Capitalismo desigual y sus implicancias

En este blog intentamos reflexionar, fundamentalmente, sobre la cuestión sistémica que nos pueda conducir a un mundo mejor. En función de ello hemos abordado, en distintas partes, la temática del sistema capitalista vigente hoy en el mundo. Del mismo hemos dicho diferentes cosas. Su fortaleza principal es que ha creado riqueza como ningún otro sistema. Sus principales debilidades: crisis recurrentes (con sus secuelas), no sustentabilidad ambiental expresado en sus efectos sobre los daños a la naturaleza y el cambio climático (Acuerdo de París, intelectuales y referentes religiosos que se han referido al mismo) y no sustentabilidad social. Esta última se expresa, en particular, en la distribución del ingreso (véanse datos en la imagen de la entrada) tanto en la relación capital-trabajo como en el rol del retorno del capital respecto de la provisión de bienes y servicios a los consumidores (con especial gravedad en la salud), y su reflejo en la cuestión fiscal (impuestos y asignación de gastos).

Antes de seguir avanzando con este tema debemos decir que la desigualdad se ha manifestado desde antes del surgimiento del capitalismo, y que la misma deriva fundamentalmente de relaciones de poder, en especial asimétricas. Por lo tanto el capitalismo es una forma particular de como se expresan las relaciones de poder en este sistema y en esta dimensión socioeconómica.

Si bien hemos destacado la importancia de converger hacia un postcapitalismo, cuando hemos hecho la síntesis describimos las principales reacciones que han habido respecto del capitalismo (a las que habría que agregar las relacionadas con los populismos, en particular de izquierda). En estos últimos tiempos ha surgido un peculiar rescate de una variante de capitalismo, que es aquel que ha permitido el ascenso y la movilidad social y el progreso material de amplias capas de la población (incluyendo las de más abajo), en especial en casos de países que han recibido gran inmigración como la Argentina o Estados Unidos de América (*). Sobre este último país, el rescate del «sueño americano» ha tomado la variante comunicacional de «salvar al capitalismo«, por parte de Robert Reich, respecto del surgimiento de variantes anti-sistema. Además de un libro y conferencias, hay un film en Netflix sobre esta temática. Allí se pone de manifiesto, entre otros elementos, el poder de lobby («cabildeo») de los grandes grupos económicos sobre el Congreso (en especial desde los años 70 hasta el presente) para que las reglas o normas los favorezcan. Por lo tanto las instituciones, en cambio de estar a favor de la mayoría de los ciudadanos (y en especial de los más débiles), están a favor de los intereses de las grandes corporaciones. En esa línea es muy interesante este video.

Lo que venimos de mencionar también aparece en la nota realizada sobre «dirty money«, en particular vinculada a algunos laboratorios o industria farmacéutica, y al sistema financiero. Esto pone en cuestión la misma noción de democracia, desnaturalizando su esencia.

Para finalizar quisiéramos relacionar el papel de la política (que Robert Reich busca valorizar en su país), con una nota de Carlos Fara, sobre el futuro de la política, en un evento del T20 realizado en Buenos Aires el 1 y 2 de febrero de 2018, de un grupo de trabajo sobre “gobernanza global, cohesión social y el futuro de la política”. Allí, entre otros elementos, se destaca que si bien hay un apoyo general al sistema democrático «existen 2 luces amarillas:

  • Los sectores de menores recursos manifiestan menor apoyo a la democracia, y
  • A mayor nostalgia sobre el pasado de un país (hace 50 años estábamos mejor), menor apoyo a la democracia.

Esto significa que persisten dos fuentes de amenazas: los que tiene menos acceso a bienes materiales, y quienes sienten que el mundo vivió una época mejor.

