Educación, Emociones y Valores

En este blog, en general, no hemos abordado la cuestión de la educación, salvo cuando planteamos un ejemplo más detallado de convergencia en procesos hacia un mundo mejor en esta entrada que escribiéramos el 26/6/2017. Allí decíamos que el sentido general de la educación podría sintetizarse en:

«Articular lo abstracto con lo concreto y lo teórico con lo práctico en una enseñanza personalizada con los siguientes objetivos:

  1. Educación en valores compartidos que nos lleven a un mundo mejor. Aquí se plantea la importancia que, desde las familias y desde las distintas expresiones de la cultura (en las que está el sistema educativo) se promueva esto.
  2. Educación en ciudadanía participativa (en gobernanza) y cuidado del medio ambiente.
  3. Educación en competencias blandas (empatía, iniciativa, trabajo en equipo, ética, etc.)
  4. Educación en competencias duras (científico-técnicas, fomentando una educación “dual”, es decir articulando lo teórico con lo práctico).
  5. Educación para el futuro: comparto lo planteado por Edgar Morin en “Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro” y lo desarrollado por Santiago Bilinkis en un libro ad hoc».

De todo esto quisiéramos remarcar en esta nota lo apuntado en 1, 3 y algunos aspectos del libro de Morin (mencionado en el punto 5), así como esta experiencia de Dinamarca.  En cuanto al 1 (educación en valores) hay artículos como este que la definen, documentos de la OEI o la relación que establece la Wikipedia -entre otros- con el enfoque de Lawrence Kohlberg.

Sobre el punto 3, y más en general con competencias personales y habilidades, es interesante este texto, aunque el mismo está focalizado al perfil emprendedor. Aquí se citan autores importantes como Daniel Goleman y en particular este enfoque:

«1. Conciencia de uno mismo: Se trata de la capacidad para saber reconocer los estados personales en los que nos encontramos. En ellas, distinguimos las siguientes competencias:

  • Conciencia emocional:  Saber reconocer nuestras emociones, nuestros estados de ánimo.
  • Valoración adecuada de uno mismo: Reconocer y saber valorar el conjunto de nuestras destrezas, habilidades, así como también los factores y desempeños en lo que no tenemos un nivel calificable como diestro.
  • Confianza en uno mismo: Se trata de la fiabilidad en las valoraciones que realizamos acerca de nosotros mismos, sobre nuestras competencias, habilidades o conocimientos que poseemos.

2. Autorregulación. Lo podemos definir como la capacidad de establecer un control sobre nuestros estados, los impulsos, nuestras energías, así como de los recursos internos. La desglosamos en cinco competencias diferenciadas:

  •  Autocontrol: Saber manejar nuestras emociones e impulsos dirigido hacia la consecución de los objetivos que perseguimos. Esta competencia es especialmente significativa ante los conflictos en los que nos podemos encontrar inmersos.
  • Confiabilidad: Se trata de la coherencia y fidelidad a los criterios de sinceridad e integridad, a los valores y creencias que condicionan nuestra acción y la conducta en la relación que establecemos con los demás.
  • Integridad: Tiene que ver con la responsabilidad como valor en el desempeño de nuestra actividad profesional.  Significa saber aceptar los resultados de nuestra acción y los efectos de la misma.
  • Adaptabilidad: Cómo nuestras acciones, conductas, formas de analizar y pensar se guían bajo un modelo de flexibilidad para responder ante los cambios de nuestro entorno.
  • Innovación: Identifica nuestra posición a la aceptación e integración de las nuevas formas de hacer y pensar, en nuestro desempeño profesional y/o en nuestra forma de responder en los distintos entornos.

3. La motivación: Se encuentra relacionada con la manera bajo la cual las emociones condicionan la movilización de nuestras energías hacia la consecución de los objetivos y metas que perseguimos. Bajo este modelo, identificamos cuatro competencias clave vinculadas a esta esfera competencial:

  • Motivación por el logro: Significa identificar la excelencia como meta dentro de nuestro desempeño. Nos centramos en el logro del hacer, de las acciones, los proyectos que abordamos de la mejor forma posible, con el criterio de mejora y aprendizaje continuo.
  • Compromiso: Se trata de aceptar e integrar dentro de nuestros esquemas personales los objetivos y metas de un equipo o grupo. Recordemos que el compromiso fundamental de un emprendedor-empresario es con él mismo y con el proyecto que se encuentra diseñando y poniendo en marcha
  • Iniciativa: Tiene que ver con saber aprovechar la ocasión, el momento. Embarcarse en acciones cuando las circunstancias en la que nos desenvolvemos lo requieren.
  • Optimismo: Supone una actitud de fortaleza en las acciones encaminadas hacia la consecución de las metas que nos proponemos, independientemente de las dificultades ante las que nos enfrentamos».

