¿Es posible articular cooperación y competencia?

image_pdfimage_print

En este blog hemos presentado notas como esta, donde se valoriza el «ser competentes» pero no «la competencia» entendida como rivalidad expresada en relaciones de poder o en actitudes de odio, envidia y rencor como es el relato bíblico sobre la relación entre Caín y Abel.

La competencia puede adquirir muchas modalidades, como es el caso del deporte (el futbol u otros). Hay reglas que hay que respetar, y entonces la rivalidad adquiere un carácter lúdico y -en general- festivo (cuando la pasión no se desborda). Entonces se puede disfrutar de ver cómo juegan equipos que -internamente- deben cooperar y colaborar entre ellos para poder triunfar en el juego.

En la vida económica y política es mucho más difícil lograr esto y -en particular- ¿en qué situación quedan «los perdedores»? Deberían predominar los esquemas colaborativos con escenarios ganador-ganador, o al menos garantizando un piso de equidad general y -deseablemente- cambiando la noción de «éxito». En esta nota del diario Clarín se hace una muy breve reflexión general sobre esta temática (1), no habiendo podido desarrollar todos los aspectos anteriores. Esperamos que sea de utilidad para el debate.

(1) Allí se hace referencia a conceptos como la «competitividad sistémica» y al «dilema del prisionero«.

PD: En este blog hemos destacado muchas experiencias de valorización de lo comunitario como es en este caso, en el enfoque de Elinor Ostrom, en la economía cooperativa (también este), entre otros.También son relevantes experiencias de «gobernanza» (donde cooperan distintos actores en pos de un objetivo común como, por ejemplo, el desarrollo) como las que existen en regiones de la Unión Europea y se pueden ver en este video.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *