La cuestión del aprendizaje de la economía está relacionada -entre otros conceptos- a aspectos vocacionales de la persona y a qué se entiende por economía, así como a cuestiones pedagógicas.
En cuanto a lo vocacional está lo que algunos denominan encontrar «tu elemento» o el sentido de su estudio, y ellos son muy diversos. Van desde cuestiones placenteras («me gustan las finanzas», que también pueden tener un significado que excede al «placer») y prácticas (1), pasando por la identificación con determinados arquetipos («uno de mis padres es economista», o «admiro a tal economista»), hasta las más abstractas y nobles («creo que es una temática que posibilita cambiar el mundo») (2).
Respecto de qué se entiende por «economía», en este blog -en la sección «otras economías«- hemos tratado de plantear su evolución desde su enfoque premoderno, la economía clásica (o como «ciencia») y los posteriores hasta la actualidad.
La cuestión del abordaje pedagógico (o el ¿cómo?) debería contemplar la diversidad de los aspectos anteriores, interrelacionando lo abstracto con lo concreto (con un enfoque plural), y despertando el interés de los estudiantes.
Conversando con un especialista en pedagogía universitaria (3), le planteaba el caso de disconformidad, apatía o falta de interés de un porcentaje significativo del alumnado, que me transmitían algunos docentes de materias de economía. Los motivos eran muy diversos: diferencias de enfoque (por ejemplo que alumnos tengan un enfoque marxista o ecológico, y que ello no esté contemplado en el programa de la materia) (4), que la bibliografía no esté actualizada o que la obligatoria sea excesiva para un curso de grado, que el programa no tiene ninguna vinculación con la realidad actual (enfoque meramente abstracto sin relación con lo concreto), no me parece atrayente (o «entretenido») el enfoque pedagógico y por lo tanto la materia «me aburre» (5), lo que se enseña no me es útil para cambiar o mejorar la realidad nacional o global, y cuestiones similares (6).
¿Es posible resolver lo anterior? Ensayamos algunas respuestas. Una posibilidad es que, al comenzar el curso, el docente pregunte al alumnado las razones para cursar la materia y qué esperan de ella. En segundo lugar que el docente distribuya entre ellos los objetivos y contenidos mínimos obligatorios que se deberían aprender y en un trabajo en grupo puedan proponer sugerencias de adaptaciones y vínculos al programa, que entienden deberían ser incorporados al dictado del curso. Esto, sin duda, requerirá de un esfuerzo adicional del docente que -tal vez- muchos no estén dispuestos a realizar (o solo en parte), pero que tendrá la satisfacción de que la enseñanza dictada «valió la pena» (7).
Se agradecerán comentarios y aportes que puedan enriquecer este texto, con el deseo de que se pueda realizar una mejora continúa en esta temática.
(1) Los aspectos “prácticos” no tienen sólo que ver con lo que “me gusta” sino también con las posibilidades laborales futuras. Ahí el formato de grado, en algunas instituciones educativas, está muy asociado -en especial en las materias obligatorias- a la posibilidad de trabajar luego cómo investigador, en cuestiones teóricas o en el sector público nacional. Se debería considerar la posibilidad de abrir aún más el abanico -más allá de una especialización posterior- a otras posibilidades ofreciendo alternativas adicionales a las materias optativas existentes.
(2) Este tipo de respuestas han surgido de sondeos realizados a alumnos de la materia Sistemas Económicos Comparados de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, durante los años 2002 a 2015.
(3) Agradezco a José Luis Martiarena sus comentarios.
(4) Más en general un sector de la juventud está muy sensibilizada con las temáticas de la desigualdad y el cambio climático, así como las propuestas de política económica que promueven la equidad y la sustentabilidad ambiental, lo cual es muy valioso.
(5) Si asumimos como una caracterización de la época el «homo videns» (de Sartori) y el impacto de las TICS, seguramente sería muy importante la incorporación de videos (deseablemente una videoteca relacionada con la temática de la materia) y los debates que -eventualmente- se puedan dar en la redes sociales (así cómo en blogs) en donde sea posible incluir puntos del programa donde el alumnado pueda dar su opinión y debatir en el curso.
(6) A ello hay que agregar en el contexto argentino, que muchos estudiantes tienen graves dificultades en comprensión lectora y razonamiento lógico y matemático, entre las principales, que deben ser abordadas -preferentemente- previamente con cursos de apoyo o en forma simultánea por la institución educativa, sin las cuales -en la práctica- no se podrán aprobar los cursos dictados.
