¿Podemos aprender de otros para una mejor gestión de políticas públicas?

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Sabemos que, muchas veces, no somos inteligentes y no aprendemos de la experiencia de los demás, como dice la imagen de la entrada. Sin embargo en este blog no desistimos de poner ejemplos, arquetipos, enfoques…. que pueden ayudarnos a mejorarnos personalmente e institucionalmente. Sobre esto último lo hemos intentado hacer con la sección de posibles insumos para mejorar las políticas públicas. En base a ello redactamos esta nota, focalizada a cómo podemos mejorar la gestión del estado en dos aspectos muy específicos: las vacunas contra el Covid-19 y el manejo del fuego.

Todas las personas, así como los países, tenemos nuestras luces y sombras, y nadie es perfecto. Partiendo de esto vamos a glosar informaciones acerca de cómo Chile gestionó los aspectos que venimos de mencionar en el párrafo anterior. Respecto de las vacunas en esta nota el Ministro de Salud expresa que para el 30 de junio esperan tener 15 millones de personas que es el 80 por ciento de las personas susceptibles. Así mismo los últimos datos del registro Our World in Data, de la Universidad de Oxford, Chile es actualmente el país que más rápido está administrando la vacuna en el mundo, con un promedio de 1,30 dosis diarias por cada 100 habitantes inoculadas en las últimos 7 jornadas. El éxito de la campaña se ha debido a distintos factores:

  • la amplia red de atención primaria distribuida a lo largo de un territorio de más de 4.200 kilómetros, que tiene «catastrada» (bien registrada) a su población y la va convocando, en base a los factores de riesgo, para que se vacunen (la población no tiene que anotarse como en la Argentina),
  • la anticipación y habilidad en la negociación de las vacunas, que sirvió para garantizar 35 millones de dosis de los laboratorios Pfizer, AstraZeneca y Sinovac, de las que más de 10 millones ya llegaron a Chile, siendo mayoritaria la aportación china de Sinovac.
  • una buena organización logística, a pesar de no tener una línea de aviación de «bandera».

entre otros (1).

Por su parte, y respecto a los graves incendios recientes en la Patagonia argentina, las posibles causales de los mismos van desde grupos radicalizados (hasta ahora lo más probable) hasta el cambio climático. Más allá de atacar las causales, respecto del manejo del fuego, en esta nota se expresa que «en octubre de 2019, el presidente Sebastián Piñera anunció un flamante operativo para proteger a su país de los devastadores incendios forestales durante el verano. Prevención absoluta para una nación cordillerana repleta de una vastísima vegetación. Piñera detalló que el Plan Nacional de Manejo y Prevención de Incendios Forestales contendría 107 naves y 6000 brigadistas. Una inversión de 200 millones de dólares.

Por su lado, la Argentina en el mismo periodo destinó al Plan Nacional de Manejo del Fuego $682 millones de pesos. El Plan de Manejo del Fuego, en el país, está desde mediados del año pasado bajo la órbita de Juan Cabandié, titular de la Secretaría de Medio Ambiente. La polémica por los aviones en el Sur se relaciona directamente con esto. Durante el último incendio de grandes dimensiones, que tuvo lugar en enero pasado, los brigadistas del Splif (servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales de la provincia de Río Negro) contaron con la ayuda de 3 helicópteros y 3 aviones hidrantes, del tipo fumigador. Las cargas de estos aviones oscilan entre los 1.000 a 3.000 litros. Casi siempre resultan insuficientes.»

La nota agrega datos sobre las responsabilidades y mal manejo tanto de los gobiernos de Macri como de CFK. Se expresa que «Todo eso quedó desactivado», dice un ex funcionario del Estado argentino, que trabajó para el Plan de Manejo del Fuego cuando el programa estaba a cargo del Ministerio de Seguridad conducido durante el macrismo por Patricia Bullrich. «El nuevo gobierno llegó y desactivó contratos que se tenían con los chilenos, que son verdaderamente idóneos para trabajar en esto y apenas los llamás los tenés enseguida sobrevolando la Patagonia», y y expresa además… Un dato de antecedente para agregar: en diciembre de 2012, siendo presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, anunció la compra de 26 aviones hidrantes para el Plan de Manejo del Fuego. Habló desde Rosario acerca de una inversión de cien millones de pesos. Pero la compra jamás se concretó. Pocos meses después, para paliar otro fuego en el Sur, el kirchnerismo debió salir en medio de la urgencia a alquilar aviones a Chile».

Si no somos serios y profesionales en la gestión del estado (más allá de quien gobierne y por «sobre la grieta»)  en cuestiones tan vitales, operando como si fuéramos «la Armada Brancaleone«, no evitaremos el dolor, el sufrimiento y la muerte de muchísimas personas. Ojalá aprendamos tanto de nuestros fracasos como de lo que otros hacen exitosamente. Ello nos puede conducir a un mundo mejor.

(1) Algo más se desarrolla en este artículo.

 

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