En esa misma línea, Sergio Bitar del Diálogo Interamericano puso el foco sobre lo que está sucediendo de largo plazo en la región latinoamericana: somos la parte del planeta más desigual, más violenta y menos innovadora. Una confluencia explosiva. En función de eso, este ex ministro de Allende, Lagos y Bachellet, aboga por un sustancial incremento de las capacidades de los aparatos estatales de modo de poder satisfacer adecuadamente cuestiones claves como la protección social, la competitividad, la seguridad y la gobernabilidad. Pero Bitar fue muy taxativo respecto a que no necesitamos Estados más grandes (porque ya serían imposibles de financiar), sino más eficientes….»

Al final se pudo «subrayar que:

  1. la problemática de la cohesión social y la gobernanza es global y estructural;
  2. nos enfrentamos a sociedades más complejas que nunca antes;
  3. la construcción de una mayor capacidad de respuesta por parte de los Estados –sobre todo en la región- es central;
  4. los Estados no pueden resolver todo lo que las sociedades le plantean;
  5. no se trata de agrandar los Estados más de lo que ya están; y
  6. parte de la tarea tiene que ver con reequilibrar las expectativas que las sociedades tienen e implicarlas en la solución de los problemas en función de que asuman ciertas obligaciones.»

Si bien creemos que si no se remueve el individualismo y la codicia de la cultura reinante, se buscan alternativas de economías con otros valores y se promuevan otros tipos de intercambio y de fiscalidad (en línea con planteos como los de Thomas Piketty), no habrán soluciones de fondo a esta temática. De todos modos lo planteado por Reich, así como lo de Bitar y el T20 en Buenos Aires, es fundamental y lo más realista a corto plazo como base de encarar el fortalecimiento de instituciones eficaces que -al menos- acoten la desigualdad en el capitalismo. Si hay una amplia participación ciudadana en esta dirección y una dirigencia virtuosa, esto seguramente contribuirá a ir construyendo un mundo mejor.

(*) además del fenómeno de las migraciones entre países por motivos socioeconómicos, y todo el debate sobre la división internacional del trabajo y la globalización.

PD: sobre esta temática también puede verse este Informe.

La construcción de la paz

La construcción de la paz tiene una serie de pre-requisitos que van desde cómo nos vinculamos entre los seres humanos y canalizamos nuestra energía, pasando por si la locura predomina sobre la racionalidad (al respecto véase el texto de W. Shakespeare en el acto cuarto de El rey Lear: «Es calamidad de estos tiempos que los locos guíen a los ciegos«) o si lo que predomina es el sentimiento de empatía compasiva y el valor de la justicia, hasta tener en cuenta los intereses vinculados con el negocio de la guerra. A mediados de 2019 se suma el conflicto entre EE.UU y China, más el persistente entre EE.UU e Irán y Corea del Norte, y en febrero  de 2022, con la invasión y guerra de Rusia a Ucrania, esto ha adquirido un gran dramatismo y preocupación por sus posibles derivaciones globales.

Hay que recordar que la institución de las Naciones Unidas fue creada vinculada el objetivo de que la paz prevalezca entre las naciones. En esta nota se hace referencia a «el que fue segundo secretario general de Naciones Unidas Dag Hammarskjöld expresó a mediados de los 50 que la organización “fue creada, no para llevar la humanidad al paraíso, sino para salvarla del infierno”. Sin embargo, la realidad geopolítica actual demuestra que este objetivo aún sigue sin cumplirse»

Por lo tanto construir la paz requiere de condiciones subjetivas y objetivas. En cuanto a las primeras la educación para la paz en las familias y escuelas, el aporte de las religiones, emprendimientos económicos que se niegan a producir armas y la cultura. el manejo de la ira como aporta el nieto de Gandhi, son esenciales. Respecto de las segundas habría que introducir una serie de penalidades o sanciones (como las que establece el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en particular en lo nuclear) y de estímulos económicos para reconducir la industria armamentística (no sólo de un país sino del conjunto de países) hacia fines no bélicos. El marco puede ser el de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas en general  y, en particular, la relativa a la paz, justicia e instituciones sólidas. Una fuente importante para el estudio del tema es el Instituto de Estocolmo para la Investigación de la Paz. Trataremos de dar algunos posibles ejemplos, vinculados a reorientación de intereses, y a evaluar su factibilidad:

