En este blog hemos intentado presentar algunas notas sobre la importancia de la ciencia en la salud en general, en la salud mental, en la prevención del suicidio…, así como los vinculados con la importancia de los mitos, entre los más importantes.
En este link se expresa que «el descubrimiento freudiano tiene su origen en la oscuridad de la conciencia, en aquellos fenómenos que escaparon por mucho tiempo a la rigurosidad de la ciencia de finales del siglo XIX. “Factores de error” abren la puerta a esa potencia formadora y creadora llamada inconsciente, misma que se manifiesta en lapsus, sueños, chistes, olvidos, actos fallidos. Lo que Freud viene a develar es que los actos del ser humano no encuentran su fundamento en la razón, sino en ese saber no sabido del inconsciente. Frente a la formulación cartesiana: “Pienso luego existo”, el psicoanálisis- con Lacan – señalará: “Pienso donde no soy, soy donde no pienso”. Para profundizar estos aspectos se pueden ver links como este.
Para la redacción de esta reflexión, agradecemos muy especialmente este aporte de Alejandro Razé (1), del cual nos permitimos glosar distintos párrafos relacionados que hacen al tema de esta nota. Para comenzar se expresa «Como a todos los hombres nos tocó un momento difícil, diría Jorge Luis Borges. En cada época a los «sujetos contemporáneos» los atraviesan diferentes demandas y conflictos. Es innegable que el propio éxito cultural del psicoanálisis abrió enormes posibilidades, muchos interrogantes y puso en apuro creencias que se pensaban incuestionables. Desde su emergencia las formulaciones freudianas modelaron la esfera de la vida anímica. Entre muchas consecuencias el psicoanálisis abrió un campo de pensamiento sobre la vida acotando la influencia tanto del Estado como del sistema de producción. En esa franja se fueron extendiendo las posibilidades de autonomía: los psicoanalista se ocuparon de la sexualidad, la crianza, el amor, las pasiones, la creatividad, la guerra , la cultura, y tantos temas humanos que luego fueron tematizados por el resto de las disciplinas de una forma diferente a partir de los aportes de la teoría y práctica psicoanalítica.
A favor o en contra la influencia de Freud se hizo ineludible en todo aquel que haya compartido el estudio de la esfera donde lo biológico y la cultura se atraviesan ¿Hasta los adversarios pueden ser considerados freudianos? Tal vez. Y sin embargo en muchos círculos psicoanalíticos se viven las cuestiones contemporáneas con una añoranza de un pasado más esplendoroso tanto de los sujetos como de la disciplina».
Más adelante continúa diciendo «Durante el año 2015 y 2016 desarrollé una pesquisa junto a la Dra. Paula Sibilia en Brasil y la Argentina. El pensamiento analítico se cruzó en dialogo con las Ciencias Sociales. Se abordaron ciertos cambios que se destacan en la discusión sobre las subjetividades en la sociedad contemporánea. Se centró el foco en divisar las marcas de esas transformaciones tanto en la teoría psicoanalítica como en su práctica terapéutica. Entre múltiples temas se subrayaron la proliferación de «personalidades narcisistas»; nuevas formas de concebir a la alteridad y al lugar del otro en la experiencia individual, la exhibición de la intimidad , el ideal de optimización frente a la antigua normalidad, la relación de la culpa y la vergüenza , así como cierta pérdida de la hegemonía de la interioridad y su relación con el estímulo a la visibilidad. Aquellos interesados en ese trabajo pueden profundizarlo visitando la página.«
Luego en otros párrafos expresa que «el psicoanálisis configuró una forma de dar cuenta de la existencia muy particular. Siempre encarnó esta experiencia en la materialidad del cuerpo y la cruzó con la cultura como parte integrante del psiquismo. La teoría freudiana es esa amalgama sobresaliente. Es innegable que cuerpo y cultura han sufrido importantes modificaciones. Todo el territorio que abre el dominio de lo biológico y sus implicancias en la vida social y las identidades son enormes. También el impacto de la tecnología en la constitución subjetiva, en los mundos que abre y en las alienaciones que modela. Esta irrupción de lo biológico como única fuente de sentido reactiva también la noción de conflicto. Es bastante evidente la cantidad de manifestaciones tanto en la experiencia subjetiva como en los fenómenos sociales del vigor del malestar. Al fin y al cabo la idea freudiana de que la cultura es del orden del síntoma sigue siendo una invitación tentadora. Ante lo fascinante de las ampliaciones que aportan los conocimiento y su potencia sobre las leyes de la materia es muy oportuno seguir insistiendo en enunciar el efecto vano y esterilizante que esta centralidad tiene si expulsa la puja pulsional como fuente de sufrimiento. En ese sentido es posible que encontremos una similitud frente a la situación que conoció el psicoanálisis es su inicio. Esto podría reforzar su actualidad. Es evidentes que los apremios incesantemente que se le imponen a los sujetos quedan desechados por esta invasión que intenta silenciar todo dilema. En esta variación el sufrimiento psíquico se explicita más en las expectativas del rendimiento. La exteriorización se presenta como incompetencia o disfunción con la ilusión de que todo malestar puede ser suprimido y erradicado de la «buena vida». Cualquier emergencia del problema es una evidencia de falencia.
