En este blog hemos tratado de enfocarnos desde la complejidad de un sistema económico, tratando de discernir entre los elementos comunes y los elementos diversos del mismo. Desde esta última perspectiva hemos sostenido que, si bien desde hace algo más de doscientos años, predomina el sistema capitalista, en especial en la lógica del «gran capital» o capital concentrado, los distintos actores conviven en una economía plural con distintos móviles desde los que van más allá de lucro hasta aquellos que solo pretenden sobrevivir.
En esta reflexión sólo haremos referencia a cual sería la lógica que mueve a los actores que, producto de la desigualdad, concentran la mayor parte de la riqueza, siendo conscientes de que no hay un universo homogéneo dentro de ellos (ver, por ejemplo, esta referencia o este video) y que no se puede simplificar.
En esta nota de Ainsley Harris se hace referencia al libro de Anand Giridharadas, «El ganador se queda con todo: la mentira de la elite acerca de cambiar el mundo» (ver imagen de la entrada). «La idea, o al menos su versión abreviada, es que los plutócratas de hoy -como no teme llamar Giridharadas al 1%- mantienen su estatus de elite y el status quo más en general, usando su riqueza para controlar, como marionetas, las prioridades de las instituciones sociales estadounidense bien intencionadas, desde las principales universidades dedicadas a la investigación hasta las humildes organizaciones comunitarias. Giridharadas sostiene que por demasiado tiempo los norteamericanos han permitido a sus ricos dar lustre a su reputación con dádivas filantrópicas y charlas junto a la chimenea en Davos, mientras las corporaciones que controlan simultáneamente destruyen las instituciones laborales, saquean nuestro planeta y acaparan otros recursos colectivos. Considera que, dado este ejercicio de poder, no es ninguna sorpresa que la desigualdad haya estado aumentando en los Estados Unidos en las últimas tres décadas y que ningún cheque gigante venido de las alturas lo ha solucionado»
Luego continúa diciendo «pese a esta retórica, Giridharadas se cuida, al menos en su libro, de no demonizar. El escritor, nacido en Ohio, fue alumno de la preparatoria Sidwell Friends, la universidad de Michigan y Harvard, donde estudió filosofía política. Antes de convertirse en corresponsal para el sudeste asiático con sede en la India para el diario The New York Times, por un breve tiempo fue consultor de McKinsey. El objetivo de El ganador se queda con todo es acusar al sistema, no los individuos. «No es que sea mala gente», dice del 1% y de los receptores de su patrocinio. «Es buena gente que cae a la deriva en estas estructuras y adhiere a ellas a un nivel emocional y cultural de auto convencimiento….Con la riqueza cada vez más concentrada en las manos de compañías monopólicas y sus dueños, las frases amables que en un tiempo pacificaban al público ahora en cambio generan escepticismo y desconfianza, o incluso, directamente el ridículo. Giridharadas con su libro y su persona mediática, ofrece tanto una explicación de este cambio en el ánimo como una catarsis.
El ganador se queda con todo presenta una crítica desde el interior de nuestro sistema de capitalismo bien intencionado, mientras que en Twitter Giridharadas es más personal y agudo apuntando a cada nuevo ejemplo de riqueza y poder sin control: Jeffrey Epstein y su creciente lista de influencers; el músico Bob Geldof que usa sus vínculos con esfuerzos humanitarios en África para obtener beneficios financieros personales; Donald Trump y nuevamente Donald Trump.