  • industrias orientadas a disminuir los riesgos del espacio exterior: va desde potenciar las iniciativas para desviar o neutralizar la posible caída de asteroides a la Tierra hasta la eliminación de la chatarra espacial en la atmósfera que puede generar una multiplicidad de riesgos.
  • investigaciones y aplicaciones tecnológicas orientadas a industrias que mitiguen o disminuyan los devastadores efectos de huracanes y tifones que afectan a muchos países del mundo, así como todo lo relativo a buscar mitigar (con cambios en la construcción y ejercicios de prevención) los terremotos.
  • acciones como las campañas por la abolición de las armas nucleares, como las realizadas por ICAN que fue galardonada en 2017 con el Premio Nobel de la Paz. De igual modo la experiencia de «Leaders for Peace«, nacida en Rondine, Ciudad de la Paz, es muy significativa.
  • investigaciones y aplicaciones tecnológicas orientadas a mitigar y remediar los efectos del cambio climático y más en general al cuidado del medio ambiente. Esto implica reorientar los intereses de la industria hidrocarburífera que busca primero agotar y amortizar el capital invertido en energía no limpia. Los «negocios» orientados a la economía verde y la economía azul deberían ser estimulados fuertemente.
  • actividades orientadas a no generar más basura en los mares, y encarar su limpieza, así como el desarrollo de la economía circular que re-utilice los residuos o desechos evitando también su deposición en tierra.
  • ser conscientes de la insensatez humana que, mientras nos armamos unos contra otros, no hemos podido ganar la «guerra contra el mosquito» que genera, entre otras enfermedades, dengue, fiebre amarilla y malaria. Dar fondos y desarrollar la industria vinculada con la salud y el medio ambiente, es de fundamental importancia.
  • el desarrollo de las industrias culturales y el turismo (y más en general el ocio creativo) son actividades afines con la paz.
  • el desarrollo de innovaciones científico-tecnológicas que colaboren con la provisión de alimentos y demás bienes y servicios para personas en situación de pobreza. Ellas pueden ir desde agricultura urbana hasta impresoras 3D que generen alimentos, ropa y bienes para el hogar.
  • Abaratar los costos de desalinización del agua de los mares, así como la depuración y recuperación de agua no salada, a fin de mitigar y generar más agua potable para la población mundial,
  • Dar seguimiento a los procesos y resultados derivados de los acuerdos de paz de Colombia, y la denominada «conversación más grande del mundo» (ver su manual), pueden servir como guía o ejemplos a considerar en la reorientación cultural y económica para alcanzar la paz,
  • Las políticas culturales y cómo se realiza una buena articulación entre civismo y religiones como señala esta nota,

son algunos posibles ejemplos de reordenación de intereses económicos con finalidades acordes con la construcción de la paz en el mundo. A ellos habría que agregar el impulso de la solidaridad e intercambios de reciprocidad a nivel internacional, otros tipos de intercambios (por ejemplo el comercio justo o fair trade) y la construcción de una gobernanza global que vaya en esta dirección. Una activa participación de todos nos permitirá enfrentar los negocios de la guerra con propuestas concretas para la paz, y ello nos ayudará a converger hacia un mundo mejor.

PD: Es muy signficativa esta mención sobre un conflicto de larga data: «Isaac Rabin, 20 años después de la Guerra de Yom Kipur volvió a cumplir con el principio de que “la paz se hace con el enemigo”. Al firmar los acuerdos con la OLP, Rabin declaró: «Yo quisiera firmar un acuerdo de paz con el Príncipe de Mónaco y la Reina de Holanda, pero la paz se firma con los enemigos y Arafat es el principal enemigo”. Profundizando en esta perspectiva se puede ver esta conferencia de Amos Oz.