Entre lo urgente y lo importante

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Los juegos muestran muchas de nuestras características humanas y también son una fuente de aprendizaje. Algunas leyendas, según esta fuente, sitúan el origen del juego del go «al Emperador Yao (2337-2258 a. C.), quien solicitó a su consejero Shun que diseñara un juego que enseñara disciplina, concentración y equilibrio a su hijo Dazhu, quien se supone era desjuiciado. Otras teorías sugieren que el juego fue inventado por generales y jefes del ejército chino, quienes usaban piedras para señalar posiciones de ataque en mapas, o que los elementos usados actualmente para el juego fueron alguna vez usados para realizar lecturas de la suerte…. En términos de la teoría de juegos, go es un juego de suma cero, de información perfecta, juego de estrategia determinista, colocándolo en la misma clase que el ajedrez, las damas y el reversi. Sin embargo, difiere de estos en la forma en que se juega. Aunque las reglas son simples, la estrategia del go es extremadamente compleja». La complejidad alude a abordar lo que finalmente es importante (*) y no caer en la tentación de atender sólo lo urgente, como muestra la imagen de la entrada.

En otra nota, que mencionamos la pirámide de Maslow, abordamos todas las dimensiones que, según este autor, son importantes para satisfacer todas las necesidades humanas, comenzando por la urgente de alimentarnos. Algo similar pasa con un país, donde -dentro de lo importante- hay cuestiones más urgentes y otras de mediano y largo plazo. Esta temática también la hemos encarado en una nota sobre si lo importante es sólo el corto plazo. A continuación intentaremos dar algunos ejemplos del caso argentino:

  • frente a la situación económica de mediados del año 2018 es urgente atender las necesidades básicas -como la alimentación- de los sectores más vulnerables. Esto, además de ser urgente, es muy importante,
  • a mediano plazo es muy importante encontrar un sendero de desarrollo con equidad, de una economía donde el peso no genera confianza como reserva de valor (el problema de la inflación), con déficit fiscal y de balance de pagos, impuestos regresivos, un estado con servicios de baja calidad (abultado en determinados sectores de baja o nula productividad y deficitario en otros), con dificultades para eslabonar cadenas de valor agregado y generar empleo, una alta economía informal y pobreza, una sustentabilidad en cuestión del régimen jubilatorio a mediano y largo plazo…,
  • una educación -en general- de muy baja calidad, con un alto presupuesto pero con bajos salarios docentes,
  • una justicia que -en la mayoría de los casos- actúa tarde y muy deficientemente,

entre otros elementos. Al respecto es interesante la opinión de Guillermo Rozenwurcel en el panel de C5N del minuto 14,28 en adelante de este link.

Trabajar con seriedad y profesionalidad la complejidad de estas dimensiones urgentes e importantes, y encararlas en un marco de creciente confianza mutua, nos puede conducir a un mundo mejor.

(*) Agradezco la reflexión de Ignacio Warnes que he tomado acerca del significado del go vinculado con esta temática.

 

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