De todo lo anterior podemos inferir la importancia que tienen las emociones (luego transformadas en sentimientos) asociadas a valores y como ellas deberían estar íntimamente vinculadas a la educación. Esto es enfatizado por la psicóloga Pilar Sordo en su libro «Educar para sentir. Sentir para educar» (Ed. Planeta, 2017),  así como por la especialista en educación Guillermina Tiramonti en este video sobre la escuela secundaria, y en especial en el minuto 10 habla sobre la importancia de «desarrollarse y ser«, así como «tener un rumbo«, y en el minuto 12 en adelante el «rol del deseo«. En el contexto de lo mencionado, incorporar el juego para trabajar valores y emociones en el aprendizaje, puede ser valioso.

Por último quisiéramos poner en gran valor el rol de lo espiritual, en especial lo central y profundo de las principales religiones y experiencias sapienciales. De esta última hemos elegido en la imagen de la entrada una leyenda de la tradición de la cultura cherokee sobre el rol de los dos lobos que -según la misma- llevamos en nuestro interior, y el interrogante acerca de ¿a cual de los dos alimentamos?». Depende de cómo respondamos preguntas como esta, iremos o no a un mundo mejor.

Trabajo y complementariedad con la IA

Todo parece indicar que la inteligencia artificial (IA) irá absorbiendo progresivamente las tareas repetitivas, y también avanzando en lo que es el procesamiento de grandes cantidades de datos y elaborando informes y notas (desde lo estadístico y técnico hasta lo literario). En esta línea va un reciente discurso del CEO de Mercedes Benz.

En esta breve nota desearíamos destacar algunos de los espacios o campos donde la inteligencia artificial juega un rol complementario y de valiosa ayuda para el trabajo humano. La imagen de la entrada está relacionada a una articulación virtuosa entre ser humano e IA. Al respecto Santiago Bilinkis usó -en el cierre del Foro Iberoamérica del 4/11/17- una bella metáfora como imagen: la del centauro. También es relevante el enfoque de «tecnologías entrañables«, como cita esta nota del diario La Nación. En ella se cuestiona el pensar «que la evolución de la tecnología es autónoma y prácticamente independiente de la voluntad humana, es una postura llamada determinista . Si algún avance tecnológico es posible, alguien, en algún lugar, lo llevará a cabo. Pero frente a este determinismo tecnológico, ese futuro inevitable, surgen otras opciones, por ejemplo, la que algunos autores han llamado tecnologías entrañables . «Las tecnologías son como son porque hay personas que toman decisiones para que sean así», escribe Miguel Ángel Quintanilla, catedrático emérito de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Salamanca, en el libro Tecnologías entrañables (Catarata, 2017). El futuro no viene dado, sino que lo construimos nosotros sembrando ahora sus semillas. Hay una conexión posible entre los seres humanos y el devenir de las máquinas , «sin renunciar por ello a impulsar el desarrollo tecnológico y a aprovechar sus consecuencias sociales y económicas beneficiosas».

Luego sigue expresando: «¿puede ser entrañable la tecnología? El término entrañable (en inglés engaged technologies) se utiliza aquí como el opuesto a alienado . Las tecnologías alienadas serían aquellas sobre las que los usuarios no tenemos ningún control ; la aparente autonomía de la técnica es fruto de esa alienación. «Podemos promover el desarrollo desentendiéndonos de las tecnologías que producimos o, en cambio, podemos responsabilizarnos de su control «, dice Quintanilla. Algunas de ellas, como es el caso del smartphone , tienen suma importancia en nuestras vidas, sin embargo, no tenemos control sobre ellas ni conocimiento sobre su funcionamiento. Son cajas negras, como las denominaría el filósofo de la ciencia Bruno Latour».

