¿Dónde anclarnos frente a la inestabilidad y la incertidumbre?

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La imagen de la entrada, posiblemente, ilustra el estado de ánimo en que a veces nos encontramos los seres humanos frente a la inestabilidad, la incertidumbre y la desorientación. Sin embargo somos conscientes de que, por el momento, no tenemos otro lugar a donde ir a vivir mejor que este mundo.

Una primera respuesta frente a la pregunta de esta nota sería anclarnos en los afectos de familiares y amigos, y en hacer lo que esté a nuestro alcance -desde lo micro hasta la construcción de políticas e instituciones públicas- para dar pasos hacia un mundo mejor. Para los creyentes habrá que adicionar en anclarnos en un vínculo de fe, esperanza y amor a Dios.

Si la pregunta se relaciona con lo socioeconómico, la humanidad ha buscado «refugio» como reserva de valor en el oro (a veces otros metales también) y más contemporáneamente en divisas como el dólar, a pesar del alto endeudamiento y la declinación económica que va sufriendo EE.UU. frente a potencias emergentes como China. En economías inestables y con alta volatilidad, como el caso argentino, el refugio en el dólar viene siendo un rasgo característico. Evidentemente «la solución» para «desdolarizar la economía y fortalecer el peso» pasa por ordenar su macroeconomía, su déficit fiscal y su endeudamiento (en general, y en particular el externo) y acordar políticas de estado viables en el actual contexto internacional, que le den un sendero de desarrollo productivo y sostenido en el tiempo que permita generar empleo en una economía sólida y diversificada, reduciendo significativamente los niveles de pobreza existente. Debería ir acompañado de otros cambios como este.

En el caso de que «el valor» no sea sólo como refugio o respaldo a la moneda de cada país, sino como una economía que tiene como «propósito» generar «valor», que va más allá de generar «riqueza», lo hemos abordado en esta nota, pero quisiéramos ampliarlo y enriquecerlo. Lo hacemos a partir de un enfoque de la economista Mariana Mazzucato que se puede visualizar en este video (*) en la Universidad de Oxford. Allí se analizan las distintas teorías y enfoques sobre el valor, se plantea como el valor se genera de manera colectiva, y como es de fundamental importancia el rol de un estado inteligente y eficaz que impulse la innovación, una economía productiva (y no la financiarización) vinculada con lo sustentable social y ambientalmente. Este debería ser el propósito que tenga como «fin la economía» según esta intelectual. Ella finaliza su alocución deseando que esta sea una «economía de la esperanza».

No es fácil y seguramente habrá que superar numerosos intereses muy centrados en la rentabilidad de corto plazo, o peor aún en vínculos prebendarios y mafiosos imbricados en estados donde la corrupción, la ineficiencia y la ineficacia abundan. Coincidiremos que son «luchas» que vale la pena dar y nos ayudan a converger hacia un mundo mejor.

(*) Agradezco al Lic. José Bekinschtein la referencia.

 

 

 

 

 

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