Partiendo del peor escenario

La construcción de escenarios posibles de una política pública no sólo deben partir de un diagnóstico lo más certero posible y del análisis de tendencias, sino también de ejercicios de simulación prospectiva.

En la imagen de la entrada se presentan, de manera simplificada, cuales serían las denominaciones de los principales escenarios. Se supone que aspiramos o deseamos un escenario optimista, o si las cosas marchan bien seguir la tendencia actual. Pero es bueno plantearse -como ejercicio- un abanico más grande de posibilidades. En el Programa «La Trama del Poder», de Laura Di Marco en La Nación+ de Argentina, del minuto 33 de este video entrevista a Eduardo Levy Yeyati, quien expresa -en el minuto 43- que el enfoque más adecuado para hacer políticas públicas es el de colocarse -imaginariamente- en el «peor escenario«. Desde allí visualizar sus posibles características y riesgos, así como planear las medidas que deberíamos adoptar desde ahora para evitarlo o morigerar sus eventuales consecuencias. Si el mismo no se da, será mejor para todos, y podremos disfrutar de una mejor situación.

El comentario anterior de Levy Yeyati lo hace en función de lo que no hizo el gobierno argentino que asumió en diciembre de 2015, lo que fue generando la situación que fue emergiendo desde el 28/12/17 y se hizo crítica de mediados del año 2018. Algo similar se puede decir de otros gobiernos, como el caso de Estados Unidos vinculado con el cambio climático. Priorizó la reactivación a corto plazo de la economía, que -hasta ahora- logró, aunque no se saben las consecuencias que se pueden generar con la guerra comercial que ha desatado (por el momento -al 26/7/18- con un primer acuerdo entre EEUU y UE, pero no con China donde se ha agravado el conflicto), y sí se sabe el enorme daño al medio ambiente global.

Estar preparado para «lo peor» nos puede llevar a generar medidas preventivas de ese posible escenario, y «un piso» del cual partir y proceder para construir escenarios positivos que nos lleven a un mundo mejor.

Los puntos críticos de un cambio

Cambiar significa asumir que tenemos problemas, cuestiones no satisfactorias así como desafíos que se nos pueden presentar en el futuro y no estamos bien preparados. El listado de ellos puede ser grande, pero ¿cuales son los más relevantes? ¿cuales son los «puntos críticos»? ¿los principales riesgos y peligros?

El análisis de los peligros y puntos críticos (APPCC, HACCP en inglés -ver imagen de la entrada-) es una metodología que la empezó usando en el año 1959 la compañía Pillsbury junto con la NASA y laboratorios de la Armada de los Estados Unidos, para luego aplicarse en la industria de alimentos y vinculadas a la salud. No es un sistema de gestión de calidad, sino un sistema de gestión de inocuidad alimentaria que se debe definir como premisa para la implantación de un sistema de gestión de calidad, y como requisito legal obligatorio aplicable a todo establecimiento alimentario necesario para la obtención de la certificación.

Si bien este enfoque y esta metodología no es trasladable automáticamente a un proceso de diagnóstico y planificación de un país, tal vez podamos coincidir en que tiene una «lógica» que si lo puede ser.

Pero ¿cuales son los principales riesgos y puntos críticos? Tal vez coincidamos que el primero de ellos, seamos nosotros los seres humanos, nuestra conciencia, actitudes y acciones que nos pueden llevar a un lugar u otro.

En segundo lugar el contexto, la cultura, las restricciones naturales, tecnológicas, económicas, sociales y políticas que tenemos que resolver. Como dijimos en otra nota no sólo debemos aspirar a lo que consideremos lo mejor para el conjunto, sino que es conveniente colocarnos en el peor escenario general  y en especial desde el peor escenario de los más débiles y frágiles (si nuestra conciencia valora la justicia y la solidaridad, y no sólo nuestro propio interés), y ver allí cuales serían los principales riesgos y puntos críticos a resolver.

El liderazgo es otra cuestión vital. En el año 1964 el sociólogo argentino José Luis de Imaz publicó el libro «Los que mandan». En esta nota se analizan sus principales características para el caso argentino, y también posibles modelos a tener en cuenta como el caso de Francia. De manera concomitante es crucial como enfoquemos y practiquemos la cuestión del poder.

Si cada uno de nosotros, a nivel personal, grupal, institucional y global, abordáramos con sinceridad, veracidad, humildad y sabiduría cuales son nuestros principales riesgos como humanidad y los principales puntos críticos a encarar, seguramente podríamos encauzarnos hacia un mundo mejor.