La fuerza de los vínculos débiles

Para quienes no nos hemos formado en la psicología, la psicología social o la sociología nos resulta difícil establacer una tipología de los vínculos, como la que se muestra en la imagen de la entrada.

En enero de 2023 el diario La Vanguardia publicó esta interesante nota. Ella comienza diciendo que «los humanos somos seres sociales por naturaleza. Tu cerebro necesita crear vínculos sólidos para significarse y sentirse a gusto. Sin embargo, las tornas cambian al hablar del mundo laboral. Al contrario de lo que puedas creer, ni tu familia ni tus amigos de toda la vida te ayudarán a lograr nuevos hitos profesionales. Más bien, será un antiguo colega con el que mantienes el contacto, un viejo profesor de universidad o los amigos de tus amigos quienes terciarán para que, por ejemplo, encuentres un nuevo empleo. Y es que, en este caso, la confianza da asco.

Los avances en las tecnologías de la comunicación auspician el origen de sociedades cada vez más líquidas, también en lo que respecta a las metodologías de trabajo y a los recursos humanos. Ya en los años 70, el sociólogo de la Universidad John Hopkins, Mark S. Granovetter, desarrolló su teoría de la fuerza de los lazos débiles. Esta teoría defiende que las relaciones de baja intensidad generan mayor innovación frente a aquellas más constantes y afines y, por tanto, resultan más efectivas a la hora de implementar soluciones ante problemas concretos de las empresas.

Agrega que «los individuos que crean lazos débiles son creativos, ágiles y poseen una mayor facilidad para adaptarse a los cambios. Estas relaciones generan nuevas experiencias de aprendizaje y formas de colaboración. Mientras que los grupos con lazos fuertes tienden al pensamiento único, los equipos de trabajo con lazos débiles se caracterizan por su inconformidad, practican el pensamiento crítico y son dados a la discusión y al debate.

Los lazos débiles son importantes porque multiplican las interacciones. Un empleado con capacidad para establecer este tipo de vínculos es capaz de salirse de su zona de confort para relacionarse con otros miembros ajenos a sus competencias. Esta movilidad funcional y profesional crea sinergias con otros departamentos a la vez que incorpora nuevas fortalezas (strengths) y habilidades (skills) al suyo propio».

Más recientemente el diario La Nación, abordó esta tema temática en esta también interesante nota de Sebastián Campanario, donde dice -entre otras cosas- que «además de impactar en el terreno de los recursos humanos, la idea seminal de Granovetter caló hondo en otros campos de la economía, como el de los estudios sobre desigualdad. Por ejemplo, en 2020, el economista Matthew Jackson la utilizó para su libro The Human Network (La red humana, aún no traducido), cuya bajada es: “Cómo tu posición social determina tu poder, creencias y comportamiento”. Jackson argumenta en su libro que nuestra red de contactos es tan fundamental que moldea nuestro destino.

Pero fue en al campo de los “sistemas complejos” donde la teoría de Granovetter tuvo sus rebotes más inesperados, con su interacción con físicos y académicos de las ciencias de la computación, particularmente gracias a las citas entusiastas de Duncan Watts (el divulgador de la famosa idea de los “seis grados de separación”) y de Steven Strogatz, matemático y autor de varios best sellers sobre complejidad.

Desde la perspectiva de la complejidad, lo importante es entender que todo lo relevante está puesto en las relaciones e interacciones, porque eso define la conformación de un sistema, que no es la suma de sus partes sino mucho más que eso”, explica a La Nación la especialista en complejidad Azucena Gorbarán.

La socióloga, psicóloga y directora de la consultora AMG remarca que en estas redes de personas las relaciones fuertes hacen que sea más densa la red, “pero hay más interdependencia y, por lo tanto, mayor probabilidad de conflicto”. Por ejemplo, tal vez no recomendemos a un amigo íntimo o un familiar para un puesto de trabajo por el riesgo a quedar mal o a pelearnos en el futuro.

“Las conexiones débiles –continúa Gorbarán– mantienen el sistema y favorecen la dinámica de feedback, que es la que genera la riqueza. Así se llega a los ‘tipping points’, cuando el sistema entra en un momento de rompimiento, y es entonces cuando se pueden explorar múltiples posibilidades hacia un ciclo nuevo”.

