El trabajo en el AMBA

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En la primera nota sobre la temática del trabajo afirmábamos que un aspecto relevante es la territorialización del mismo. En esta breve reflexión tomaremos el caso en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) o también denominada Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA).

Podemos afirmar que un área o región está inserta en un contexto espacial más amplio (en este caso la cuenca del Plata y Argentina) e histórico con distintas etapas. De estas últimas podríamos hacer una sintética desagregación en tres etapas: la «ciudad puerto» hasta 1880, la ciudad que se conurbaniza con mayor cantidad de migrantes e industrias (de 1880 hasta mediados del siglo XX) y desde mediados de los 70 la ciudad metrópolis se afirma con su conurbanización pero -a diferencia de los servicios y de la agricultura periurbana- declina la industria y va aumentando la pobreza de menos del 5% al orden de un tercio de la población. Por lo tanto el trabajo irá tomando distintas formas en función de su rol en el contexto nacional e internacional.

De aquí al futuro dependerá del rumbo que tomen las políticas públicas de la Nación, así como de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires, con los Municipios de su conurbano y de otras variables. De estas últimas podemos mencionar la situación de los países vecinos (en especial la economía de Brasil y si habrá nuevas migraciones de otros países latinoamericanos), la situación de las economías regionales de Argentina (si serán expulsoras de población o si -de manera deseable- se pudieran generar polos o proyectos de desarrollo que puedan absorber población del AMBA), el cambio científico-tecnológico (en particular el avance de la automatización y de la «uberización» de la economía), etc.

Organizaciones no gubernamentales como la Fundación Metropolitana vienen abogando por una «institucionalidad metropolitana» entre los poderes (Nación, CABA y PBA) a fin de coordinar de manera más eficaz las políticas públicas de la región y su gobernanza. Se necesita una mejor articulación tanto en temáticas sectoriales (movilidad, residuos, etc.) como en  arreglos institucionales que deberían servir para potenciar servicios vinculados con el circuito cultural-turístico, los clusters de diseño e industria del software (y en general los trabajos del futuro), la economía circular y el cuidado del medio ambiente (en particular la cuenca Matanza-Riachuelo) junto con la cobertura de puestos de trabajo vinculados a distintos talentos. Esto último en distintas ramas y, en especial en capacitación en oficios vinculados al mantenimiento de bienes y distintos servicios. Ello debería ir articulado con una información más fluida que vehiculice la oferta y demanda de trabajo, así como que posibilite una ayuda solidaria más eficaz a las personas en situación de pobreza. También tienen mucha potencialidad a futuro la economía circular (dada la gran cantidad de residuos que se generan en la región y experiencias como las del CEAMSE), la Corporación del Mercado Central en logística para alimentos y para empresas como Mercado Libre o economía del conocimiento (articulando experiencias de distritos tecnológicos en CABA con experiencias en el GBA).

Entre los temas a evaluar vinculados a la población más frágil y vulnerable (además de la capacitación en artes y oficios) está la posibilidad de actividades que generen autosubsistencia -además del intercambio en forma de trueque e iniciativas de economía popular y economía solidaria- están la agricultura urbana (hay varias experiencias que también se muestran en videos o links, y la forestación en calles de frutales aptos ecológicamente y para consumo humano). Un tema no menor es todo lo vinculado al «ocio creativo» que puede comenzar como juego y diversión personal y grupal, para pasar a ser trabajo bajo la modalidad de arte urbano tanto en lo que se refiere a embellecer paredes (por ejemplo para embellecer villas y barrios populares, así como escuelas y lugares de trabajo) como en trovadores urbanos (con modalidad «a la gorra» como hoy hay en el subterráneo, trenes metropolitanos o calles concurridas de la Ciudad de Buenos Aires) que pueden generar un ingreso.

Volviendo a las cuestiones institucionales que den el marco adecuado para la generación de trabajo en el AMBA también se requeriría de que los acuerdos sectoriales que está haciendo la Nación vinculados a la competitividad, puedan articularse con CABA y PBA para los sectores industriales más comprometidos en su sostenibilidad futura (en particular el acompañamiento para diferenciar productos industriales tradicionales) y dar señales claras acerca del rumbo futuro.

Este tipo de iniciativas seguramente ayudarán a converger a un mundo mejor para esta área o región.

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