Cuando los miembros de la llamada «Mesa redonda de los negocios» -un consorcio de CEO de las mayores corporaciones de EE.UU.- difundió una declaración en agosto con gran alharaca respecto de sus intenciones de proteger los intereses de los empleados y las comunidades además de los de sus accionistas la respuesta de los círculos empresarios de mentalidad progresista fue un resoplido colectivo. «¿Hay siquiera una maniobra impositiva que sea legal pero no ética a la que alguna de las compañías detrás de esta declaración renunciará?», tuiteó. «Tengo curiosidad por ver si algún CEO me enviara un solo ejemplo tangible de algo que dejará de hacer debido a esta declaración supuestamente histórica». Un CEO le mandó un correo; hasta donde sabe Giridharadas, ninguno ha hecho cambios tangibles. Una gran parte de lo que intentaba hacer con el libro es reacostumbrar a la gente al lenguaje del poder, la justicia y los derechos», dice. «Lo que tienen en común casi todas las soluciones que criticó en el libro es que todas hacen cambios sin cambiar el poder». «Corporaciones B, responsabilidad social corporativa, inversión con impacto, todo eso suena bien. Pero Giridharadas cree que son modelos de cambio en los que el público en general no tienen ningún tipo de control real. ¿En una democracia porque debemos ceder la autoridad de hacer políticas públicas a los fundadores de startups y los profesionales de los negocios? «Antes de Anand todo era simple», dice Norton, que lleva una barba cortada al ras y una camisa azul marino. Líderes empresarios de mente amplia habían popularizado la idea de que una empresa podía simultáneamente ganar dinero y hacer del mundo un lugar mejor. A este tipo de acciones se las puede considerar «aparentar amplitud de miras como estrategia de negocios» dice, por oposición a «un cuestionamiento real» de cómo pueden impactar a todos los interesados las decisiones de una compañía. Giridharadas, dice, ha forzado incluso a los líderes mejor intencionados a examinar los aspectos más oscuros de sus modelos de negocios.
Más adelante señala «Giridharadas no plantea soluciones de políticas específicas en El ganador se queda con todo, más allá de un llamado implícito a votar y participar en la vida cívica. Aún así, el libro ha quedado vinculado al creciente debate de política en torno a cobrar impuestos a los ricos que ha sido encabezado por los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren y que también plantea la diputada Alexandria Ocasio-Cortez. Dan Riffle, principal abogado y asesor político de Ocasio-Cortez, oyó una entrevista a Giridharadas en NPR este año y se conectó con él en Twitter. «Una analogía que se solía escuchar es que la desigualdad no importa, porque simplemente podemos hacer crecer la torta», dice. «No exactamente, ¿verdad? Podríamos crear más riqueza y el próximo trimestre o el próximo año habrá más dinero para repartir. Pero se trata de aquí y ahora. La torta tiene un determinado tamaño. Hay sólo una cantidad finita de dinero en circulación. Hay sólo una cantidad finita de riqueza. Y el número de personas que comparten esos recursos también es finito y definido.» Desde el punto de vista de Riffle, la riqueza es «un juego de suma cero» y pensar de otro modo «no tiene sentido». Un número pequeño de plutócratas están comenzando a pensar en esos términos. Patriotic Millionaires, un grupo fundado en 2010 que incluye al ex ejecutivo de BlackRck, Morris Peart, el heredero de Oscar Mayer Chuck Collins, y el fundador de Men’s Wearhouse George Zimmer, ha denunciado los recortes de impuestos de Trump y hecho lobby en el congreso para que se le impongan tasas de impuestos más elevados».
Sin duda, libros como los de Anand Giridharadas, (1) son importantes para poder discernir lo que es mero «marketing» y filantropía marginal y culposa, de aquellos que actúan de otra manera como solicitar pagar más impuestos y hacer efectiva una economía más equitativa y sustentable social y medioambientalmente.
(1) Desde el punto de vista de la teoría económica es muy relevante el enfoque de Mariana Mazzucato (agradezco a José Bekinschtein la referencia) en textos como «El valor de las cosas. Quien produce y quien gana en la economía global» (Ed. Taurus).
4 thoughts on “Las economías de los multimillonarios”
Si los dueños del poder y la riqueza son siempre los mismos, todo aumento en la capacidad de generar ingresos manteniendo constante la alícuota de participación del capital en el ingreso multiplicara la riqueza de los dueños del poder y la riqueza.
Se trata de una constante historica que explica los grandes monumentos con el que fueron tributando durante el curso de las civilizaciones. Para el resto distinto niveles de subsistencia, incluidos accionistas.
Gracias Ernesto por tu comentario.
Actualmente me preocupa más el poder cultural que ejercen. Este autor le pega a Trump pero me parece que los demócratas son peor en este sentido.
Gracias por tu comentario Mario.