nivel internacional, tal vez, habrá que insistir con instrumentos como la «tasa Tobin«, muy resistida por el sector financiero de países como EEUU, Inglaterra y algunos de la UE. Si el G20 lo aprobara, podría ser administrado por el Fondo Monetario Internacional con criterios de equidad aprobados por los países miembros, y aplicado a mitigar los efectos de la pandemia, la investigación y desarrollo de vacunas contra el Covid-19 y otros en curso (o potenciales), eliminación de la pobreza extrema y revertir el proceso de cambio climático, entre los principales objetivos.
  • los impuestos recaudados se deben asignar sin corrupción, con eficiencia (mínimo costo para un buen standard o nivel de calidad), equidad y eficacia (en cuanto al logro de los objetivos y las metas),
  • dado el cambio científico-tecnológico y otros fenómenos como las pandemias, hay que implementar instrumentos como el salario universal, renta básica o similares (como un buen seguro de desempleo),
  • es bueno potenciar el comercio justo en lo relativo a intercambios,
  • un importante un reparto del excedente más equitativo en las empresas como es la participación en las ganancias, las esop o las cooperativas.

entre las principales.

Poder incorporar políticas públicas que reduzcan la desigualdad, como las mencionadas más arriba, nos pueden ayudar a converger hacia un mundo mejor.

(1) Agradezco al Lic. José Bekinschtein la referencia.PD: También una  fuente importante es este seminario y boletín (aportada en el foro del Club Político Argentino). Cabe aclarar que la imagen de la entrada ha continuado empeorando hasta la actualidad, agravada por los efectos de la pandemia. En especial se han visto muy beneficiados los propietarios de las empresas tecnológicas, dado el mayor uso de estas plataformas (agradezco al Lic. Alejandro Gerardi el aporte de la fuente de la BBC).

2 thoughts on “Para reducir la desigualdad

  1. No quisiera ahora debatir sobre medidas de políticas económica, pues quedé atrapado por la gráfica de las desigualdades patrimoniales que da lugar al enunciado que la desigualdad lejos de ser considerado un logro, los especialistas ven el fenómeno de la acumulación exorbitante y el incremento de la desigualdad como una de las más riesgosas debilidades del capitalismo. No se trata de una debilidad del capitalismo, sino de una lógica de un rendimiento fijo del capital sobre una masa creciente del mismo, aun cuando la participación del trabajo en los ingresos se mantenga constante, durante una evolutiva en la que se intensifica el capital por unidad de trabajo. Roberto Lucas lo describía mediante el hecho que la producción y la población se multiplicaron por cuatro entre el año 1000 y el 1750, pero la cápita laboral se distribuía con mayor población en relativos niveles de subsistencia, en tanto que la renta terrateniente equivaliendo al 35/40% de los ingresos generaban excedentes que se acumulaban bajo la forma de riqueza y luego se aplicaba a las grandes obras (y supongo alguna guerras para ocupar soldados) con que se ilustran las historias de las civilizaciones, Esta lógica sostenida en la constancia de la plusvalía absoluta, obliga a pensar en la acumulación de capital fijo reproducible desde el capitalismo y la intensificación del capital por unidad de trabajo. Y así disponemos de las riquezas acumuladas tras sucesivos excedentes. Por tanto, cuando hablemos de riquezas debemos discernir entre aquella aplicada a procesos de producción y su financiación, de aquellas que no cumplen funciones sociales. Creo que es el debate que hay que proponer, porque la pirámide de la concentración de la riqueza llama a engaño, incluso gente que la confunde con el fluir de ingresos anuales concentrados (tema que no debe quedar tapado ya que la desigualdad en la distribución anual es la más sensible y de consiguiente impacto político cuando exceden a su justificación por diferencias con fundamentos en el capital humano). El tema es importante, porque si la acumulación de capital de por sí produce esta desigualdad, es importante discernir aquella que no ofrece contraprestaciones al bienestar social, estando por fuera de la creación de trabajos productivos, ya sea consumos suntuarios o financiando inversiones no productivas, o simplemente alimentando capitalizaciones bursátiles. Estimo que sobre estos principios de bien común podemos comenzar a hablar de políticas fiscales que sean progresivas.
    Cuando podamos reunirnos seguiremos con los otros puntos de la propuesta. Debates abiertos como el que la cultura japonesa y sus colaterales orientales piensan más en la armonía universal que en el equilibrio de condiciones materiales,

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