¿Hard power o soft power para un mundo mejor o peor?

image_pdfimage_print

Hace un tiempo reflexionamos en esta nota sobre la cuestión del poder, y la importancia de que se exprese como «servicio» y no como energía para el dominio. Lamentablemente, como humanidad, no lo hemos logrado cabalmente.

Hay términos como «hard power» (1) y «soft power» (2) (ver imagen de la entrada) que se utilizan básicamente a nivel macro, de los países y supraregiones. Un ejemplo de ejercicio de soft power es, en general, la Unión Europea, nacida luego de siglos de sangrientos enfrentamientos en ese continente. En cuando al hard power, un ejemplo es el de Rusia (v.g. en la época de Putin), y también -en muchos períodos- por parte EEUU, potencialmente China, y otros países en la historia.

En función del enfoque del hard power a nivel mundial, Henry Kissinger -en esta nota– propone un G3 (EEUU, China y Rusia») para abordarlo. En este artículo de Thomas L. Friedman se mencionan hipótesis de potenciales conflictos que pudieran derivar en enfrentamientos armados. (3)

Ojalá que, como humanidad, peguemos un «salto evolutivo» dejando de lado la soberbia, «la construcción de hegemonías» y apelando a las «grandezas de las distintas patrias», para enfocarnos en cuestiones básicas de supervivencia vinculadas a las pestes, el cambio climático, la erradicación de la pobreza y disminuir la desigualdad. Esto nos puede llevar a un mundo mejor y no peor.

(1) Según Joseph Nye el «poder duro» implica «la capacidad de usar palos y zanahorias (carrots and sticks) de poder económico y militar para que otros acaten tu voluntad». 

(2) De acuerdo con esta fuente, «poder blando es un término usado en relaciones internacionales para describir la capacidad de un actor político, como por ejemplo un Estado, para incidir en las acciones o intereses de otros actores valiéndose de medios culturales e ideológicos, con el complemento de medios diplomáticos. El término fue acuñado por el profesor de la Universidad de Harvard Joseph Nye en su libro de 1990 Bound to Lead: The Changing Nature of American Power, que luego desarrollaría en 2004 en Soft Power: The Means to Success in World Politics».

(3) En general se sigue la «lógica de Tucídides«.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *