En esta nota comentamos los resultados de la cumbre de Glasgow para avanzar en la temática de revertir el cambio climático. El panorama no es muy esperanzador.
En un noticiero de la televisión argentina, un militante ecologista estaba sorprendido de una conversación que tuvo con representantes de un país europeo en dicha cumbre. Le comentaron: «no sabemos qué hacer». Expresa el dramatismo del abordaje de una cuestión compleja y, por lo tanto, multidimensional.
En líneas generales podríamos decir que hay un abordaje por el lado de las sociedades, de los consumidores y de los votantes (o sostén político y gobernabilidad) de los distintos gobiernos. Si bien se ha avanzado mucho en la toma de conciencia, en las movilizaciones (en particular de los jóvenes) hacia los gobiernos, podemos afirmar que se ha avanzado muy poco en cambiar pautas de consumo (1) y poco en el reciclaje. Del mismo modo en compromisos efectivos en que desaparezca (no sólo se reduzca) el uso del carbón como forma de energía (2) o de un ritmo más acelerado de reducción del uso de energía basada en gas y petróleo. En ello ha jugado, entre los elementos principales, la predominancia del denominado «sesgo de corto plazo«.
El camino más factible parece ser en que haya inversiones público-privadas que sigan abaratando las energías verdes y los bienes que las utilizan, así como el financiamiento adecuado a los países que deben emprender la sustitución de energías fósiles por energías renovables. Este es un tema muy relevante en general, y en particular para los países menos desarrollados.
En el caso de la Argentina, dependerá de cómo respondamos preguntas como las siguientes: ¿vamos a seguir invirtiendo en Yacimientos Carboníferos de Rio Turbio? ¿en Vaca Muerta? ¿la acotaremos sólo al shale gas hasta tanto logremos sustituir su consumo? ¿vamos a incentivar la cria de ganado en corral y poner biodigestores para los excrementos, u otras medidas? ¿en evitar la deforestación? ¿algún programa eficaz para ahorrar energía? ¿se llevarán a la práctica programas «concretos» para terminar con los basurales a cielo abierto y avanzar más sostenidamente en el reciclaje? ¿cómo avanzaremos en energías renovables? ¿a qué ritmo y con qué financiamiento?….. entre otros temas.
Es una lucha difícil, pero imprescindible de dar si queremos ir hacia un mundo viable para la vida humana.
(1) Tanto por el lado de consumir menos (la cuestión de poder implementar el decrecimiento, que -hasta ahora- ha fracasado), como de pagar más caro bienes menos contaminantes (por ejemplo en la cuestión de la movilidad), exigir que figure en los bienes la huella de carbono que contienen y optar por los que menos tienen (por lo tanto no optar por el de menor precio, calidad o apariencia), entre otras cuestiones.
(2) En la reciente cumbre de Glasgow se lo visualizó concretamente en las posiciones de rechazo de China e India, sin mencionar los obstáculos del presidente Biden en EEUU, y de otros países como Grecia o Canadá.