El problema cuando el storytelling no coincide con los hechos

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En los últimos años se comenzó a utilizar el término anglosajón storytelling referido a contar historias, como un arte de comunicar de manera atrapante también un concepto, aprendizaje o mensaje final.

Podríamos coincidir que es muy apropiado -en la medida que sea veraz- para historias personales o grupales, pero cuando es un relato que se aplica a fenómenos sociales, económicos y políticos y no se verifica en los hechos, termina siendo contraproducente y engañoso con los daños que esto implica. A este tema, y su relación con la empresa se refiere en este artículo María Marta Preziosa a partir de la lectura que hace del libro Infocracia.

Me permito transcribir la nota de Preziosa, vinculada con la empresa (pero podríamos extender a otros campos como es el de las políticas públicas), dada su pertinencia al tema que estamos abordando. Aquí va: “terminé la lectura de Infocracia (2022) de Byung Chul Han. El último ensayito de este librito se titula “La crisis de la verdad” (2022, 71-92) y tiene algunas ideas jugosas para pensar la temática del panel sobre Valores, cultura y nuevas generaciones el próximo 3 de julio en el Encuentro Anual de ACDE.

Como decía en otro texto, Han no habla de la empresa, sin embargo, sugiere mucho. Algunos conceptos los podemos tomar como antídotos frente algunos venenos circulantes. Antídoto y veneno no son metáforas que él use, pero las utilizo aquí para ordenar sus ideas, un poco telegráficamente y agregar mi somera aplicación a la empresa o al mundo del trabajo, abierta a las sugerencias de los lectores.

Veneno 1: La crisis de lo fáctico

Según Han, hoy tambalea la fe en los hechos. La información que circula no necesariamente está conectada con la realidad, con lo fáctico. Se suele socavar la distinción entre verdad y mentira. Hay fake news, hay desinformación, hay bullshitters. El mentiroso sabe bien cuál es la verdad, no es nihilista. En cambio, el nihilista es indiferente a la verdad de los hechos, lo importante es el relato.

Antídoto 1

Según Han, la verdad es necesaria para mantener unida a la sociedad, la verdad es un regulador social. Han no se refiere a principios o verdades declamadas, sino a que el mundo común de lo cotidiano se sostiene en hechos y en un lenguaje común.

Aplicación a la empresa: La empresa como comunidad también ha de sostenerse en verdades que son hechos y no relatos, factos como dicen los Gen Z ahora y no storytelling.

Veneno 2: El imperio digital

Para Han, la digitalidad es diametralmente opuesta a la facticidad. El mundo digital erosiona la solidez de lo fáctico; incluso debilita la conciencia de la propia realidad.

Aplicación a la empresa: Para mantener la relación con lo fáctico, incluso con lo corporal, recuperar de algún modo y creativamente la presencialidad.

Veneno 3: La arbitrariedad subjetiva

Según Han, “lo que se siente verdadero” (truthiness) también erosiona lo fáctico. La impresión subjetiva, la arbitrariedad que carecen de objetividad y referencia a los hechos es cambiante, no ofrece la firmeza de la verdad.

Antídoto 3

Para Han, la verdad crea comunidad. Recordemos que no son principios o verdades filosóficas, sino los hechos, la facticidad. La verdad y no la demagogia permite gobernar porque es estable, firme, durable, a diferencia de la información que es cambiante y contingente.

Aplicación a la empresa: Las decisiones que se convierten en hechos que los colaboradores, asociados o empleados pueden experimentar son los que crean comunidad.

Veneno 4: El sinsentido

Según Han, hoy estamos bien informados, pero desorientados. La Posmodernidad fue el fin de los grandes relatos. La información no explica el mundo, es más, a veces lo oscurece o recibimos la información con desconfianza. Hoy existe una crisis narrativa, de sentido y de identidad.

Antídoto 4

Los relatos crean sentido e identidad, pero los hechos narrados no han de ser ficciones, sino hechos verificables. La verdad es siempre una promesa; se dirige hacia algún lado.

Aplicación a la empresa: Los colaboradores no son un público, no son espectadores de una historia contada en una pantalla, sino protagonistas del relato y de los hechos verificables que lo conforman y mediante los cuales se dirigen efectivamente hacia algún propósito.»

Esperamos sea de utilidad para el debate.

 

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