La importancia de nacer de nuevo desde lo espiritual

Sabemos que hay muchas creencias respecto de si somos solo materia, si somos materia y espíritu (1), o a formularnos el interrogante de ¿dónde viene ese espíritu? (desde no sabemos hasta que proviene de un Dios Creador y omnipresente de modo misterioso)… entre tantas muchas existentes.

En el marco de lo anterior, se desea presentar la perspectiva cristiana a partir de la visita nocturna que le hace Nicodemo (uno de los «principales» entre los judíos y miembro del Sanedrin) a Jesús. La misma es narrada en este Evangelio y excelentemente comentada por el P. Luis Casalá en este video.

En este encuentro Jesús le plantea a Nicodemo la importancia de «nacer de nuevo» desde lo espiritual. No es fácil, pero es imprescindible si queremos construir un mundo mejor y tratar de anticipar -todo lo posible y de manera imperfecta- el Reino de Dios.

El texto evangélico -que invitamos a leer completo- señala, entre otros conceptos, «que no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas». Lamentablemente esto último sigue muy vigente, y esperemos pueda ser revertido a fin de que no terminemos de manera apocalíptica. Sumemosnos a nacer de nuevo espiritualmente y a luchar de manera esperanzada por la preeminencia del bien y la vida.

(1) Spinoza lo expresó como «las dos caras de la misma moneda», o Teilhard de Chardin de que «somos seres espirituales que estamos viviendo una experiencia humana».

 

La importancia de superar la procrastinación

La procrastinación tiene distintas facetas. Hay quienes señalan que tienen su aspectos positivos, en el sentido de que «nos puede ayudar a tomar mejores decisiones. Frank Partnoy, el autor de Wait: The Art and Science of Delay, asegura que frente a una decisión importante debemos examinar cuánto tiempo tenemos para tomarla y luego esperar hasta el último minuto para ejecutarla».

Para la psicología, en general, tiene un significado negativo. «Llega a asociarse con un trastorno del comportamiento en el cual el sujeto relaciona en su mente aquello que debe hacer con dolor, cambio, incomodidad o estrés.

Al procrastinar, lo que hacemos es posponer las cosas para un futuro indefinido e idealizado, en el cual creemos que tendremos el tiempo suficiente para realizar aquel asunto pendiente de la manera que queremos. Procrastinamos por diversos motivos: estrés, ansiedad, perfeccionismo, miedo al fracaso, impaciencia o por sentirnos saturados de responsabilidades». En esta nota de la Fundación Osde se la caracteriza como una problemática emocional y debe ser abordada como tal. Desde el punto de vista científico es interesante esta perspectiva.

Además de la importancia de reconocer este aspecto emocional y de encararlo con la ayuda de un profesional, son estimulantes e interesantes frases como estas.

PD: también se la ha abordado como un problema cultural, en el caso de países como la Argentina, por periodistas como Carlos Pagni.

¿Dar fruto o tener éxito?

El significado de «éxito» es subjetivo. En general se define al éxito como «el resultado feliz y satisfactorio de un asunto, negocio o actuación». Asimismo, también hace referencia a la buena acogida de algo o alguien. La palabra, como tal, proviene del latín exĭtus, que significa ‘salida’. El éxito, por lo general, se asocia al triunfo o al logro de la victoria en algo que nos hayamos propuesto, así como a la obtención de un reconocimiento debido a nuestros méritos. De allí que el éxito también se relacione con el reconocimiento público, la fama o la riqueza».

De todas estos significados solamente pondremos en cuestión el que se relaciona con el que está centrado exclusivamente en la fama o la riqueza individual (1), y es el que alude la imagen de la entrada.

Entre los distintos enfoques (2) con los que se puede abordar esta temática tomaremos una interpretación que surge del cristianismo. En este documento de los jesuitas (3) plantea una propuesta analítica de Pablo Mella, s.j. hablando de la tensión creativa entre dar fruto y tener éxito:

DAR FRUTOTENER ÉXITO
Acción y pasión fundamentales: don, gratuidadAcción y pasión fundamentales: posesión, mérito
Algo “natural” que sigue el ritmo de la vida y deja serAlgo “artificial” que no respeta los ritmos vitales, violenta y atiborra
Palabra clave: madurezPalabra clave: triunfo
Valores principales: confianza y pacienciaValores principales: seguridad y eficiencia
Integra las imperfecciones y los defectosNo acepta las imperfecciones ni los defectos
Evoca el silencio nutriente de la tierra y la sabiaEvoca el brillo y la bulla de la apariencia espectacular
Acoge y digiere el alimento (relación tierra, semilla, agua lluvia y sol), es comunión con la CreaciónPuro trabajo que cuenta con resultados inmediatos, es soledad en el esfuerzo
Integra las situaciones límite, reconociendo la presencia de “lo dañino” Descalifica y niega la importancia de las situaciones límites, porque las considera como fracasos
No se mide con instrumentos de precisión estandarizados Todo se mide con los mismos instrumentos de precisión
No es acumulativo: siempre tiene algo de nuevo y de abundancia (no responde a las expectativas) Se acumula como una colección de diplomas
o como dinero en el banco

 

De lo anterior se puede deducir que, en realidad, el éxito profundo consiste en dar frutos, y esto nos puede conducir a un mundo mejor. Desde una perspectiva cristiana también es muy bueno este aporte.

(1) No estamos cuestionando el éxito «personal» que es fundamental para nuestra valorización personal. Lo que intentamos cuestionar es reducirlo a la vanidad de la fama o la riqueza como fines en «sí mismos». También está vinculado a la temática de «tener o ser» y a cómo entendemos «el progreso«.