Para Gorbarán, las relaciones fuertes ofrecen menos variabilidad, y si uno se alimenta solo de ellas se favorece la replicación y menos la innovación. Los vínculos débiles permiten explorar los bordes, la frontera. “Cuando vemos empresas en momentos de cambio fuerte, las invitamos a que vayan a conocer lugares de la organización con los que tienen menos contacto, a sus confines, porque suele haber ecosistemas muy ricos y amplios, pero desconectados”, agrega.

Tampoco hay que subestimar la potencia de las relaciones débiles, porque como los sistemas complejos no son lineales, un estímulo pequeño en un lugar clave puede generar una respuesta ampliada y de gran impacto. El famoso aleteo de una mariposa que provoca un huracán en las antípodas del planeta».

Luego, sigue con otros conceptos en esta nota, que se invita a leer completa.

 

Expropiación de YPF: mala praxis o….

La política energética de un país serio, idealmente debería ser consensuada entre las principales fuerzas políticas teniendo en cuenta su enorme gravitación para el desarrollo y la sustentabilidad económica y ambiental en el largo plazo. Además debería tener en cuenta cuál es el adecuado rol del Estado, el hecho de que se necesitan grandes inversiones que lo exceden (y en consecuencia debe incluirse al capital y la tecnología disponible internacionalmente) y que ella no se puede estar cambiando por conveniencias políticas de corto plazo por los distintos gobiernos.

Lamentablemente no ha sido el caso de la Argentina, donde se ha ido oscilando desde la sola intervención del estado, luego la apertura al capital extranjero, posteriormente un cuestionamiento a este, la privatización de la empresa estatal (YPF) y luego su estatización, entre los principales vaivenes extremos de enfoque y de políticas. Esto último (la estatización) mal hecha desde el punto de vista formal y que dio origen a un juicio en la corte de Nueva York donde, en primera instancia, surge que la Argentina deberá pagar U$S 16.000 millones.

En esta nota se explican sus principales características, y al final se señala que «según el estatuto de la compañía, si la Argentina (o cualquier accionista) intentaba tomar el parte del control de la empresa, debía hacer el mismo ofrecimiento a todos los demás accionistas, mediante una oferta pública de adquisición. El país no siguió ese protocolo. Por el contrario, tomó el control de las acciones de Repsol y se quedó con la participación mayoritaria de la empresa. Ese fue el motivo que inició el juicio que todavía sigue en curso y por el que YPF, como compañía, fue exonerada. Con el tiempo, la familia Eskenazi le vendió el juicio a fondo Burford, que ahora litiga contra el país.» También se aborda en esta nota.

En este video se dan más detalles, y en esta nota humorística (o para llorar…) se plantean dudas acerca de si fue solo mala praxis o hubo una intencionalidad económica vinculada a la corrupción.

También está la posibilidad de que esto se haya generado por un enfoque ideológico muy pernicioso. Para ilustrar esto de manera general, el historiador Luis Alberto Romero relató que hace unos cuantos años atrás, en una reunión pública realizada en la Cámara de Diputados, el intelectual Ricardo Foster (que había sido su alumno) expresó que “las leyes estaban para violarlas”. Era una versión más brutal de lo que pensaba Kicillof, quien tuvo la fatal expresión que dio lugar y fundamento al fallo de la jueza Preska del tribunal de Nueva York . También se puede aducir una tremenda ignorancia sobre las implicancias que tiene para una empresa que hace 30 años cotiza en la bolsa de Nueva York, no cumplir con lo que fija su propio Estatuto.

El resultado final, probablemente, sea el agravamiento de la deuda externa argentina por parte de quienes critican el endeudamiento, no se hacen responsables de sus acciones y nos llevan a una Argentina peor.

 

 

 

¿Qué significa atar y desatar en los Evangelios?

La imagen de la entrada, referida a atar y desatar, sin duda no tiene un sólo significado. Uno puede atar a una persona para someterla, o desatarla para liberarla. Se puede atar algo que está flojo o una embarcación al muelle para que no quede librada al azar o a las fuerzas de la naturaleza. También la palabra nodos en informática, tiene similitudes con algunos nudos vinculares en las redes.

