Entre los muchos problemas que existen en la Argentina, está la dificultad -tanto de la coalición oficialista como de la principal coalición opositora- de tener un plan o programa de gobierno que sea coherente y sustentable (1).
En el caso del oficialismo, el Poder Ejecutivo ha llegado a un acuerdo con el FMI que posibilita salir del default con ese organismo y coloca algunos “parches” a su política económica, pero no cuenta con un programa sustentable en el tiempo. Por su parte el grupo liderado por la Vicepresidenta esta focalizado en no perder las elecciones cada dos años y en hacer propuestas -como las de un blanqueo (con particularidades como el levantamiento del secreto fiscal, recompensas a quienes denuncien aportando datos fehacientes, etc.)- que no agrega mucho a los acuerdos de intercambio de información fiscal con gran cantidad de países del mundo y buscan más bien un golpe de efecto (2).
La oposición, hasta el momento, no ha podido acordar una propuesta de gobierno tal como se ha puesto de manifiesto con las opiniones al controversial proyecto de ley de un Diputado de la UCR, referido a la dolarización de la economía.
Si no hay un debate serio, profesional y civilizado acerca de una visión acompañada de objetivos, metas y políticas públicas acordes no iremos parar a ningún puerto positivo para nuestra Nación y sociedad.
(1) Cabe destacar que hay economistas como Melconian (en el marco de la Fundación Mediterránea), Redrado (Fundación Capital), las fundaciones de los partidos de la oposición… están trabajando en propuestas, lo que es esperanzador.
(2) El periodista Carlos Pagni, al final de esta nota, dice -entre otras cosas- que esta propuesta podría llamarse “ley Manzanares” (por el arrepentido Contador de la familia Kirchner).