Últimos años del gobierno de Alfonsín ¿es hacia dónde vamos?

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La imagen de la entrada muestra el último libro de Juan Carlos Torre, referido a sus notas y registros desde el Ministerio de Economía durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

En esta interesante entrevista, el autor reflexiona sobre esa bitácora y -entre otros conceptos- señala que “uno de los problemas que tiene la Argentina es que se acumula poco, en términos de aprendizaje, y uno tiene la sensación de corsi e ricorsi, de ‘otra vez acá’. Tengo la idea de la Argentina en un pantano. No en la declinación, una fórmula demasiado simple. No se sale del pantano, aunque de tanto en tanto haya espasmódicas salidas”.

Hacia el final del reportaje, se expresa en el diálogo que «cuando le recuerdo un artículo suyo muy citado “El peronismo como solución y como problema”, y le pregunto si mantiene su vigencia, duda intercalando puntos suspensivos a la charla y desaliento ante las opciones. “El peronismo como solución… Ahora ya no es tan rotunda esa idea. Se logró instalar en el horizonte argentino una fuerza invertebrada, el Pro, del orden del 40%. Ya no es obvio que en los momentos difíciles el peronismo sea una solución -concluye-. Yo dije en un momento, el principal enemigo del peronismo de Carlos Menem no era la oposición… Al peronismo como solución no lo veo con la fuerza del pasado, pero tampoco veo que la creación de un fuerza política, como la que se ha desdibujado desde la última elección, sea una alternativa. El único gobierno que parece que vale la pena tener en cuenta es un gobierno que nunca se intentó en el país”.

-¿Cuál sería?

–Un gobierno de las dos principales fuerzas políticas. No digo enteras. Cualquier fórmula que no tenga estos dos componentes es una pérdida de tiempo. Mejor dicho, me parece volver otra vez da capo, al inicio. Si en un ensayo alguien desafina, el director de orquesta ordena da capo, desde el principio. A cada rato el país tiene un da capo. Si es verdad que los problemas argentinos son tan graves, por qué no buscamos una solución inédita y probamos algo distinto, porque probar lo que ya conocemos es el espectáculo conocido, patético… Y como no tenemos mucho margen para seguir imaginando un futuro radiante, sería bueno que se inventara algo distinto. Después se va a decir que no funcionó, en todo caso se intentó. Pero todavía seguimos remando en lo que dejó Alfonsín».

La actualidad de este tema «histórico», la menciona Carlos Pagni en esta nota.

 

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