La moneda digital argentina

El Ministro de Economía, Sergio Massa, anunció en el primer debate presidencial que enviará al Congreso un proyecto de ley que permita instaurar la moneda digital argentina. Han salido numerosas notas sobre este tema, como esta.

Numerosos países han anunciado que están estudiando este tema, otros (como Uruguay) han hecho algunas pruebas, y otros como la India lo han implementado y lo están ampliando. También lo implementó Venezuela, pero no han habido cambios significativos. Este último caso nos ilustra que, si bien tiene aspectos positivos, no tiene resultados mágicos sino se resuelven problemas de ordenamiento macroeconómico como los que viene teniendo desde hace tiempo la economía argentina.

 

Expropiación de YPF: mala praxis o….

La política energética de un país serio, idealmente debería ser consensuada entre las principales fuerzas políticas teniendo en cuenta su enorme gravitación para el desarrollo y la sustentabilidad económica y ambiental en el largo plazo. Además debería tener en cuenta cuál es el adecuado rol del Estado, el hecho de que se necesitan grandes inversiones que lo exceden (y en consecuencia debe incluirse al capital y la tecnología disponible internacionalmente) y que ella no se puede estar cambiando por conveniencias políticas de corto plazo por los distintos gobiernos.

Lamentablemente no ha sido el caso de la Argentina, donde se ha ido oscilando desde la sola intervención del estado, luego la apertura al capital extranjero, posteriormente un cuestionamiento a este, la privatización de la empresa estatal (YPF) y luego su estatización, entre los principales vaivenes extremos de enfoque y de políticas. Esto último (la estatización) mal hecha desde el punto de vista formal y que dio origen a un juicio en la corte de Nueva York donde, en primera instancia, surge que la Argentina deberá pagar U$S 16.000 millones.

En esta nota se explican sus principales características, y al final se señala que «según el estatuto de la compañía, si la Argentina (o cualquier accionista) intentaba tomar el parte del control de la empresa, debía hacer el mismo ofrecimiento a todos los demás accionistas, mediante una oferta pública de adquisición. El país no siguió ese protocolo. Por el contrario, tomó el control de las acciones de Repsol y se quedó con la participación mayoritaria de la empresa. Ese fue el motivo que inició el juicio que todavía sigue en curso y por el que YPF, como compañía, fue exonerada. Con el tiempo, la familia Eskenazi le vendió el juicio a fondo Burford, que ahora litiga contra el país.» También se aborda en esta nota.

En este video se dan más detalles, y en esta nota humorística (o para llorar…) se plantean dudas acerca de si fue solo mala praxis o hubo una intencionalidad económica vinculada a la corrupción.

También está la posibilidad de que esto se haya generado por un enfoque ideológico muy pernicioso. Para ilustrar esto de manera general, el historiador Luis Alberto Romero relató que hace unos cuantos años atrás, en una reunión pública realizada en la Cámara de Diputados, el intelectual Ricardo Foster (que había sido su alumno) expresó que “las leyes estaban para violarlas”. Era una versión más brutal de lo que pensaba Kicillof, quien tuvo la fatal expresión que dio lugar y fundamento al fallo de la jueza Preska del tribunal de Nueva York . También se puede aducir una tremenda ignorancia sobre las implicancias que tiene para una empresa que hace 30 años cotiza en la bolsa de Nueva York, no cumplir con lo que fija su propio Estatuto.

El resultado final, probablemente, sea el agravamiento de la deuda externa argentina por parte de quienes critican el endeudamiento, no se hacen responsables de sus acciones y nos llevan a una Argentina peor.

 

 

 

¿Estamos en la era del individuo tirano?

El filósofo y escritor francés Eric Sadin ha publicado distintos textos, entre ellos el que aparece en la imagen de la entrada: «La Era del Individuo Tirano«.

Jorge Sigal lo toma para relacionarlo, no sólo con el caso francés, sino también con el argentino en esta nota. Allí dice, entre otros conceptos, que «vivimos, según el filósofo Éric Sadin, “el tiempo de la insatisfacción permanente” y su correlato es la “ingobernabilidad” también permanente. Su consecuencia es la pérdida de lazos sociales, reglas y conceptos comunes. Por ende, lo que antes fue revolucionario ha devenido rancio y obsoleto. Pero no solo el gran movimiento nacional del siglo pasado se ha atascado en los suburbios de la postración. Como fue dominante y exitoso, el peronismo impregnó la práctica militante de casi todos los partidos políticos argentinos. “Peronistas somos todos”, decía el General. Algo de razón tenía.

Por eso, la sorpresa Milei impactó en todos. También en quienes venían haciendo fajina diaria para sacarnos de encima el lastre del populismo K, que puso en peligro los pilares de la democracia. Mientras cuidaban la casa común, se adelantó por la banquina un nuevo populista de signo presuntamente contrario. Mientras practicaban taekwondo, había un tipo tomando clases de baile».