Cabe destacar que, en esta línea y desde una perspectiva general de resolver los grandes problemas de la humanidad, está la «Universidad de la Singularidad» (más conocida por su denominación en inglés: «Singularity University») en Silicon Valley (Estados Unidos). Aquí van algunos ejemplos:

  • donde el trabajo humano actual no da «abasto», hay «colas» de espera y demoras: en el caso de Argentina esto va desde los expedientes judiciales y del patronato de presos y liberados (que hoy insumen gran cantidad de papel y enormes demoras) hasta las colas de servicios bancarios determinados, de algunos transportes, de servicios de salud (en especial estatales), de algunas áreas del Estado (en sus distintos niveles) y el telepeaje (en especial en horas pico), sólo como ejemplos que se pueden extender. Aquí el trabajo humano se agilizaría enormemente en cuanto a focalizarse en visualizar los casos especiales y darles un tratamiento humano «empático» y personalizado (en especial para las personas mayores o con alguna dificultad). Se debería realizar con la colaboración de los trabajadores y sindicatos en la medida que se visualice que el trabajo humano actual puede pasar a ser menos estresante y eficaz con este aporte de la IA, lo que redundaría en una mayor satisfacción y bienestar para todos los involucrados (trabajadores y usuarios). En este sentido se ha comenzado a aplicar  la IA para mejorar la felicidad laboral en programas como Humu o en iniciativas de una multinacional japonesa. Los trabajos del futuro serían los del presente mejorados con tecnología.
  • donde enriquece y puede potenciar lo que hacemos (como plantea esta nota), por ejemplo, en la educación (como es en un contexto como la pandemia del Covid-19) con herramientas como la educación a distancia, videojuegos educativos, simuladores (laboratorios, proyectos, emprendimientos, expediciones, etc.), robots que sirven de maestros (así como de acompañamiento de ancianos) y ensayos en curso  (por ahora muy costosos y que habrá que evaluar pedagógicamente). También hay que tener en cuenta las limitaciones y peligros que terminen siendo «dispedagógicos» alentando la superficialidad y la falta de abstracción y concentración en cuestiones que lo requieran (y no sean «atractivas»). También las limitaciones y riesgos que tienen -hasta el momento- para otras aplicaciones,
  • donde genera nuevas alternativas como el «teletrabajo» (ver por ejemplo el caso de programadores que trabajan a distancia para Estados Unidos), la «tele presencia«, la «telemedicina«, la telecolaboración por ejemplo con arreglos de máquinas a distancia con lentes 3D y realidad aumentada, cómo la realidad virtual está pasando de los juegos a la aplicación en salud y educación, operaciones con cirujano robot o la utilización de drones para salvar vidas humanas, algoritmos para la búsqueda de trabajo en diferentes plataformas (como para empleadas domésticas o de servicios), inclusión de personas vulnerables, aplicación a sectores muy originales (como la polinización), la vinculación con la industria, prótesis realizadas con impresoras 3D u otras para algún tipo de discapacidad (como, por ejemplo, devolverle voz con inteligencia artificial para que una persona vuelva a trabajar en la radio), y suplementos como exoesqueletos (por ejemplo con los tetrapléjicos), y para «dar afectividad» (donde es pionero Japón), también pueden mencionarse como complementarios a nuestras limitaciones humanas. También hay que tener en cuenta la evolución de las impresoras 3D que producen comida (en general o por ejemplo carne). Esto último nos va a ir conduciendo a ser «prosumidores» con lo cual el conocimiento de estas impresoras en el futuro nos puede facilitar la autosubsistencia y no caer en la indigencia y la pobreza.
  • donde se van poniendo en marcha nuevos trabajos como los que menciona Melamed (op.cit. en otras entradas, pág. 154) como desarrolladores de apps, manager de medios sociales, ingenieros de autos sin conductor, especialista computacional en la nube, analista de big data, operadores de drones, etc.

Se está avanzando en normas privadas vinculadas a la innovación y las políticas públicas tanto a nivel internacional como a nivel local. También son de gran relevancia las políticas púbicas, en particular en el campo científico-tecnológico, la responsabilidad social de las empresas y de ciudadanos (ver esta iniciativa) que presionan para que se estimulen estos desarrollos serán de gran importancia para que la inteligencia artificial nos posibilite converger a un mundo mejor.

PD: La cuestión de la complementariedad también se da en el campo de la educación con mayor acceso a información (como Wikipedia), cursos on line gratuitos (como las Academias Khan o la plataforma MOOC), o el desarrollo de nuevas habilidades, pero también está el peligro de generar un pensamiento superficial. Será importante que todo ello vaya acompañado de una educación en valores y emociones así como lo planteado por Edgar Morin en “Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro” y lo desarrollado por Santiago Bilinkis un libro ad hoc.