En el Evangelio de Mateo, 18, 15-20, se hace una referencia específica a lo que Jesús quiere significar, y está excelentemente explicado en este video. Allí también se hace referencia a la imagen y devoción a la Virgen María Desatanudos.

Esperamos que esta temática sea de interés para la reflexión.

 

El acceso al «mundo interior» a través de la meditación: la perspectiva de Pablo d´Ors

Hay distintas definiciones acerca de qué es la meditación. Ella está muy influenciada por la experiencia oriental, aunque se ha expresado en Occidente desde Marco Aurelio hasta en la actualidad con el mindfulness. La más usual o difundida señala que “es una práctica en la cual el individuo entrena la mente o induce un modo de consciencia, ya sea para conseguir algún beneficio específico como reconocer mentalmente un contenido sin sentirse identificado con ese contenido,​ o como un fin en sí misma.

El término meditación se refiere a un amplio espectro de prácticas que incluyen técnicas diseñadas para promover desde la relajación, hasta construir energía interna o fuerza de vida (Qì, ki, chi, prāṇa, etc.) y desarrollar compasión,​ amor, paciencia, generosidad y perdón. Una forma particularmente ambiciosa de meditación tiene como fin conseguir sostener la concentración en un punto sin esfuerzo, enfocado a habilitar en su practicante un estado de bienestar en cualquier actividad de la vida. O igualmente para ser utilizado en la práctica del budismo o el hinduismo como Sadhana, con el objetivo final de llegar a un estado de iluminación espiritual denominado Samadhi, Kenshō, etc., que en estas religiones orientales, sería uno de los caminos que llevaría al objetivo final del Moksha o Nirvana.

La meditación toma diferentes significados en diferentes contextos; esta se ha practicado desde la antigüedad como un componente de numerosas religiones y creencias, pero la meditación no constituye una religión en sí misma. La meditación normalmente implica un esfuerzo interno para autorregular la mente de alguna forma”.

De todas ellas, quisiéramos en esta nota focalizarnos con la expresada en la imagen de la entrada, referida a Pablo d´Ors. Quien explore en Internet encontrará su producción bibliográfica y sus muchos videos. En cuanto a meditación es interesante este breve o este más detallado, o su relación con una mirada contemplativa.

El ha estado muy influenciado por diversos maestros, entre ellos y principalmente Charles de Foucauld así como más recientemente por Francisco Jalics del que surgió la red de meditadores «Amigos del Desierto» (que tiene este canal).

PD: Agradezco la referencia sobre Pablo d´Ors a Estela Reymondes. En la Argentina se han publicado algunos artículos periodísticos como este, este, este, o este.

La sabiduría antigua occidental: estoicos vs aristotélicos, y el rol de la pasión y la razón

En esta interesante nota de Sebastián Campanario, se expone las principales características del pensamiento estoico, y a través del filósofo Christian Carman se nos explica las diferencias con el pensamiento aristótelico, en cuanto al rol que juegan las pasiones o emociones y la razón.

Allí dice, entre otros conceptos, que «el término “estoico” en términos simplificados se usa para describir a alguien razonable, virtuoso, que vive el presente y tiene autodisciplina para postergar gratificaciones. “La divulgación moderna del estoicismo modera los aspectos más duros y estrictos de esta filosofía clásica, para hacerla más potable para el paladar contemporáneo”, explica a La Nación Christian Carman, un filósofo amante de la sabiduría antigua (sobre todo, de la occidental) que se dedica a rescatar ideas del pasado que sirven para la actualidad, mediante clases en el Instituto Baikal y en otros ámbitos.

La parte más dura del estoicismo clásico tenía que ver, según Carman, con el imperativo a dominar las emociones (las “pasiones” las llamaban ellos), para que no jueguen ningún papel en la toma de decisiones, a tal punto de lograr un estado de “ataraxia”, de paz de alma, dormido o anestesiado, enjaulado de las emociones. “Los aristotélicos, en cambio, pensamos que no hay felicidad sin emociones, pero que hay que ordenarlas, educarlas y enseñarles a desear lo bueno”, dice Carman.