Más adelante expresa que «por primera vez en la historia –advierte Sadin en su libro La era del individuo tirano– aparece una escisión entre los individuos y lo que depende de una comunidad de destinos constituida por relatos, representaciones, imaginarios, costumbres, maneras de vivir, reglas y leyes que tienen el valor de ser bases compartidas”. “Vivimos –agrega– el advenimiento de un resentimiento personal a la vez aislado y extremo, y que sin embargo se siente en amplia escala”. Al referirse a Francia, su país, Sadin no vacila en definirla como una “nación rota”. Si eso percibe en la V República, ¿qué podríamos esperar en estas tierras en las que la precariedad es ley y la modernidad la excepción?

Si no se consigue amalgamar esas multitudes de voces empoderadas por la tecnología de la instantaneidad, si no se recupera la idea de destino común, seguiremos sumergiéndonos en la indignación y la impotencia. Seremos cuerpos desarticulados. No puede haber una ley que satisfaga a la totalidad de los internautas protestones y omnipotentes que se sienten dueños de su propia verdad. No es posible calmar la sed de todos. La sociedad del ciento por ciento de coincidencias es la utopía de los dictadores. Para aproximarse al bien común, hay que renunciar a la unanimidad. Y esa renuncia, en tiempos de egolatrías desatadas, cuando hemos pasado, “de la era del acceso a la era del exceso” (Sadin dixit), es más difícil que nunca, porque el territorio se hace fértil para los cazadores de infortunios, aquellos que prometen transportarnos, también con un clic, a un nuevo paraíso en la tierra.

¿Cuál sería el antídoto según Sadin? “Evitar un moralismo inútil” para implementar “solidaridades virtuosas”. Si no logramos que la agenda pública y las múltiples demandas privadas se acerquen, si continuamos transitando por realidades paralelas, la política continuará oxidándose. Porque, en “la era del individuo tirano” el recurso más escaso es la paciencia. Sepa la república tomar nota».

Podriamos agregar que tenemos que tratar de desarmar «los huevos de serpiente» y fenómenos que engendran estas situaciones, así como generar solidaridades virtuosas, si queremos ir hacia un mundo mejor..

Acerca de la relación entre economía, emociones, valores y propuestas viables

Respecto de esta temática, se ha intentado reflexionar en esta nota. Esperamos sea de utilidad para el debate.

PASO 2023 y «otro país»

La imágen de la entrada, muestra el mapa del país con el predominio del color violeta que representa el triunfo de Javier Milei en las PASO (con picos de votación en lugares humildes como este, este y este, que reflejan la gravedad de la crisis), sus propuestas,  la composición de su voto (también en este análisis) y la «agenda de la libertad» (planteada por Adriana Amado desde la 1 hora, 05 minutos de este video).

Lo anterior refleja un panorama inédito, con un «elefante que no vimos venir» (según algunos con posibilidades de ganar en octubre (1), según esta encuesta, y él se muestra como tal) y con un golpe devastador al sistema de coaliciones, bien analizado en notas como esta y en este programa.

Veremos cómo evoluciona todo hasta octubre, con un mayor aumento de la inflación que -posiblemente- tendrá impacto negativo en las chances electorales del candidato del oficialismo (2).

Sin duda un panorama abierto e incierto (3). Quien edita este blog considera que las propuestas de Milei no son ni deseables (derograr el artículo 14 bis, venta libre de órganos, dolarización, desparición del Banco Central y similares) ni viables (empezando por los recursos institucionales que propone) para un país como la Argentina. Nos llevaría a una Argentina peor.

(1) Una aceleración de la ya alta inflación o el inicio de una hiperinflación fortalecería sus posibilidades de convertirse en Presidente.

(2) Hay muchos otros análisis interesentes como este de Natanson, este de los Rappi de Milei (este similar), este de Palermo, en la revista Panamá este y este, entre muchos otros. Entre los que se refieren a su salud mental están este y este.

(3) Respecto de las propuestas de los tres principales candidatos, es interesante lo expresado en este programa.

 

Yvosquéismo, ah…pero…, la paja en el ojo ajeno…

En esta nota de John Carlin, titulada El «Yvosquéismo», o cómo evadir verdades, señala que se trata de un intento de desviar la atención de un daño al señalar supuestos daños del acusador.  Comienza diciendo: “Pablo, ¡dejá de pegar a tu hermanito!” “¡Pero mamá! ¡El otro día le pegaste vos!” La respuesta del chico a la madre es un clásico de la astucia infantil y un clásico del cinismo adulto. Tiene un nombre en inglés, “Whataboutism” (1), cuya traducción al castellano sería algo así como “yvosqué”, más un “ismo” al final.

La definición del fenómeno sería la siguiente: un intento de desviar la atención de un daño, agravio u ofensa en el presente con un episodio del pasado, de crear una engañosa equivalencia moral, de señalar al acusador como un hipócrita. Lo vemos todos los días en todos los contextos, pero de manera especialmente notoria en la política. Lo típico es que el portavoz de un partido acusado de robar o de mentir o de no cumplir promesas responda, “Ah, ¿y ustedes qué? ¿Quiénes son para criticarnos? ¿Se olvidan de aquella vez cuando…?”

Esta es exactamente la táctica que emplea hoy Donald Trump, imputado esta semana por enésima vez, en esta ocasión por el intento de subvertir la democracia de Estados Unidos cuando ocupaba, ni más ni menos, la presidencia de la nación.

