Una reflexión sobre las consecuencias de la marginalidad y ¿qué hacer?

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La ficción, la literatura y otros géneros nos pueden ayudar a pensar sobre la naturaleza humana, los contextos sociales y otros fenómenos. Esto es lo que hace Ezequiel Spektor en esta nota, sobre la película «Joker» y su comparación con el personaje de Batman (ver imagen de la entrada). Allí Spektor dice: «el protagonista, Joaquin Phoenix, interpreta a Arthur Fleck: un cómico frustrado que trabaja por un sueldo mínimo y vive con su madre en un pequeño y antiguo departamento en Gotham, una ciudad sumergida en el desempleo, el crimen y la ruina financiera. Dirigida por Todd Phillips, la película describe la gradual transformación de Fleck: de un hombre pacífico golpeado por la vida, a un sujeto violento que, haciéndose llamar “Joker”, encuentra en el caos social la forma de descargarse. Caos social al que los latinoamericanos estamos acostumbrados: en contextos de crisis políticas y económicas.

La película invita a reflexionar sobre la idea de “responsabilidad individual”, y puede ayudarnos a analizar el mundo en que vivimos. ¿La dura historia del Joker justifica la violencia que ejerce? ¿Tenemos que adjudicarle todo el daño que causa a injusticias estructurales, sin hacerlo moralmente responsable por nada? En la película, el Joker termina convirtiéndose en un referente de muchas personas que atravesaron una situación parecida y que buscan, como acto de justicia o de venganza, “hacer explotar el sistema”. Entonces, empiezan a cometer crímenes de todo tipo: desde destrucción del espacio público hasta robo y asesinato….enfrentándose a Batman, el Joker tiene un plan: mostrarle al mundo que todos tienen un villano dentro; que, en situaciones extremas, las personas se matan unas a otras sin el menor vestigio de aquello que los sectores privilegiados llaman “moralidad”. Quiere, en definitiva, mostrar que todos son como él».

Al final del artículo expresa que «a la luz de lo que ocurre en el resto de la película, el mensaje de Batman puede reconstruirse de la siguiente forma: la pobreza y la marginalidad existen y es injusto que así sea. Sin embargo, si absolvemos moralmente a quienes, como resultado de éstas, cometen crímenes, y todo se lo achacamos a factores estructurales, estamos pasando por alto, tal vez despreciando, la actitud de muchos otros que, estando en una situación similar, eligen mantenerse firmes en el respeto por sus principios. La interpretación simplista de este mensaje es que Batman está naturalizando la marginalidad; que piensa que no es urgente hacer nada para remediar la situación de estas personas; y que no merecen nada más que un castigo por incumplir la ley.

La interpretación más interesante es que podemos considerar a la marginalidad un asunto que requiere atención inmediata, un problema que las instituciones deberían empezar a solucionar hoy mismo, pero que eso no nos exige renunciar a la idea de responsabilidad individual. Que podemos luchar por un sistema que genere mayores oportunidades para los desaventajados, pero que eso no nos obliga a asumir que tienen como único destino el crimen. Que ello implicaría ignorar, y quizás desdeñar, la actitud de quienes, aun en situaciones de extrema gravedad, ponen lo mejor de sí para tomar otro camino.

Para el Joker, lo estructural define al individuo. Para Batman, lo estructural influye mucho, pero no son pocos los que llevan dentro un segundo aire que les permite resistir cuando todo parece perdido. ¿Por qué Batman encuentra importante la noción de responsabilidad individual? Entre otras cosas, para reconocerle algún valor a la resistencia de estos individuos».

Trabajar sobre lo estructural o sistémico para que haya, al menos, equidad, y sobre la cultura (en especial en lo educativo) e instituciones, nos puede ayudar a evitar que se generen «Jokers» y poder converger hacia un mundo mejor.

 

 

 

 

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