Coincidiremos que una de nuestras falencias como país y sociedad, es poder llegar a acuerdos de mediano y largo plazo. Sobre el tema de los acuerdos hemos escrito distintas notas, y también hemos glosado otras como esta de desarrollo y federalismo.
Hoy glosaremos esta de Luis Rappoport que finaliza mencionando, en la imagen de la entrada, una frase de Peter Drucker. Entre otras consideraciones señala «más importante, acordar -con los números en la mano- qué país queremos dejar a nuestros hijos y responder a situaciones dilemáticas, políticas y éticas. Un ejemplo: podemos acordar, como propone su “Compromiso”: “un esquema equitativo y sustentable de actualización de haberes jubilatorios”, pero si el 50% de nuestros jóvenes son pobres y con una educación precaria, y hoy, menos de dos activos sostienen a cada jubilado, los números no cierran ahora, menos van a cerrar en el 2030. Si nos concentramos en la educación de los jóvenes y de los niños, podremos llegar al 2030 con más gente trabajando en blanco y aportando. Pero, ¿cómo financiamos más educación hoy?: ¿le sacamos a los que producen?, ¿a los que exportan?, ¿a los más pobres?, ¿a los más ricos?, ¿a la seguridad?, ¿a la salud pública?, ¿a las provincias?, ¿a los empleados púbicos?».
Más adelante sigue diciendo: «crecer es otro cantar: desde hace décadas que la Argentina no tiene una política de desarrollo económico según estándares internacionales, el tema ni siquiera se estudia en nuestra universidades. Es complejo pero es inevitable, debemos hacerlo. Le tiro cinco pistas: 1) educación, está recontra probada la asociación entre educación y desarrollo con equidad, 2) sacarle el pie de encima a las empresas que producen, exportan y crean empleo, 3) instituciones: normas y organizaciones especializadas en desarrollo económico y -particularmente- en cambiar la matriz de intereses de nuestros gobernadores para especializar a sus gobiernos en el apoyo a sus empresas, 4) capacidades: la gente de esas organizaciones tiene que viajar y aprender lo que hacen los países más exitosos y 5) dinero: una política de desarrollo consistente requiere recursos, no son tantos, pero son prioritarios y el fisco los recupera muy rápidamente. Estas cosas requieren consenso, pero también una actitud docente de la clase dirigente. Sin docencia, los consensos pueden proponer asistencialismo que compromete el futuro. Por ese camino en el 2030 tendremos menos empresas y menos empleos privados formales… y menos plata para los jubilados, para otros gastos públicos y para pagar intereses de deuda.
Los procedimientos para construir un acuerdo constituye el primer acuerdo a alcanzar: cada fuerza política y cada sector social deberá contar con expertos (1) que puedan convencer con evidencias. El apriete y los cortes de calle no son el mejor camino, aunque tampoco es tan malo si al cabo de un año se alcanzan los acuerdos y nos pasamos nueve años cumpliendo lo acordado. Su conducta y la del ministro sugieren que el presente es más importante que el futuro, así el futuro va a ser peor que el presente».
En el marco de la urgente renegociación de la deuda externa, gobierno, oposición y la amplia mayoría de la sociedad, debemos contribuir con nuestras actitudes y acciones a mediano y largo plazo para que nos lleven a un mundo mejor.
(1) Al respecto hemos escrito esta nota.