Boris Cyrulnik es un neurólogo, psiquiatra, psicoanalista y etólogo francés. Nació en el seno de una familia judía y sobreviviente del holocausto (salvado por una mujer cristiana de Burdeos). Fue convocado por la Sociedad Argentina de Psicoinmunoneuroendocrinología (SAPINE) para hablar sobre la memoria traumática. La última semana de abril de 2018 presentó en la Feria del Libro Psicoterapia de Dios (ver imagen de la entrada), donde analiza el valor de las creencias para superar situaciones límite.
A raíz de lo anterior, Mónica Soraci le hace una entrevista que publica el Suplemento Spot del diario Clarin. Entre las preguntas está ¿por qué decidió ser psiquiatra?: «Porque yo escuchaba a la gente decir que el nazismo era una locura. Entonces, decía que cuando fuera grande iba a ser psiquiatra y el nazismo no volvería jamás». Y luego sigue:
«-¿Es un resiliente?
-Mi infancia me dio una vida… Yo no fui a la escuela, era un niño de la granja y cuando dije que quería estudiar todo el mundo me dijo que yo no iba a poder hacerlo. Tampoco tenía una beca ni dinero, porque mis padres para el Estado no estaban muertos, eran desaparecidos. Y no tenía derecho a una beca. Al final, pude hacer Medicina y Psicología al mismo tiempo, mientras trabajaba de cualquier cosa. También fui salvavidas en mi juventud. La gente decía: “Mirá lo que era su familia, de dónde viene. No vale la pena que él aprenda un oficio”. Me rebelaba porque fue lo que escuché durante toda mi infancia. Por eso hay que reflexionar sobre cómo los niños que tuvieron un trauma pueden volver a la vida lo mejor posible. Ése es el concepto de resiliencia.
-Usted difundió el concepto de resiliencia, ¿de qué se trata?
-La definición es de una simpleza infantil. Uno tiene un trauma y queda traumatizado, con estrés postraumático, o busca volver a la vida. Lo difícil es descubrir los factores biológicos, afectivos, psicológicos, sociales y culturales. Hay que formar un equipo para estudiar la resiliencia. La definición es muy simple, pero la búsqueda es interdisciplinaria.
-¿Se sabe por qué una persona es resiliente y otra no?
-Depende de muchas causas. Hay personas que tienen un trauma y están bien rodeadas afectivamente, y eso puede disparar un proceso de resiliencia. Y a los que están solos no les va a ser nada fácil.
-¿Bastaría con el amor?
-No. Tiene más que ver con el apego, más factores psicológicos, culturales y la escuela. El apego es necesario, pero no suficiente. Son muchos factores que tienen que coincidir.
-Habla mucho de la Teoría del Apego, ¿de qué se trata?
-Había un psicoanalista llamado John Bowlby que hizo un trabajo experimental para ver por qué existe el lazo afectivo con alguien y no con otro. Hizo observaciones de laboratorio con animales y ha concluido que aún entre los pájaros hay apego. Si no hay apego, aún esos animales sanos morirían. Esto es para nuestros niños y todos los mamíferos. Un niño sin apego tiene el cerebro alterado. Y la neuroimagen muestra que una persona sin apego tiene los lóbulos frontales atrofiados, así como el circuito de la memoria. Son niños sanos, alimentados, pero su carencia afectiva arruina el cerebro.
-¿Por qué ha estudiado tanto el tema de los niños abandonados?
-Porque es una observación experimental desde el punto de vista del apego. Si reciben contención pueden recuperarse y volver a la vida.
-¿Una persona puede “nacer” dos veces, como dice en su obra?
-¿Te acordás del día de tu nacimiento? ¿Y de algo de tus tres o cuatro años? Ése es tu segundo nacimiento. En mi caso, el día de mi segundo nacimiento fue cuando me arrestaron los alemanes.
-Su último libro se titula Psicoterapia de Dios, ¿por qué abordó el tema de la fe?
-No trata sobre religión, sino sobre psicología. Trabajé sobre la fe porque muchos traumatizados decían: “Yo creo en Dios y eso me ayuda mucho”. Y en las universidades no hay material sobre la psicología del creyente. Para muchos, Dios es la imagen del padre, del tutor.»
Es un libro y un enfoque que nos ayuda a construir un mundo mejor.
PD: Se puede completar la información con este video.