En esta entrada hemos intentado reflexionar sobre algunos de los elementos que pueden explicar la llegada de este nuevo gobierno. Ahora podemos decir que el principal personaje ha ido mutando de propuestas muy radicales y polémicas (su enfoque anarcocapitalista, la dolarización, el cierre del Banco Central…) a otras más pragmáticas, como lo demuestran gran parte de las designaciones de su equipo de gobierno o el cambio de su postura con China (sólo como un ejemplo más).
En su discurso de asunción enfatizó sobre la dura herencia que recibe así como el profundo ajuste que encarará. Dicho discurso ha sido analizado en general a través de artículos como este (1), en lo ideológico como en esta nota (cabe destacar la opinión del Arzobispo García Cuerva -en la ceremonia intereligiosa- sobre la libertad desde el punto de vista cristiano), y en lo económico se presentan dudas como esta. Cabe destacar que ha habido un giro en el discurso: en la campaña se se indicó que el ajuste lo iba a sufrir la casta. Una vez electo se pasó a afirmar que el ajuste lo va a pagar el estado. Ello se implementaría a través de la licuación por inflación del gasto (por medio de prorrogar el presupuesto de 2023 al 2024, sin ajustar los valores nominales) y por reformas en la estructura del Estado. El martes 12 el Ministro de Economía anunció las principales medidas económicas y otras medidas complementarias (ampliadas posteriormente). Habrá que ver el grado de acompañamiento legislativo y social que tendrán todas ellas (2), así como las opiniones de otros economistas.
También el Poder Ejecutivo mandó un muy amplio DNU, que ha recibido la objección de anticonstitucional por muchos especialistas en cuanto a lo formal. Respecto del contenido han habido muchas coincidencias en lo que se refiere a quitar regulaciones e instituciones innecesarias, pero también críticas a que abre la puerta a abusos de quienes tienen posiciones dominantes de mercado, sin ningún tipo de límite o control. Posteriormente el Presidente mandó una ley ómnibus (cuya síntesis se puede visualizar en esta nota y en esta) que, posiblemente, sea aprobada en general pero tenga muchos cuestionamientos y modificaciones en particular. La UCR fijó esta posición.
En cuanto a la oposición todo indica que Cristina F. de Kirchner, si bien está debilitada políticamente y judicialmente tendrá un liderazgo importante de rechazo al nuevo gobierno y si bien Massa no se ha apartado de esa coalición, habrá que ver cómo serán los votos de sus Diputados en cada caso, así como los de Kicillof. Sí ya es clara la oposición al DNU y a la ley omnibus.
Por su parte lo que fue Juntos por el Cambio aparece muy fraccionado, donde la Coalición Cívica se ha retirado, el bloque de Diputados de la UCR alberga divisiones en su seno más allá de que en lo formal no lo está, el PRO también está dividido en varias partes, y en particular entre quienes se identifican más con Macri de quienes lo hacen con Rodriguez Larreta.
Finalmente podemos afirmar que, al momento de redactar esta nota, hay -aproximadamente- un 50% o 60% de la población que desea en general que le vaya bien, pero también los cacerolazos -que se dieron en muchas ciudades- demuestran el fuerte rechazo en otra parte de la población a iniciativas como el DNU y a la afectación a muchos derechos. Posiblemente el grado de apoyo social dependerá del éxito en la lucha contra la muy alta inflación y si habrá o no (y cuándo) medidas compensatorias para los sectores de menores ingresos. Veremos qué pasa.
(1) También en otros como este.
(2) El aumento al doble de la AUH y del 50% de la tarjeta Alimentar son positivas, pero habrá que ver el grado de aguante social a mantener el valor nominal (a niveles de 2023) del programa Potenciar Trabajo, salarios del estado, jubilaciones mínimas y cambiar por decreto la fórmula de ajuste de las jubilaciones y pensiones. También el congelamiento de los salarios estatales. Dicho de otro modo cuánto se tolerará el ajuste que hará la inflación de diciembre 2923 y comienzos de 2024 a todos estos ítems, y si el gobierno podrá sostenerlo más allá de marzo o abril del año próximo.