A lo largo de la historia, la enseñanza en general y las pedagogías en particular, han ido evolucionando. Desde hace no mucho tiempo se ha incorporado la enseñanza virtual, y se ha generado un debate acerca de si su influencia ha sido positiva o no.
En este blog hemos intentando descartar los enfoques binarios, cuyos polos se autoexcluyen entre sí, tratando de discernir las fortalezas y debilidades de cada visión y experiencia, así como sus posibles complementariedades.
En primer lugar diremos que cada quien aprende en un contexto (1), donde es clave el tipo de vínculo con la/s persona/s que ejercen el rol y la función docente. La actitud de ambos y el ejercicio pedagógico (2) serán decisivos para un buen resultado. Por lo tanto una primera conclusión es que una buena presencia docente será esencial e indispensable para un buen aprendizaje personalizado.
Lo anterior se lo puede fundamentar de distintas maneras. Lo haremos, sólo a título de ejemplo, con esta nota de Claudia Romero (donde menciona el libro de Don Finkel, “Dar clase con la boca cerrada”) y se amplia con esta entrevista radial que le hizo Graciela Fernández Meijide en Radio Ciudad.
Dicho lo que venimos de exponer, podemos preguntarnos si ¿la virtualidad suma o resta en el proceso de enseñanza-aprendizaje?. Al respecto vamos a dar dos respuestas negativas. En el año 2010 se publicó el libro de Nicholas G. Carr: «¿Qué_está_haciendo_
Sin dejar de tener en cuenta los elementos válidos de críticas como las anteriores, desde nuestra perspectiva entendemos que, bien utilizada, puede ser un «complemento« valioso y un aporte a la calidad educativa, no sólo en momentos en que no es posible la presencialidad (por razones de distancia, enfermedad o como ha sido el caso con la pandemia del Covid-19) sino también como «ayuda» significativa para estudiantes y docentes. Hemos tratado de ejemplificarlo con este enfoque.
Hay muchos sitios y plataformas generales como es el caso de Moodle y muchas otras. En cuanto a recursos pedagógicos -y sólo como ejemplos- se pueden mencionar Educ.ar, Educaguia, Aula 365, Educaweb, Educar Chile, Portales educativos de España,…. así como sobre temáticas específicas para la enseñanza de la informática, de las matemáticas, simuladores de laboratorios, experimentos y ciencia, simuladores de emprendimientos o negocios, diccionarios, enciclopedias y wikis de todo tipo y seriedad en cuanto a su veracidad… También sobre aprender jugando o juegos que estimulan la imaginación y la creatividad como Minercraft, SimCity y similares que también han incentivado a aprender inglés.
Por lo tanto podríamos concluir que si Internet no es utilizado en forma adictiva e indiscriminada, y si los recursos pedagógicos están guiados u orientados por docentes calificados (4), puede ofrecer recursos muy valiosos y complementarios para el aprendizaje.
(1) Algo hemos dicho en esta nota sobre la experiencia argentina.
(2) Sólo a título de ejemplo hemos mencionado estos dos casos.
(3) Agradezco a Alberto Kaminker la nota.
(4) Es muy relevante que los Institutos de Formación Docente y los Ministerios de Educación proporcionen formación continua en esta temática. También supone buena conectividad y equipamiento adecuado por parte de familias y docentes para que esto pueda funcionar, donde las políticas públicas deben ser eficaces y las familias -en especial en situación de pobreza o de menores recursos- puedan acceder a estas tecnologías en condiciones de costo y calidad apropiadas. También es interesante esta nota sobre «la educación híbrida»