¿Libros, textos, enfoques y géneros que no nos sirven para transformar la realidad?

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El ser humano (y, tal vez, para ser más precisos «el alma humana»), tiene múltiples y bellas manifestaciones que se expresan en el género literario, la música y las artes en general. Sin embargo pensadores, como Mikhail Shishkin, en este reportaje (1) -entre otras cosas- dice «¿De verdad crees que si alguien lee un buen libro, se convierte en una mejor persona? Los que convocaron a mi país hacia un futuro brillante impartían órdenes al mismo tiempo para la ejecución de sacerdotes o el hundimiento de barcazas con rehenes, orquestaron la gran hambruna ucraniana de la década de 1930 y mataron a mi abuelo, ¿crees que no leyeron los clásicos rusos? La gran literatura rusa es una gran perdedora. Cuando llegó el momento de tomar decisiones serias, ¿qué hicieron ellos, Antón Chéjov, León Tolstoi, Fiódor Dostoievski o Iván Turgenev para evitar la caída del país en el gulag? Sí ayudaron a varias generaciones a sobrevivir al gulag. De esto es de lo que sí es capaz la literatura rusa. Del mismo modo, la gran literatura alemana no pudo detener a los alemanes que siguieron con entusiasmo a su Führer hasta la catástrofe. Estos últimos años, con la anexión de Crimea, que se convirtió en nuestros Sudetes, con la guerra en Ucrania, siento muy fuerte en carne propia lo que los escritores alemanes debieron sentir a fines de la década de 1930: la impotencia del libro y de la literatura. Sus lectores estaban entre esas masas que aclamaban con entusiasmo al Führer. ¿Para qué y para quiénes escribieron?».

Luego el reportaje continúa con esta pregunta: «¿Para qué, para quiénes escribe usted?» y esta respuesta: «¿Para quién se escribe, dibuja, compone música si el arte no puede confiar en su espectador, lector u oyente? No importa lo que escribas siempre habrá alguien que dirá que has salvado a la literatura, cien personas dirán que es imposible leer tus tonterías y el resto de la humanidad nunca siquiera se enterará de tu libro. Lo mismo con la pregunta de quién necesita otro libro nuevo. Después de todo, cada año aparecen millones de libros nuevos en todo el mundo. Solo hay una respuesta honesta: nadie lo necesita. Y es eso mismo lo que da la fuerza a la literatura. No debilidad, sino fuerza. Un avión vuela no porque dependa del aire. Vuela porque sobre sus alas se forma un vacío y atrae al avión hacia el cielo. Del mismo modo, para despegar y emprender su vuelo, la literatura no depende del público lector. Es absorbida por el cielo. Y un lector también puede despegar». Termina con algo «esperanzador» respecto a la lectura.

Complementariamente podemos decir que los análisis de la realidad basados en hechos ciertos, y en general el aprendizaje de la historia, son muy relevantes. Ahora bien, si eso no es acompañado de un discernimiento sobre un buen horizonte compartido, la estrategia adecuada de corto y mediano plazo para transformar la realidad, los múltiples actores ha poner en juego (y en particular la relevancia de buenos liderazgos) y los distintos cursos de acción posibles (2) para transformar la realidad (entre los que está la naturaleza del poder), no habrá cambios significativos hacia un mundo mejor.

(1) Vale la pena leerlo completo tanto por el análisis que hace de su país de origen, como por fenómenos que se replican -con variaciones- en otros países también. 

(2) De manera general se ha reflexionado en esta nota. Ello también conlleva una buena articulación entre cambios culturales e institucionales, elegir las mejores políticas públicas y avanzar hacia un sistema económico no sólo sostenible en sí mismo, sino también en lo social (disminuyendo la desigualdad y la pobreza) y en lo ambiental.

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