En este blog se ha intentado abordar la cuestión de la globalización en distintas notas como esta o esta, entre otras. Deseamos actualizarlas a agosto de 2014, reproduciendo este interesante artículo de Carlos Pérez Llana, que expresa lo siguiente:
“Mal que le pese a Elon Musk, la guerra y la paz siguen dependiendo de la política
El retorno de la geopolítica se observa en la renovada competición entre Estados.
El retorno de la geopolítica se observa en la renovada competición entre los Estados como determinantes de la política internacional. Esos vínculos se estructuran en función de las relaciones de fuerza que existen entre distintas unidades territoriales que despliegan su estrategia en el tablero global.
En este contexto ha quedado devaluado el concepto de “gobernanza”, son los gobiernos los que avanzan inspirados por intereses, valores y pasiones de quienes los gestionan. El predominio de las empresas ha perdido sustancia, las decisiones que ellas toman siguen teniendo impacto global sobre millones de individuos, pero es la política la que legisla y la que decide sobre la guerra y la paz. Decididamente, la competición entre Estados por el manejo de territorios y mercados sigue constituyendo el eje de las relaciones internacionales.
Hasta hace poco tiempo era posible apostar a que las grandes empresas tecnológicas, y sus propietarios, cogobernarían. Sin embargo en las dos “guerras” que hoy existen en el mundo son los Estados los que intervienen.
Eso sucede en el ámbito de la competencia entre las grandes plataformas tecnológicas y en la guerra de Ucrania, que ha adquirido una significación global insoslayable. En otras palabras, esto es así porque las leyes las sancionan los Estados y las guerras las deciden los gobiernos.
Esta nueva realidad se acaba de visibilizar en la pulseada entre Elon Musk y la Unión Europea en torno a la entrevista que el propietario de la red social X realizara al candidato Donald Trump. Por carta, el Comisario Digital Europeo T. Breton, le recordó al magnate sus obligaciones en virtud de la nueva legislación europea referida a los servicios digitales (DSA).
Dado que ese evento era accesible a los europeos, el recordatorio aludía al imperativo de moderación. Así una organización formada por los Estados Europeos le marcó la cancha a un individuo desacostumbrado al cumplimiento de reglas. La amenaza fue clara: “no dudaremos en utilizar todos los instrumentos a nuestra disposición, si fuera necesario, para proteger a los ciudadanos europeos”.
Estaba en juego el mercado de la red social X que el magnate compró en el año 2022. En la misma línea, la Justicia americana acaba de determinar que Google violó la ley al mantener ilegalmente un monopolio en las búsquedas en Internet. También Apple, Amazon y Meta están involucradas en casos semejantes,
La guerra y la paz dependen de la política, que juega en el tablero geopolítico y que trata de hacerlo autónomamente en base a sus intereses, a las circunstancias del frente militar y a las relaciones que mantiene con sus aliados.
El ingreso de tropas ucranianas al territorio ruso demuestra que las sorpresas existen y que ellas son posibles porque el gobierno mantiene el apoyo de una sociedad para la cual, en la guerra existencial, está en juego la sobrevivencia de la Nación. Para Ucrania el mayor peligro deriva del statu quo. Invadiendo, el relato ruso se desmorona y en paralelo puede surgir uno propio: “no todo está perdido”.
Se trata de una ofensiva política donde militarmente Kiev muestra fortaleza combinando inteligentemente sus fuerzas gracias a la innovación doctrinaria, al uso de drones que reemplazan a la artillería y a una logística que ha impactado.
Ahora existe territorio ruso ocupado, la vanguardia ucraniana tiene la posibilidad de acceder a la red informática del transporte ferroviario enemigo, está próxima a una central nuclear y desarticula al invasor ruso que debe mudar tropas. Y pensando en una eventual negociación, Moscú también ha perdido territorios.
Ahora bien, ¿cómo se explica esta audaz decisión del presidente Zelenski? En primer lugar en Kiev se sabe que un triunfo de Trump implicaría el fin de la ayuda americana que arrastraría a la OTAN. Además, en los países de la Unión Europea el discurso de las fuerzas políticas del arco de la derecha rápidamente adquiriría la iniciativa desplazando a la política pro-ucraniana que han desarrollado la mayoría de los miembros.
Este es el escenario más temido que acaba de aflorar en Alemania, uno de los principales apoyos de Ucrania. Una de las consecuencias de las elecciones parlamentarias europeas fue la derrota de la actual coalición de gobierno integrada por social demócratas, ambientalistas y liberales.
Estos últimos amenazaron con retirarse del gobierno sino se bajaba el gasto, ante el temor el Canciller germano aceptó el reclamo. De esta forma desaparecerá una ayuda invalorable que incluye fondos, armas y cooperación militar. Es probable que Zelenski, que cuenta con un eficaz sistema de inteligencia, haya decidido adelantarse estratégicamente tomando la iniciativa.
Este escenario obviamente es dinámico, el triunfo de Trump ahora no está asegurado, debido a la nueva realidad política americana donde los Demócratas han recuperado la iniciativa. En Berlín, el riesgo de una soledad estratégica es real ya que cambiaría por completo la gestión de la Unión Europea, en momentos que en Francia el presidente Macron todavía no ha logrado formar un gobierno.
Decididamente, son los Estados y la política quienes construyen y gestionan la agenda internacional. El mercado no está en condiciones de hacerlo autónomamente, entre otras razones porque el mundo es complejo, imposible de abarcarlo en fórmulas, y porque no existe el determinismo económico.”
Podríamos agregar que es muy agregar la importancia de una buena política que aunque no nos lleve al cielo evite el infierno (como expresa la imagen de la entrada) y deseablemente nos ayude a converger hacia un mundo mejor.