El cambio climático, con el aumento gradual de la temperatura promedio (acompañada de avances en el proceso de desertificación en muchos países del mundo), así como la quema de bosques (asociada a incrementar la superficie agrícola), agravan la cuestión de los incendios forestales como ha sido el caso de Australia, EEUU, y otros países del mundo.
La imagen de la entrada, tomada de una fuente mexicana, ilustra algunas de las principales medidas para evitarlos. Esta nota ha sido elaborada más específicamente para el contexto argentino, y comienza diciendo que «el manejo del fuego incluye seis tipos de acciones: planificación, prevención, supresión, detección, extinción y evaluación. Las primeras tres abarcan todas las medidas que se pueden tomar antes de la generación de focos de incendio, mientras que las demás incluyen tareas, más costosas y complejas, que se deben realizar una vez que el incendio ya está activo.»
En cuanto a las actividades de prevención las mismas implican «en primer lugar tener claras dos cosas: cuáles son las causas de un incendio y cuáles son las variables que determinarán su comportamiento una vez iniciado. Respecto de lo primero, según las Estadísticas de Incendios Forestales 2016 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación se desconoce el origen de un gran porcentaje de los incendios ocurridos en el Bosque Andino-Patagónico. Pero de las causas que sí se identificaron, la más frecuente es la negligencia, en segundo lugar están las intencionales y en menor medida las naturales. Este panorama se repite año a año.
Respecto de lo segundo, los factores que determinan cómo se comportará un incendio una vez activo, cuál será su intensidad y severidad, son tres: las condiciones meteorológicas (los vientos, las temperaturas y las lluvias), la topografía o relieve del área y el tipo y cantidad de combustible (biomasa e infraestructura) que el fuego encuentre en su camino. “Sobre lo único que tenemos posibilidades de actuar es la biomasa. No podemos modificar el clima en el corto plazo, hacer que llueva en el verano en la Patagonia o controlar el viento y la humedad relativa, pero sí manejar la biomasa y disminuir el impacto de los incendios”, afirma el investigador Defossé.
Existen diferentes técnicas de reducción del combustible. Entre ellas, las quemas prescritas. “Se hacen bajo condiciones estrictamente controladas de temperatura, humedad relativa y otras variables para conseguir determinados objetivos. Uno fundamental es reducir la cantidad de biomasa para evitar que el día que venga un incendio se transforme en catastrófico. ¿Cómo se hacen? Paso a paso, en pocas hectáreas, viendo los resultados”, explica Defossé. Y agrega: “La quema prescrita es como el virus atenuado en la vacuna que te ponés para que no te agarre la enfermedad, que sería el gran incendio”. En la Comarca Andina de la Patagonia, por el momento solo se realizan de forma experimental y con fines de investigación, ya que aún no existe un consenso respecto del uso de esta herramienta que se viene utilizando desde haMce años en países como, por ejemplo, los Estados Unidos.»
Más adelante en la nota se expresa que «en una charla virtual, realizada en el marco de la Semana del Ambiente, Blackhall y Franzese mencionaron varias acciones importantes para mantener en condiciones lo que se conoce como “espacio defendible” ―que es aquel que se encuentra en un área de al menos 10 metros alrededor de una edificación― y disminuir el peligro de incendio:
- Plantar especies adaptadas al clima del lugar, que no impliquen un riego extra, en lugar de especies exóticas como los pinos.
- Considerar especies que no acumulen naturalmente material seco.
- Mantener el césped corto y húmedo.
- Podar las ramas bajas de los árboles para evitar la “continuidad vertical” que permite subir el fuego hasta la copa.
- Considerar plantas que tengan un valor de conservación y de biodiversidad.
- Evitar especies tóxicas o que pueden provocar alergias».
Finalmente podemos afirmar que es muy importante la inversión a realizar en aviones hidrantes y preparación de brigadistas. En esta nota se expresa que «en octubre de 2019, el presidente Sebastián Piñera anunció un flamante operativo para proteger a su país de los devastadores incendios forestales durante el verano. Prevención absoluta para una nación cordillerana repleta de una vastísima vegetación. Piñera detalló que el Plan Nacional de Manejo y Prevención de Incendios Forestales contendría 107 naves y 6000 brigadistas. Una inversión de 200 millones de dólares». Lamentablemente en Argentina, por el momento, estamos lejos una inversión y preparación similar.
Son todos temas a tener en cuenta, frente a una amenaza y a una realidad que, lamentablemente, estará cada vez más presente.