La respuesta de Trump es: “Y el hijo de Joseph Biden, ¿qué?” Hunter Biden vive bajo sospecha de haber explotado el nombre de su padre para conseguir contratos comerciales en el extranjero. Aún no hay pruebas contundentes contra el hijo del actual presidente, pero eso no ha impedido que Trump acuse al padre en las redes sociales de ser un corrupto, a la familia Biden de ser “criminal”.

El “yvosquéismo” le sale por naturaleza a Trump. No olvidemos que uno de sus varios secretarios de defensa, el general James Mattis, dijo que el expresidente tenía la edad mental de un chico de diez años. Trump imita a su vez a su amigo Vladimir Putin, cuya respuesta a las críticas por la invasión de Ucrania es, por su naturaleza soviética, “¿Y el intervencionismo de Occidente, qué?”.

En la Argentina se ha utilizado el «ahh… pero…» para tal dirigente o fuerza política, o acciones determinadas. Es un mecanismo defensivo de trayectoria muy larga, que podemos encontrar, por ejemplo, en el texto evangélico que plantea que se mira la paja en el ojo ajeno y no la viga o el tronco en el propio.

Desde el punto de vista ciudadano, es muy interesante esta reflexión de Jaime Correas, donde señala que Alfonso Berardinelli, en su libro “Leer es un riesgo”, relata una anécdota que puede ser leída en clave de la coyuntura argentina actual: “Y en 1900 el sindicalista revolucionario Arturo Labriola escribió una carta a Benedetto Croce: ‘En la actualidad, para los italianos que, como nosotros, vivimos al margen de las grandes corrientes de la historia (¡lo único verdaderamente histórico para nosotros es el Papa!), que lo único que ofrecemos al mundo son mafiosos, camorristas, gobernantes ladrones, procesos escandalosos, impotencia administrativa, ignorancia política, dotes de charlatán, un populacho ignorante, unos politicastros de café (incluidos casi todos los socialistas), es casi imposible orientarse sobre el estado del mundo’”.

“Palabras a las que Croce respondió con este estoico y antihistórico propósito: ‘Continuar haciendo nuestro trabajo como si estuviéramos en un país civilizado.’”

Tener buenas actitudes y acciones, aún sabiendo que somos imperfectos y que hay contextos muy difíciles o adversos, nos puede conducir a un mundo mejor que el presente.

(1) La imagen de la entrada muestra, en inglés, como es una forma o modalidad particular de no diálogo. 

Economía Social y Desarrollo. El caso argentino

En esta nota se hacen alguna reflexiones sobre esta temática, para el caso argentino. Se espera que puedan ser útiles para el debate.

La complejidad del análisis histórico y del presente: el caso argentino

El enfoque de la complejidad para el análisis de la realidad o del mundo, ha sido abordado por distintos autores como el de la imagen de la entrada, así como por Edgar Morin, en este blog y por diversos autores.

En la vida cotidiana, y en particular mucho más en los intercambios que se producen en las redes sociales, tendemos a simplificar, a etiquetar, a polarizar por distintas razones (emocionales, de valores, de enfoques…) y no nos permite a un enfoque veraz (de una verdad siempre incompleta) que nos ayude a tratar de objetivar lo mejor posible la realidad.

Daremos tres ejemplos sobre el caso de la historia argentina, que trata de mostrar esta complejidad:

  • lo que sucedió en la revolución de junio de 1943 ¿tiene alguna similitud -con las diferencias del caso- con la situación de las distintas fuerzas políticas de mediados de 2023 en base a esta interpretación?
  • el tipo de enfoque que utiliza Carlos Pagni en esta entrevista ¿es útil para analizar las continuidades y rupturas, así como la fenomenología del momento actual?
  • el tema de Malvinas, tan sensible y doloroso para toda la sociedad argentina, ¿tiene rasgos y características complejas como menciona este artículo?

Esperamos que sea de alguna utilidad para el debate.

¿Se viene una tormenta económica?

En esta nota y en esta (entre otras) se dan una serie de indicios sobre las graves dificultades que tiene el Gobierno para revertir la creciente inflación y el desorden macroeconómico, en particular porque no quiere pagar los costos sociopolíticos de un plan de estabilización.

Por ahora, con el acuerdo alcanzado con el FMI, la tormenta se ha disipado -al menos- hasta las PASO y habrá que ver cómo evoluciona todo en las elecciones generales y hasta el 10 de diciembre.

Economía, castas y modos de intervención ciudadana

La imagen de la entrada ilustra sobre el sistema de castas que ha venido existiendo en la India desde hace mucho tiempo. En la Argentina, el político y economista Javier Milei lo ha utilizado para la dirigencia política.

En esta nota se hace una reflexión sobre esta temática, y sobre modos de intervención a escala media por parte de la ciudadanía. En especial se citan los casos del Grupo Cooperativo-Mutual Devoto (en Argentina) y la Convención Ciudadana sobre el Clima (en Francia). Esperamos sea de utilidad para la reflexión y el debate.