En el libro de Ortega y Gasset que mostramos en la entrada, el filósofo expresa que «mientras que las ideas las pensamos, somos las creencias. Quiere decir Ortega que las creencias forman parte íntima de nosotros hasta tal punto que no son objeto de nuestro pensamiento consciente, todo lo contrario, son cosas que damos por hechas sin más. Cuando el mundo nos muestra una fractura entre él y nuestra creencia no podemos más que reaccionar con estupor. Aunque las creencias pueden ser problematizadas en pocas ocasiones y esto solo por contadas personas, no podemos dejar de creer en ellas, a diferencia de las ideas».
La afirmación anterior surge de este ensayo que, además agrega que «por idea debemos entender, según el filósofo, aquellas estructuras mentales explicativas en las que pensamos. En tanto que somos conscientes de ellas son ideas y no creencias, por tanto la distancia entre el sujeto y sus ideas es un hecho radical. Somos portadores de ideas. En este sentido la ciencia, como actividad consciente, es un conjunto de ideas explicativas de aquello que llamamos real. Lo real debe ser entendido, lógicamente, como un entramado de nuestra mente, el mundo “en sí” no es accesible a nuestras ideas y ni siquiera problematiza Ortega la cuestión de si existe un sustrato metafísico más allá de ese mundo mental que llamamos realidad. No es una cuestión relevante. Desde esta perspectiva, ciencia, religión y poesía están más estrechamente emparentadas de lo que creemos: son estructuras mentales conscientes que pretenden interpretar lo real. Que la ciencia sea considerada como conjunto de ideas objetivas es irrelevante para el asunto, puedo volver al ejemplo de la religión: en la edad media europea se pensaba que el cristianismo y sus explicación del mundo terrenal y espiritual era “objetiva”, esta valoración de la estructura ideológica de la religión no la transformaba en objetiva ni distinta a cualquier otra estructura de ideas».
El Papa Francisco, que lidera el catolicismo en el mundo y tiene una prédica y gestos tan relevantes vinculadas con los excluidos y con el cuidado del medio ambiente, parece no concordar con el enfoque de Ortega -al menos- cuando las ideas van en determinados sentidos. Lo ha expresado en numerosas oportunidades, por ejemplo en un Encuentro con el Comité de Coordinación del CELAM, en Rio de Janeiro, el 28/7/2013, tal como se puede visualizar en este link. Allí entre otras cuestiones habla de «La ideologización del mensaje evangélico. Es una tentación que se dio en la Iglesia desde el principio: buscar una hermenéutica de interpretación evangélica fuera del mismo mensaje del Evangelio y fuera de la Iglesia», y dentro de ellas:
«a) El reduccionismo socializante. Es la ideologización más fácil de descubrir. En algunos momentos fue muy fuerte. Se trata de una pretensión interpretativa en base a una hermenéutica según las ciencias sociales. Abarca los campos más variados, desde el liberalismo de mercado hasta la categorización marxista.
b) La ideologización psicológica. Se trata de una hermenéutica elitista que, en definitiva, reduce el ”encuentro con Jesucristo” y su ulterior desarrollo a una dinámica de autoconocimiento. Suele darse principalmente en cursos de espiritualidad, retiros espirituales, etc. Termina por resultar una postura inmanente autorreferencial. No sabe de trascendencia y, por tanto, de misionariedad.» También lo expresó en un viaje a Paraguay (las ideologías terminan mal), en eventos en la Santa Sede (la ideología es un mal), entre otros.
¿Qué podemos decir sobre lo de Ortega y Gasset y las afirmaciones del Papa Francisco (1)?:
- según el primero son cuestiones diferentes y que coexisten en todo ser humano y cultura,
- la coexistencia de unas con otras, hace que sea difícil separarlas tajantemente, como lo demuestra el caso del sistema de ideas que se consideran derivadas de la fe cristiana que, en la Iglesia Católica se denomina Doctrina social de la Iglesia,
- cuando el sistema de ideas o ideología se basa en una totalidad o cosmovisión cerrada, entra en conflicto con una creencia del Todo (o Dios) y si se quiere imponer por la fuerza termina mal o en violencia, como dice el Papa Francisco,
- del mismo modo cuando las creencias quieren aplicarse a la realidad bajo un sistema de ideas y por la fuerza (como han sido los integrismos y fundamentalismos) también terminan mal,
- el sistema de ideas, que denominamos ciencia y se funda en evidencia empírica, es de fundamental importancia articularlo con el resto de las ideas y creencias, a fin de un mutuo enriquecimiento en la búsqueda de una verdad compleja, que se nos va develando en el curso de la evolución.
Poder discernir sobre estas cuestiones de manera profunda y sincera es un aporte a no caer en debates estériles que se anulen mutuamente. Ojalá podamos abordar esta complejidad que han tenido y tienen tantas implicancias para ir hacia un mundo mejor o un mundo peor.
(1) Un cambio significativo en el lenguaje fue realizado en este documento del 4/2/19 firmado en Abu Dabi entre el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, donde en una parte del documento se condenan o rechazan «la tendencias ideológicas odiosas» dándole una precisión que, hasta ese momento, no se daba.