Luego hace una aplicación práctica a la economía y a las finanzas personales, que quienes estén interesados pueden leerla en la nota de Campanario. Esperamos sea de utilidad.

PD: Respecto al enfoque y pensamiento estoico es muy interesante esta nota (agradezco a Miguel Maito que me la haya proporcionado).

¿Cuál es el significado de la cruz para los cristianos?

Hoy sabemos que el proceso evolutivo del Universo conocido (tal vez, formando parte de un Multiverso desconocido) lleva miles de millones de años. Desde la aparición de los primeros humanos en este planeta se ha practicado la vida comunitaria -en especial para sobrevivir- y también las luchas fratricidas por el territorio y los alimentos.

En la tradición judeocristiana (y también en otras tradiciones) se nos dice que, lo que denominamos realidad o mundo, es obra de Dios o de un Creador, que el amor es lo fundamental, y que ese amor no es fácil en un contexto de una creación que viene sufriendo «dolores de parto» (según una expresión de San Pablo) hasta que pasemos a la vida eterna.

Los avances en el proceso civilizatorio, con graves limitaciones y retrocesos puntuales, nos hace buscar la felicidad en el presente, de múltiples maneras. Ellas van desde el bienestar hasta la armonía espiritual y con otras personas.

Entonces cuál es el significado de algo tan duro -para quienes profesamos la fe cristiana- respecto de ¿cargar con la cruz?. En esta profunda reflexión del P. Luis Casalá se nos proporciona un buen discernimiento, para quienes deseen conocerla y les sea fructífera espiritualmente.

¿El mundo está cada vez mejor o peor en cuanto a moralidad?

La frase de la imagen de la entrada grafica uno de los aspectos de la complejidad de esta temática.

Respecto de si la humanidad o el mundo está cada vez peor o mejor, en esta interesante nota (que se invita a leerla) se comenta las conclusiones de una investigación entre doce millones de personas de 60 países (entre 1956 y 2017) publicada en la revista Nature. Allí se expresa que el resultadoes que «la inmensa mayoría de los sondeados considera que hay un declive moral en la sociedad, que estaría volviéndose menos honesta, solidaria, amable y humana».

Pero «los investigadores se dedicaron a hacer un análisis objetivo de los ítems a las cuales respondían las personas, y concluyen que la percepción de retroceso en el campo de la moralidad no se corresponde con los hechos. Para los expertos, ese supuesto empeoramiento del presente es un mito, una leyenda urbana. Y de allí el nombre que le pusieron al paper o documento científico que publicaron en la tradicional revista científica Nature: “La ilusión del declive moral”.

Lo que podríamos decir, además del fenómeno de la percepción y de la memoria que se citan para refutar esta opinión, es que la categoría «mundo» es ambigua, y tiene distintos significados como hemos tratado de mostrar en este blog (1). Desde un punto de vista individual es lo que experimentamos.

Para un ucraniano o alguien de Sudán (por citar sólo dos ejemplos) que están padeciendo la guerra, seguramente la humanidad no ha avanzado desde la época de las feroces luchas tribales del hombre primitivo. La sóla diferencia es el impacto del avance tecnológico que hace más generalizadamente letal el conflicto y la degradación moral. En cambio para alguien que está en una situación de paz y bienestar no será así, a excepción de lo que visualiza por los medios y las redes, y como lo impactan en su sensibilidad y su discernimiento.

Depende de nuestras acciones para que este mundo sea cada vez mejor, en una evolución que nos hace cada vez más poderosos así como frágiles y peligrosos a la vez.

(1) Por ejemplo esta, esta o esta para el cristianismo, entre tantas.

 

 

 

¿Estamos en la era del individuo tirano?

El filósofo y escritor francés Eric Sadin ha publicado distintos textos, entre ellos el que aparece en la imagen de la entrada: «La Era del Individuo Tirano«.

