Las iniciativas de inversión en gran escala en Argentina son muy escasas, y por eso cuando hay anuncios concretos se abren muchas expectativas positivas, y más teniendo en cuenta si se aplican a energías verdes.
En el día de ayer se anunció un gran proyecto de inversión en la provincia de Rio Negro, de Argentina, para producir hidrógeno verde (ver imagen de la entrada). Según esta nota, «la empresa australiana Fortescue Future Industries (FFI) (1), líder en la producción de hidrógeno verde, alcanzó hoy un acuerdo con el Gobierno argentino para invertir en el país US$8.000 millones. El anuncio se formalizó en Glasgow, Escocia, en el marco de la cumbre del COP-26 y tras una reunión entre el presidente Alberto Fernández y los ejecutivos de la firma australiana, entre los que se encuentra el excapitán del seleccionado argentino de rugby, Agustín Pichot.
“Argentina está entre los cinco proyectos más importantes de la compañía, que se llama Pampas y estará localizado en Río Negro”, señaló Pichot, representante de FFI en Latinoamérica, al asegurar que que la inversión será cercana a los US$8.000 millones de dólares en diez años y que en una primera etapa creará más de 4.000 puestos de trabajo en la región».
Sabemos que las inversiones requieren de estabilidad jurídica, ordenamiento macroeconómico (no es realista que se puedan concretar si hay una gran brecha cambiaria), en el caso de las extranjeras poder remitir utilidades a su casa matriz, y otras cuestiones (como resolver los conflictos de grupos radicalizados en esa jurisdicción)… y un tema adicional es la viabilidad económica, como se señala en esta nota (2). Según esta fuente los futuros inversores «solicitaron ciertos requisitos para que el proyecto se concrete. En primer lugar, se debería promulgar la ley de Hidrógeno Verde, que incluiría beneficios impositivos para el sector. También exigirían exportaciones exentas de retenciones, la devolución del IVA a la inversión, la declaración de la ubicación del proyecto (Sierra Grande) como zona franca libre de impuestos, y el acceso a los dólares para pagar los créditos con los que se financiaría el negocio. Según expuso Lanata, parte de los beneficios estarían comprometidos en el acto de acuerdo que firmaron la empresa australiana y el gobierno de Río Negro, en agosto pasado».
Ojalá prospere desde el punto de vista ambiental (como es el caso de Chile y otros países, y también se puede ver este artículo), se logre abaratar su costo de producción y no sea sólo un deseo irrealizable o un anuncio vinculado con las elecciones. Con el tiempo lo sabremos.
(1) Según esta fuente «Fortescue Metals Group, el cuarto productor de hierro del planeta, busca pisar fuerte en la industria de las energías verdes a través de Fortescue Future Industries (FFI), una subsidiaria con ambiciosos proyectos en carpeta pero sin trayectoria en el rubro. De hecho, la empresa aún no inició la construcción de ninguno de los proyectos de hidrógeno que tiene en carpeta a escala global». Esperemos que el verdadero interés no sean los minerales y no la energía verde.
(2) Entre otras cuestiones, hay que tener en cuenta que el costo del hidrógeno «verde» (separación de cadenas de H2O por electrólisis con fuente limpia) es 5 veces más caro que el «gris» (separación de cadenas de CH4 – Metano). Y, por ahora y probablemente por bastante tiempo, antieconómico. Por lo que «esa inversión» seguramente saldrá a buscar subsidios (¿habrá margen económico para eso?).