El yoga y la pedagogía del loto para erradicar la violencia juvenil

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En esta interesante nota se expresa como “la valentía de un maestro colombiano redujo los niveles de violencia en Ciudad Bolívar. Con un método innovador basado en técnicas de respiración y meditación, y apelando al reconocimiento del otro, Alexander Rubio Alvarez logró reducir la violencia física entre sus estudiantes. Fue reconocido como uno de los docentes más importantes de América latina y su modelo se presentó en escuelas de más de quince países».

Cuando se le pregunta a Rubio Alvarez: ¿Qué es la pedagogía del loto?, responde «el loto es una flor que emerge del fango, que emerge de las situaciones de conflicto. Esta pedagogía incorpora el cuerpo y el manejo socioemocional. ¿Qué quiere decir eso? Relacionarse consigo mismo y con los demás de una manera asertiva. Pertenece a las soft skills, que son muy importantes porque permiten el trabajo colaborativo, el trabajo en equipo, el trabajo de resiliencia y, ante todo, el manejo personal. Si tienes bien estos manejos, las hard skills como las matemáticas, las ciencias, la comunicación, empiezan a armonizarse. La pedagogía del loto tiene tres elementos, tres pétalos: la respiración, el pensamiento proactivo y el actuar con amor. Con esto hemos logrado unos cambios enormes».

Luego se indaga ¿Cómo se puede trabajar cuerpo y mente como una integralidad?, y allí contesta que «en el mundo epistémico, está la corporalidad y la corporeidad. La corporalidad es netamente el cuerpo; la corporeidad utiliza estos otros elementos para comprender al ser humano. El cuerpo es un lenguaje corporal y uno lee al niño introvertido, al que tiene dificultades motoras, al que tiene problemas de relación. Yo me di cuenta de muchos chicos que tenían dificultades y problemas de maltrato solamente con el cuerpo. ¿Cómo cambié la relación con el cuerpo? Con el trabajo de respiración y meditación al inicio de la clase. Si en la clase de Educación Física íbamos a trabajar la resistencia, la podíamos pensar como el Test de Cooper o podíamos ir más allá: resistirse a no ser mediocre, resistir la tradición, resistir la cultura. Correr es meditar en movimiento».

Y sigue en: “¿Cómo se promueve esa meditación?: En la clase incorporé tres momentos. La clase dura dos horas: el momento de meditación dura quince minutos, luego hacemos el resto de las actividades y al finalizar la sesión escribimos todo lo que hemos sentido, todo lo que trabajamos y cómo eso nos construye como ser humanos. En mi escuela, los chicos aprendieron posiciones de yoga y se las enseñaron a los demás. Y cuando corren o juegan, yo les muestro que es un momento en que se comparte con el otro, no importa si ganas o pierdes, lo importante es lo que se está generando. Eso disminuyó los conflictos del colegio, porque antes, si ganaban o perdían, los chicos sacaban machetes para agredirse».

Hacia el final de esta excelente nota (que invitamos a leer completa) se expresa: «En el libro 50 docentes que están transformando la educación hay un trabajo tuyo que dice que el docente debe tener la mente de principiante. ¿Qué significa eso?:

En los conceptos orientales, es como llevar la taza vacía dispuesta a ser llenada por el otro. No hay que creer que, por ser maestro o maestra, ya te sabes todo, sino estar dispuesto a aprender en comunidad. Yo tuve que aprender a relacionarme con mis estudiantes, aprender su lenguaje simbólico y sus códigos, y aprender a enriquecerlo. Una de las ventajas de ser maestro es sorprenderse con cada cosa que sucede en el acto educativo. Es estar dispuesto a inspirar y a innovar con cada acción, porque, cuando no llegas así, impones tu pensamiento y tus metodologías. Yo me encontré que tenía que adaptarme al entorno. Reaprender, reorganizar y buscar otros caminos….

¿Cómo se transformó la escuela a partir de la Pedagogía del Loto?:

Las situaciones iniciales eran de violencia simbólica y de maltrato físico. Con ese proyecto, logramos generar un oasis respecto de la realidad que rodeaba al colegio y eso transformó totalmente la relación. Mis estudiantes tienen un lenguaje corporal distinto, les va bien en los exámenes académicos y el 80% de los graduados continúa sus estudios en la universidad; ya no están metidos en problemas de narcotráfico ni bandas criminales. Hoy el colegio es uno de los mejores que tenemos en Bogotá; es el colegio a donde va el presidente. Lo más bello es que si uno sensibiliza a los docentes, transforma la comunidad. He tenido la posibilidad de hablar con el presidente y con otros mandatarios y mostrarlas que desde la educación es posible generar transformaciones positivas en el mundo«. 

 

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