Jorge Sigal lo toma para relacionarlo, no sólo con el caso francés, sino también con el argentino en esta nota. Allí dice, entre otros conceptos, que «vivimos, según el filósofo Éric Sadin, “el tiempo de la insatisfacción permanente” y su correlato es la “ingobernabilidad” también permanente. Su consecuencia es la pérdida de lazos sociales, reglas y conceptos comunes. Por ende, lo que antes fue revolucionario ha devenido rancio y obsoleto. Pero no solo el gran movimiento nacional del siglo pasado se ha atascado en los suburbios de la postración. Como fue dominante y exitoso, el peronismo impregnó la práctica militante de casi todos los partidos políticos argentinos. “Peronistas somos todos”, decía el General. Algo de razón tenía.

Por eso, la sorpresa Milei impactó en todos. También en quienes venían haciendo fajina diaria para sacarnos de encima el lastre del populismo K, que puso en peligro los pilares de la democracia. Mientras cuidaban la casa común, se adelantó por la banquina un nuevo populista de signo presuntamente contrario. Mientras practicaban taekwondo, había un tipo tomando clases de baile».

Más adelante expresa que «por primera vez en la historia –advierte Sadin en su libro La era del individuo tirano– aparece una escisión entre los individuos y lo que depende de una comunidad de destinos constituida por relatos, representaciones, imaginarios, costumbres, maneras de vivir, reglas y leyes que tienen el valor de ser bases compartidas”. “Vivimos –agrega– el advenimiento de un resentimiento personal a la vez aislado y extremo, y que sin embargo se siente en amplia escala”. Al referirse a Francia, su país, Sadin no vacila en definirla como una “nación rota”. Si eso percibe en la V República, ¿qué podríamos esperar en estas tierras en las que la precariedad es ley y la modernidad la excepción?

Si no se consigue amalgamar esas multitudes de voces empoderadas por la tecnología de la instantaneidad, si no se recupera la idea de destino común, seguiremos sumergiéndonos en la indignación y la impotencia. Seremos cuerpos desarticulados. No puede haber una ley que satisfaga a la totalidad de los internautas protestones y omnipotentes que se sienten dueños de su propia verdad. No es posible calmar la sed de todos. La sociedad del ciento por ciento de coincidencias es la utopía de los dictadores. Para aproximarse al bien común, hay que renunciar a la unanimidad. Y esa renuncia, en tiempos de egolatrías desatadas, cuando hemos pasado, “de la era del acceso a la era del exceso” (Sadin dixit), es más difícil que nunca, porque el territorio se hace fértil para los cazadores de infortunios, aquellos que prometen transportarnos, también con un clic, a un nuevo paraíso en la tierra.

¿Cuál sería el antídoto según Sadin? “Evitar un moralismo inútil” para implementar “solidaridades virtuosas”. Si no logramos que la agenda pública y las múltiples demandas privadas se acerquen, si continuamos transitando por realidades paralelas, la política continuará oxidándose. Porque, en “la era del individuo tirano” el recurso más escaso es la paciencia. Sepa la república tomar nota».

Podriamos agregar que tenemos que tratar de desarmar «los huevos de serpiente» y fenómenos que engendran estas situaciones, así como generar solidaridades virtuosas, si queremos ir hacia un mundo mejor..

Una de las manifestaciones de la envidia: el síndrome de la amapola alta

Cuando vemos que alguien se destaca podemos tener distintas reacciones: alegrarnos por esa persona, ver qué podemos aprender o emularla… pero también envidiarla y guardarle rencor (1). Esto último tiene distintas denominaciones: el síndrome de la alta exposición o de la amapola alta, con similitudes con la «ley de Jante«, «Mary Sue«, mentalidad de cangrejo, «schadenfreude«, perro del ortelano y similares.

Es una pasión negativa que debemos evitar, si queremos ir hacia un mundo mejor.

(1) Una de las manifestaciones más extremas de la rivalidad y la envidia, la encontramos al comienzo de la Biblia en el relato sobre Caín y Abel. En el Evangelio se la puede interpretar en el Evangelio de Mateo 19, 30 hasta 20-16 al que hace referencia esta interesante reflexión (que también se la puede enfocar desde el lado de la generosidad de Dios).

Acerca de la relación entre economía, emociones, valores y propuestas viables

Respecto de esta temática, se ha intentado reflexionar en esta nota. Esperamos sea de utilidad para el debate.