(7) Es muy común, en la actualidad, de que se pida una evaluación a los alumnos del dictado de la materia, y ello sea luego revisado por la persona a cargo de la misma y las autoridades universitarias. El ejercicio «ex ante» (o al comienzo del curso) con sugerencias sobre temas de interés vinculados a los contenidos obligatorios puede ayudar a mejorar la evaluación «ex post» que se haga. Además el ejercicio ex ante, por más que se haga todos los cuatrimestres, seguramente -luego de uno o dos iniciales- no generará muchos cambios en futuros dictados (al menos por un tiempo prolongado).
4 thoughts on “Economía y su aprendizaje: ¿por qué? ¿para qué? ¿cómo?…”
Estimado Ricardo:
He leído con interés tu blog. Muy interesante. Me surgen un par de comentarios para hacer.
El primero, es que además de la actividad de investigación y pública, se puede ingresar en la actividad privada como fue mi caso luego de recibirme. Dentro de la Economía no solo esta la macro sino que también está la micro y que es la que se aplica en estos casos. Imagino que la financiera la incluís en «mejorar el mundo»? Sino, también deberías diferenciarla. Muchos de mis compañeros están en diversas instituciones, tanto públicas como privadas.
El segundo tema es tu mención a un tema actual y doloroso que lamentablemente está pasando en nuestro país y es la falta de comprensión de textos y matemáticas por parte de los alumnos que ingresan a la facultad. Además de coincidir con el dictado del curso de necesaria nivelación para que puedan entender y aplicar las materias de matemática financiera y econometría, me pregunto si dentro de este grupo, sus limitaciones en conocimientos no le está también en su libertad para elegir y seguir adelante con sus vidas. Es otra línea de investigación por si te interesa esta temática.
Y por último, mencionaste la incorporación de videos y material audiovisual, algo que me parece que es interesante si está bien hecho: si después hay un debate bien guiado por el profesor, donde todos los alumnos intervengan, con una puesta en común o que realmente se exprese el fin de esa forma impartir el conocimiento; que el video sea de calidad y no tendencioso; etc. Digo esto porque pasa que entre la bibliografía encuentro que actualmente se incorporan videos de Youtube de cuya reproducción se pueden sacar varios temas, pero si el profesor no aclara cuál es el que él quiso remarcar con su sugerencia, el material puede no terminar siendo de utilidad. Además, no hay que olvidar que cada ser humano tiene una forma de incorporar conocimientos distinta: para algunos, la forma audiovisual le resulta útil, mientras que otros siguen necesitando la lectura y el resaltado de un texto, u otros los resúmenes escritos. }Espero haber sido claro y te hayan resultado útiles estas reflexiones. Saludos, Horacio
Muchas gracias por tus comentarios Horacio. Ahí le dí mayor precisión a lo de las finanzas. Saludos también. Ricardo
Cuando me formulé la pregunta del por qué quise estudiar economía política, mi respuesta inmediata fue quiero comprender que es y como funciona la economía. Fue un tema vocacional, si tengo en cuenta que la presión familiar apuntó a contador público por mis estudios secundarios durante 6 años en el Carlos Pellegrini, que incluyó un año de estudios en economía política.
Desde esta perspectiva debo reconocer lo frustante que me resultó para cumplir con mi objetivo. Pero debo reconocer que en los estudios de grado no se puede pretender más que identificar contenidos, pero vale la gimnasia intelectual que significa intentos de comprensión más allá de los límites con que uno se pueda encontrar. Pero el saber es un largo trayecto a recorrer, y dependerá de las oportunidades que se nos puedan ofrecer y sepamos aprovechar. ¿Qué quiero decir? Simplemente que uno es artífice del alcance de sus propios logros en la comprensión de los temas de su interés, en el que las cursadas como estudios formales forman parte de un entrenamiento que puede facilitarnos el acceso a nuestros propósitos. Eso sí, siempre tuve claro que con mi graduación no me recibía de nada, y que sólo estaba disponiendo a media luz de una biblioteca temática. Supongo que este fraseo no responde a la respuesta esperada por los «enseñantes», pero es una realidad sobre la cual hay que crear conciencia.
Te agradezco Ricardo por haber planteado un tema que me dió la oportunidad de reflexionar desde la perspectiva en que lo hice. Abrazo.
Muchas gracias Ernesto por tu comentario. Abrazo también.