Lograr que la Argentina se desarrolle

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Hace un tiempo reflexionábamos sobre el desarrollo, y más recientemente sobre la importancia de superar los ciclos de ilusión y desencanto en la Argentina. En esta nota trataremos de hacer una síntesis sobre el libro que figura en la imagen de la entrada y que el CARI publicara bajo este formato, en la versión del año 2015. Nos parece un texto muy significativo y realista sobre posibilidades de recorrer un sendero de desarrollo para Argentina, que habrá que adaptar a las posibilidades de 2020 en adelante.

La tesis principal de los autores «es que en una economía como la argentina, expuesta a fluctuaciones en el valor de sus principales productos de exportación y que necesita importar bienes de capital e insumos intermedios, la única forma de lograr crecimiento económico, equilibrio externo y una evolución favorable de los niveles de vida del conjunto de la sociedad es hacer que el aumento sostenido de la productividad sistémica sea la clave de la competitividad de la economía. Si éste ha sido un imperativo histórico de la economía argentina, la creciente demanda de divisas que requiere un sistema productivo cada vez más interrelacionado con el mundo exige que este esfuerzo sea todavía mayor. Más aún si se toma nota que el escenario global es altamente competitivo, organizado en cadenas globales de valor donde la localización de la producción está sujeta a permanentes cambios y donde el grueso del comercio fluye en el marco de acuerdos preferenciales».

Más adelante expresan «que al menos cuatro componentes de la estrategia deberían comenzar a implementarse cuanto antes:

  1. Una nuevo marco institucional que defina reglas de juego consistentes con la estrategia de desarrollo y una reforma del Estado que progresivamente reconstruya su estructura y recupere sus principales funciones, elimine su discrecionalidad, recomponga cuanto antes sus principales agencias y restablezca la profesionalidad de su burocracia,
  2. Un ambicioso plan de infraestructura apoyado en la inversión pública y que cuente con participación privada,
  3. El establecimiento de incentivos de política adecuados para la expansión de los sectores productivos más competitivos y,
  4. Un cambio sustantivo en nuestra estrategia de inserción internacional que impulse las negociaciones multilaterales, regionales y bilaterales, contribuya a levantar las restricciones imperantes y favorezca nuestra penetración en los diferentes mercados internacionales».

Más adelante expresa: «El eje central de esta propuesta es plantear la necesidad y la urgencia de lograr una estructura productiva en la que los sectores productivos competitivos a nivel internacional sean los ejes principales de la estrategia de desarrollo. Esta competitividad puede ser actual o futura en función de una inteligente estrategia de desarrollo que utilice la oferta de bienes públicos y la inteligencia competitiva como los principales instrumentos de apoyo a la construcción de dicha competitividad. Desde esta perspectiva es evidente que el desarrollo no puede circunscribirse exclusivamente a la promoción de los sectores en los que el país cuenta con “ventajas comparativas reveladas”. Pero saber aprovechar esas ventajas debe ser inevitablemente el punto de partida. Esto es particularmente importante en el caso de los alimentos….

El análisis de las experiencias exitosas de desarrollo pone sin duda de manifiesto que el proceso de innovación y cambio tecnológico y la creciente diversificación de la estructura productiva resultan tan o más importantes que las ventajas comparativas, dadas por la dotación de recursos naturales, para sostener el aumento de la productividad y el crecimiento económico. Naturalmente, ese proceso tenderá a cambiar gradualmente el patrón heredado, generan- do “nuevas” ventajas comparativas e incorporando nuevas actividades dinámicas. Pero la noción de que las actividades vinculadas a nuestras “ventajas comparativas reveladas” puede servir de plataforma para nuestro desarrollo se ve reforzada por las características de la actual revolución tecnológica, impulsa- da por la convergencia de las TICs, la bio y la nanotecnología, que está provocando un espectacular proceso de transformación productiva en numerosas actividades vinculadas al sector primario».

No es posible sintetizar todos los aspectos planteados en el libro, y al respecto invitamos a leerlo y debatirlo en el marco de una perspectiva temporal de 2020 en adelante.

 

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