La música como posibilidad de lenguaje universal de la armonía

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La imagen de la entrada muestra a Åsa Larsson, cantante, músico y compositora sueca especializada en todo este tipo de melodías de clara influencia celta, que llama a los animales con su canto (en la imagen se muestra a animales vacunos, pero en esta fuente y video se la ve atrayendo a cisnes). Para comunicarse utiliza un antiguo canto nórdico llamado «Kulning«.

Según esta fuente «la música (del griego: μουσική [τέχνη] – mousikē [téchnē], «el arte de las musas») es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios respetando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psicoanímicos. El concepto de música ha ido evolucionando desde su origen en la Antigua Grecia, en que se reunía sin distinción a la poesía, la música y la danza como arte unitario… La música, como toda manifestación artística, es un producto cultural con múltiples finalidades, entre otras, la de suscitar una experiencia estética en el oyente, la de expresar sentimientos, emociones, circunstancias, pensamientos o ideas, y cada vez más, cumplir una importante función terapéutica a través de la musicoterapia.

La música además, cumple una función de vital importancia en el desarrollo cognitivo del ser humano. Colabora con el pensamiento lógico matemático, la adquisición del lenguaje, el desarrollo psicomotriz, las relaciones interpersonales , el aprendizaje de lenguas no nativas y a potenciar la inteligencia emocional entre otros. Por este motivo, la música debe estar presente en cualquier plan educativo ministerial moderno y reconocida como una disciplina imprescindible dentro de la enseñanza obligatoria. La música es un estímulo que afecta el campo perceptivo del individuo; así, el flujo sonoro puede cumplir con variadas funciones (entretenimiento, comunicación, ambientación, diversión, etc.)… Buena parte de las culturas humanas tienen manifestaciones musicales. Algunas especies animales también son capaces de producir sonidos en forma organizada; lo que define a la música de los hombres, pues, no es tanto el ser una combinación «correcta» (o «armoniosa» o «bella») de sonidos en el tiempo como el ser una práctica de los seres humanos dentro de un grupo social determinado.»

En base a esto último en el título nos planteamos la posibilidad de que la música sea un lenguaje universal de la armonía como nos lo demuestra Åsa Larsson. Hay muchas películas que nos muestran como «real» esta posibilidad -entre los seres humanos- como es el caso de la película francesa «La melodía» (un docente que enseña el violín a sus alumnos/as) (1). Tal vez la música sea una expresión particular de una elevada espiritualidad como la expresada por San Francisco de Asís, su comunicación con los animales (en especial los pájaros) y su cántico a «las criaturas» (también llamado al «Hermano Sol») (2).

(1) Sobre la relevancia de la enseñanza de la música en las escuelas, recuerdo una anécdota de la Hna. Monserrat Font, de la Compañía de María en Bolivia, que vino hace unos años a un colegio de Buenos Aires de esa Orden, para explicar el método Feuerstein. La profesora de música le preguntó preocupada sobre ¿cuál era el rol de la música?, a lo que respondió que en la institución educativa en la que ella se desempeñaba «ese docente era el personaje más importante».

(2) También expresada en la película «Hermano Sol, Hermana Luna».

PD: Agradezco a María Rosa Renzi el envío del video de Åsa Larsson que sirvió como inspiración para esta nota.

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