En esta etapa evolutiva como humanidad, nos enfrentamos a distintos desafíos como ser:

• nuestra fragilidad frente a virus como el COVID-19 (y sus mutaciones), otros virus y enfermedades, la posibilidad de catástrofes naturales en general, y aquellas derivadas del cambio climático, así como fallas en el abordaje del cuidado y la prevención,
• no haber logrado un «piso» de desarrollo con equidad, en una gran parte de países del mundo (1), con acuerdos «básicos» al interior de los países y una globalización que la fomente o posibilite (ello conlleva la reformulación de la actual),
• la orientación del cambio científico-tecnológico hacia las necesidades humanas más prioritarias, descartando su uso como instrumento de dominación y de autonomización de valores humanos orientados hacia el bien y la vida,
• así como la articulación virtuosa con formas o modalidades de democracia republicana, que eviten las autocracias y, por lo tanto, sean compatibles con la vivencia de libertades ciudadanas.

Cada país tendrá sus caminos, estrategias, planes y posibilidades, así como sus obstáculos y problemas para alcanzar lo anterior, pero si no encaramos caminos virtuosos para superar estos desafíos, seguramente tendremos serios padecimientos y -en algunos aspectos (como el cambio climático)- no tendremos destino como especie en la Tierra. Ojalá que todo lo sufrido por la pandemia y otros males no haya sido en vano, y este fin de año 2020 sea un momento propicio para la mayoría de la humanidad (particularmente quienes tienen una función de liderazgo) de una seria toma de conciencia, de reforzar acciones concretas en curso o de encarar nuevas, en lo micro, en lo mezzo y en lo macro. Ojalá podamos transitar estos senderos para un mundo mejor !!!.

(1) A excepción de los países escandinavos, de la Unión Europea y algunos otros. También lo ha ido logrando países como China, pero con un régimen político autocrático.