La importancia de una buena gestión de nuestras emociones

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En este blog nos hemos referido a este tema en notas como esta. Hoy deseamos profundizar un poco en este tema a partir de dos valiosos aportes: 1. El libro de Giorgio Nardone, Emociones para su uso (Herder, Barcelona, 2020), y 2. Este artículo sobre el libro de Isabel Trueba, Yonkis emocionales. Cómo liberarnos de los pensamientos autodestructivos, Alienta Editorial, 2024, que se menciona en esta nota (ver la imagen de la entrada).

En cuanto a la primera referencia (que invitamos a leer), comienza diciendo que “tres mitos acompañan lo que podríamos definir como la narración histórica y novelada de las emociones: el héroe llora, el científico estudia fríamente y el monje reza e invoca. Si repasamos la forma en que el hombre ha descrito este ámbito de la experiencia desde los albores de la civilización hasta nuestros días, nos encontramos constantemente con estas tres perspectivas: romántica y pasional, rigurosa y científica, religiosa y de fe. Desde la óptica romántica, las emociones son el motor y el sentido mismo de la existencia, para bien o para mal; para la ciencia tienen que ser diseccionadas, analizadas y mantenidas a raya con la razón y la objetividad; para la fe religiosa las emociones deben expresarse con morigeración y deben estar sometidas a la ley de Dios… En el transcurso de los siglos, la literatura ha celebrado el carácter pasional del héroe, la potencia de las emociones que lo impulsan en sus gestas y lo alteran en su dinámica más íntima. Lo mismo sucede en las otras artes…”.

Más adelante afirma “hoy, a siglos de distancia, el padre de las neurociencias cognitivas, Michael Gazzaniga, afirma que las emociones no son más que el efecto de dinámicas bioquímicas eléctricas, reduciendo así la experiencia humana a un fenómeno estrictamente físico-biológico. Por fortuna, otros estudiosos han asumido posiciones mucho menos radicales, y sobre todo las ciencias sociales y las psicológicas han puesto de relieve la importancia y la inevitabilidad de las dinámicas emotivas para el ser humano y de su actuar de cara a los demás, al mundo y a sí mismo. Sin embargo, la idea de que las emociones representan un demonio que hay que exorcizar y mantener a raya mediante las luces de la razón, la guía de la racionalidad y las pruebas objetivas sigue impregnando el mundo científico. La idea de que el científico pueda entregarse a la investigación con la más limpia objetividad posible, sin estar contaminado por las emociones, sobrevive a pesar de todas las pruebas inimpugnables de su imposibilidad, suministradas por cierto por la misma ciencia. La ilusión del todo irrazonable de una ciencia pura no contaminada por las pasiones y los sentimientos sigue siendo el sueño confesado del científico. Como interpretaría Freud (1967b), la negación de una pulsión la sublima en otras manifestaciones que replantean su influencia bajo ropajes engañosos.”

Luego profundiza en estos enfoques y en el capítulo 4 plantea la temática de “gestionar las emociones”, en relación con domesticar a nuestro “tigre interior”. Muy interesante y valioso.

Respecto al segundo aporte, la nota comienza diciendo «la neurocoach, mentora y escritora española Isabel Trueba arranca su nuevo libro, Yonquis emocionales, con una imagen clara y contundente: un hombre encuentra un capullo de mariposa abierto y, para ayudar a liberarla, decide cortarlo, sin saber que, al hacerlo, le está arrebatando a la futura mariposa un camino fundamental que debe atravesar para transicionar a su nueva etapa y desplegar sus hermosas alas.

Para Trueba, hay procesos que son “duros y lentos pero necesarios”. Escribe la autora: “La vida muchas veces nos pone obstáculos. Nos hace pasar por agujeros difíciles, de los que parece imposible salir, nos coloca personas al lado que nos cuesta gestionar. La vida nos entrega un poco de todo, y no siempre la solución más rápida o sencilla es la mejor. Solamente manteniendo la paciencia, la confianza, la perseverancia y la serenidad, llegará el momento en que podamos entender cuál era el propósito de ese momento complicado”.

Más adelante dice: …Pero mi deseo de ser mejor, y de ayudar a otros a serlo, superó con creces mis miedos y creencias limitantes…Que estés leyendo este libro confirma que ya has decidido levantar las velas y aprender a navegar. Has decidido no quedarte mirando el cielo esperando que siempre luzca el sol. Has optado por prepararte para sobrevivir a las tormentas a fin de que no te impidan llegar a tu destino. Enhorabuena, de verdad.”

 Estos textos nos ayudan a converger hacia un mundo mejor.

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