(2) Nos hemos referido en este blog a expresiones de Eduardo Galeano sobre «la sustancia y la forma«, Martin Luther King vinculado al «progreso«, a la cuestión del «sentido«, acerca de la diferencia entre «ser competentes y competitivos«, de «la grandeza«, entre otras.

(3) Agradezco la referencia al P. Andrés Aguerre S.J.

Ciencia y Valores

TRES REFERENCIAS Y UN COMENTARIO

PRIMERA:La ciencia no se confunde, cierto, con la política o la moral; sin embargo las propias ciencias humanas tienen finalidades ligadas con los valores y estos pueden ser aceptables o inaceptables para nosotros”. Mencionado por Tzvetan Todorov, en la Conferencia magistral dictada en la Cátedra Latinomericana Julio Cortázar de la Universidad de Guadalajara (extraído de este sitio).

SEGUNDA: El sociobiólogo E.O. Wilson escribió no hace mucho en Conscience; No hay problema más urgente que aproximar la cultura científica y la cultura humanística. Será el siglo veintiuno el siglo de esta reconciliación?…” Texto extractado de la página 171 del libro de Arnaud Spire, “El pensamiento de Prigogine”, Ed. Andrés Bello, Chile, 2000

TERCERA: “Nicholás Rescher en su libro Razón y valores en la Era científico-tecnológica, después de analizar ampliamente toda la problemática del valor, y de mostrar que el valor no es sólo una cuestión subjetiva, sino también objetiva, explica que los valores en la ciencia tienen que ver fundamentalmente con:

Los objetivos de la ciencia: los cometidos de la investigación científica siempre tienen que ver con valoraciones, por ejemplo, el tema de una investigación es elegido por sujetos individuales o por grupos, pero dicha elección se hace siempre dando preferencia a unos temas sobre otros y teniendo en cuenta la inversión en tiempo, esfuerzos y recursos. La conducta misma del investigador está vinculada con valores tales como la veracidad, la precisión, la objetividad. De igual manera sucede con la descripción efectiva, la predicción, el control y dominio de la naturaleza que se traduce en tecnología.

Valores de la ciencia en cuanto a teoría. Ciertos factores de valor constituyen los desiderata de las teorías científicas, en los cuales se incluyen los factores de coherencia, consistencia, generalidad, comprensibilidad, simplicidad, exactitud, precisión y otros. Aquí se encuentran también los valores incluidos en la gestión del riesgo cognitivo, en especial los standars de prueba y rigor en las consideraciones que sirven para determinar, cuántas pruebas empíricas se requieren para justificare la aceptabilidad de ciertas afirmaciones científicas.

Valores de la ciencia en cuanto proceso de producción: valores inherentes a los trabajadores científicos, es decir a los actores mismos, tales como perseverancia y persistencia, veracidad, honradez intelectual, cuidado del detalle, pasión por la búsqueda de la verdad, modestia intelectual. Aquí entran también los estímulos al investigador y la búsqueda por el investigador mismo de incentivos y premios.

Valores de la ciencia en cuanto a aplicación: Algunos factores de valor representan el beneficio de los productos de la ciencia, relacionados principalmente con la aplicación de ésta a las ventajas de los desideratas humanos, tales como el bienestar, la salud, la longevidad, la comodidad, etc., especialmente hablando de ciencias como la medicina, la agricultura y la ingeniería genética(27). En estas ciencias sobre todo encontramos los modos a través de los cuales los valores impregnan la labor científico-tecnológica, por ejemplo al evaluar el carácter deseable o no de las diversas implementaciones tecnológicas, al preguntar ¿es deseable (ética o moralmente) realizar manipulaciones psicológicas, organizar grupos de presión para orientar la opinión, desarrollar armas de destrucción masiva, etc?. En diversas áreas de la medicina surgen preguntas sobre la clonación y el aborto, sólo para dar dos ejemplos; o sobre la puesta en práctica de la investigación médica: el ensañamiento terapéutico, la eutanasia, la prolongación artificial de la vida, y muchas otras preguntas que hoy plantea el desarrollo de las últimas tecnologías en medicina.

El conocimiento científico es un bien humano, un bien valiosísimo, pero al fin y al cabo un bien entre otros, puesto que el hombre además de bienes específicamente cognitivos, estima también otros bienes relacionados con la calidad de vida personal y comunitaria: bienestar físico, compañerismo, atractivo del medio ambiente, armonía social, desarrollo cultural, etc. El progreso científico-tecnológico si es cierto, como pensaba Francisco Bacon, que puede hacer más fácil la vida humana, pero no la simplifica ni elimina su complejidad, y con frecuencia, mal empleada, aumenta por el contrario los problemas, o plantea nuevos problemas. Problemas que obligan hoy a preguntarnos seriamente sobre los límites del progreso científico, límites no tanto teóricos sino prácticos. No se trata de ponerle límites a la mente humana, sino sólo de ponerle límites a la aplicación irresponsable de aquello que el hombre es capaz de inventar o descubrir”.

Texto extractado de: Blanca Inés Prada Marquez en este sitio (donde hay una síntesis de los principales enfoques). Hay otras referencias valiosas como las del filósofo español Javier Echeverría planteando que la ciencia “es una actividad transformadora del mundo, que por tanto no se limita a la indagación de cómo es el mundo, sino que trata de modificarlo en función de valores y fines […].” (p. 68).

La ciencia, sin duda, se relaciona con la aplicación de la razón. Es fundamental y muy importante pero como lo ilustra el gráfico de Goya (en la imagen de la entrada), también puede producir monstruos cuando está disociada de los valores (como hace referencia esta nota).

Finalmente podemos comentar que hay un nexo claro entre la ética y los humanos creadores de ciencia. Nos hemos referido al respecto en esta nota, y -a nivel de difusión- se pueden ver links publicados en Argentina. en España, en general y los que emergen de buscadores en Internet.