La Economía de Comunión (EdC) es una corriente o enfoque nacida en 1991 y planteada por Chiara Lubich, fundadora -en 1949 y junto a Pasquale Foresi- del Movimiento de los Focolares (dentro de la Iglesia Católica) y de la que hoy forman parte centenares de experiencias en distintos continentes. Su fundadora expresó el 7/5/1998, en Mariápolis Araceli, lo siguiente: «es necesario que la Economía de Comunión no se limite a que las empresas inspiradas en ella sirvan de ejemplo con algún comentario de alguien más o menos experto. Es necesario que se convierta en una ciencia con la participación de economistas preparados que sepan plantear su teoría y práctica, confrontándola con otras corrientes científicas económicas, suscitando no sólo tesis doctorales, sino escuelas de las que muchos puedan nutrirse. Una ciencia verdadera que dé dignidad a quien debe mostrarla con los hechos y signifique una verdadera «vocación» para quien se compromete en ella de cualquier manera».
En línea con lo que se viene de expresar el economista Stefano Zamagni, en una entrevista que le realizan en el libro citado al pie de esta nota, dice entre otras cosas:
- «…si la política se convierte en un instrumento de solución del problema económico, ¿qué sucede con el bien común?… Aquí vemos se plantea la cuestión del «bien común» que hemos desarrollado en otra entrada.
- «…el amor interviene en el momento en el cual se advierte que la razón no alcanza para dar lo debido a todos aquellos de los cuales se ha obtenido. El fundamento de la cultura del dar no puede estar solamente en un acto de la razón, por más que sea necesario. Hace falta que la cultura del dar su plena realización en el corazón. Es por eso que considero que una escuela para la EdC tiene que llevar a sintetizar lo que el pensamiento moderno, en cambio, ha separado, esa trágica separación entre la mente y el corazón, entre el lugar de los sentimientos y el lugar de la razón…» Seguramente esto se vincula a una nota del blog así como un capítulo del libro (mencionado al pie) de Luigino Bruni, denominado «La Economía y el Amor».
- En cuanto a los desafíos que tiene la EdC, señala dos caminos posibles: «la primera alternativa es la de crearse una especie de nicho dentro del mercado y consolidarse lo más posible en esta situación….» La segunda alternativa, por la que él opta, es que «la EdC llegue a superar, en el curso de pocos años, posiblemente en el próximo decenio, ese punto de inflexión representado por la masa crítica, es decir, llegue a trasponer el umbral dimensional a partir del cual esta experiencia empiece a ser contagiosa. No tenemos que olvidar que contagiosas no son sólo las enfermedades, sino también las acciones buenas , es decir las virtudes, como nos ha enseñado Aristóteles». Luego plantea la importancia de realizar estrategias o alianzas con corrientes similares.
Las más de 800 empresas de EdC en todo el mundo distribuyen sus excedentes, beneficios o utilidades en tres partes: «para el desarrollo de la empresa, para la formación cultural y para la ayuda a los necesitados. Las empresas que se incorporan a la EdC atribuyen la misma importancia a cada una de estas partes y cada año distribuyen sus ganancias siguiendo este criterio. A partir del año 2008, cada año se elabora una “Memoria” en la que se detalla cómo se realiza la distribución de los beneficios de las empresas. Las distintas Memorias se encuentran disponibles aquí» También tienen lineamientos que deben respetar las empresas de estas características (que presenta similitudes con la matriz de la economía del bien común).
En la página oficial de Economía de Comunión hay mucha más información sobre este muy valioso enfoque y práctica que nos orienta hacia un mundo mejor en el plano económico, y ojalá converja con otras corrientes que tienen principios y experiencias similares.
Nota al pie: Para el desarrollo de esta nota nos hemos basado, especialmente, en el libro de Vittorio Pelligra y Antonella Ferrucci (comp.), «Economía de Comunión. Una nueva cultura», Ed. Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2006; en la página web oficial de esta corriente (en español), a notas de su Boletín como esta, así como a sus nexos con enfoques como el de la Doctrina Social de la Iglesia (en especial desde el Movimiento de los Focolares y su fundadora Chiara Lubich), economía civil (y su relación con el pensamiento de Antonio Genovesi), bienes relacionales (o también economía relacional), nueva economía, economía evolutiva, empresas sociales y otros (como los vinculados a las temática del cambio cultural, la gratuidad, la reciprocidad, la confianza, la felicidad, la utilidad o inutilidad de la acción humana, el sentido de la economía o lo público, entre las principales).