De alguna manera, cada ser humano es extraordinario en cuanto a su singularidad, carismas y talentos. Pero en esta nota nos referimos a otro tipo de característica «especialmente extraordinaria», como es el caso del Padre Pío de Pietrelcina (1). Fue famoso por sus dones milagrosos y por los estigmas que presentaba en las manos, pies y costado.
De gran humildad, y muy perseguido por sectores eclesiásticos (por ejemplo por Mons. Carlo Maccari) hasta casi al final de su vida. Hizo además obras muy concretas como el hospital «Casa Alivio del Sufrimiento» (expresando que «no bastan o alcanzan sólo los milagros»), así como promovió en vida una cooperativa de consumo e inspiró muchas iniciativas y sanaciones luego de su deceso. La Iglesia católica, el 16 de junio de 2002, lo canonizó bajo el nombre de san Pío de Pietrelcina.
Para quienes les interese conocer más de su vida pueden ver distintos films , entre ellos este.
(1) En este blog hemos presentado casos muy diversos que nos inspiran como arquetipos hacia un mundo mejor.