La acumulación de conocimientos basados en la experiencia clínica psicoanalítica fueron muchos y de gran riqueza. Solo mencionar la amplitud de posibilidades que fue extender la concepción a los aportes post freudianos en la relación de objeto con su impacto en la visión intersubjetiva. También las variables que seguramente se juegan en todo análisis en cuanto a las distintas lógicas en juego: lógica de la unidad (del narcisismo), del par (madre-bebe), de lo transicional (de la ilusión y lo potencial), de lo triangular (de la estructura edípica). En sus nuevas formulaciones el psicoanálisis pone de relieve crisis que se producen también por sus propias ampliaciones. Esto es fuente de contrariedades y requiere esfuerzos teóricos y clínicos que como dijimos son los que provocan el vigor de la disciplina. (Green). Todas estas extensiones permiten pensar también a la cultura con un patrimonio mayor… El psicoanálisis está convocado en la medida que el sufrimiento humano incluye (es) siempre un sufrimiento psíquico. Allí nuestra pertinencia y vigencia.»
Deseamos finalizar esta nota con dos últimas referencias importantes en cuanto a aportes. La primera se refiere al viaje de Freud a EEUU. Según este link «Sigmund Freud llegó a América el 27 de agosto de 1909. Pero sus ideas habían viajado mucho antes que él: cuando el barco ancló en el muelle de Nueva York un grupo de personas lo esperaba aplaudiéndolo. Entonces dicen que él dijo: No sé por qué me aplauden, si les traigo la peste. Freud viajó para dictar conferencias sobre su controvertida teoría psicoanalítica. Pero también puso en la valija sus principios: el psicoanálisis tenía que ser una herramienta de la asistencia comunitaria. Habría cumplido uno de sus objetivos centrales, decía Freud, si esta alternativa terapéutica podía servir para tratar a muchos pacientes. ese objetivo comunitario fue el que desarrolló en su clínica durante 16 años. Lo curioso fue que se inauguraron varios centros con ese espíritu en los Estados Unidos, después del paso del maestro. Pero pasaron años hasta que Freud pudo cumplir el sueño de abrir una institución en Europa. Sobre América dijo que era el experimento más grandioso que ha visto el mundo, pero tengo el temor de que no dé resultado. Agregó que los estadounidenses se casaban muy jóvenes y que la dieta americana era terrible. En la Argentina, algunos hospitales, como el Evita, de Lanús, también utilizaron al psicoanálisis como una alternativa de la atención comunitaria en el área de la salud mental».
La segunda y también muy relevante es la correspondencia que tuvo con Einstein acerca de la pregunta de este acerca de «¿Por qué la guerra?». El texto completo se puede visualizar en este link, y se refiere básicamente acerca de la agresividad humana y la importancia de la sublimación para superarla.
(1) Sin el aporte del Dr. Alejandro Razé no hubiera sido posible redactar esta nota.