Las razones por las que trabajamos “en exceso” pueden ser muy diversas: desde la “adicción” personal al trabajo (porque “nos sirve para tapar otras cuestiones”, porque no valoramos otras dimensiones de la vida y otras como las señaladas en este link) hasta las vinculadas con lo socioeconómico.
Referidas a esto último también pueden ser diversas:
- el ingreso, formal o informal, no alcanza para satisfacer un piso mínimo de necesidades personales y/o familiares
- las condiciones de trabajo (de médicos, profesionales, u otras) hacen que tenga que cumplir muchas horas (presenciales o virtuales), inclusive sábados, domingos y feriados, y sino “no sirvo” o “soy descartado”,
- el sistema socioeconómico que prioriza la maximización del excedente económico, por sobre todo otro valor, y el “recurso humano” (como si fuera una “máquina”) debe ser productivo al máximo,
entre otras situaciones.
Los ejemplos sobre lo que venimos de mencionar son -lamentablemente- abundantes. El diario La Nación menciona “el caso de una periodista japonesa de 31 años que murió luego de trabajar 159 horas extras en un mes volvió a encender la luz de alerta en el país por este fenómeno conocido como karoshi, que deja miles de muertos por exceso de trabajo.” En esta línea están situaciones de suicidio o de “burnout“. Otros enfoques, como el de José Miguel Amiune, relacionan los fenómenos de la depresión con el pasaje de la sociedad disciplinaria a la sociedad del rendimiento del siglo XXI. La competitividad (como rivalidad) se plantea por encima de “ser competentes” dando lo mejor de nosotros mismos sin forzar nuestro cuerpo y nuestra psiquis.
Cambiar de enfoque y de prácticas, a nivel personal y sistémico, es fundamental para resolver esta cuestión. Sabemos que no es fácil. Que “lo sistémico” nos aparece como una “jaula de hierro” pero la humanidad ha ido evolucionando con retrocesos y avances hacia un mundo mejor. La posibilidad de un mundo peor no está para nada descartada (por momentos y, por ejemplo, muy cercana con las amenazas de guerras y con el cambio climático) pero si queremos darle a nuestra libertad positiva un sentido vinculado a la sabiduría y a la felicidad, debemos hacerlo.
Estimado Ricardo:
Tu Blog me parece excelente y el artículo sobre “TRABAJO EN EXCESO”, cumple con ese nivel de excelencia.
Te agradezco la generosidad de citarme y creo que entrelazar las reflexiones sobre este y otros temas, implica un enriquecimiento para quienes escribimos y para nuestros lectores.
Un fuerte abrazo,
José Miguel Amiune